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YERROS E INDULGENCIA por karenka sutcliff

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Notas del capitulo:

YERROS E INDULGENCIA.

 

Para quienes no han leído todos mis fanfics, les explicaré brevemente.

Algunos de los shinigami fueron humanos en su primer vida, humanos que no cambiarían la historia de la humanidad, pero eran humanos con algo especial, lo suficientemente buenos o virtuosos como para fungir como segadores de almas, también manejo lo que son los shinigamis puros, por ejemplo Undertaker, y si usted se pregunta ¿por qué él?… bueno, pues porqué sí jajaja, o sea, es el shinigami legendario y a Grell , a él porqué lo amo, todos para mí ya tienen una historia y un pasado. A Will lo hice mortal pues porque quiero hacerlo vulnerable a las debilidades humanas y es por eso que comente tales errores carnales dejándose llevar por los recuerdos. Recuerden, estas son ideas mías solamente, Kuroshitsuji y los shinigamis William, Grell, Alan, Ronald, Eric y Undertaker son propiedad absoluta de Yana Toboso

Gracias por todo y esperemos que éste fic sea largo y de su agrado, pronto viene lo bueno.

 

 

“LA MUERTE LE TEME A MORÍR”

–Sin más que decir, el acusado es condenado a pena de muerte– el silencio absoluto reinó en la corte, sus corazón se detuvieron al mismo tiempo.

Era el escándalo del año, hace siglos que ningún shinigami era juzgado, en especial por tales actos que prometían una sentencia mortal, por tal motivo fue un juicio privado, sólo los involucrados Grell Sutcliff y William T. Spears estuvieron presentes, todos los curiosos se mantuvieron a las afueras de la gran edificación, tras las puertas algunos juzgaban, criticaban o apoyaban al acusado, todas opiniones distintas.

-Horas atrás-

Pasos firmes resuenan en los pasillos vacios, avanzando velozmente hasta su objetivo, una escolta le acompaña cual si de ver al mismo diablo se tratase, se puede sentir el miedo y la incertidumbre, el ambiente se torna pesado.

Todos esperan ver a la fiera roja en acción, los rumores de aquellos años de escuela sólo se hicieron más fuertes con los últimos acontecimientos, la corte exige su cabeza; el buen nombre de los dioses de la muerte ha sido manchado y el culpable debe pagar su osadía.

William está algo tenso, sus músculos están más que rígidos desde hace varios días y  de ser humano una terrible migraña amenaza con causarle un derrame cerebral. Finalmente llegan hasta su objetivo, a pesar de estar todo perfectamente iluminado, la celda se mantiene en penumbras.

–Agente Grell Sutcliff– llamó el guardia pero no recibió respuesta.

“Tal parece que la muerte puede oler el miedo, mientras menos queremos encontrarla más presente está en nuestras vidas”. 

–Grell Sutcliff– llamó nuevamente pero con voz algo temerosa. De entre las sombras y al parecer de la nada, la masa roja se hace presente, con fuerza se aferra a los barrotes, pegando su rostro a ellos para en un movimiento rápido tomar al guardia por la corbata agarrando también algo de la camisa de este, el hombre se tira un poco hacia atrás tratando de huir de las garras del asesino en serie; los ojos de Grell muestran una locura enfermiza mezclada con algo de lujuria; el pelirrojo sonríe ante la reacción del tipo y no puede evitar lamerse los labios, el hecho de causar pavor en los demás le causa gran placer.

–Honestamente– suspiró William

–¡Will! – él pelirrojo grita con emoción al ver a su jefe, William cumplió su promesa y regresó por él, o al menos eso es lo que espera Grell.

Spears tiene acceso a la celda de Grell, pero más rápido de lo que imaginaba, el guardia cierra la reja a sus espaldas con llave, el hombre observa su camisa arrugada, por unos instantes pudo sentir como si las manos del pelirrojo atravesaban su carne. El guardia alzó su mirada para encontrarse con la escena de un William tomando por la raíz del cabello a Grell quien chillaba de dolor pidiendo clemencia. “Este no puede ser Grell Sutcliff” pensó el hombre y secó el sudor nervioso de su frente.

