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»The wedding date por Sopapo

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Notas del fanfic:

¡Sopapo is back! –A nadie le importa. Tssk.

En fin… Ya terminé las clases y mis exámenes finales en la universidad, y he decido realizar comeback. So… Para las personas que estaban esperando EXO en Facebook III y IV, les tengo buenas noticias. Ya tengo listo el final y todo, así que la próxima semana tendrán los One-Shot finales. Perdónenme la vida plz, no era mi intención hacerlas esperar tanto, pero se me había olvidado mi contraseña, y además me había frustrado el haber perdido la inspiración…

Y ahora vengo con esta cosita ;; Espero que le den mucho cariño.

Aclaración: El fanfic se basa en la película, pero no de igual forma. Cambié algunas cosas que se veían algo extrañas por así decirlo ;; Pero la idea original de la película me llamó bastante la atención y está representada en el fanfic. Sin nada más que decir… ¡A leer!   

Xi Lu Han y Familia

 

“El señor y la señora Huang tienen el honor de invitarlos a presenciar el matrimonio de su hijo Huang Zi Tao con Wu Yi Fan, el día sábado 11 de agosto a las 3 de la tarde en la Iglesia Parroquial de Beijing”.

 

 

Esto no era nada bueno. No. Al menos no para el hijo adoptivo de los Huang.

¿Por qué le tenía que pasar esto justo ahora? Justo cuando se estaba recuperando de su ruptura amorosa con Choi MinHo.

Murmuró cosas inentendibles en chino y pateó uno de los tantos zapatos que tenía botados por el pasillo.

 

-       ¡No comprendo por qué te pones así! Ya han pasado dos años desde que…

-       ¡KyungSoo!- El menor de los dos abrió sus ojos como platos al verse interrumpido – Eres el menos indicado para aconsejarme. ¿Por qué tenía que ser amigo de la familia? ¿Por qué no pudo ser un tipo cualquiera?

-       Quien te manda a fijarte en ese espécimen…- LuHan lo fulminó con la mirada. Él no tenía la culpa de que semejante hombre fuera tan sexy y apetecible.

-       ¿Así? ¿Y qué me dices de JongIn, eh?- El menor rodó los ojos y lanzó un bufido bastante audible.

-       ¿No deberías tener tus maletas listas?

-       Sí, sí. Cámbiame de tema si quieres…

-       Te pones insoportable. ¡Solo es una boda y ya!- El pelinegro no alcanzó a continuar con su discurso, cuando fue interceptado por un zapato volador que cayó directamente en su cara – Ahora sí que te mato hijo de tu hermosa madre…

 

 

LuHan suspiró. A estas alturas no podía echarse para atrás y decir que tenía problemas para asistir. Ya tenía su boleto de ida y vuelta hacía Beijing, no podía perder semejante suma de dinero por un capricho suyo o más bien por una persona en específico. Luego se encargaría de matar a Tao con sus propias manos por haber invitado al imbécil de su ex.

 Se levantó con pesadez y miró sus pies por unos largos minutos. Se despeinó el cabello de manera torpe y caminó hacía el baño como si se tratara de una procesión.

“¡Que vida de mierda!” Pensó.

 

Hola, soy LuHan. Deja el mensaje y te llamaré.

 

“Hola LuHan, soy Oh SeHun. Lamento no haberte llamado anoche pero… Recibí tus mensajes. ¡Todos! Sé que estás nervioso LuHan, pero para esto me pagan. Se me hizo un poco tarde y envié a un mensajero a recoger mis boletos. Ah LuHan, y deja de preocuparte, tu ex novio deseará nunca haberte dejado y tu familia creerá que estamos enamorados. Debes confiar en mí. Te veo en el aeropuerto. Ansío conocerte”.

 

El ahora pelinegro escupió el resto de enjuague bucal que tenía en su boca y miró su reflejo con los ojos abiertos como platos tal como lo hacía su amigo KyungSoo.

“¿Pero qué…?” Luego recordó aquel nombre. Oh SeHun.

Maldijo al estúpido de JongIn por haberle hecho aceptar semejante estupidez. ¿Tan desesperado se veía?

