- Siempre que cocinas algo con salsa de soya no debes ponerle mucha sal ¿sabes? La salsa de soya ya tiene una cantidad considerable de sal, así que no es necesario echarle más… - decía Naruto como quien habla en un show de tv
- ¡Que no es eso lo que te estoy preguntando Naruto! – estalló Itachi - ¿qué demonios hacen tus padres y Karin aquí? ¿qué en el santo nombre de Madonna está pasando aquí? – el rubio solo pudo cubrirse la cara con gesto resignado.
- Francamente Ita, a mí también me gustaría saberlo – dijo riéndose un poco. A Itachi se le parecía sospechosamente a la risa de un loco.
- ¡Naruto! – grito Kushina. - ¿Aun no terminas? ¿Necesitas ayuda? – Oops, si algo sabía Itachi de Naruto, era que odiaba que alguien entrara a la cocina a interrumpirle. Vio la cara del rubio por un momento y en efecto estaba tratando desesperadamente de no responder nada muy mordaz.
- Si Kushina, ahora que lo dices, me hace falta un poco de ponzu, aceite de sésamo tostado y algunos hongos Shitake, como ya vamos a ser más personas comiendo, va a hacer falta – respondió con la sonrisa mejor fingida que Itachi le haya visto jamás.
- Entonces creo que nos harán falta unas bebidas también. – respondió la pelirroja con tono cantarín. ¿Tienes pensado algo para el postre? ¡Oh pero que tonta soy! Si apenas esta mañana hice una tarta de manzana, debí haberla traído– ¡Bingo! A Naruto le brillaron los ojos.
- Sería una pena no tener de tu tarta para el postre, no la pruebo hace cuatro años – dijo el rubio con una dosis perfecta de melancolía fingida, que Kushina obviamente se tragó.
- ¡Oh cielo! – exclamó Kushina, ¡Ay por favor! Kushina normalmente no era así de mansa y complaciente, ambos, Naruto e Itachi la conocían bien, y en términos normales no movería ni un dedo, pero el rubio se estaba aprovechando un poco de la culpa que consumía a la pelirroja por el golpe que aún relucía un poco en su cara. - ¡Minato! – gritó la matrona al rubio mayor, quien estaba sentado en una caja de libros hurgando las cajas de mudanza y mirando reprobatoriamente los objetos dentro de ella, pero dio un brinco asustado por la estridente voz de su esposa - ¡Enciende el auto! Iremos a recoger la tarta de manzana que hice esta mañana para el postre, Sasuke y Karin vayan al mercado y compren hongos Shitake, ponzu y aceite de sésamo tostado y algo de beber, puede ser té de cebada.
Las ordenes fueron dadas y no había nada más que hacer sino acatarlas, por mucho que le molestara a Sasuke o Karin el tener que separarse así fuera por media hora del rubio. Itachi miraba fijamente la cara de inocencia y fingido gozo de Naruto, vaya que había aprendido un par de cosillas útiles en Tokyo, lo que le recordaba, que debía interrogarlo como si de policía de homicidios se tratase; una vez todo el mundo abandonó el apartamento con iguales caras de circunstancia (menos Kushina claro) Itachi se abalanzó hacía el rubio y se paró frente a él, el rubio había crecido un par de centímetros, pero cualquier esfuerzo era inútil para su modesto 1,85cm, bajo esa perspectiva, el menor seguía siendo un enano.
- A pesar de todo sigues siendo un enano Naru – tenía que hacérselo saber, era como una tarea enviada por alguna entidad divina (como Lady Gaga)
- Eres todo tacto ¿no Ita?
- Yo soy muchas cosas maravillosas Naru, pero en este momento soy el policía malo, así que vas a cantar como pajarito, y me vas a decir ¿cómo en el santo nombre de Beyoncé tus padres y tu hermana llegaron aquí y empezaron a jugar a la casita? – Si Itachi había mencionado a Beyoncé en una pregunta, era que iba mortalmente en serio, Naruto le miró fijamente, para luego formar una sonrisa torcida y burlona.
- Siempre he pensado que Katy Perry barre el piso con Beyoncé ¿sabes? – dijo socarronamente.