–Por favor Will, por favor, yo de verdad lo lamento– suplicó la parca roja quien enterraba el rostro justo en la entrepierna del supervisor de Londres mientras se aferraba y lloraba, William se ruborizó intensamente, era difícil decir si ese sonrojo era por la acción de Grell, la vergüenza de ser observado o por la ira creciente que se mantenía aún en su interior, perdonar a Grell no sería cosa fácil, le causó horas extra al gerente, ensució el buen nombre de los dioses de la muerte, menospreció el valor de una vida matando cruelmente a las prostitutas y principalmente “abandonó” a William.

–Deja de perder el tiempo, tienes que prepararte para el juicio, honestamente, todo esto es una pérdida de tiempo– dijo William una vez que ya era libre de las garras de Grell quien yacía golpeado en una esquina, no es que a William le gustara golpear brutalmente o continuamente a su subordinado, pero simplemente el pelirrojo sabía perfectamente que botones presionar para activar lo peor en el gerente.

–Todo saldrá bien… “mi amor” – Grell se puso de pie y susurró al oído de William causándole a este un escalofrío que recorrió su columna vertebral.

–Yo no soy tu amor– respondió Will para acto seguido pedir salir de la celda y desaparecer a lo lejos dejando a Grell a solas para presentar lo que sería su segunda mejor actuación; así es, William sabía que Grell era una gran actriz, así que no se fiaría de ese amor que él pelirrojo le juraba, tampoco creía ni un poco en esas palabras de arrepentimiento que aunque parecían sinceras, provenían de Grell.

–Más vale que logres convencer al jurado– murmuró la parca obscura a los muros de aquellos pasillos infinitos.

……………………..

Antes de entrar al juzgado, William y Grell se encontraron nuevamente, no fue lo que ambos esperaban.

Un desprevenido Grell fue atrapado por la mano poco amiga de su jefe, William tomó a Sutcliff por el hombro para después y con fuerza bruta azotarlo contra la esquina de una columna del pasillo, la espalda de Grell  golpeó con fuerza el filo de aquel bloque de concreto, quedando algo adormecida por la fuerza del impacto.

–¿Qué demonios crees que estás haciendo? ¿A caso pretendes burlarte de todos? – la parca obscura preguntó con rabia, la forma humana de la parca roja lo tenía completamente desconcertado. Grell sólo sonrió ampliamente, después de todo es una gran actriz y tenía a su lado al mejor abogado, aunque pagaría caro su defensa.

–Sus actos son una vergüenza para nuestra sociedad– exclamó el juez, William apretó sus puños discretamente, odiaba a Grell, en verdad quería molerlo a golpes con sus propias manos, esa tontería de jugar a Jack el destripador había tenido serias consecuencias y es que … ¿sentencia de muerte?, en verdad, ¿la muerte le temía a morir?.

–Señor…– Grell tragó saliva.

–Tengamos en cuenta que todas eran mujeres sin valor alguno, prostitutas todas, no traerían ningún beneficio a la humanidad.

–¡Cállate Grell Sutcliff! – advirtió William, tenía que pensar en algo rápido y debía evitar que Sutcliff lo arruinara de nueva cuenta.

–Los actos cometidos con esas mujeres demuestran absoluta crueldad y falta de buen juicio, un shinigami debe de ser capaz de juzgar almas por sobre todo, ningún sentimiento de amor u odio debe de interponerse a la hora de trabajar– fueron las palabras del Juez.

Ya se había dictado sentencia pero William haría lo imposible por reducir la condena de su subordinado, si alguien habría de castigarle ese sería él, el gerente movería sus influencias y usaría todos sus recursos, hasta los más sucios y bajos y para eso necesitaba a su ídolo el sepulturero, el shinigami Legendario era una institución para la parca obscura, pero todo esto quedaría oculto para Grell, la muerte carmesí no debía enterarse de la misericordia de su amado William.

–William, William, William, el amor… un error fatal, que te puede costar la vida…  “otra vez”, no debes olvidarlo– susurró el peliplata al oído del supervisor de Londres mientras apretaba juguetonamente la mejilla de este.