 

Recuerda haber estado hojeando una revista y leyendo un artículo que le llamó bastante la atención. “Contrate su cita”. JongIn le arrebató la revista de las manos y lo miró con una cara que lo decía todo… “Estúpido negro…”

Ese mismo día, KyungSoo le ayudó a escoger entre miles de candidatos de un periódico a un tipo decente con el cual asistir a la boda, algo así como un hombre de compañía. 

 

-       ¿Y si es un estafador o un violador adicto al sexo?

-       Ay por favor LuHan… ¿O quieres que el famoso Choi soy un perfecto idiota MinHo se entere de que vives llorando como un solterón frente a tu tv, que comes helado como gordo despechado y que cuidas los gatos de tu vecina?

-       No era necesaria tanta maldad...- LuHan frunció sus labios en un puchero y arrugó su nariz.

-       Yo solo digo lo que veo…- El ojón se encogió de hombros y continuó su búsqueda hasta encontrar un anuncio poco llamativo y algo escondido en aquel trozo de papel. – ¡Hey! Encontré algo…- LuHan se acercó rápidamente y asintió no muy convencido – Se ve más confiable que aquellos de ahí.- El bajito apuntó unos de la sección superior del periódico y le dedicó una sonrisa – ¡Llamemos!

 

Y así fue como terminó contratando a un chico, o más bien perdiendo la suma de diez mil dólares con tal de no verse como un ridículo frente a su ex novio. ¿Acaso Oh SeHun era un dios griego o algo así como un super hombre? ¿Por qué tanto dinero? Casi se quedó en la calle por culpa de ese idiota. Pero ya no había vuelta atrás, ya todo estaba listo, y en unas horas partiría rumbo a Beijing junto a su supuesto novio.

 

El constante sonido del timbre lo sacó de sus pensamientos, y caminó aún en bata hacia la puerta de entrada. En ella encontró a un chico bajito con una sonrisa forzada.

 

-       ¿Tú eres…?

-       Soy el mensajero de Oh SeHun.

-       Oh, ya veo. Espérame un momento.- Caminó hacía el living y metió los pasajes que le correspondían al otro en un sobre. Escribió con letra clara y legible “Oh SeHun” por fuera y caminó devuelta hacia donde estaba el chico – Aquí están…- Extendió el sobre, y el contrario lo tomó esperando que el pelinegro lo soltara. LuHan sonrió nervioso, aún se negaba a soltar aquél sobre. No quería asistir, menos con un desconocido. – Es un boleto de avión… Para una cita. La mía.- Sonrió aún más, el contrario empezaba a exasperarse. – En la boda de mi hermano en Beijing.

-       Tiene que soltarlo.

-       Tendrás que ayudarme a hacerlo.- El chico tomó la mano del pelinegro y lo hizo soltar el sobre con algo de fuerza, luego tomó sus cosas y corrió fuera de la vista del mayor con miedo. LuHan cerró la puerta con fuerza. Ya estaba hecho.

 

Rápidamente se sacó la bata, tomó su pasaporte y las cosas que le correspondían y las dejó cerca de la entrada. Luego abrió uno de las tantas cajas de recuerdos que tenía guardadas bajo la cama y observó con atención una a una las fotos que tenía junto a Choi MinHo con algo de nostalgia. Al lado de éstas había una pequeña cajita de terciopelo; la tomó con cuidado y la abrió lentamente. Aquella contenía el anillo que MinHo le había regalado cuando le había propuesto matrimonio. “Maldito idiota…”

Guardó las cosas tal cual las había tenido anteriormente y corrió a cambiarse de ropa, se le hacía tarde. Puso sus queridas plantas cerca de la luz del sol y tomó sus llaves, al parecer el taxi había llegado.

Bajó las escaleras con prisa; llevaba un atuendo casual y a la vez elegante. Unos pantalones negros, un par de zapatos del mismo color y una camisa blanca algo holgada con una chaqueta negra. Echó sus maletas con ayuda del taxista y subió al auto con la respiración agitada. Este sería un largo día.

