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THILBO. por Eli97

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Notas del capitulo:

Éste es el segundo capitulo del Fanfict Bilbo y Thorin.

Es importante mencionar que la base de la historia de este fanfiction no se basa en el romance, más sin embargo, éste mismo elemento es fundamental para el desarrollo, climax y desenlace de la historia.

2

LA VERDADERA RAZÓN

 

Las últimas semanas, la comidilla de los grupos chismosos, lo que se comentaba en las cavernas y lo que se secreteaban los vecinos, todos con tono de preocupación, era acerca de los cambios bruscos que se habían presentado en un radio bastante amplio alrededor de todos los distritos de La Comarca, se decía que incluso en Beer una misteriosa y espesa neblina había cubierto el pueblecito y que no se disipaba por nada del mundo. Según los más supersticiosos, era señal de mal augurio, los que solían abanarse de ser muy conocedores aseguraban que se debía al movimiento de las estrellas y algunos otros, los más ignorantes decían que era porque los dioses deliberaban sobre el fin del mundo.

Bilbo no sabía realmente que pensar, no era que el tema le tuviera preocupado, de hecho le tenía sin cuidado, siempre y cuando no afectara su jardín, no sentía curiosidad ni impulso por averiguar la razón del clima, era por eso que seguía dándose la libertad de relajarse sentado en su sillón, ya sea degustando te o tabaco sentado plácidamente en su sofá, que ahora había movido el sofá para que quedara frente a la chimenea que encendida con los retazos de madera que quedaban. Daba caladas pausadas a la pipa como sorbos al té y lanzando por las rendijas que hacía entre  los labios, esferas de humo que comenzaban a nublar la habitación. Decidió alejar los pensamientos del clima, puesto que aquel día en particular solo se había nublado en la mañana, y se dedicó a indagar mentalmente  la razón por la cual Thorin hubiera decidido visitarlo. El sonido del agua de los baldes  regándose por el piso tocando y mojando su cuerpo desnudo llegaban a sus oídos desde el baño, compitiendo con el chisporroteo de la chimenea << Si viene de visita entonces planeará quedarse algunas semanas >> Pensó Bilbo para sus adentros lanzando un aro de humo en el aire y los ojos entrecerrados aparentemente mirando las llamas consumir la leña lentamente pero perdidos en las conversaciones que tenía consigo mismo en su cabeza. << Querrá quedarse aquí >> Pensó; la sola idea de tener a Thorin como huésped temporal en Bolsón cerrado le hacía sentir al Hobbit mucha inexplicable emoción.

<< Pero si él se queda aquí, ¿Qué dirán los demás? ¿No sería algo raro que un enano y un Hobbit ambos varones estén tanto tiempo juntos y además viviendo en el mismo lugar?>>

<< ¿Pero porque tendría que ser algo raro? Somos solo amigos. A demás, ¿Desde cuándo me interesa lo que piensen ellos de mí? ¿Qué no he aprendido nada de mis viajes? >>

El agudo sonido del rechinido del piso ante el peso de unos pies lo despertó de la batalla consigo mismo, Bilbo se volvió hacia donde había crujido la madera y quedó petrificado al encontrar a Thorin, parado en el marco de la entrada a la sala de estar, mirándolo fijamente; la repentina aparición del enano no era la razón principal de la sorpresa que se había desatado en Bilbo, si no que al volverse, el hobbit se había encontrado a un Thorin empapado que no usaba nada más que una toalla amarrada a la cintura cubriéndole las partes más privadas. Todo su pecho y estomago estaba desnudo, los pectorales los tenia levemente forrados por un distendido vello negro que formaba un camino desde los pechos hasta el ombligo y seguía bajando hasta donde la toalla ya no dejaba ver, la innumerables gotitas que lo empapaban escurrían como lluvia apaciguándose por su cara, su grueso cuello, sus musculosos brazos y fornido cuerpo, mojando sus pezones rodeados por sus aureolas oscuras, hasta terminar absorbidos por la frontera que formaba la toalla. No pudo evitar notar diferentes cicatrices distribuidas por todo su cuerpo, de todas las que tenía pudo reconocer una, por el hombro, justo encima del corazón que formaba una línea en relieve y recordaba a la forma arraizada de un rayo; era en donde Azog había clavado su brazo-espada sin dar en donde había querido.  

