De nuevo mirándose al espejo era que se preguntaba como había caído tan bajo, ¿en qué momento se dejó enamorar por el chico arrogante que hacía que su paciencia se fuera a volar en segundos, ¿cuál fue el odioso momento en que dejo que le besara?, ¿cuál fue el momento de debilidad en el que le respondió aquel beso?.
¿Porque no lo alejo?, ¿porque no le dijo nada?, porque en vez de hacer que su puño golpeara su mejilla, lo abrazo y se aferró a su cuerpo, como si fuera su único soporte.
Después de un suspiro la respuesta llegaba sola, estaba idiotamente enamorado del engreído y bueno para todo de Aomine Daiki.
Aquellas sesiones de uno a uno fueron la terapia perfecta para que callera en el encanto del peli azul. No podía evitarlo, lo amaba, aunque su orgullo a veces quisiera decirle lo contrario.
Amaba que lo besara, que lo hiciera suyo y rompiera todas sus defensas, por él era que se comía las burlas de sus compañeros al saber que kagami Taiga el tigre de seirin había sido domado.
Y es que ninguno se lo hubiera esperado, jamás del pelirrojo.
–¿Qué haces taiga? –su novio se acercó por la espalda abrasándolo y dando un pequeño beso en su cuello. Llevaban ocho meses saliendo, en el que moreno prácticamente se había ido a vivir a la casa de kagami, aun no era formal, pero se iba a quedar todas las noches, y prácticamente era lo mismo.
–Me arreglo, hoy saldré con kuroko – Aomine lo soltó y se fue nuevamente a la cama, kagami suspiro y sonrió a la ves –te avise ayer – le dijo sentándose a su lado y el moreno infantilmente desvió la mirada.
–Lo sé no te estoy deteniendo.
Kagami volvió a suspirar, esa discusión la tenían siempre Ahomine era muy celoso, pero sobre todo de kuroko, había cometido el error de en una discusión gritarle que si él no hubiera aparecido estaría con kuroko, después de la reconciliación, que no duro más de horas le dijo que era mentira que jamás ha sentido nada por su pequeño amigo, pero no había caso, Aomine no le creía y siempre que mencionaba al peli celeste, el moreno se amurraba.
–Si no quieres, no voy – le susurro sobre sus labios, dejando un pequeño beso en el sorprendido moreno que sonrió feliz y complacido ante la declaración.
–Sabes que sería incapaz de prohibirte salir
–lo sé, pero te estoy dando la oportunidad
Ahomine lo tomo de la cintura y lo beso con fuerza, hundiendo su lengua en la cavidad ajena, demandando jugar con la contraria, sus expertas manos despojaron con rapidez la camisa del pelirrojo, sacando quedos gemidos de su boca, al sentir sus tetillas apresadas entre las manos de ahomine.
Kagami sonreía complacido ante las caricias de novio, lo amaba celopata y todo lo amaba no había vuelta atrás para él.
Ahomine beso su cara, lamio, succiono y mordió el cuello de kagami y lo que encontrara a su paso, todo su cuerpo lo poso sobre su pelirrojo, creando movimientos pélvicos esquisto entre ambos. La rápida excitación en ambos cuerpos se hizo presente en el aire.
La ropa dejo de ser un mero estorbo, solo quedaban ellos y el roce de sus manos, su cuerpos sus bocas.
Ahomine dio vuelta a taiga poniéndolo en cuatro, abrazándolo y dando caricias por todo su torso beso su espalda, mordió su hombros, sacando gemidos de placer y dolor de la boca de su pelirrojo.
–Lo hare rápido taiga – susurro sobre su oído, no hacía falta mayor preparación pues en la noche misma lo habían hecho incontables veces.
Un jadeo de kagami se escapó al sentirse penetrado, mientras su miembro era estimulado, las siguientes embestidas sacaron placenteros sonidos de parte de ambos y el tiempo de la maravillosa culminación llego para dos.
Sus respiraciones eran agitadas, salió del interior de kagami escuchando una queja al sentir el vacío.
