Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Ciudad de los Muertos por InfernalxAikyo

[Reviews - 1104]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaa, Querubines! 

Aquí estoy, también más temprano de lo que querría xD 

Lo prometido es deuda y aquí esta su...sorpresa (?) 

Hoy nos narrará alguien muy especial
Espero que lo disfruten. 

Como siempre, si encuentran algún error háganmelo saber. 

Abrazoos :) 



PD: Este cap lo escribí escuchando Early Sunsets Over Monroeville de My chemical romance  Una canción que calza bastante bien con el cap, ya que fue escrita para la película "el amanecer de los muertos" y cuenta una historia parecida xD

Capítulo 64: “Temblor”


Otra vez clavas tus vacíos y apagados ojos sobre mí.

   —¿Quieres morderme, hijo de puta? —te pregunto, camino hasta ti y acerco mi rostro al tuyo. Los azulados ojos ahora están oscuros, dilatados y manchados por las venas que se derraman dentro de ellos. Gruñes otra vez—. ¿Quieres comerme? —me burlo. Abres la boca para soltar un alarido digno de un animal salvaje y yo te doy un puñetazo para hacerte callar. Y es que no soporto tus malditos gruñidos, joder. Tu cuerpo ya inerte se vuelve a rendir sobre la cama mientras tus jadeos y sonidos me parten la cabeza.

La puerta se abre.

   —Señor Scorpi…

   —Dile a los chicos de Cuervo que vengan de nuevo a ajustar estas cadenas —interrumpo al hombre que acaba de entrar—. Se está soltando otra vez.

   —¡A-A la orden, señor! —La puerta vuelve a cerrarse y la mitad de la última frase de ese hombre la escucho desde el otro lado. Puedo sentir el miedo en él antes de salir. ¿En serio son tan cobardes de temerte?

Acostumbro a llevar un revólver atado a mi cinturón,  lo desenfundo y apunto directo a tu cabeza. Pero mi mano está temblando. ¿Por qué demonios tiembla tanto?

   —Fue divertido, Cuervo… —pronuncio esas palabras como si me despidiera, como si pudiese despedirme realmente de ti. Como si me escucharas.

Pero ya estás muerto. ¿Acaso las palabras importan?

Otra vez clavas los azulados y oscuros sobre mí, y casi parecen vivos, casi parece que tienes algo dentro. Casi parece que quieres hablarme.

Te enamoraste del monstruo, fue lo que dijiste.

Y eso sólo hizo las cosas más difíciles.

Cierro los ojos y disparo sin mirar. La bala te atraviesa la cabeza, tu cuerpo ya sin vida cae y se derrumba, se desvanece, desaparece. Luego todo es silencio. Estoy solo y tú también estás allí, tu cuerpo, sobre esa cama ahora manchada con sangre.

Pero ya estás muerto.

   —¡Agh! —despierto sobresaltado y con la respiración cortada. Llevo mis manos sudorosas a mi pecho al sentir un fuerte dolor ahí otra vez. Se siente como si mis jodidos pulmones fueran a explotar en mi interior, pero eso es una maldita locura.

Uno de mis hombres que está vigilando la puerta se me queda mirando, confundido.

   —¿E-Está bien, señor Scorpion? —tartamudea como un idiota y se acerca al notar que no puedo responderle. La garganta se me cerró de pronto.

¿Qué es esto?

   —Estoy bien —contesto con dificultad y el hombre vuelve a su posición. Quizás estoy enfermando. Había tenido una pesadilla; había soñado y eso era algo que no acostumbraba a hacer, que no acostumbraba a recordar. Inmediatamente miro hacia la cama que está al lado de la silla en donde estoy sentado. Tú sigues ahí, completamente encadenado sin poder moverte. Tus vacíos y azulados ojos se percatan de mi presencia y se pegan a mí.

   —¿Qué pasa? —pregunto—. ¿Quieres comerme, hijo de puta? —repito el recuerdo de las frases de mi reciente pesadilla en tono de burla. Dejas escapar un gruñido como respuesta. Estás completamente desnudo sobre la cama y joder, cómo me gustaría follarte ahora mismo. Pero ya no me gustas como antes, tu piel se volvió pálida, más pálida, como si de un momento a otro la sangre hubiese dejado de pasar por tu interior, quitándote el color. Tus labios están casi negros. Tus ojos apagados. Tu lenguaje corporal es de una bestia que quiere atacarme, morderme, que quiere matarme.