– T -t-Thorin – Tartamudeo Bilbo sorprendido, con las mejillas  llameándole –  Me has dado un buen susto, ¿Q-q-qué sucede?

Logró decir, Thorin lo miró con el rostro impasible, como si no le causara ninguna clase de pudor estar parado semidesnudo frente a Bilbo y en casa ajena. Bilbo luchaba consigo mismo y todos sus demás sentidos por no mirarlo de cuerpo completo, por no bajar la mirada hacia la toalla y luego hacia las velludas piernas, los músculos de sus brazos o su pecho mojado. <<No, basta >> Pensó, y se obligó a concentrarse en su rostro anguloso enmarcado por la mojada cabellera negra que había adoptado un tono más liso y oscuro. 

- Tengo frio – Informó Thorin, y tenía razón, no era solo porque estuviera mojado sino que también había bajado la temperatura. Bilbo no se había percatado porque había estado recibiendo el calor de la chimenea - ¿Dónde has dejado mi saco?

Bilbo recordó que lo había guardado en el armario del pasillo, alzó un dedo hacia Thorin en señal de que esperara, dejó la pipa sobre una mesita que estaba a un lado del sofá  y salió disparado a buscar la prenda, al llegar al armario la descolgó del gancho y regresó a la misma velocidad. Al volver  se encontró con que Thorin estaba sentado en el sofá acercándose a la chimenea y estirando las manos hacia el fuego para calentarlas. Ver al imponente Rey bajo la montaña mostrar un atisbo de debilidad era sumamente digno de presenciar, así que para prolongar ese pequeño gusto culposo, Bilbo se quedó parado tras él, para contemplarlo como se contempla a un ciervo albino en el bosque, salvaje, hermoso y elegante. Una parte de él le gritaba y suplicaba que fuera junto a él y lo abrazara, ayudarlo a expulsar el frio de su cuerpo, pero la otra le seguía repitiendo que no era correcto, que entre hombre aquello no se hacía.

¿Por qué con éste personaje se sentía tan cálido, tan seguro, aunque no hubiera ningún peligro alrededor? El Hobbit no dejaba de recordar a Thorin, sentado en su trono tallado en esmeralda, desesperado por la piedra del arca, cegado por la locura, por el mal del dragón. Y él intentando protegerlo, para que no empeorara su demencia, ¿Por qué? ¿Porque era tan importante para un insignificante Hobbit el bienestar de un legendario príncipe enano, ahora convertido en rey de Erebor?

Thorin volteó súbitamente hacia Bilbo como si hubiera escuchado sus pensamientos.

  -¿Es ese?- Preguntó el enano con aire esperanzado, Bilbo asintió, lo extendió y se lo ofreció estirando los brazos para que lo tomara.

Thorin se puso de pie, se llevó las manos a donde estaba sujeta la toalla para aflojarla para luego dejarla caer formando un círculo en el suelo, Bilbo apenas tuvo tiempo de desviar la mirada de aquello que no debía ver. Cuando Thorin apenas metía las manos por las mangas sólo se limitó a mirar hacia el suelo. Dio un suspiro de alivio cuando por fin el enano abrochó los botones del saco y todo quedó cubierto de nuevo. Caminó hacia la mesita donde había dejado la pipa,  la tomó y la encendió de nuevo quedándose junto al respaldo del sofá.

      -No me he dado cuenta del frio – Admitió  – Como estaba frente al fuego y aparte fumaba mi pipa – Agitó débilmente el objeto en el aire - El clima ha estado bastante raro ¿Sabes? La gente se inventa teorías de que si por las estrellas o por el fin del mundo, pero a mí me tiene sin cuidado.

