Luz sin gravedad
VI
La confusa realidad
Lo sabía. Sabía que algo había pasado entre Sirius y Allen, esas miradas esquivas, esas conversaciones forzadas, esas sonrisas falsas… al parecer mi padrino también está enamorado de Allen, bueno, lo estaba. Los escuché hablar la noche antes de regresar a Hogwarts. Por lo que entendí, Sirius admitió que se había precipitado en declararse, comprendió que fue una ilusión de adolescente y además se disculpó por hacerlo sentir incómodo.
Me molesta, no el que pude haber tenido un rival dentro de mi propia familia sino el que ni Sirius ni Allen me hayan dicho nada. Me deprime el que no me tengan confianza. Estoy tan enfadado y deprimido que no quiero volver a casa. No quiero verlos por el momento. Tal vez diga cosas de las que luego me arrepentiré.
Mi actitud puede ser algo infantil, algo impulsiva, algo… tan mío. No sé qué sentir. El tiempo que compartí con Allen se vio eclipsado por la confesión de Sirius, su angelical mirada se veía en guardia, evitaba estar con mis papás y con mis tíos… debí haberle preguntado lo que le sucedía. Debí haber hecho algo. Si lo hubiera hecho, tal vez Allen habría disfrutado más el tiempo que estuvo fuera de las paredes del castillo. No habría estado en guardia, no habría estado incómodo, no habrías estado rehuyendo las conversaciones familiares.
Sumado a ello, está lo de su cumpleaños… me alegra el saber ese detalle. Y, el que Sirius aclarara sus sentimientos me alivia un poco. ¿Qué debo hacer para deshacerme de esto que siento? Me siento, enojado, deprimido y contento. Debo controlarme, no creo que Allen quiera estar con alguien que no sabe actuar con madurez.
Ya es la tercera vez que todos nos reunimos en la casa de los Potter. Ninguno ha traído noticias de Harry. Al parecer desde muy temprano salió, no ha vuelto desde entonces. Sus padres empiezan a preocuparse, Sirius, Remus y Peter les dan ánimo recordándoles lo fuerte y hábil que es Harry. Pero lo cierto es, que ni Sirius puede hallarle con su don del olfato. Aparte de la preocupación ‘oculta’ en el rostro de Sirius, también puedo ver un poco de culpabilidad. Me pregunto si él sabe la razón por la que Harry desapareció…
Están por salir por cuarta vez antes de pedir ayuda a los Aurores. Digo que ellos saldrán, no me lo permiten por recordar la advertencia que Harry les hizo desde el primer día en que llegamos: no le dejen salir a la calle solo, su sentido de orientación es más que un desastre. Por mucho que me pese, debo admitir que es cierto. Si salgo, me perderé, y sólo causaré más problemas. Aunque aún podría usar mi As bajo la manga, no me gustaría irme y no saber de Harry, el no saber si está bien o si algo se ocurrió… es algo angustiante.
Salir o no salir… me distraigo por la advertencia con la que Lily me mira, parece que sabe lo que estaba a punto de hacer. Cuando los demás me miran les aseguro que no intentaré nada. El frenético movimiento de mis manos y mi sonrisa llena de nervios casi no los convence. Casi. Ya salieron por la cuarta ronda.
Les miro marcharse, algunos desaparecer, yo miro al cielo. Hace mucho tiempo que no lo miraba así. Es tan azul pero la preocupación en mí le quieta lo bello. Suspiro, no puedo evitarlo, siento que el aire me falta de pronto.
Subo al techo de la modesta casa Potter. Me aseguro no estar a la vista de algún curioso, invoco a Crown Clown y trato de concentrarme en la presencia de Harry. Espero que esta habilidad que desarrollé hace mucho tiempo atrás aún sea de utilidad, también espero que Crown Clown quiera cooperar, después de lo que pasó en el salón de clases.
¡Oh, genial! Simplemente genial. Me concentré tanto en buscar la presencia de Harry que olvidé ocultar la mía… tonto error de principiante. Siento con claridad como varias presencias se acercan a una velocidad asombrosa, tal vez son apariciones. Sí lo son, James, Sirius, Remus, Peter y Lily, en ese orden. Al parecer, también Harry viene en camino.