Pero las cosas nunca han sido así entre nosotros. Yo soy el que ataca, yo soy el que desea comerte, destruirte. Y eres tú quién desea ser devorado.

Ya no eres tú. Y lo sé muy bien.

   —Dile a los hombres de Cuervo que vengan a ajustar estas cadenas —ordeno—. Se está soltando —El hombre obedece rápido y desaparece tras la puerta. Quedamos solos.

Y el dolor en mi pecho no pasa.

   —¿Pasará si te disparo ahora? —La boca de mi revólver roza tu frente pálida y fría. Mi mano tiembla, justo como en el sueño. Intento apretar el gatillo, pero mi dedo no reacciona, no responde a mis órdenes. Lo suelto en un jadeo.

No soy tan idiota como para no darme cuenta de lo que está pasando.

No puedo matarte, aunque lo desee.

   —Le he dicho a los demás que se queden fuera… —Una voz irrumpe en la habitación y el médico de mi escuadrón cierra la puerta tras de sí—. Está bien encadenado así, Scorpion. Cuervo podría volverse realmente loco si ve tanta gente junta, no sabemos hasta dónde llegan sus límites, así que evita generar problemas, por favor —avanza hacia la cama al verme guardar el arma y sin temor alguno te toma del cabello negro para inspeccionarte las pupilas con una linterna—. No ha mejorado nada, ¿verdad?

   —¿Cómo va el desarrollo de la cura? —pregunto sin responder a ninguno de sus anteriores comentarios.

El hombre suspira. Es una negativa.

  —¿¡Cómo demonios no han desarrollado una aún!? —grito sobre su rostro.

   —¡F-Fue Wolfang quién elaboró este virus! —responde él, la voz le tiembla—. ¡Es muy difícil para nosotros…!

   —¿¡Es muy difícil para ustedes!? ¡Idiotas!

   —Wolfang… Wolfang es un maldito genio, Scorpion —Anniston intenta defenderse—. Hemos estado más de tres días intentando desarrollar una cura, pero no hay recursos, no hay laboratorios, los hombres están cansados. Nos estás pidiendo que te demos oro cuando aquí ni siquiera hay madera para construir una minera. No vamos a lograrlo y creemos que…

   —¿Creen? —quiero darle un golpe, pero me contengo—. ¿¡Qué demonios es lo que creen!?

Anniston levanta las manos en son de paz.

   —No creemos, estamos seguros. Wolfang debe tener una cura —dice.

Por supuesto. ¡Wolfang tiene la única maldita cura!

   —¿Estás seguro?

   —No estoy seguro… —se contradice al hablar y puedo oler el miedo en él también—. Pero los hombres de Cuervo dicen que hace tiempo Wolfang estaba desarrollando una cura, a estas alturas ya debe estar terminada.

¡Perfecto! El imbécil de Wolfang ya tenía una cura y aun así la estaba escondiendo. ¿Qué es lo que pretendía este hijo de puta?

Una nueva punzada de dolor me atraviesa el pecho. Ya me está cabreando.

   —¿Sucede algo, Scorpion? —Los ojos del médico reflejan miedo por haber preguntado.

   —El pecho me ha estado doliendo todo el tiempo, desde hace unos días —respondo y él sonríe como un estúpido—. ¿Qué es tan gracioso?

   —Si me lo permites… podría decir que simplemente estás angustiado.

   —¿Qué?

   —Estás preocupado, Scorpion. Ya sabes, por Cuervo.

   —No lo estoy.

   —Duele justo en el centro del pecho, la garganta se cierra, sudan las manos… —enumera cada uno de mis síntomas como si él mismo los estuviese sufriendo—. No me extrañaría que estés teniendo pesadillas también.

   —¿Y eso qué? —pregunto, restándole importancia.

