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La (no) Declaración
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Rukia estaba frustrada con toda la tensión sexual en la habitación. Es decir ¡es tan obvio! Y aún así el par de estúpidos no hacía nada al respecto. Renji siguiendo con el numerito de que está enamorado de ella y siguiéndola por donde fuera, haciendo que Ichigo creyera tal ridiculez como el gran tonto que es. Algo que el peli naranja no sabía era que Renji solo la seguía cuando ella decidía venir a verlo a él. Por otro lado, Ichigo hablaba de Orihime constantemente y sin siquiera darse cuenta que cuando Orihime estaba presente él ni le hacía caso. Renji como todo orgulloso shinigami que es, solo refunfuñaba en su rincón y se hacía al que nada le afectaba.
Pero Rukia sabía, Rukia era observadora y conocía muy bien a su par de amigos. Así que sabía cuánto ambos se morían por comerse a besos y aprovecharse del uno al otro en todas las posiciones del ¿Gaysutra? Tendría que investigar eso después. Pero era taaaaaan obvio que el ambiente olía a feromonas y homosexualidad. Y si la homosexualidad tuviera un olor sería de arcoíris y ponis y unicornios y vainilla y quizá canela.
Así que cansada de sentirse abrumada por las vibras de ambos decidió al fin actuar. Claro que no de otro modo más que el que fuera típico de ella… ¡Con una canción!
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Los tres habían estado en un silencio incómodo porque él había estado haciendo sus tareas del colegio y Rukia decidió visitar junto a Renji, que siempre estaba donde Rukia estuviese. Era insoportable, ¿es que acaso el tonto ese no tenía a otra persona a quién acosar? ¿Por qué siempre detrás de Rukia? La vocecita en su cabeza que le decía que era porque Renji tenía un obsesivo gusto por ella (está enamorado) era ignorada y pisoteada con fuerza.
—¿Rukia? —preguntó Ichigo al escuchar a su amiga tararear algo. Renji también giró a verla.
Renji sabía que Rukia estaba sospechando, el día de ayer ella había estado actuando de una forma extraña y viniendo al mundo humano para ¨apreciar¨ las nuevas decoraciones por la festividad que se acercaba. Él no entendía muy bien qué era lo que encontraba ella fascinante en grupo de gente acudir al salvajismo ante la baja de precios o por conseguir algo que regalar. Los humanos se volvían bestias en esta época del año. Así que él prefería no venir… claro que venir a ver a Ichigo era una excepción. Algo que a nadie le incumbía.
—¿Rukia? —esta vez preguntó él al ver que la pelinegra seguía cantando algo entre balbuceos inentendibles mientras seguía pintando algo en su cuaderno de dibujo.
Ichigo alzó el rostro y ambos intercambiaron miradas inquisitivas. Ambos alzaron y bajaron los hombros al mismo tiempo, cuando Rukia alzó el rostro. La sonrisa que puso en sus finos labios hizo que ambos se estremecieran en terror. Conocían esa sonrisa, esa sonrisa solo significaba sufrimiento para ellos.
Sacó un juguetito de su bolsillo en forma de un conejo-grabadora y lo colocó sobre la mesa, no sin antes presionar uno de los botones. Una melodía conocida comenzó a sonar. Rukia tosió con su puño cubriendo su boca.
—Twinkle, twinkle—comenzó a cantar. Renji e Ichigo pudieron sentir el alivio recorrer sus cuerpos, quizá estaban exagerando. Una sensación que no duró mucho cuando Rukia continuó—, Renji es gay.
Renji empalideció, más al escuchar cómo Ichigo comenzaba a atorarse con su saliva. Rukia, por su lado, siguió cantando como si nada pasara a su alrededor.
—Muchos hombres tras de él—esta vez era el peli rojo quién se atoraba con su saliva y se sonrojaba. ¡Eso no era cierto!—Pero Renji tiene ya, un trasero que admirar. —En este momento Renji miró a Ichigo de reojo. Oh, no… ¡Ella sabía! ¡Ella Sa-bí-a!
—¡Rukia! —gritó parándose para callarla, pero ella fue más rápida y se levantó alejándose de él.
—Twinkle, twinkle—volvió a canturrear, mientras tanto Renji fue tras de ella pero la muy escurridiza siguió saltando de un lado a otro y escapando de él—, I-chi-go.
El pelirrojo se detuvo a ver al peli naranja cuando fue mencionado. Mientras tanto, Ichigo perdió todo color del rostro al escuchar su nombre, también parándose antes de que su ex-amiga dijera algo vergonzoso sobre él.
—No seas tonto dí-se-lo. —Ahora el peli naranja intentó callarla, pero por mucho que intentara Rukia seguía escapando de su alcance. La odiosa grabadora seguía la melodía—. Estoy cansada ya de ver. Cómo babeas tú por él—esta vez ella se atrevió a señalarlos. Ichigo se sintió morir al ser señalado por ese dedo traidor. Mientras que Renji se quedó sin saber qué decir. ¿Acaso era cierto lo que cantaba Rukia? ¿Ichigo babeaba por él? Intentó mirar a Ichigo pero el peli naranja evitaba su mirada.
—Twinkle, twinkle, ambos son—ella puso sus manos en su cintura y mirando a su par de amigos que se habían quedado quietos—un par de tontos sin razón—la melodía ya había acabado y la verdad había salido a la luz, pero Rukia siguió— Si se gustan hagan ya. —Ambos se miraron fijamente. Rukia fue caminando hacia la mesita donde estaba su grabadora. La tomó y siguió cantando—dulcemente el amor—ambos se pusieron rojos, Rukia suspiró. Toda la irritación de tantos meses entre ese par de tercos, orgullosos…—¡O duro contra el muro pero hagan algo! —gritó molesta antes de salir de la habitación azotando la puerta.
En el cuarto dos muchachos que no se habían atrevido a declararse antes pero tenían una amiga que lo hizo por ellos, miraban a la puerta cerrada con ojos bien abiertos para que segundos después volvieran a verse a los ojos. Una sonrisa en sus rostros, entre avergonzada, tímida y feliz. Quizá no fue la mejor forma de haber descubierto los sentimientos del uno por el otro, pero eso qué importaba, Rukia les había dado un regalo… y como siempre dicen: Lo que cuenta es la intención.
~fin~