Salto del techo hacia el jardín trasero, mientras ellos llegan Crown Clown puede desaparecer… justo a tiempo.
--¡Allen! –gritaron Remus, Peter y Lily.
James y Sirius buscaban indicios de algo o alguien que representara una amenaza. Recorrieron toda la casa hasta que Peter me vio por una ventana del tercer segundo piso. Mientras él avisaba a los demás dentro de la casa, Harry llegó directamente a mi lado.
Me miraba con cuidado, como buscando alguna herida o algún indicio que representara problemas. Para cuando él iba a iniciar su interrogatorio, los merodeadores y Lily llegaron para asegurarse que Harry y yo estuviéramos bien. Luego iniciaron las reprimendas hacia Harry, más él solo me miraba confundido.
--A todo esto ¿Alguien sabe a quién pertenecía la presencia de hace un momento? –inició Remus.
--No lo sé, pero sí sé que fue una presencia demasiado… extraña. –dijo Peter.
--¿Extraña? Peligrosa querrás decir. –dijo Sirius.
--Fue demasiado fuerte. –dijo Lily mientras buscaba la mano de su esposo y la de su hijo.
--Perturbadora, la necesidad de luchar contra ella se activó de inmediato. –dijo james.
--Si era tan extraña, peligrosa o perturbadora ¿Por qué vinieron directamente aquí, a la fuente de esa presencia? –preguntó Harry con algo de molestia.
Los adultos se quedaron pensando un momento en su respuesta. Luego se miraron entre ellos. Se supone que hay peligro, se debe ir a la dirección contraria para mantenerte a salvo…
--Instinto Griffindor. –dijeron.
--¿Y tú, por qué volviste? –preguntó Sirius con diversión.
--¿Instinto Griffindor? –contestó/preguntó Harry provocando risa a sus mayores.
Como si fuera a decirles que no pensé dos veces en enfrentarme a quien quiera que fuera la persona con ese poder con la condición que no los hiriera. Con la condición que no tocara ni un pelo plateado de Allen. Allen.
Cuando esa poderosa presencia la ubiqué en casa, sentí la necesidad de venir directamente, simplemente no dejaría dañara a alguien preciado para mí.
Si no vuelvo pronto, perderemos el tren a Hogwarts. ¿Qué es eso? ¿A quién pertenece este poder? ¿Será Voldemort? ¿En mi casa?... En MI casa. Mis padres… no están, mi padrino y tíos… tampoco. ¿Allen? Pero si… yo mismo les dije que no le permitieran salir de casa a menos que valla acompañado… ¡Demonios!
Después de eso, aparecía directamente en el último punto donde la presencia podría estar… porque desapareció casi enseguida. Fue menos de un minuto. En menos de un minuto una poderosa presencia desapareció sin dejar rastros… Pero, aparecí junto a Allen.
Antes que Harry pudiera preguntar algo a Allen, James miró de frente al peliplateado.
--Allen, estuviste aquí todo el tiempo, ¿Viste a quien semejante presencia pertenece? –preguntó con seriedad.
Allen no se mostró nervioso, cosa que intrigó a Harry, miraba a james con la misma seriedad y contestó.
--No, no vi a nadie. –dijo.
Tanto Remus, Sirius, Peter y Lily miraban extrañados a James y a Allen. Ellos no pensaron que Allen pudiese haber visto al sujeto, después de todo sólo fue un instante en que desaparecieron para ir en busca de Harry. Ahora que lo pensaban, fue solo un instante y, si mal no recordaban, Allen estaba en el jardín de enfrente, debería estar esperando a que Harry llegara. ¿Cómo cruzó ocho metros y medio en tan solo cuarenta segundos? ¿Cómo recorrió esa distancia si las puertas del interior de la casa estaban cerradas cuando ellos llegaron?
Sin poder evitarlo, los cinco adultos miraban con recelo a quien una vez fue su profesor de Historia de la Magia.
>>Continuará...