Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dulce contacto por RinkatakuChibbiSan

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Holas~

He aquí un fanfic simple, pero dulce, para el bicho más codiciado del Santuario >w

Notas del capitulo: Que lo disfruten~
Nuestra vida en el Santuario siempre ha sido así: madurar rápido, hacernos más fuertes de lo que éramos el día anterior y aprender rápido también. Nunca me opuse a nada de eso, ya que entendía que nuestra responsabilidad era muy grande con respecto al futuro de la humanidad; la Guerra Santa contra Hades se avecinaba conforme los años pasaban.

Era mi cumpleaños número catorce, en ese entonces aún me emocionaban las fechas de celebraciones, tanto los cumpleaños de mis compañeros como la Navidad misma. Para el Santuario, en esos tiempos de preparación, cumplir catorce años era como cumplir dieciocho; ya nos empezaban a considerar hombres. Debíamos hablar como hombres, comer como hombres, comportarse, vestirse, responsabilizarse... En otras palabras: DEBÍAMOS ser hombres, sí o sí. Yo no me quejaba, es más, era otra oportunidad para dar todo de mí.

Lo que en realidad me gustaba del cumpleaños "catorce/dieciocho" era que nos permitían hacer una especie de fiesta o reunión con nuestros compañeros de rango dorado. Era un día de alivio, donde se podían olvidar los problemas por un rato y tomar una bocanada de aire fresco. Y luego, al día siguiente, un nuevo hombre trabajaba y entrenaba en el Santuario ¡Como hombre!

Estas ideas siempre originaron en mí mucha emoción cuando era niño, y aún seguían latentes, hasta que...

-- ¡Despierta, hombrezote! --Afrodita saltaba en mi cama junto a Aioria, y cuando abrí mis ojos sobresaltado, Dita se reía arriba mío y el otro alborotaba mis cabellos.

Los miré enojado por el sobresalto -- ¡Déjenme! --Trataba de apartar al suizo, pero comenzó a abrasarme con fuerza y felicitarme como si hubiese ganado un premio. Oí la puerta abrirse y una tenue risa, al instante identifiqué la voz de Mu.

Escuché pasos detrás de él y, cuando ellos voltearon, se apartaron de inmediato de mí --Buenos días --Me sonrió el borrego, alcanzándome mi cepillo para el cabello.

--Buenos días --Me incorporé en la cama para bostezar y estirarme un poco. Al agarrar el cepillo, le sonreí a los otros dos visitantes. El segundo me había llevado el desayuno a la cama, ¡Qué buen amigo era!

--Feliz cumpleaños --Su fría y tranquila voz era música para mis oídos. Reciví la bandeja con una amplia y agradecida sonrisa.

Mis cuatro amigos me acompañaron en el desayuno y hablamos amenamente, hasta que se hizo la hora en que debía levantarme.

Mis preciados compañeros lograron distraerme de lo que temía hacía un par de días atrás. Al dejarme solo en mi habitación para que me cambiara, lo pude analizar, ¡Cómo me odiaba en ese momento!... Tantos años de espera para que ese día llegara... ¡Y me sentía exactamente igual que ayer! ¡Ser hombre no podía sentirse igual que ser niño! Ya no me sentía ni hombre ni niño... solo sentí decepción.

Uno creía en algo de tal forma que, si se arruinaba de un día para otro, uno se sentía traicionado por la vida y la realidad. Ya mis compañeros se habían ido a entrenar, pues ellos no tenían el día libre. Suspiré con algo de tristeza al cerrar la puerta de mi habitación detrás de mí, ¡Qué rápido se deshacían los sueños de niño! Eso fue lo único que sí sentí cambiar.

-- ¿Qué pasa, Milo? --Me sorprendió que Camus, siendo tan responsable, aún me haya esperado en el templo --Creí que estarías emocionado hoy --Su preocupación por mí me estremeció.

Negué con la cabeza, sonriendo --Yo creí lo mismo. "No todo es lo que aparenta ser", ¿Verdad?

