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Under the Same Roof por samadhi06yaoi

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Notas del fanfic:

¡Hola lector@s! ¿Pueden creerlo? Esta vez traigo un fanfic y no un One-Shot, veamos si lo puedo acabar jajaja. Espero que a tod@s ustedes les interese :) Con este tema he venido escribiendo ya varios one shots, y algunos los he terminado, pero por ahora subiré este fanfic, que es el que más me entusiasma... Sin más que decir, espero que lo disfruten :D

Notas del capitulo:

¡Ah, feliz año nuevo!

Akemashite omedetou! Kotoshi mo yoroshiku onegaishimasu :3

Problema

Esto es un problema. Sabía que el día llegaría, pero jamás me prepare para esto. Itachi me ha dicho que quiere hacerme el amor; yo, naturalmente, me he negado. Y ahora él me mira enfadado, pero más que eso, herido hasta el alma.

- ¿Por qué quieres acostarte conmigo?-le pregunto a viva voz, también sulfurado. Él me ha sujetado con fuerza el talle, me mira a los ojos un momento y comienza a susurrar mi nombre con insistencia.

Yo, por más veces que nos toquemos, que nos acerquemos hasta respirar sobre la boca del otro, jamás pienso que podremos llegar más lejos. Entonces él me tumba sobre la cama y me abraza.

- Deja de jugar-le digo y, antes de que pueda cerrar la boca, él me besa. Un escalofrío me recorre todo el cuerpo-. ¡Quítate de encima!-le grito. Él se hace a un lado, confundido.

- ¿Qué estás haciendo?-le pregunto con los nervios a flor de piel.

- Quiero hacerte el amor-dice él sin pestañear, mirándome. Yo comienzo a negar, me levanto de la cama, él me toma del brazo. Le pregunto el por qué.

- Te quiero-dice él y yo siento otro escalofrío-. No me digas que tú no me quieres, puedo verlo todo en tus ojos.

Yo no sabía qué decir.

- Itachi… tú no sabes lo que es el sexo… para personas como yo-me obligo a decírselo-. Yo, sí, te quiero; pero jamás me acostaré contigo.

Él me mira aún más molesto y se acerca a mí; insiste, mirándome a los ojos hasta que yo aparto la mirada.

- El sexo no significa nada para mí-le digo, desesperado, mientras siento sus manos apretarme los antebrazos con fuerza; su boca me respira en la oreja-… ¿De verdad me vas a obligar?-susurro.

Él se detiene, me mira a los ojos.

- Tú no deberías mentir. Sé que quieres hacerlo-dice él.

- Yo siempre quiero hacerlo-digo, tragándome la dignidad, mirándolo furioso-. Pero no contigo.

- Pero sí con cualquier extraño de la calle-dice él. Sé que no lo hace para molestarme, porque es la verdad: en términos llanos, sí, me acuesto con cualquiera.

Sé que es justo que él quiera hacerlo, yo también comenzaría a sentir atracción por alguien con quien convivo todos los días, a quien le tengo cariño, alguien con quien la cercanía y el espacio personal se funden en uno.

Yo sí lo quiero, siento amor por él. Cuando llego a casa y él está estudiando a la luz de la lámpara, lo quiero, no sé qué haría sin él. Es un amor que dura todos los días, todas las horas; no necesita sexo.

Es diferente con los demás, toda la magia, si es que alguna vez la hubo, desaparece en una noche y yo debo irme, debo venir a ver la cara de Itachi, a oír su voz. Nunca duermo fuera de casa; desde la primera vez que vine aquí, en lugar de a casa de mis padres, él se portó así conmigo.

Me toma la temperatura, me dice que me bañe, me habla en voz suave y lenta porque sabe que no recuerdo nada a la hora que llego; casi nunca me pregunta por los detalles de lo que he hecho, quizá él intuye todo en mis ojos.

Cuando no quiero dormir, me da café; cuando no puedo dormir, habla conmigo hasta que me da sueño; y cuando me quedo dormido en el sofá, me lleva hasta la habitación que compartimos, ya que este apartamento está hecho para una sola persona, pero él me hizo espacio.

Dormimos lado a lado en la cama, el calor humano es suficiente cuando hace frío. Él siempre desprende una especie de calor que tranquiliza; cuando tengo problemas, cuando no sé qué hacer, cuando vomito, cuando estoy borracho o con fiebre, siempre es él en quien pienso, no sólo porque haya estudiado medicina.

Mamá y papá no entienden, y por suerte no saben nada. Apuesto que piensan que su hijo es un desastre de persona, y en parte es cierto. Quizá si me ven menos seguido, menos lo piensen. Itachi es el único que lo sabe, que sabe todo, y tal vez no lo entiende, pero no le importa. Aquí es mi hogar, bajo el mismo techo que él.

