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El hermano de mi prometida por SoJin

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La gente corría por toda la sala principal preparandola para el encuentro entre las dos familias que en cuestiones de 1 año serian una sola hasta que la muerte separe a esos jovenes de 20 años que estaban comprometidos. Nicolás, ultimo hijo de la familia Kim, heredero de la compañia más poderosa de Seúl, rubio con ojos de color miel, de tez blanca, obligado a casarse con la hija de la empresa más poderosa de Estados Unidos, una chica con un ego grande, una diva total, la relación habia comenzado solo por negocios pero la chica termino perdidamente enamorada de este chico quien no la soporta y cada que ella viene a él solo busca una forma de suicidarse aun que sea con un lapiz negro de escribir. En pocas palabras, la odia y por fin hoy conocera a toda su familia al igual que Juniel a la familia de Nicolás lo que lo ponía completamente feliz pues su hermano mayor lo iba a ayudar para que su prometida no lo buscara al menos 2 horas para tener libertad de hablar con los invitados libremente sin que este interrumpiendo una maleducada que casi nunca lo deja hablar; miro a su hermano mayor quien entraba con su esposa y su pequeño hijo de 5 años, suspiro aliviado de saber que ya habia venido -Hermano- lo saludo sonriendo -Mi pequeño Nicolás- sonrío Tomás, el mayor de los 3 hijos de los Kim, pelinegro, ojos color miel -Gracias por venir- en su rostro se reflejaba tranquilidad por la presencia de esté individuo a quien tanto quería -No iba a permitir que esa zorra te lleve al infierno- se río despeinandolo -Pues te aviso que allí viene- susurró molesta Jazmin, la esposa de Tomás quien vio la cara de su hermano menor que le estaba rogando que la alejara -Hey cuñada. Tanto tiempo ¿Sabes algo? Mamá esta enseñando a hacer su receta especial en la cocina esa que tanto le gusta a Nico ¿Por qué no vas a aprenderla?- la agarro de los hombros llevandola en dirección a la cocina mientras Juniel solo estaba entusiasmada de saber la comida preferida de su futuro esposo.

Nicolás al no verla aprovecho para salir corriendo al patio donde tambien los sirvientes estaban decorando pues allí tenían que anunciar su compromiso ante todos y ponerse los anillos. De tan solo pensar una vida junto con esa malcriada se le amargaba el día y tan solo quería golpear algo que le ayudara a desquitarse por tener que sacrificarse por la compañia familiar, cosa que odiaba, hubiera preferido tener que morir ahogado que comprometerse, habian chicas mejores allí afuera por todo Seúl, hasta en Busan se encontraban chicas mejores que Juniel en muchos aspectos; por estar metido en sus pensamientos no se fijo por donde caminaba haciendo que choque con un chico que traia unas rosas violetas con moños blancos en cada ramo -¡Estupido ten mas cuidado!- gritó recogiendo algunas de las rosas que se le habían tirado al suelo -¿Qué no ves que los moños son blancos y el suelo tiene tierra? Agh- lo fulmino con la mirada a Nicolás quien aun no creia haber escuchado esas palabras que nunca nadie le habia dicho en toda su vida  -¡Oye!- le grito el adolecente empezando a fastidiarse -Oh... lo siento- se paro sacudiendose sin levantar la mirada para ver el odio del otro hacia él, cuando escucho la disculpa decio dejarlo pasar y no golpearlo por respeto a la familia que pronto se unira a ellos por la boda de su caprichosa hermana mayor iba a tener en aproximadamente 1 año ¿Como podía casarse con alguien que conoce tan poco? El adolecente de 18 años no entendía, solo quería romperle la cara al que lo choco y se disculpo sin mirarlo, era realmente un fastidio toda estas cosas de familias millonarias fusionandose -No lo entiendo- repitio por milesima vez en el día viendo a su hermana mirar atentamente como se preparaba la comida, solo pudo suspirar, aun era joven tal vez por eso no lograba asimilar nada de lo que pasaba en muchas ocasiones pero de algo estaba seguro: Su hermana no amaba a ese tipo realmente; ¿enamorada la pequeña diva de un chico del cual parece querer matarla? Por favor, debe ser una especie de broma, su hermana no era tan estupida, bueno estupida si era pero para dejarse engañar por el sentimiento ''amor'' pues sabia completamente que no.