–Será mejor que te arregles kuroko te estará esperando – sonrió ahomine acariciando el rostro del agotado kagami en la cama.
–Genial, ahora tendré que ducharme nuevamente.
–No, quiero que vayas así – kagami alzo una ceja no entendiendo – Quiero que vayas con mi olor impregnado en tu cuerpo.
Las mejillas de kagami se impregnaron de rojo, aomine tenía esa manía de hacerlo sonrojar con sus idioteces.
Ahora el pelirrojo caminaba al lugar dictado con kuroko, no podía creer lo infantil que podía llegar hacer daiki, al final no lo dejo ducharse y el mismo fue por un paño al baño para luego eliminar los rastros de su semen. De solo recordarlo hacia querer perder la cabeza.
–Por fin llegas kagami-kun
–Lo siento kuroko, ¿dónde quieres ir?
–Quiero que me acompañes al hospital
–¿eh? –kagami no entendió, si bien el más bajo solo le había dicho “acompáñame a una parte”, pero no pensó que fuera al hospital –¿tienes algo? – pregunto con cierta preocupación.
–Creo que estoy en estado – kagami se quedó helado ante la declaración
–¿y lo dices así como así?... de todos modos si crees eso porque me lo pides a mí y no a kise? –estos dos ya llevaban un año de relación y kuroko era doncel, por lo que no era de extrañarse.
–Es que no estoy seguro y si es verdad quiero que sea una sorpresa para su cumpleaños que es el siguiente mes.
Hablando de una u otra o cosa y entre tantos disfrutando del silencio, pues ninguno de los dos era conocido por ser muy hablador, llegaron al hospital.
Kagami estaba sorprendido por primera vez había visto una faceta diferente en kuroko, el menor estaba feliz, pues efectivamente tenía 2 meses y medio de embarazo. Se notaba a leguas que a pesar de que aún no salían de la preparatoria él bebe seria bien recibido. Y más por él. ya quería contarle aomine del nuevo miembro.
–Bueno kuroko vamos a comer yo invi ¡¡waaah!! – iban saliendo del hospital y un perro del tamaño de un árbol salto encima de kagami, el susto fue tan grande que lo mando derechito a la inconciencia.
~~*~~
Ahomine se encontraba recostado en la cama de kagami, hoy no tenía ningún plan y ya había terminado de ordenar así que el recortarse y dormir una siesta había sido bastante tentador, estaba a punto de dormirse cuando el sonido de su celular hace que frunza y el ceño y lo conteste de mala manera.
–¿Qué quieres?
–Aomine-kun, con kagami-kun estamos en el hospital… –la mente de ahomine trabajo a mil por hora, su corazón de detuvo y temió lo peor.
–¿Que le paso? – algo le había pasado estaba seguro sino ¿Por qué llamaba kuroko?
–Tranquilo no pasó nada solo se desmayó por… –no lo dejo terminar, pregunto en que hospital estaban, corto y salió a toda prisa de la casa.
Lo primero que hizo fue divisar el pequeño cuerpo de su amigo y cuando lo encontró corrió a su lado.
–¿Donde esta taiga?
–Tranquilo solo se desmayó, íbamos saliendo del hospital, y un perro salto sobre él, sabes cómo es del susto se desmayó – ahomine respiro tranquilo, la fobia hacia los perros de su novio realmente era grave.
–¿y aun no despierta?… ¿Cuánto lleva?
–una hora casi, por eso te avise, apenas cayó al suelo como estábamos en la entrada del hospital inmediatamente lo ingresaron, le explique lo de su problema con los perros, pero el doctor dijo que su desmayo no era normal, por lo que lo revisaría. Y aun no salen a decirme nada – okey ahora si el peli azul estaba preocupado, pero solo le quedaba esperar.
–¿Oye y porque estaban aquí? –Daiki se sorprendió del cambio repentino del menor, hace nada estaba totalmente serio y ahora con su pregunta su rostro había cambiado a uno totalmente deslumbrante.
–Es que… – iba a responderle pero en eso llega el doctor, el mismo que había atendido a kuroko antes.