- No es gracioso-le digo, molesto-. Sabes que lo hago porque lo necesito…

Él, sin embargo, me sigue mirando y no me suelta. A mi pesar, mi cuerpo comienza reconocer la tensión, el deseo; él mira mi entrepierna y luego a mis ojos, retándome con la mirada. Yo vuelvo a negar, desviando la mirada, avergonzado.

- Podemos hacerlo en este momento-dice él.

- Yo NO quiero hacerlo.

- ¿Seguro?-dice él, y cuela una de sus piernas entre las mías. Suelto un gemido.

- Me lastimas-le digo, pero en realidad lo único que me duele está dentro de mí. Fuera, de verdad haría el amor con él en este momento.

- Sasuke…-susurra él y comienza a lamerme el lóbulo de la oreja.

Ha pasado tanto en tan poco tiempo, ¿cómo llegamos a esto?; hace seis meses él me dejó entrar aquí y quedarme; tardamos unas semanas en acostumbrarnos a la presencia del otro; él tardó tres semanas en entender el patrón que seguía al salir por la noche; hace tres meses ambos nos decimos “te amo” de forma natural, sin pensar en qué tipo de amor es; hace dos meses, él se ha mostrado más preocupado que de costumbre, quizá nos hemos empezado a enamorar…; hace tres semanas, yo llegué a casa herido, ebrio y con fiebre.

Hace una semana, él me habla menos, pero me mira fijamente; hace dos días, él me miraba enfadado. Ahora sé por qué.

- Yo no necesito tener sexo contigo, Itachi…-susurro-. No arruines esto-le digo, pero él sigue ignorándome-. Tú eres diferente, por eso… Tú no me tratas como ellos… Si no fueras tú, yo… Yo haría el amor contigo cuando quisieras, las veces que quisieras; te dejaría golpearme, que me llamaras “puta”… Pero tú no eres así.

Él se detiene un momento, ambos estamos jadeando. Me abraza contra sí y yo me tenso.

- No entiendo-suena realmente enfadado-. ¿Por qué demonios dejas que ebrios e idiotas hagan eso contigo?

- No me preguntes eso… No quiero que esto se convierta en una noche. Suéltame…

Pero él me besa, y a pesar de que trato de apartarlo, ambos sabemos que estoy excitado; comienzo a imaginármelo dentro de mí, sobre mí, mirándome, diciéndome que le gusta mi cara, que todo está fantástico allí abajo...  He hecho el amor tantas veces que me sé de pe a pa todo lo que sucederá.

Y sin embargo, siempre me excito; siempre quiero hacerlo, quiero más, quiero, quiero… Y él lo sabe, se lo he dicho. Siento su mano sobre mi entrepierna.

- ¡Detente de una vez! Eres un maldito doctor; ¿estudiaste tantos años para esto?-le grito, fuera de mí-. Sabes lo que me sucede, déjame en paz… Vete…

No reconozco mi voz ni lo que estoy gritando. Itachi está sobre mí, me mira sin expresión, su agarre volviéndose más suave en mis muñecas. Está enfadado.

- Si alguien se tiene que largar de aquí eres tú-dice él en voz baja mientras se quita de encima. Se arregla la ropa y sale. Estoy respirando agitado, no puedo pensar claramente, porque hay un problema en mi entrepierna y no se extinguirá…

Me río. Así podría resumir mi vida este último año. Tanto sexo me vuelve loco, debo parar. Itachi me lo ha dicho tantas veces que me da lástima decirle que aún “tengo un problema”. Suspiro.

- Itachi…

No voy a decir que me sorprende que esto por fin se haya roto. Lo temía porque sabía que era muy probable. Pero jamás pensé que sería por algo así… Pensaba que Itachi se casaría con una chica, que yo conseguiría otro lugar donde vivir, seguiría teniendo sexo como loco, visitaría a Itachi de vez en cuando, terminaría la carrera… Pensaba que él y yo estaríamos bien, ¡maldita sea!

“Él sólo está molesto. Pero es muy extraño; Itachi casi nunca se enoja conmigo, no así. Significa que va en serio. Aquí termina todo este teatro… Mejor así. Yo no quiero que sea mi amante…”, pero entonces siento un dolor en el pecho y me cuesta permanecer erguido.

Porque sé que quiero tener una relación con Itachi. Si tan sólo no me gustara que los demás me humillaran, me pisotearan, me trataran mal… ah… Hasta yo estoy molesto conmigo mismo.

“Gracias por dejarme vivir contigo todo este tiempo.”, escribo en un pedazo de papel, apretando con fuerza el bolígrafo, tratando de que mi letra sea legible, y después comienzo a empacar. En ese momento no sabía que no habría de dejar ese apartamento en varios días…

Notas finales:

Continuará...

¡Gracias por leer! Espero que les haya gustado :D

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Samadhi :3


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