   —Estás angustiado, simplemente. Es normal, Cuervo es…

   —¿Qué estás insinuando, imbécil? —me acerco y él retrocede un par de pasos y prácticamente huye de mí al correr hasta la puerta, donde se detiene antes de abrirla para salir. Sus ojos se posan fijos en algún lugar de la muralla tras mi espalda. No me está mirando directamente.

   —Trabajé muchos años engañado para este proyecto, Scorpion —comienza a decir, con la voz ligeramente temblorosa—. Si sigo en este lugar es sólo porque el hombre que está tendido en esa cama convertido en una bestia tuvo la valentía de rebelarse contra E.L.L.O.S y motivar a todos aquellos que creemos que lo que está haciendo esa organización de mierda está mal —toma aire y hace una pausa, como si le doliera decir lo que está hablando—. Tú estás angustiado porque ese hombre es lo único que te mantiene medianamente cuerdo, porque es tu maldito cable a tierra y porque te sientes culpable, porque él te salvó. Porque si no fuera por él, serías tú el que estaría muriendo en esa cama. Y estoy seguro que él estaría como un loco buscando la forma de volverte a la vida —suspira y sólo entonces me mira—. Estoy seguro que no encontraremos la cura, es el maldito de Wolfang y su equipo de genios los que han creado este virus. En mi opinión, deberíamos juntar a la mayor cantidad de hombres e intentar entrar a la madriguera de Wolfang a la fuerza y arrebatarle la cura. Los cazadores se están separando, Viuda ya no está con E.L.L.O.S y seguramente ella también querrá ayudarnos o se mantendrá a raya. No tenemos nada que hacer, ni tú, ni yo, ni ninguno de esos hombres que están afuera. Y no somos suficiente —abre la puerta en un gesto lento y demasiado dramático, y de alguna forma, sus palabras me afectan—. Si quieres salvar a Cuervo, vas a tener que solicitar más ayuda.

La puerta se cierra con suavidad tras la figura del médico y nuevamente uno de mis hombres entra para hacer guardia en silencio. El idiota de Anniston quiere que consiga ayuda, pero no me interesa ser ayudado por nadie. Podía hacerlo solo, incluso sabía que podría entrar perfectamente a esa base de mierda y hacerme con la maldita cura sin ayuda.

Pero existía la posibilidad de fracasar.

Tus ojos azules y muertos vuelven a clavarse sobre mí y me pregunto qué está pasando dentro de ti ahora mismo. Tu garganta suelta un sonido gutural y animal. Me acerco y extiendo mi mano hacia tu boca, intentas morderme y te esquivo. Rozo mi mano contra la tuya; estás frío, como el maldito hielo.

No queda nada de ti.

¿Y si consigo a más hombres vas a volver?

   —Oye, Carter —le digo al gorila que vigila la puerta.

   —Dígame, señor.

   —Dile a Anniston que traiga su culo nuevamente aquí.

   —A la orden —El hombre sale de la habitación con prisa y a los pocos minutos vuelve con el médico. Su mirada ha cambiado ligeramente, tiene algo de superioridad en los ojos que me irrita, algo que quiere decir “te lo dije”.

Vuelvo a mirar el cuerpo que está a mi lado, tendido sobre la cama. Pálido como una hoja, las venas en tu rostro y cuello empiezan a marcarse amoratadas, formando un curioso relieve sobre toda tu piel. Vuelvo a plantearme la idea de partirte la cabeza con una bala y acabar con todo esto.

Pero sé que no puedo hacerlo, el temblor en mis manos cuando te apunto nuevamente lo confirma, otra vez. Dejo caer el arma al suelo y me siento frustrado. Jodidamente frustrado.

No puedo matarte y lo sé. Lo único que me queda es salvarte. 

Notas finales:

Algo está pasando dentro del corazón de piedra de Scorpy xDDD . Cuervo ha hecho que su diminuto cucharón

PD: Pero sigue siendo un hijo de puta. 

¿Qué creen que hará Scorpion ahora?


Espero les haya gustado :D 

¿Críticas? ¿Comentarios? ¿Impresiones D:? ¿Preguntas? Pueden dejarlo todo en un lindo -o no tan lindo- Review :3 

Abrazos!! :) 



Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).