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La voluntad del corazón por Azur

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Notas del capitulo:

¡Hola! Son 2 meses exactos que tardé en actualizar. Mil disculpas.

A partir de ahora los capítulos serán cortos para que pueda actualizar más seguido.

¡Un montón de Gracias Blupgirl222! Este capítulo te lo dedico. Eres increíble, tu apoyo hizo que pudiera continuar con la historia. Gracias por seguirlo. Besos.

Espero que te guste

PD: Los personajes de Saint Seiya son de Masami Kurumuda, yo solo los utilizo en esta historia alterna al original por puro ocio.

Los *********** son cambios de escena.

Los pensamientos son "cursiva"

Vincent seguía atado a la silla y era vigilado por Aioria, pero el castaño pensaba en las palabras del mafioso acerca de una posible manipulación. Pero luego recordaba que no debía bajar la guardia. El enmascarado ingresó a la habitación donde estaba encerrado Vincent.

-Aioria, tú te encargaras de Milo y yo de Camus. Es necesario separarlos por que vendrán juntos- habló el enmascarado

-¿Qué quiere de Camus exactamente?-

-Protegerlo de sí mismo y salvarlo de la cárcel. Ha sufrido mucho y quiero librarlo de Vincent- y pidió al pelicastaño que se retirara. Cuando el león lo hizo, el enmascarado se quitó la máscara  y sonrió al ver a Vincent amordazado, amarrado a una silla sin posibilidades de liberarse, pero le quitó el pedazo de tela que cubría la boca.

-Isaak- dijo con mucho odio Vincent, frunciendo el ceño

-Sigo vivo en tus memorias, creí que me olvidarías- y empezó a reírse maliciosamente

-¡Estás loco si piensas destronarme!, no te reconocerán. ¿Qué hazaña harás para demostrar que mereces ser el jefe de los Smirnov?-

-Mataré dos pájaros de un solo tiro.- respondió sonriente con una mirada fría. Vincent lo odiaba, era su hermano menor y estuvo muy cerca de matarlo.

Entonces ingresó otro hombre trajeado, el más fiel de Isaak, su “mano derecha”. Se acercó al oído del menor y le comunicó unas palabras que lograron hacerlo sonreír.

-Procedan. Todo marcha bien- y se retiró el hombre, más Isaak permaneció frente a Vincent

**************************************

Milo y Camus siguieron en el hospital durante 2 días, lógicamente se recuperaban rápidamente, acción que sorprendió a Shion, el doctor que los trataba. Pero así también fueron fastidiados por las numerosas preguntas de los policías locales, en especial Milo por haber “transportado heroína”, él si se encontraba en un aprieto legal. A Camus por poco y lo veneraban, todo por miedo y porque lo conocían al ser parte de los Smirnov. Familia que dominaba a Francia debido a sus fuertes influencias en el país. Le irritaba al aguador ser tratado con tanta hipocresía y ser testigo de la diferencia del trato con el griego, entonces lo defendió y confesó que era una mercancía de los Smirnov. Las autoridades se callaron, lo anotaron en una agendita y se marcharon. Más nada se volvió a saber de ellos, pero Milo realizó una llamada telefónica pidiendo a su abogado (sí, tenía uno. Al ser  un deportista adinerado también contrató a un abogado hace tiempo) que viniera a Francia.

A Camus le preocupaba los Smirnov, en cualquier momento vendrían por ellos y era cuestión de tiempo. Estaban en su territorio, totalmente expuestos a sus sucias jugadas.

-Milo quiero salir de aquí y que salgas del círculo de los mafiosos-

-Camus, no seas egoísta. Estamos juntos en esto y no me iría sin ti, no podría-

-Lo siento, esta impotencia me desespera-

-¡Ya sé! Llamaré a Dohko y a Saga, tal vez puedan ayudarnos y vengan hasta aquí-

-Milo- suspiró desanimado el aguador y meneó la cabeza.

-Dudo que puedan pisar Francia, las autoridades no lo permitirán, inventarán cualquier excusa y todo porque a los Smirnov no les conviene sus visitas.