–Si un shinigami se enamora este debe morir, es por eso que las parcas trabajan sin sentimientos, porque finalmente, el amor no les permitirá matar a su víctima. “Una vida a cambio de otra”

–Señor, con todo respeto, si insinúa que mis actos son por amor usted está en un error, en un gran error– repeló William, Undertaker sólo sonrió.

–No le guardes rencor, él la mató y regresó contigo–

–Después de todo, una  eternidad solos nos puede llevar a la locura–concluyó el peliplata para después retirarse victorioso, de verdad disfrutaba poner en contradicción a su querido William.

Alegaría falta de personal, se culparía a sí mismo de negligencia y se responsabilizaría absolutamente de Grell. William  mostró la carta de disculpa de la muerte roja que en verdad era muy convincente, y su principal defensa… “no se puede ejecutar a un shinigami puro” pero sí se le puede encerrar de por vida, pero eso tampoco era una solución.

–Grell quiere ser dominado y sólo William es capaz de tal hazaña, es por eso que han estado juntos desde su examen desde hace 80 años, un pequeño descuido le pasa a cualquiera– dijo el peliplata con una sonrisa triunfante ante el jurado.

–Gracias al señor Spears, ese pelirrojo no nos ha matado.

–Pero no olvidemos que William también tiene un antecedente homicida, el novio despechado que acribilla a su prometida jejejeje.

–Recordemos que durante la ausencia del señor Sutcliff, el gerente se tornó un poco desquiciado; todo tiene un equilibrio perfecto, pero si los separamos… quien evitara que William T. Spears no mate a todos– concluyó Undertaker causando que un escalofrío recorriera la columna del juez, la palabra del segador jubilado era ley.

–El amor nos vuelve locos hehehehehehehe.

–Y honestamente, matarlos a ambos o encerrarlos de por vida no es la solución más juiciosa, estamos cortos de personal.

–Finalmente todos tenemos las manos manchadas de sangre inocente.

William se mordió la lengua casi hasta hacerla sangrar, las palabras de su superior fueron un golpe bajo para su orgullo, pero al menos había conseguido lo que quería, ahora ese pelirrojo tenía una deuda muy grande.

Nadie podía creer la sentencia de Grell, una suspensión de unos pocos meses con  trabajo de oficina, los rumores y chismes no tardaron en hacerse llegar, pero no pasaron de eso “rumores”, que siempre habían existido y como siempre serían ignorados por William.

La noche después del juicio de Grell, ambas parcas finalmente tuvieron la oportunidad de reunirse tranquilamente, los últimos días habían sido un caos total.

William yacía sentado en la sala de descanso, ocasionalmente se frotaba las sienes, momentos después Grell apareció con una taza de té caliente para su jefe, William alzó la mirada, observo a Grell fijamente como si tratara de entender el porqué de las acciones del pelirrojo.

–Will– dijo Grell mientras tomaba asiento a un lado de William.

–Guarda silencio– dijo el mayor con los ojos entrecerrados mientras echaba la cabeza hacia atrás.

–Bebe un poco de té, sé que estas cansado– después de estas palabras, Grell tomó la mano de William y la apretó tiernamente.

–Sólo quédate así– William abrió los ojos para mirar al pelirrojo a su lado.

–Me quedaré a tu lado– susurró Grell mientras recostaba su cabeza en el hombro de William.

–Gracias por cuidar de mí.

– Podría irme, desaparecer–fueron la palabras cortantes de William que soltó la mano del carmín.

–Sabes que me dirías a dónde vas para que te siguiera– respondió Grell con una sonrisa triste mientras miraba el techo.

–Te amo, en esta vida y en la siguiente, nuestro hilo rojo es fuerte­.

–Deja de decir eso– William frunció el ceño.

–Tu silencioso amor es lo único que necesito–después de estas palabras Grell se puso de pie y dejo sólo a William, no sin antes mandarle un beso y guiñarle coquetamente el ojo.

 

 

Notas finales:

 

HELLOOOOOO bueno, hasta aquí los yerros de Grell, próximos capítulos, Slingphries fuck yea, aún está en “veremos” eso del lemon jijijiji.


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