- No profanes tierra sagrada, pagano de mierda – respondió serio Itachi a lo que Naruto soltó una sonora carcajada.
- Te he extrañado como no tienes ni idea, maldito otaku del pop. – dijo divertido para luego abrazar al más alto.
- ¿Crees que puedes derretirme con esos comentarios inesperados después de que escupiste en la divinidad del flow? – contrario a lo que decía, el Uchiha mayor correspondió al abrazo que le daba el rubio – Yo también te extrañe mucho Naru. Pero ahora vas a escupir la sopa y decirme cómo pasó todo esto.
- Bueno, empecemos por el principio, que te conozco bastardo, le diste luz verde a Sasuke para estar conmigo esta tarde ¿cierto?
- Me declaró culpable y no me arrepiento – dijo con una sonrisa ancha - ¿pasó algo?
- Tu hermano me va a causar un paro cardiaco un día de estos.
- ¿Por qué lo dices?
- Bueno… tú sabías que él se me confesó cuando era niño ¿verdad? – el Uchiha asintió – en ese momento obviamente no sentía nada por él pe-
- ¿Y es que ahora si lo sientes Narutin? - dijo con voz cantarina.
- Déjame terminar bastardo, obviamente no sentía nada por Sasu en aquel entonces ¿cómo podría? Apenas esta descubriendo mi sexualidad y Sasu era un chiqui. Pero fue bastante maduro esa vez, sabía que no iba a corresponder sus sentimientos, ni que comenzaríamos a ser novios o que caminaríamos tomados de la mano caminando por la orilla de playa en un tierno atardecer de verano, pero si me dijo que cuando creciera se me confesaría de nuevo cuando fuera mayor, pero ¿sabes? En ese momento me pareció una promesa infantil, de esas que haces sin pensar mucho en lo que estás diciendo realmente, así que esa vez lo dejamos ahí, pero una vez me fui a Tokyo, por alguna razón no pude sacarme esa promesa de la cabeza.
- ¿Pensaste en mi hermano todo este tiempo?
- No precisamente, pensaba siempre en todos ustedes, en Karin y en ti, y para mal pensaba en mis padres, pero siempre que por alguna razón pensaba en Sasuke, recordaba esa promesa infantil, creo que en mi subconsciente esa promesa era algo que me aferraba a verlo de nuevo, así fuera para que me dijera que lo que sintió por mí no fue más que un enamoramiento infantil.
- Pero no estás enamorado de él – dijo con seguridad.
- No, no lo estoy, pero… hoy se me confesó de nuevo y las sensaciones fueron completamente distintas.
- ¿A qué te refieres?
- Ha cambiado mucho, para empezar, está más bueno que Jared Leto.
- ¡De verdad eres un maldito pagano! ¡Nadie puede estar más bueno que Jared Leto! ¡Nadie! –ambos rieron ruidosamente.
- Hablando en serio, se ha puesto muy guapo, y sus sentimientos también han madurado, Ita, me mira como si yo fuera todo su mundo, y cuando me mira así las piernas se me vuelven de gelatina, y me abraza y es como si fuéramos dos piezas de rompecabezas que encajan perfectamente. – mientras hablaba Naruto miraba el suelo y se sonrojaba de a momentos.
- Es decir, a Sasuke lo único que le faltaba para conquistarte eran un par de años encima ¿y ya?
- Pues me parece que le sientan bien – dijo el rubio mirando a otro lado.
- Eres mi amigo Naru, mi mejor amigo en todo el maldito mundo y te adoro y lo sabes, pero llegas a jugar con mi hermanito y te castro ¿entendido? – esta vez la seriedad era real.
- No podría hacerle eso… no a él.
- Entonces ¿llegaron a algo?
- Sasuke me pidió la oportunidad de conquistarme, y yo acepté, y a este paso vaya que la tiene fácil conmigo. – dijo sonriendo.
- No se la pongas fácil Naru, Sasu está muy acostumbrado a que las cosas se le den fácil, creo que necesita una cucharadita de realidad. – dijo el Uchiha con tono malicioso.
- Entiendo – respondió el rubio riendo.
- Ahora cuéntame sobre tus adorados padres y la pequeña Karin.