-No lo entiendo hermna ¿Como puedes amar a una persona que quiere matarte hasta con la mirada?- preguntó Nathaniel suspirando -¿Recuerdas cuanto te gustaba ese peluche que Jung trajo? Bueno, te gustaba tanto, hablabas con él siempre, creias que eran novios, lo besabas pero te cegaste tanto por eso que no te diste cuenta que no tenía vida, lo amaste tanto que eso era lo unico que te importaba, tenerlo a tu lado- Juniel miro a su hermano quien tenía una expresión no de confusión, ni triste, más bien parecia de soledad y de un niño de 5 años perdido en el centro comercial -¿Realmente te vas a casar?- Nathaniel miro a Juniel quien taradeaba una melodia sonriendo y asintio con la cabeza, eso era todo lo que necesitaba para saber que ella habia tomado una decisión y no se iba a arrepentir  hasta que encontrara al amor verdadero de su vida, lo que le hizo pensar en como sus ex novios siempre le juraron amor eterno pero ese amor eterno de que siempre hablaban eran solo unos meses y se despedian, tenía muchos heridas por tantas separaciones, él se engaño tantas veces creyendo que ese alguien volvería aun que nunca le dijo que pensaba regresar, para el peliazul era un dolor de cabeza amar a alguien, aun era inexperto en esos temas, lo unico que sabía es que la relación era de dos no de uno solo, que la vida no era un cuento de hadas, que tal vez el amor eterno no existia; -Nat, él es tu futuro cuñado- lo llamó la madre a lo que el mencionado fue a saludar sin mirar a los presentes -Mucho gusto, soy Nathaniel, tengo 18 años, por favor cuida de mi- hizo una reverencia de 90° mirando el suelo, se habia deprimido por todos los recuerdos de desamores. Nicolás lo miro, ese chico parecía fragil, le entraron unas inmensas ganas de cuidarlo, protegerlo, encerrarlo en sus brazos y no soltarlo por miedo a que se lastime ¿Qué eran esos sentimientos de querer aferrarse al peliazul? -Mucho gusto, espero seamos grandes amigos- le extendío la mano, el menor no tenía intención de agarrarla pero su madre le dio un codazo a lo que alzo la mirada y agarro la mano de Nicolás.

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Tres segundos bastaron para que quedaran enamorados, mirandose a los ojos sintiendo esa electricidad recorrerles todo el cuerpo haciendoles erizar la piel, aun sujetaban sus manos, un sentiminto los lleno en ese instante, un sentimiento de ¿Amor? Aún no lo sabian, era confusó, solo no querían soltarse nunca jamas -¡Amor!- gritó Juniel desde lejos haciendolos despertar de aquel momento soltandose rapidamente las manos bruscamente -Veo que conociste a mi Hermano ya- entrelazo sus brazos sonriendole alegremente pero el mayor solo fingio una pequeña sonrisa y dirigio sus ojos al menor quien no lo estaba mirando -Si me disculpan, tengo cosas que atender- mintío Nathaniel alejandose de aquel ambiente totalmente nuevo para él ¿Qué habia sido eso? ¿Qué le pasaba? A los dos se invadio un vacio en el interior cuando se soltaron, sus cuerpos pedian a gritos la calidez del otro -¿Qué le pasara?- preguntó Juniel preocupada -A lo mejor sigue deprimido- habló la madre llendose de allí a lo que Nicolás la miro confundido ¿Deprimido? ¿De qué? -Hace poco termino con su novio, suena increible pero si, tenía novio, es homosexual, aun así lo quiero mucho- Juniel miro a su prometido -Parece muy mono- susurró solo para él, se sintio enojado de que el adolecente se sintiera deprimido por un imbecil que de seguro ya esta con alguien más -Juniel, querida, vamos- habló Jazmin desde las escaleras -Nos vemos luego- le dijo a Nicolás despidiendolo con un beso para luego irse para donde Jazmin la esperaba;  Camino por el patio encontrandose con el hermano de su prometida sentado en una banca debajo del árbol de cerezos, no dudó en acercarsele -¿Pasa algo? ¿Mal día?- se sento al lado de Nathaniel -Lo mismo de siempre- suspiro rendido sin dejar de pensar en su ex -Me contó que terminaste la relación que tenias hace poco ¿Estas bien?- preguntó Nico viendo como el otro negaba con la cabeza dejando escapar pequeñas lagrimas, su impulso gano antes que su cerebro y lo abrazo, un abrazo que él otro correspondio llorando en silencio.