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-Caprichoso es el destino y más para aquellos que tanto procuran hasta conseguir lo que desean. Dohko supo que Milo y Camus estaban en Francia, gracias a un misterioso mensaje anónimo escrito en un papel encima de su oficina. ¿Cómo llegó ahí, quién le dio la información? Nadie supo responder, ni siquiera Saga. Pero el pelirrojo lo confirmó cuando pidió ir a Francia junto con Saga para seguir las investigaciones, porque probablemente allí se encuentre Vincent. No tuvieron problemas y sus jefes le concedieron el permiso, pero pasar Francia fue imposible. Inventaban alguna que otra cosa y se tiraban la pelota. Entonces ambos comprendieron que Vincent estaba ahí y les impedía el paso, pero nada sabían de los secuestrados y ya pasaron días sin recibir noticia alguna.

La única manera de entrar era con la ayuda de la Interpol, pero tuvieron que cambiar sus identidades. Aunque pareciera un delito, todo estaba legalizado y esa era la ventaja de tener el apoyo de la Interpol. Sus leyes de camuflaje eran muy efectivas.  

Después de muchos trámites ingresaron a París, la capital de Francia. Tanto Dohko como Saga recibían órdenes de la Interpol y no podían actuar solos.  

Saga buscó en la base de datos de la policía francesa por si encontraban algo sobre Milo o Camus, pero nada. Era como si nunca hubiesen entrado al país y aunque no lo dijera, él creía en ese mensaje anónimo. Que los jóvenes secuestrados estaban en Francia, en un terreno desfavorable pero vivos.

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-Además, sería bueno que no llames a nadie más. La policía sabe que estás aquí.- espetó el francés

-Estamos en problemas-

-Así es, solo hay que esperar para que los hombres de Vincent entren y nos atrapen. Llámame pesimista pero no podemos huir en nuestras condiciones- dijo y ladeó la cabeza a un lado, cabizbajo y triste.

-Mírame Camus- exigió el griego y el aguador levantó la mirada observándole a los ojos.

-Siempre hay opción, solo que muchas veces, no es fácil decidirse por una sin sacrificar otra- aconsejó escorpio.

Las camillas de ambos seguían juntas, prácticamente pegadas y Milo tocó con la diestra la mano de Camus para animarlo un poco.

Sorpresivamente el peliaguamarina besó a Milo y con sus manos rodeó su cuello. Aquel gesto fue correspondido de inmediato y aun que el escorpión estaba asombrado se sintió feliz. Camus estaba diciéndole con la intensidad de ese beso lo mucho que lo amaba y le encantaba. El amor que profesaba por ese hombre era intenso, como una llama viva y apasionante que no deseaba apagarse con nada.

Por primera vez en su vida, Camus amaba de esa manera a otro. Sentía que se derretía cuando lo tocaba pero le gustaba. Aunque no lograba comprender en qué momento amó a Milo de forma incondicional pero estaba feliz de estar a su lado.

Milo tenía el mismo sentimiento que el francés, le atraía locamente y había tanto que le gustaba de él que si los enumerara no terminaría. Hacía tiempo que no amaba así, no sintió algo así de fuerte por alguien. El peliazul tuvo un ex, alguien a quien amó bastante pero comparándolo con Camus, se dio cuenta que no amaba al otro así como al aguador.

Ese beso pareció eterno pero realmente duró cinco minutos, los más largos para ambos. Cada minuto era como un siglo. Cuando se separaron por la falta de aire, se miraron y sonrieron.

-¿Porque…- murmuró pícaramente Milo y con la siniestra recorrió el brazo del francés, luego fue subiendo hasta llegar al cuello y masajearlo, enredando sus dedos con las hebras de su pareja.

-Milo- susurró despacio y entrecerró los ojos, le encantaba como le tocaba. Sintió una pequeña corriente correr por su espina dorsal.

-..no nos ponemos traviesos?- terminó la oración y el peliazul se relamió los labios.

-Je t’aime- comunicó Camus y llevó sus manos junto a la de Milo, acariciándola, consintiéndola.

-Mon amour- habló el escorpión sonriente. El Smirnov sonrió al oírlo, era la primera vez que él respondía así, pero entendió el mensaje subliminal. Llevó su diestra y tocó el miembro de su pareja. Entonces abrió los ojos y lo miró sensual.

