Ansioso, distraído, en otro mundo, perdido, nervioso. Esa era la lista de palabras que podían describir a Taemin en este momento. Estaba oscuro, y hacía tanto frio que cada vez que suspiraba algo parecido al humo salía de su boca. Froto sus manos intentando darse algo de calor. Eran las cinco de la mañana. Cualquiera se preguntaría: ¿Qué hacía un chiquillo de quince años, solo, a tempranas horas en una esquina desierta?
Esperando…
Había perdido la cuenta de las veces que se había encontrado allí, esperando. Mejor dicho, esperándolo a Él…
Él, la causa de sus sonrojos, sus desvelos, sus suspiros, sus sonrisas, y algunas lágrimas… El dueño de su corazón. Pero, claro, eso Jonghyun no lo sabía.
Para Jonghyun, Taemin no era más que un gran amigo al que adoraba, alguien con quien podía hablar, desahogarse, alguien en quien podía confiar, alguien con quien siempre podría contar… Pero, también, era alguien que le gustaba. Para cualquiera sonaría estúpido o extraño, pero así era. Jonghyun no veía a Taemin de la misma manera que el pequeño lo hacía con Él, pero le encantaba su cuerpo. Si, ese cuerpo bien formado, atractivo, esa piel blanca, suave, y virgen le fascinaba. Moría por tocarla, besarla, sentirla, marcarla… y más de una vez lo había hecho. Si algo lo caracterizaba, era su capacidad para conseguir lo que quería. No quería lastimar a su pequeño, ni estaba en sus planes hacerlo, solo lo deseaba, y no se controlaría. Lo tendría para Él.
-Taeminnie, ¿Te hice esperar mucho?
El pobre corazón de Taemin se aceleró, y sus manos comenzaron a temblar. Había llegado, por dios, ¡Había llegado!
-No, Hyung, llegué hace unos minutos-Mintió con una sonrisa- ¿Cómo estás?
- Mejor que nunca- Dijo mientras lo abrazaba por la cintura con fuerza, pegándolo más a su cuerpo.- ¿Me has extrañado?
El cuerpo de Taemin comenzó a tener pequeñas corrientes eléctricas en todo su cuerpo sólo por sentirse envuelto en los brazos de Jonghyun.
-Te extrañe mucho, Jjong.- Dijo antes de recibir el beso más profundo y necesitado de su vida. Habían pasado más de tres semanas desde la última vez que habían tenido un encuentro similar, y sus cuerpos se extrañaban, se necesitaban…
El lugar era perfecto, pues era un parque en un pequeño y casi deshabitado pueblo, en el que nadie los vería.
Taemin sentía los labios del mayor moverse apasionadamente sobre los suyos, sumado a pequeñas mordidas e intentó corresponderlas lo mejor que pudo. Aún con Taemin en brazos, Jonghyun caminó hasta un pequeño muro en el que apoyó a Taemin mientras este lo abrazaba con sus piernas. Quien conociera al menor, jamás se lo imaginaría haciendo este tipo de cosas, hasta el propio Taemin se sorprendía de sí mismo, pero ese era el efecto que Kim Jonghyun tenía sobre Él.
Sintió como unas grandes manos se colaban debajo de su playera, tocando todo a su paso, su vientre, su pecho… subiendo hasta su cuello.
-Veo que… También me has echado de menos, Jonghyun.
-Más de lo que te imaginas…
Jonghyun bajó al suelo a Taemin, le sacó la playera, y le puso su chaqueta. Admiró el pecho desnudo de Taemin, ese que tanto le fascinaba, y perdió el control. Comenzó a besar con más rudeza al menor, mientras lo tomaba de los cabellos. Hacía poco que había descubierto en Él esa faceta medio masoquista, y le encantaba. Sintió un pequeño y bajo quejido, y supo que estaba comenzando a llegar a donde quería: Estaba haciendo disfrutar a su pequeño. Taemin no quiso quedarse atrás, y llevó una de sus manos a la nuca del contrario, profundizando el beso, mientras que su otra mano recorría ese pecho fornido que le encantaba, adoraba la idea de que su Hyung asistiera al gimnasio, pues amaba la forma que había tomado. Siguió bajando hasta llegar a su vientre, en el que sintió esos abdominales marcados que adoraba delinear, y dejó la boca de Jonghyun para besar uno de sus puntos débiles: su cuello.
Jonghyun no pudo evitar suspirar cuando sintió ese beso húmedo e inexperto que estaba recibiendo, Taemin recorría su cuello con gula hasta que llegó a ese punto en el que el mayor enloquecía, ese bendito punto en su cuello que lo hacía vibrar de placer…
-Jjong, creo que… las cosas se disfrutan más… cuando hace tiempo no las sentías-Decía Taemin entre beso y beso. Hizo tal y como había aprendido, comenzó a repartir besos sensuales y húmedos por las mejillas del contrario, siguiendo de nuevo por su cuello, deteniéndose en ese punto recién descubierto y que le estaba comenzando a gustar besar, mientras con una mano desabrochaba con una, para Jonghyun, dolorosa lentitud, los botones de la camisa del mayor para seguir bajando con sus besos… Deteniéndose en uno de sus botoncitos, succionándolo, mordiéndolo, mientras estimulaba el otro con su mano, hasta dejarlo bien erecto. Su mano siguió bajando, lentamente- Le encantaba desesperar al mayor- hasta llegar al resorte de su pantalón.