- Pues ya teníamos planes de comer nosotros tres, e inicialmente había ido al instituto de Sasuke a buscar a Karin, pero ella no fue hoy, así que le dije a Sasuke que la llamara para que viniera también, cuando hablé con ella la invité, pero al parecer mi madre escucho la conversación, no me preguntes cómo, sabes que ella tiene unos métodos algo escabrosos para conseguir lo que quiere. El resultado fue a toda la familia en mi puerta, debiste haber visto mi cara Ita, para empeorarlo todo cuando Kushina me vio me golpeó de nuevo, creo que es la manera en la que expresa su afecto – dijo mientras sobaba su mejilla.
- Pues se tomó varias atribuciones rápidamente, me abrió la puerta como si esta fuera su casa.
- Ella es así, una vez que entraron hablamos un poco, no les he contado nada realmente, ellos ya sabían porque me fui, ya había hablado con Minato y le había explicado varias cosas, que me imagino se las contó a Kushina, de plano les dije que no me arrepentía de la decisión que había tomado, pero al parecer Kushina había vivido con el corazón en la garganta estos años, de inmediato me dijo que volviéramos a ser una familia y todo el rollo, te mentiría si te dijera que no me hicieron feliz esas palabras, pero creo que todavía estoy un poco receloso, en fin que cuando le dije que me gustaría que realmente fuéramos familia de nuevo, pues ya ves cómo se puso.
Itachi se quedó en silencio, aun cuando había sido el primero en enterarse que su mejor amigo volvía a Konoha, en ese momento lo invadía una sensación de irrealidad que le asustaba un poco, no que creyera que fuera un sueño realmente, pero a veces la realidad le parecía tan etérea que tenía que pellizcarse un poco para saber que todo estaba pasando de verdad, como en ese momento, hablando y bromeando con Naruto como si nada hubiera pasado, volviendo a oler el delicioso aroma de la comida que este preparaba e incluso soportando sus palabras paganas, se lo había repetido mentalmente muchas veces, pero Naruto de verdad estaba de vuelta, y se sentía tan feliz, casi tan feliz como cuando fue al concierto de Beyoncé hace un par de años. Aunque si le pusieran a elegir…
- Sería una decisión difícil, pero creo que escogería a Beyoncé. – dijo de la nada el Uchiha rompiendo el silencio previo.
- Tú escogerías a Beyoncé sobre cualquier cosa en el mundo Ita.
- Oops, ¿lo dije en voz alta?
- Tu amor por ella nunca se queda en silencio, idiota – rio el rubio, Itachi también rio, había extrañado tanto eso.
- Tal vez, solo tal vez, y solo de vez en cuando, podría escogerte a ti sobre Beyoncé. – dijo de repente, Naruto volteó y le miró significativamente.
- Y yo te escogería por sobre Lady Gaga – respondió el rubio con la misma significativa mirada.
- Pero… / Aunque…. – dijeron al tiempo.
- ¡Nunca por sobre Madonna! – se gritaron al mismo tiempo, riéndose como un par de idiotas, que de hecho, básicamente, lo eran.
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Sasuke y Karin tenían la difícil misión de conseguir los ingredientes faltantes, y aunque no lo parezca es una misión verdaderamente difícil, por amor de dios, los hongos shitake son asquerosamente difíciles de encontrar por esa época, han pasado ya por cuatro tiendas y no hay en ninguna, ahora se dirigían a un supermercado, probarían su suerte allí.
- A mí me huele a que quiso deshacerse de nosotros por un rato – dijo Sasuke (con justo conocimiento de causa)
- ¿Cómo crees? Mi hermano no es así.
- Bueno pues, tal vez no era así, tal vez aprendió un par de cosillas interesantes en Tokyo.
- Ya sé, tal vez no quiso deshacerse exactamente de nosotros, estoy segura que era de mi madre y de mi padre, venga, que no es que hayan olvidado todo y ahora estén en corriendo juntos por un campo de tulipanes, desde que tengo memoria mi mama ha sabido la forma exacta de estresar a mi hermano, y apuesto lo que quieras a que lo hace intencionalmente.