El escorpiano se puso duro por el contacto y ni hablar de esa mirada, llena de fuego y de pasión.

-Puedo complacerte- dijo y dirigió sus labios a los oídos del griego.

-¿Qué tal si te vienes en mi boca?- preguntó travieso y le sopló el oído. Entonces ingresó a la habitación Mu y Camus se apartó del heleno, cambiando su expresión a una fría al ver al pelirosa.

-Hola Mu- saludó educado, típico de él.

El peliazul quería morirse, estaba excitado, demasiado y ahora tenía que esconder su excitación frente al enfermero y levantó las piernas tapando con la cobija que tenía encima. Después miró a Camus de cierta manera desesperado.

El aguador correspondió a la mirada, observándolo egocéntricamente con malicia. Entonces comprendió Milo. Su linda pareja no era tan buena como creía, le jugó una trampa. ¿No era demasiada casualidad que Camus se pusiera repentinamente sensual por nada? Él habrá escuchado los pasos de alguien acercándose y se alejó en el momento justo cuando llegó Mu.

-Milo quiere ir al baño ¿Puede?- preguntó de lo más tranquilo Camus al enfermero que contempló el ambiente entre ellos un poco pesada. No siempre era así, normalmente era cálida.

-Claro- contestó el pelirosa.

Al oír el peliazul lo dicho por el francés frunció el ceño y le cogió de un mechón para acercarlo cara a cara.

-Me las pagarás Cami- advirtió despacio para que solo él lo escuchara.

-Estaré esperando- respondió a la amenaza con una sonrisa diabólica. Milo se apartó rápido de él. Enserio le asustó conocer esa faceta de su amado, pero disimuló que no.

-Ah y no soy Cami -aclaró Camus y el escorpiano se levantó de la camilla, yéndose al baño con mucha prisa.

-¿Qué le hiciste? No paraba de taparse su..- interrogó Mu

-¿Miembro?, ¿Quieres saber la verdad o prefieres oír la mentira?- preguntó arrogantemente el peliaguamarina. Mu arqueó la ceja.

-¿Te encuentras bien?- interrogó un poco preocupado. Porque no solía actuar así.

-Sí, ¿Tienes algún libro que no sea un cuento infantil?- cambió de tema el aguador y recostó su espalda por la almohada que tenía detrás.

-Hmp. ¿Te importa uno que trate sobre neurología?-

-Claro, cuanto más sepa mejor-

El enfermero se retiró y buscó a Shion. Lo encontró ocupado conversando con otros doctores pero apenas se liberó de sus colegas, Mu se le acercó y comentó el reciente estado de Camus.

-Revisaré la dosis de cada medicamento que consume. Tal vez una de ellas está alterando su psique. De todos modos lo consultaré con un psiquiatra, porque conoce mejor los efectos secundarios de las víctimas del LSD- espetó y tocaba con su dedo su mentón adquiriendo una pose pensativa y ciertamente preocupada.

-Mientras tanto ¿Qué haré?-

-Vigílalo y si puedes, habla con Milo a solas. Él debe decirte cualquier cambio de conducta que tenga Camus. No tiene que pasar nada desapercibido o nos equivocaremos al darle un pronóstico falso-

Mu afirmó con la cabeza y se fue buscando el libro para el francés. Sin embargo Shion habló con la enfermera recepcionista para notificar su receso, estaba cansado y caminó hasta la cantina, compró unas cosas y las consumió en completa soledad.

Pasaron unas horas y fue a su consultorio. Se sentó en su silla y miró el techo del lugar. Perdido en sus pensamientos. Si antes los problemas médicos lo agobiaban ahora eran mucho más y lo irónico era que sin la presencia de Dohko, todo se volvía difícil.

-Creo que lo extraño- dijo para sí al bajar la mirada hasta la mesa que tenía al frente. Se equivocó en tantas cosas como terminar con Dohko después de la “despedida”. Al comienzo actuó normal pero cuando el pelirrojo regresó de su trabajo al departamento observó al peliverde parado en la sala esperándolo.

