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Give me love por itami no megami

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Los personajes le pertenecen en su totalidad, para mi desgracia, al desgraciado de Kishimoto-sama

El sonido de las sirenas de policía, así como el de una ambulancia se escuchaba por las tranquilas calles de la ciudad, alertando a las personas que, hasta entonces, se encontraban descansando tranquilamente en sus respectivas casas.

Dentro de uno de los departamentos, múltiples oficiales hacían su revisión de rutina en lo que parecía ser la escena de un crimen.

Un joven policía de cabellos y ojos negros, pálido como la muerte misma, se acercaba a la habitación principal, la cual aún no había sido inspeccionada.

Sacó la pistola del cinto que la sostenía, empuñandola en caso de que fuese necesario. Abrió con lentitud pero con seguridad la puerta, no encontrando resistencia alguna, pero si una estancia sumida en la más completa oscuridad. Tanteo la pared en busca del interruptor de la luz, cuando lo encontró no dudó en presionarlo, se quedó momentáneamente cegado por lo brillante del foco, tardó poco en adaptarse, pero cuando lo hizo se sorprendió al encontrarse con lo que parecía ser un joven de 18 años acostado en la cama del centro, a su alrededor, la habitación se veía desprovista de cualquier elemento que pudiese delatar la procedencia del muchacho, o de quien era. Lo único que sabía era que habían recibido una llamada anónima en la comisaría, diciendo que una persona se encontraba muerta dentro de su departamento.

Se acercó cuidadosamente, cuando estuvo a la altura se sorprendió ante la apariencia del chico, tenía una tez bronceada y tres marcas en las mejillas, simulando ser bigotes. Pero lo que más le llamó la atención fueron dos cosas: la primera, sus cabellos rubios, parecidos a los rayos del sol en su día más cálido. Y lo segundo, eran un par de alas sobresalientes de su espalda.

No creía lo que sus ojos veían, guardo el arma en su lugar y puso sus dedos índice y medio de la mano derecha en el cuello del muchacho, tratando de sentir su pulso. Lo sintió, débil pero ahí estaba, también sintió una calidez desconocida, pero a la vez reconfortante invadiendo su ser, de pronto, un sinfín de imágenes llenaron su mente. En ellas el joven a sus pies tenía en sus manos arco y flecha, disparaba a las parejas que iba viendo a su alrededor, sin importar fuesen hombres o mujeres, y sin acusarles daño alguno. Parecía como sí no se percataran de su presencia a pesar de encontrarse tan cerca, y todas y cada una de ellas se volvían pareja, de por vida.

Le vio vagando por el mundo, alegrandose de ser quien hiciese a las personas felices, a cualquiera que juntase quedaba así, juntos para siempre, pero, también le vio melancólico, como sí al viajar el también buscara algo para sí mismo, además de la dicha ajena.

Salió del trance y vio al rubio, negándose a creer lo que sus ojos le acababan de mostrar, sólo fueron dos segundos, pero la magnitud de la información y lo contundente de las emociones que le fueron transmitidas le causaron un shock momentáneo; para entonces ya se había alejado un poco de su posición inicial, frente a él, el muchacho comenzó a despertar, se dio media vuelta, notó que de su corazón sobresalía una flecha, y de su pecho brotaba sangre en abundancia, se alarmó pero no pudo moverse seguía en un estado catatónico.

Está se desvaneció ante su sorprendida mirada, la sangre dejó de salir y la camisa blanca volvió a serlo de nuevo. Un quejido salió de los rosados labios del chico, se acercó de nuevo y vio como empezaba a abrir los ojos, dejándolo cautivado al instante.

Éstos, eran de una tonalidad nunca antes vista, mucho más lindos que el cielo azul en su mejor día, y, tan cautivadores y misteriosos como el mar. Le miraban con confusión, desconcierto y una emoción que no pudo identificar; de inmediato se sintió perder en ese par de gemas añil, las cuales, le hacían una muda promesa de algo que el buscaba, y, que ahora comprendía, era lo mismo que quien tenía enfrente.

En dos largas zancadas estaba incado frente a el, quien, en cuanto le miro acercarse, se sentó de una sobre las suaves sábanas de seda. Capturó su rostro en ambas manos, oscuridad sobre luz, así mismo se sentían, no existía nada más que ellos dos en todo el mundo, nadie, ni siquiera las personas que aguardaban por el de ojos brunos en la habitación de al lado.

 

Sonrieron sin darse cuenta, los ojos no se despegaban el uno del otro, causando la inmersión hasta el centro mismo de sus almas.

 

Fue cuando comprendieron que lo que tanto habían encontrado estaba frente a ellos en todo su esplendor, no hicieron falta palabras, ni mucho menos, el simple contacto de unos labios sobre los otros fueron suficientes para sellar un destino que los enlazaría a ambos por el resto de sus días.

 

Algo que sólo podía describirse como Amor.

 

En su estado más puro.

 

 

 

Notas finales:

Bueeeno, esto inicialmente iba a ser un drabble, pero como que me emocioné un poquito, pero supongo que es bueno, esta recién salido del horno, lo escribí en media hora y me dije, ¿porqué no lo publico de una buena vez, y eme aquí.

Sí, ya se que me falta el otro One-shot, pero no he tenido ni un poquito de inspiración, y esto se me ocurrió ahorita mismo que estaba escuchando la canción Give me love de Ed Sheeran, ¿la han escuchado? Yo la amo.

Además también estoy pensando en hacer de esté un long-fic, ya tengo más o menos una idea de como va a quedar, por lo que agradecería sus comentarios acerca de ello.

Pues creo que es todo, nos vemos,sí los dioses me lo permiten, más pronto de lo que ustedes crean.

 

Yo fuera...


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