–kuroko-san – lo llamo y se acercó a el –no hay nada de qué preocuparse, aún sigue dormido, solo es cansancio debido a su a su estado lo más probable es que se haya estado exigiendo demasiado.
–¿su estado?... ¿Qué quiere decir con eso? –el doctor lo quedo mirando a daiki como diciendo quien rayos es usted.
–Él es su novio doctor – intervino el menor y el rostro del doctor se llenó de comprensión.
–A su estado me refiero a que el joven kagami tiene mes y medio de embarazo.
–… –nada, nada salía de la boca de aomine menos de kuroko, quedaron en shock ante lo dicho eso era imposible.
–Pero… kagami no es doncel – dijo kuroko atónito. Aomine no salía de su trance
El doctor al ver los rostros incrédulos de los jóvenes les indico que le siguieran a su oficina.
–¿Porque dicen que no es doncel? –pregunto el hombre mayor sentándose y pidiéndole a los menores que también lo hicieran.
–El jamás lo ha mencionado y creo que tampoco lo aparenta – respondió ahomine casi irónico aun no lo creía
–Comprendo… puedo suponer que el tampoco lo sabe y creo que es normal, por lo que pude notar el físico de kagami es bastante tonificado y fuerte… –Se detuvo al sentirse algo intimidado por la mirada filosa de aomine, rio en su interior suponía que le costaba manejar sus celos – lo que quiero decir, es que el físico de un doncel normalmente es fino, no logra desarrollarse como el de un varón si no que se estanca, y por la generalización personas como kagami que logran trabajar su cuerpo creen que no lo son, es solo genética, al igual que su tiempo para poder procrear es más tardío, pero eso no cambia el hecho de que sea doncel y que está en estado.
Ahomine termino de procesar todo, su pelirrojo era doncel, estaba embarazado, seria padre… ¡demonios! Tendrían un hijo, un trocito de él su taiga
–¿Doctor está seguro?– pregunto con desconfianza no quería ilusionarse y después caer de bruces al suelo, el señor lo miro con ternura y asintió.
–Completamente, me especializo en donceles y lo note apenas lo vi.
Luego de eso los dos amigos salieron aun impresionados por las dos nuevas noticias.
–Aomine-kun yo me voy esto es algo que tiene que conversar los dos, iré a contarle a kise de los dos nuevos integrantes
–Si… –contesto ido – espera… ¿dos?
–Si –respondió kuroko tanteándose la barriga – por eso estábamos en el hospital.
Luego de sonreírle comprensivamente se despidieron, aomine se llevó a kagami al departamento realmente se estaba carcomiendo el cerebro de mil y una formas de arrojarles la bomba, miraba a taiga y realmente lo veía agotado y no era para menos ambos eran bestiales a la hora de entrenar y jugar partidos. Sin duda la nueva personita tenía mucho que ver.
–¿Porque me miras así? –pregunto el pelirrojo arrojando toda su humanidad en el sofá.
–¡oye, oye! Ten más cuidado –le grito con algo de susto al ver la brutalidad con la que se arrojó al sofá su ahora embarazado novio. Kagami lo vio alzando una ceja, pero lo ignoro
–No puedo creerlo desmayarme por culpa de un perro, ¿es que puedo dar más vergüenza? – daiki camino al sofa he hizo que alzara su cabeza para sentarse, kagami quedando con su cabeza apoyada en las piernas del peli azul.
–Sobre eso… tu desmayo no se debió al perro si no a otra cosa… – “¿bien que dijo kuroko? tacto…tacto ante todo” –El doctor dijo que eras doncel, y que estabas embarazado –al diablo con el tacto, taiga no era de los que entendiera si no se les hablaba directo.
El silencio se hizo presente y una carcajada se dejó escuchar, taiga se sentó y miro al moreno con risa en su rostro.
–No sabía que se te daba bromear así ahomine…
–…
Taiga se puso serio y sus ojos carmesí se posaron con los serios y temerosos de daiki.
–¿Es enserio? – el moreno procedió a contarle lo sucedido mientras el dormía y su rostro no cabía de la sorpresa, incredulidad y miedo., dejo caer su cabeza hacia atrás.