-¿Debería continuar?- Dijo Taemin con la voz más provocativa que pudo emitir, mientras colaba parte de su mano en ese sitio prohibido.
-Si no quieres que me descontrole y termine tomándote, hazlo.
Pero Taemin no obedeció. Deseaba descontrolar a Jonghyun, deseaba tentarlo hasta que no aguante más…. Y entonces… Continuó.
Haciendo uso de su fuerza- aunque no lo aparentara, el pequeño tenía bastante- Tomó Él el control de la situación, dando la vuelta y apretando al mayor con su cuerpo contra la pared, y besándole de la forma más agresiva, húmeda, sucia y guarra que pudo, mientras acariciaba el vientre bajo de Jonghyun, pasando casi imperceptiblemente por su pelvis, para tantear apenas en un roce casi inexistente el miembro del mayor, y luego volver a subir.
Quería desesperarlo, hacerse desear, torturarlo, hacer que su cuerpo arda de ganas de tomarlo, quería cegar a Jonghyun, hasta sacar fuera ese animal sediento de placer que sabía que escondía dentro.
Comenzó a mover sutilmente sus caderas, buscando ese roce exquisito entre ambos miembros, al principio fue suave, pero termino en un movimiento rudo y desenfrenado en el que parecía que se quemarían por tanta fricción. Recordó lo que su Hyung le había dicho sobre la forma correcta de besar, y lo puso en práctica. Hizo presión con su lengua sobre los labios del mayor, el cual le dejo entrar gustoso, y se desató una brutal guerra entre ellas por tomar el control. El beso fue tan demandante, tan provocativo, tan… deliciosamente excitante, que Jonghyun decidió que era hora de actuar.
-Veo que has aprendido bien, pero ahora, deja el resto a los expertos.
Taemin medio sonrió, la arrogancia de Jonghyun era otra de las cosas que tanto le gustaban de Él.
Si Taemin había sido rudo, no había palabras para describir la actitud de Jonghyun en ese momento. Se dedicaba a besar, tocar, morder, succionar, apretar, y dejar marcas por donde pasaba. Era tan, tan placentero, que Taemin solo pudo concentrarse en sentir, disfrutar, y gemir por el trato que estaba recibiendo. Gemía un poco más fuerte y exagerado de lo que debía, pero solo era para excitar más a Jonghyun.
-Dime del 1 al 10, cuanto disfrutas-Dijo Jonghyun con ese tono que tanto encendía al menor.
-S.. Si-alcanzo a articular el pequeño.
Jonghyun comenzó a dejar besos por su clavícula…
-Cin… ah! Cinco.
Comenzó a bajar por su pecho, mordiendo en donde podía…
-Siete… mngh…
Se tomó su tiempo para lamer, delinear, estrujar y morder ambos botones del menor…
-Siete… y medio…
Sin previo aviso, tomo entre sus manos el miembro del menor con fuerza, acariciando de arriba hacia abajo, pero con firmeza.
-Ah!! Nueve…
Subió a la boca del menor para reclamarla salvajemente, mientras bombeaba más rápido, y de la nada, se arrodillo, y, para sorpresa del menor, bajo su ropa y engullo la mitad de su miembro.
-Ahh~~!! Jonghyun!! Diez!!
El mayor comenzó un vaivén más rápido de lo que el menor podía soportar, succionaba, ahuecaba sus mejillas, delineaba el falo con su lengua, mordía despacio, mientras que con una mano estimulaba sus testículos y con la otra sostenía al menor del vientre para prevenir una caída.
Taemin no podía creer las sensaciones que estaba sintiendo, Jonghyun sí que sabía lo que hacía… Lo estaba volviendo loco, no podía aguantar mucho más…
-No te contengas más- dijo Jonghyun mientras comenzaba a acelerar más, lo cual pensó el menor que era imposible, el ritmo con el que metía y sacaba el miembro ajeno de su boca.
Conteniendo un grito, Taemin se corrió en la boca de Jonghyun, quien, como todo un experto, se tragó todo.
Espero unos segundos a que el menor recuperara parte de sus fuerzas, y luego de acomodar su ropa, volvió a levantarlo entre sus brazos.
Volvió a besarlo, y le susurró al oído:
-Es mi turno, y lo sabes.
Comenzó a besar por vigésima vez el cuello del menor, mientras este metía su mano dentro de la ropa interior de Jonghyun, para bombear su miembro de la misma forma que había hecho con Él anteriormente.
El vaivén era lento pero firme, pasaba su pulgar de vez en cuando por la punta, y apretaba un poco más en ocasiones, hasta que logro entre suspiros que el mayor terminara en su mano.
No llegaban más lejos, solo porque el menor quería llegar caminando normal a clases.
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Pasados unos minutos, ambos estaban tan acomodados que nadie creería lo que acababan de hacer. Era el momento de despedirse hasta el próximo encuentro.
Taemin iria a la escuela, y Jonghyun, a casa de su novia. Esa que impedia a Taemin mostrar sus verdaderos sentimientos.
Luego de darse un beso suave, dulce, y lento, que destilaba amor de parte del menor y cariño del parte del mayor, se dieron un abrazo, y Taemin susurró:
-Feliz cumpleaños número veinte, Hyung.
Cada vez llegaban más lejos, y Taemin, aunque tenía miedo de avanzar, no podía evitarlo. Jonghyun era su veneno, su adicción, y, aunque le doliera, nunca iba a dejarlo.