Entonces lo confrontó, cortó su relación con él y admitió que perdió su puesto de director. Fue muy duro con él, dijo un montón de cosas y una de ellas que el empleo de sus sueños se fue al mazo. Mentía, es decir, fue una media verdad. Él ocultaba algo más pero tuvo que herir psicológicamente a Dohko para alejarlo. Se marchó de allí dejando a un boquiabierto policía que quedó en shock sin lograr deternerlo, antes de irse.

Shion salió del departamento y desde ésa vez salió del país. Sus cosas las retiró mucho antes que Dohko llegara, lo planeó bien.

Después miró la puerta y como si adivinara.. “La pesadilla que destruyó mi relación”, pensó y vio entrar a dos tipos altos con una mirada dura.

-Doctor, es momento que nos acompañe. Por el camino le explicaremos lo que hará- una clara orden sobre el peliverde. Shion se paró y caminó en medio de ellos mientras se dirigían a la habitación de dos pacientes.

-Muchachos- dijo sereno el doctor al abrir la puerta, interrumpiendo la clara discusión entre ellos. Una muy vana porque parecían competir por quien tenía la razón.

Milo y Camus miraron al peliverde, sus gestos faciales cambiaron a uno muy serio al verlo acompañado.

-¿Quiénes son?- preguntó el peliazul señalando a los dos desconocidos.

-Sus vacaciones terminaron y los Smirnov requieren de vuestras presencias. Vengan por las buenas o si no..- dijo uno y sacó una pistola apuntando al costado de la cabeza de Shion. El peliverde ni se inmutó solo miró de reojo al estúpido que hizo eso.

-Lo mataré aquí mismo- amenazó el desconocido.

-Si lo hacen les costará sacar a Milo y a Camus del hospital dejando a un doctor muerto, llamarán la atención y si vinieron directo a mí, la idea es no levantar sospechas, ¿Cierto?- habló Shion altanero e inteligente. Observó por el rabillo del ojo al idiota que le apuntaba la pistola.

-Tsk.. ¿Eres listo eh? No pareces temer a la muerte, pero recibimos órdenes y vendrás con nosotros-

Camus procedió a levantarse y Milo al verlo hizo lo mismo. Pero se puso a su lado para protegerlo de cualquier cosa.

-Recuerden que no están completamente bien. Sus heridas tardarán en sanar. No sean brutos- amenazó Shion a los extraños.

-Por eso irás con nosotros, tu te encargarás de mantenerlos vivos-

***********************************************************

-Aun no entiendo Isaak, ¿Por qué traes a otro que acompañe a Milo y Camus? ¿Te das cuenta que controlarlos será más difícil, te traicionarán cuando puedas? Aioria, Shion..-

-No hace falta que lo entiendas- interrumpió Isaak y rio un poco con maldad

-Lydia, tu formas parte de este juego de ajedrez. Te diré lo que harás y más te vale cumplir- añadió Isaak

-Lo haré mientras me sigas pagando- opinó Lydia.

-He recibido noticias que Saga y Dohko llegaron a Francia. ¡Ja! Esto se pone interesante-

-¿Qué? Esos policías malditos son muy testarudos, manda a matarlos-

-Me gustan los juegos difíciles. Pero no los mataré, porque los tengo en mis manos. ¿Acaso crees que Dohko tendrá valor de dispararme si ve a Shion a mi lado? ¿Y Saga cuando sepa que su noviecita Saori será asesinada porque su familia debe dinero a los Smirnov? Jajaja- esta vez rio más fuerte Isaak. Lydia empalideció, ese mocoso era demasiado astuto. Tenía 16 años el cabrón, pero su mente era terriblemente ingeniosa.

El mayor enemigo de todos era Isaak Smirnov. Ya que Vincent no era tan listo como él. De hecho Vincent quiso matar a Isaak para eliminar a su peor enemigo.

Lástima que sus planes se vieron frustrados y ahora su hermano menor tomaba las riendas, manipulando la vida de varias personas como simples piezas de ajedrez. 

Notas finales:

Hice algunos cambios. No puse acción para desarrollar más a la pareja y explicar algunas cosas fundamentales, pero que habrá un desmadre eso si lo puedo asegurar.

Gracias por leerlo.

Hasta pronto.


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