Sonrió tenuemente -- ¿Te refieres al día?

--Más o menos.

--¿Damos una vuelta?

Quedé boquiabierto -- ¿Y tu entrenamiento?

--Puede esperar --Me agarró de la mano y comenzamos a caminar --Tú también lo dijiste en mi cumpleaños, ¿Recuerdas?

Volví a sonreír, siempre pasamos lindos momentos juntos --Si --Aunque, para ser cinsero, no había sido tan cálido conmigo antes como para apretar mi mano contra la de él y sonreírme de la forma en que lo hacía. Siempre mantuvimos cierta distancia.

--No te sientes hombre, ¿Me equivoco? --Supuso luego de un silencio, y continuó sin esperar respuesta --No debes presipitarte, a todos nos pasó. Uno no puede cambiar en tan solo 24 horas.

--Tienes razón... Pero ya pasaron varios meses desde tu cumpleaños.

--Es lo mismo --Refutó --Es un largo camino, amigo mío --Algo surgió de mi pecho al oír esas palabras, "amigo mío", ¿Por qué odié tanto esa expresión?

Seguimos caminando por un par de horas, hablando del entrenamiento, de nuestros compañeros, de los turistas que no dejaban de molestar en Atenas, de las futuras misiones, cómo será el rostro de Athena... Algo siempre me dijo que yo realmente no quería hablar de esos temas con él, sino de algo más...

Aunque nunca tuve la menor idea de qué podría ser. Sabía que tenía relación con mis ganas de preguntarle qué pensaba de mí, con la extraña esperanza de que respondiera que no me veía sólo como su compañero de armas, o su mejor amigo, ni su hermano, sino como alguien más importante, sin saber qué podría ser más significativo que eso.

--Quieciera que me perdonaras por no conseguirte un regalo a tiempo --Nos detuvimos nuevamente al llegar a Scorpio.

--Está bien --Tuve la osadía de abrazarlo --Con tu compañía ya es más que suficiente --No quería, pero debía decirlo --Amigo.

Rió por lo bajo -- ¿Sabes? Creo que podría darte un regalo de todas formas --Se apartó --Aunque no sé si te guste.

--No importa, ¿Me dirás qué es?

Negó con la cabeza, ya serio --Cierra los ojos, Milo --Pidió con voz fría, pero en extremo gentil.

Yo obedecí, algo nervioso por la cercanía de su rostro. Con sus manos sostuvo mis mejillas y acortó la distancia lentamente. Se rozaron nuestras narices y sus labios besaron los míos. En esos segundos que se nos hicieron eternos, abrí mis ojos sorprendido y noté sus mejillas sonrojarse. Aunque quise, no pude reaccionar.

Sus párpados se movieron pausadamente y me miró a los ojos; por primera vez me sentí dueño de su mirada. Sin sonreír, sin dirigirme la palabra tampoco, corrió suavemente el flequillo de mi cara y se apartó.

Dio media vuelta, lléndose a paso tranquilo sentido a Sagitario --Espera --Apreté su mano para detenerlo --Te irás... ¿Te irás sin decir nada?

-- ¿Qué más da? No necesito tus insultos o reclamos --Contestó sin voltear ni zafarse de mi agarre. Recordé con opresión en mi pecho el contacto anterior que, lejos de serlo literal, había sido muy dulce; casi tan dulce como los cupcakes de manzana que nos preparaban las Damas de Compañía en las fiestas de Año Nuevo...

Me pareció muy curioso también que se hayan ido esos recuerdos a mi mente en un momento como aquel --Solo quiero saber algo --Me acerqué un par de pasos hacia él y volteó a verme a los ojos -- ¿Hace falta... esperar a mi próximo cumpleaños para que me beses otra vez?

…l me sonrió --Sabes bien que no.
Notas finales: En fin, espero que lo hayan disfrutado y ¡¡FELIZ CUMPLEA—OS, BICHITO!!(/*0*)/ Ya 48, jejeje...

Saludos~~

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).