 

 

Al mismo tiempo en otro rincón de la ciudad, un chico de pelo castaño recibía sus boletos y tomaba un taxi con el mismo destino que el pelinegro. Al contrario del otro, éste llevaba solo un par de maletas. Lo justo y necesario.

 

 

Atención pasajeros con destino a Beijing, por favor abordar por la puerta 7.  

 

-       ¡Pero LuHan! Nos hacen falta más personas en la oficina. ¡HeeChul acaba de renunciar por irse junto a Choi SiWon al caribe! ¡Hay dos chicos enfermos y no hay nadie quien los cubra!- Exclamaba uno de sus tantos compañeros de oficina que se había encontrado con él fuera del lugar.

-       No me importa, debo ir a la boda de mi hermano.

-       ¡¿Pero quién me ayudará a recibir a todos esos clientes?! ¡Algunos van solo por ti!

-       Quisiera ayudarte, de verdad. ¡Pero no he visto a mi familia hace dos años! ¡Y mi vuelo sale en quince minutos…!

-       LuHan, por favor. Te lo ruego.

-       Lo lamento… De verdad.

 

 

 

LuHan miraba su alrededor inquieto. La revista que tenía en sus manos no le ayudaba en nada, mordió su labio inferior y se dedicó a leer nervioso hasta que una de las tantas pasajeras de su vuelo le habló…

 

-       ¿Tu primer viaje?

-       Uhm no, mi hermano se va a casar y su padrino es mi ex. Solo quiero saber dónde están las salidas...- Lanzó una risita nerviosa y la chica lo miró extrañada tomando algo parecido al champagne de la copa que tenía en sus manos.

 

El pelinegro vaciló, estaba a punto de desmayarse. Se paró con las piernas temblorosas y se acercó a la cabina de las azafatas para pedir un vaso de agua. Uno de los tantos chicos que estaban de servicio llamado “Zelo” según su placa, se le acercó con su pedido y lo miró de arriba abajo para ver que le sucedía. “Que nombre tan extraño…”

 

-       No soy novato, vuelo a diario. La  razón por la que me tiemblan las piernas es  que mi segunda cita está sentado en la 3B, y necesito que hoy se vea muy muy bien.- Se tomó el vaso de agua de un trago y lo miró temblando. El chico mucho más alto que él miró tras su hombro y abrió sus ojos sorprendido.

-       Hola 3B.

 

LuHan giró lentamente y abrió su boca sorprendido. Podía apreciar la ancha espalda y lo bien vestido y peinado que lucía su cita. Se acercó tembloroso y lo escuchó decir un leve “Gracias” a una de las tantas azafatas. Aquel chico castaño dio la vuelta como en cámara lenta y LuHan solo atinó a murmurar levemente al tener a semejante hombre frente suyo.

 

-       Hola…

-       ¿LuHan?- El contrario sonrió de forma amplia y miró su cuerpo de arriba abajo por un par de segundos, para posteriormente depositar un beso en su mejilla con suavidad. – Siéntate.- El pelinegro obedeció de forma automática y sintió un pequeño agarre sobre una de sus manos. “No será que…” Efectivamente. El contrario había tomado su mano con seguridad. Miró la unión entre ellas una vez que se hubo sentado y sonrió de forma incómoda para después soltarse.

-       Me alegra que lo lograras.- SeHun; como se llamaba el extraño asintió.

-       Lamento no haber concretado una cita antes, sabía que querías planear esto antes de la boda.

-       Ese trabajo debe ser loco…- SeHun bajó la mirada algo extrañado; LuHan se dio media vuelta incómodo y miró hacia el frente. Por suerte el asiento de su cita estaba tras el suyo y así no podría ver su cara de vergüenza. Luego recordó que debía decirle algo, y se dio vuelta nuevamente algo inquieto.

-       Debo advertirte… ¿Conoces a esas familias donde todos están locos pero al final del día son familia y los amas?- El castaño ladeó su cabeza interrogante. –La mía no es así…- SeHun se encogió de hombros para después tomar un sorbo de la copa que tenía en sus manos. LuHan sonrió nervioso.