- Tu mamá da miento Karin. – dijo Sasuke mientras le recorría un escalofrío por la espina, y pensar que Naruto y Karin tenían los mismos genes demoniacos de esa mujer.
- Aunque, creo que correr por su departamento nuevo persiguiéndonos por las fotos de su tiempo en Tokyo tampoco fue una de nuestras mejores ideas. – El Uchiha solo aparto la mirada en un gesto “digno”.
- Es tu culpa – dijo en un balbuceo que la pelirroja pudo escuchar perfectamente.
- No empieces, maldita cacatúa.
Sasuke tenía un deja-vu… le daba escalofríos pensar que exactamente como era su relación actual con Karin, fue la relación que tenían su hermano y Naruto años atrás, ¿es que acaso había algo en los Uzumaki y en los Uchiha que los atraía mutuamente de esa forma? Presentía que su amistad con Karin iba a seguir indefinidamente, con comentarios raros, peleas estúpidas y apoyo incondicional igual que su hermano con el rubio, debía ser la magia del amor y todo eso, pero en ese instante le golpeó a Sasuke una repentina sensación de cariño por Karin, de esas que te nacen de la nada, realmente la apreciaba, era la única amiga de verdad que tenía, habían compartido mucho hasta ese momento, y era la única persona que lo soportaba con toda su mierda y su mal humor, por eso debía ser sincero con ella…
- Karin – llamó Sasuke
- ¿Mmmh? – respondió sin voltear la cara.
- Hay algo que debo confesarte. – esa afirmación hizo que la pelirroja parara su caminata y le mirara fijamente.
- ¿Es serio? Como para que tengas esa cara…
- Bueno, es “serio”, solo sentí que es algo que debo conversar contigo, y de hecho creo que tu opinión, junto con la de mi hermano son las únicas que realmente me interesan.
- ¿De qué hablas Sasuke? – Karin comenzaba a tensarse… ¿algo que de todas las personas solo le incumbía realmente a ella y a Itachi… ¡Espera! ¡Podría ser…! - ¿Es sobre mi hermano? – A Sasuke se le bajó el alma al piso.
- Si.
- Te escucho
- Yo… he estado enamorado de tu hermano desde que tengo 11 años. – Sasuke no era de los que daban rodeos, su filosofía siempre había sido “directo y al punto” Ahora Karin le miraba con los ojos muy abiertos y boqueando como un pez.
- ¿D-d-desde los 11? – el azabache solo asintió, solo un poco nervioso.- ¿Y él lo sabe?
- Si
- ¿Cómo? ¿Te confesaste? – volvió a asentir - ¿Cuándo?
- La primera vez cuando tenía 13, obviamente me rechazó, era todavía un niño.
- ¿Volviste a hacerlo verdad?
- Si – Karin miró fijamente a Sasuke, este se esperaba un estallido de ira, una cachetada, un “que asco”, se esperaba de todo menos el abrazo del que fue presa segundos después.
- Debió haber sido muy duro para ti… el que se haya ido así… - estos Uzumaki… definitivamente eran una puta caja de sorpresas, Sasuke correspondió el abrazo, porque lo necesitaba, porque se sentía bien, porque la persona que lo abrazaba era importante para él, y porque en esos cuatro años, no se había permitido derrumbarse ni una sola vez, pero ahora, en los brazos de su mejor amiga, volvía a sentir el peso de esos años separado de Naruto, del sufrimiento y la incertidumbre…
- Lo siento… yo… sé que también fue muy duro para ti, pero estas aquí consolándome a mi cuando tú también lo necesitas…
- Idiota, durante todo este tiempo pude sentir tu apoyo… pero yo no te di el mío. – el abrazo continuo por un par de segundos más… hasta que Karin se separó bruscamente de él y le asesto un buen derechazo en el rostro…. Dios, esa chica era igual a su madre.
- ¿Y POR QUÉ DEMONIOS NO ME LO DIJISTE ANTES? ¿NO CONFÍAS EN MI? ¡MALDITO IMBECIL HIJO DE PUTA! – gritaba Karin fuera de sus cabales…. Si, definitivamente los Uzumaki eran una maldita caja de sorpresas.