–yo… no lo sabía, lo siento – en cosa de segundos se había llenado de inseguridad, por una parte se sentía contento, sin duda ahora podían formal una familia, pero ahí llegaba la siguiente noticia estaba embrazado, eran muy jóvenes y ¿si aomine no lo quería?, sus pensamientos estaban desordenados y nada claros, se llevó una mano a la cara y se tapó los ojos con frustración.
–Porque te disculpas bakagami –lo tomo del rostro y lo obligo a mirarlo – si por esa cabecita tuya paso el estúpido pensamiento de que no lo quiero estas muy equivocado, sin duda a los dos nos tomó por sorpresa, pero es la segunda mejor noticia que mes has dado después de que me respondieras que también me amabas, eres mi felicidad lo sabes – termino de decirle ocasionando la sonrisa cálida de kagami
–Creo que no lo logro asimilarlo ¿es enserio? – volvió a preguntar, aomine le sonrió con ternura y le indico que se sentara entre sus piernas dándole la espalda, lo abraso y poso sus manos en la plana barriga de taiga.
–si, es enserio, aquí dentro está el primero de nuestros hijos – susurro en su oído besándolo, mordiendo delicadamente su lóbulo, daleo su cuello y lo comenzó a besar, mientras su manos creaban estragos en el torso del pelirrojo
–mm…espera…
–¡ahh! no KAGAMI TAIGA, antojos, cada capricho que quieras te lo cumpliré , pero ni se te ocurra privarme de ti – le dijo con tono de ultratumba, era bien sabido que durante el embarazo pasaban por un periodo en que no querían sexo y eso el no se lo iba aguantar.
–jajajaja… tonto no me dejaste terminar –se dio media vuelta y sentó a horcajadas encima se su moreno –Te amo daiki
El nombrado le sonrió de manera deslumbrante y le correspondió con un beso cálido y lleno de amor, diciendo muchas cosas con solo actos y no tardaron en volver a amarse como solo ellos sabian.
~~*~~
Cuatro años han pasado y ya los dos contaban con veinte años y un hermoso hijo doncel, su piel era clara como la de kagami, pero su cabello era tan azul como el de su padre, de personalidad retraída y delicada, el tesoro, orgullo y adoración de ambos padres
–Aun no puedo creer que ustedes par de bestias hayan tenido a una creatura tan bella como lo es akira-chan –decía kise en el comedor abrasando más bien estrujando al pequeño entre sus brazos.
–ya to-san deja a akira-chi es mio –le dijo un pequeño rubio de tan solo cuatro años, quien miraba a su padre con el ceño fruncido.
–¿quién es tuyo kyo? –pregunto daiki poniendo todo su porte delante del menor rubio quien era la copia viva de kise hasta su odiosa personalidad como decía el moreno, kagami quien venía de la cocina con kuroko solo suspiro, aomine se ponía a la altura del pequeño cuando se trataba de su hijo y kyo no percibía o ignoraba el aura asesina de su padrino
–Mi oto-san dijo que akira-chi era mío, mi prometido, mi futuro esposo y la madre de mis hijos –ante tal declaración, las reacciones no se dejaron esperan, kagami no creía haber escuchado tal cosa de un pequeño de cuatro años, aomine totalmente en shock y con ganas de matar a kise, y kuroko evitaba reírse pues efectivamente kise le habia dicho a su hijo que akira era su novio, por lo que tenía que cuidar que nadie se lo quitara, pero lo demás habia sido de la propia cocecha del pequeño.
–akira-chan ve con kyo a jugar a tu cuarto – le dijo taiga para que no vieran la próxima pelea que se avecinaba, el pequeño peli azul asintió y tímidamente tomo la mano de un sonriente rubio.
–¡Voy a matarte kise! – grito aomine a la siga del rubio mayor quien salio corriendo del departamento.
Kuroko y kagami solo sonrieron al ver como sus dos amores jugaban juntos unos sanamente por ahora y los otros al si te pillo te mato.
Fin