 

 

El viaje estaba siendo algo pesado para LuHan que se mantenía ajeno a todo lo que pasaba a su alrededor. Como no… Si estaba roncando como si de una moto se tratara.

 

Damas y caballeros, en breve llegaremos al aeropuerto de Beijing. Al aterrizar, por favor permanezcan en sus asientos hasta que la señal de abrochar sus cinturones se apague. La hora local es 4:22 de la tarde, la temperatura es de 21 grados. Les queremos agradecer por volar con nosotros y esperamos que nos den la oportunidad de servirlos nuevamente.

 

LuHan se desperezó y miró a SeHun con los ojos entrecerrados. El castaño lo miró burlón, ya que el pelinegro estaba despeinado como nunca.

 

-       Buenos días.- LuHan se hundió en su asiento luego de escucharlo y tomó rápidamente un espejo de su bolsito de mano. “¡Madre santa! Que horrible estoy… El delineador se corrió…” Al final terminó por pegarse una palmada en la frente.

 

Una vez que hubieron tocado suelo chino, LuHan corrió al baño y SeHun se comprometió a esperarlo a la salida. El pelinegro recurrió a los sabios consejos de su amigo BaekHyun que vería en la recepción de bodas. Tenía que hacer algo con su rostro, estaba espantoso. Aplicó una pequeña capa de maquillaje y una vez conforme salió en busca del castaño.

Cuando lo encontró lo miró de arriba abajo, ahora que se fijaba bien, el traje de su cita no combinaba con su atuendo.

 

-       ¿Irás así? Porque veo que tu traje no combina con el mío. No me malentiendas… Tu ropa está bien para mí, pero la combinación es lo que buscamos.

-       ¿Quieres que se vea que nos esforzamos?

-       Exacto, que parezca que nos acoplamos pero que no nos esforzamos para eso.- El castaño lo miró fijamente de forma seria.

-       Voy a enseñarte un truco… Si miras a la gente a los ojos, jamás notarán lo que usas...- LuHan tragó nervioso y asintió cohibido.

 

 

Recorrer la ciudad en taxi junto a LuHan, su mayor según había averiguado; le estaba resultando bastante divertido. Le parecía realmente interesante la preocupación que tenía por llevarse una buena impresión de su familia y amigos, e insistía en cambiarse de atuendo al ver que no combinaban.

 

-       Chofer, ¿Puede detenerse en alguna parte, por favor?- El taxista lo miró de reojo y asintió. ¡Que pareja tan extraña!

 

 

SeHun leía algunas revistas mientras esperaba sentado al mayor, en uno de los restaurantes del sector. ¿Cuánto tiempo llevaban ahí dentro?

 

-       SeHun, lo siento. Este es el último atuendo que me pongo.- Gritó el pelinegro tras la puerta del baño.

-       Sé lo importante que esto es para ti, pero no olvides que eres un hombre hermoso y tienes todo el mundo por delante…

-       No seas así.- Respondió al salir una vez más del baño. – Me siento basura, y si me siento basura… Quiero ser la mejor basura.- Afirmó abrochando el último botón de su camisa. Y esperando algún comentario del castaño.

-       Misión cumplida.- Respondió el menor con una sonrisa.

-       ¿En serio? No exageres…- Y corrió a encerrarse una vez más al baño. SeHun suspiró cansado y miró a un chico que estaba limpiando unas mesas, aquel lo miró riendo y le habló de forma baja.

-       Prefiero el rojo…- El menor respondió con un “Se lo diré” algo seco, cuando LuHan salió nuevamente  con una camisa azul marino y unos pantalones negros algo ajustados.

-       ¿Y este? ¿Cómo está?

-       Mh…

-       ¿Está mh o fabuloso como para no dejarte ir?

-       Yo lo haría contigo. Si está bien para ti…- Respondió el chico de las mesas silbando. SeHun gruñó y puso cara de pocos amigos. LuHan por su parte rodó los ojos para volver a ponerse la camisa roja  que se había puesto anteriormente y luego de eso partieron rumbo a su destino.  

 

Notas finales:

¿Y bien? ;; Si recibo 3 reviews, me rajo con el segundo capítulo(?).

¡Denle mucho amor!


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