-Gracias- susurró Nathalien secandose las lagrimas que quedaban en su rostro -Pronto seremos familia, tenemos que ser unidos- sonrío pero de pronto sintío como si la palabra ''familia'' le doliera, a ambos, algo les hizo querer no ser familia, algo dentro de ellos se rompio e inmediatamente sonrieron para no llorar sin saber el motivo esta vez -Tienes razón, seras parte de la familia pronto- Nathaniel no dejo de sonreir aun que le dolía dentro de el *¿Por qué me siento así?* pensó -Ven, te mostrare algo- Nicolás lo agarro de la mano llevandolo hacia quien sabe donde, el adolecente solo se dejo llevar. Llegaron a la terraza de la casa, Nathalien quedo encantado por aquel lugar, se podía ver todo desde allí -Es hermoso- susurró viendo hacia abajo como todos se movian de un lado al otro terminando de decorar el exterior de la casa -Nadie sabe de este lugar, solo tú, sera un secreto- sonrío y de pronto el otro se sitio especial por aquella palabras ''solo tú'' ''sera un secreto'' *¿Nuestro secreto?* pensó sonriendo sin saberlo -Nat..- lo llamó Nico haciendo que esté se de vuelta y queden a pocos centrimetros sus rostros, si alguno daba algun movimiento sabian que sus labios iban a tocarse *No podemos* pensó el menor *Tengo que hacerlo* pensó el mayor sin apartar su vista de aquellos apetitosos labios que lo llamaban haciendolo enloquecer por probarlos al 100% borrando la esencia de los anteriores amores del pequeño azul.

Y el pecado los llamó

Sus labios se unieron, cerrando lentamente los ojos, aquel toque se convirtio en un beso desesperado como si el otro fuera a desaparecer en cualquier momento, un beso cargado con pasión y lujuria que los invitaba a probar más. El mayor mordío el labio de su pequeño acompañante haciendolo gemir y adentrando su lengua para la guerra. Sus manos traviesas se deshicieron de la ropa que ambos llevaban puestos haciendo que solo sus boxer's quedaran, cada toque el otro daba los hacia sentir en el cielo, Nicolás bajo hasta el cuello donde dejo varias marcas notables, bajando a la clavicula dando pequeños besitos en ella. Jugó con los pezones haciendolo retorcer de placer, mordiendose el labio para evitar gemir, bajo y empezó a lamer el miembro amenecido del menor por arriba de la tela haciendolo gritar ahogadamente, ellos sabian que debian parar pero no querían hacerlo; se quitaron lo que quedaba de tela, el mayor saborio en su totalidad el miembro ajeno haciendo gemir al peli-azul de una manera en que nunca lo hizo antes, suplicando por más. Lubrico tres dedos, los metio en la entrada de esté uno por uno haciendo sumergir en un paraiso de dolor y placer convinados perfectamente, saco sus dedos y se apuro a embestirlo con su miembro palpitante que hasta le dolía, las embestidas fueron fuertes, luego de algunas ambos se corrieron, la esencia del rubio se corrio dentro del azul y el de azul en sus abdomen.

Y fui feliz...

Y allí estaba Nathaniel viendo como su hermana y su amante estaban en la iglesia a punto de decir ''si'', no pudo evitar sonreir deprimido, Juniel le daria a Nicolás lo que Nathaniel no podía darle: Hijos. Un sentimiento hizo que quiera escapar de ese lugar llorando pero no podía, debia soportar, este era su destino, estar junto con el rubio sin que nadie supiera, sin que pudiera reclamar lo que era suyo cuando realmente no lo era, él no era suyo, él era de su hermana y aunque esté le dijera mal de mil veces que le pertenece al menor, él sabia que no era verdad, sabia que debia alejarse pero el mayor era todo para él *¿Quien dijo que el amor no era sufrimiento?* pensó viendo como los otros dos se besaban frente a sus ojos y todos los familiares presentes en la boda... su mundo se le derrumbó, su paraiso se fue a la mierda, ya nada tenia sentido.

-Tio- saludó una pequeña niña de pelo castaño claro -Hey ¿Como estas?- preguntó Nathaniel -Hermano- saludó Juniel abrazada a Nicolás que sonreía como si nada -Tanto tiempo- saludó Nathaniel a ambos -Nat- se acerco una chica peliroja besandolo suavemente -Cuñada- sonrío Juniel pero la expresión de Nicolás le dio a entender al menor que odiaba a esa chica pero ¿Qué queria que hiciera? Decidio no ser el segundo y vivir comodamente como heterosexual o al menos esos eran sus pensamientos.

-¿Les cuento?- preguntó la peliroja a su novio -Diles- sonrío abrazandola de la cintura -Estoy embarazada- sonrío como si quisiera llorar de alegria -¡WOW! Kamer, felicidades- dijeron Juniel y Nicolás al mismo tiempo.

Nicolás acorraló a Nathaniel en un rincon oscuro -Te extrañe- dijo el mayor a lo que el menor contestó con un beso, un beso que hace mucho lo habria vuelto más loco que en este momento eterno...


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