Se llevó la boquilla de la pipa a los labios y aspiró para luego soltar una mota de humo en dirección donde no golpeara el rostro de Thorin, que súbitamente había dejado todo rastro de impasibilidad para formársele una sombra en el rostro. Como si hubiera recordado algo cuando había mencionado lo del clima,  tal vez, la verdadera razón por la que estaba ahí, la razón por la que había viajado de tan lejos y tan rápido. Bilbo no había reparado en su expresión pues el enano estaba de espaldas.

Thorin había visto muy de cerca la muerte en muchas ocasiones, una de esas ocasiones que recordaba muy bien fue cuando casi moría a manos de Azog. Sin embargo, y a pesar de las heridas que lo incapacitaron temporalmente para reinar (tomando el trono esa temporada, Dáin) no se arrepentía de haberlas sufrido, pues de no haber viajado a la montaña solitaria con su compañía, jamás habría recuperado Erebor, jamás lo habría visto renacer, y tal vez, opacado un poco por el gozo de volver a su hogar, jamás habría conocido a Bilbo Bolsón. << Es cierto >> Pensó él al volverse hacia Bilbo mirándolo severamente << Dudé de él en un principio, y tal vez si llegué a pensar que me estorbaría, pero, al avanzar hacia Erebor, más me di cuenta de lo mucho que me hacía falta una criatura tan peculiar como lo es un Hobbit, una criatura tan inquietante para mí, como lo es Bilbo>> ¿Por qué sentía eso por éste personaje de rizado cabello y curiosa fisionomía? ¿Por qué era tan importante para el rey de Erebor el bienestar de una criatura tan extraña como lo era Bilbo Bolsón?  ¿Por qué? ¿Cuál era la verdadera razón de haber ido hasta allí? ¿Por qué Bilbo Bolsón? ¿Qué significaba para Thorin la existencia de Bilbo Bolsón? ¿Era acaso para él algo….precioso? << Tengo que protegerlo… séalo que sea…no dejaré que le hagan daño >>

Sin darse cuenta, Thorin había pronunciado el nombre del Hobbit en voz alta, y cuando su nube de pensamientos se disipó se sorprendió así mismo tambaleándose y temblando como si el calor del saco y de la chimenea no hubieran hecho ningún efecto. Bilbo parecía desconcertado, y algo asustado por el estado del enano.

 – Thorin, ¿Qué ocurre? ¿Qué te pasa? – Se acercó dubitativo a él, dispuesto a sostenerlo por si caía al suelo.

Un largo silencio invadido por el crepitar de la fogata invadió la habitación, la mirada dilatada de Thorin se posó en la de Bilbo.

  – Estás en un grave peligro, Bilbo.

Soltó el enano, antes de relajar los músculos de sus brazos, cerró los ojos y concentró toda su energía en recuperar la serenidad, abatido se aproximó al sofá y se dejó caer. Lo que fue un gran alivio para Bilbo pues temía que en cualquier momento se fuera a desmayar.

  – Lo siento, no sé qué me pasa.

Thorin dio un profundo suspiro y cerró los ojos. Bilbo, ya recuperado del susto por la reacción de su amigo, y ahora ardiendo de curiosidad por lo que había dicho, se acercó lentamente a Thorin y se agachó frente a él para quedar cara a cara.

 – Thorin ¿Por qué dijiste eso?

 No respondió, permanecía inmóvil, con los ojos cerrados, como dormido. Meditando algo que Bilbo urgía por saber.

  – Es la razón por la que estoy aquí Bilbo, he venido a protegerte.

Dijo Thorin sin abrir los ojos y con un aire intensamente siniestro.  Bilbo se puso de pie lentamente y se apartó de él hasta quedar frente a la espalda del sofá, dejo la pipa en la mesita que había junto al sofá,  desconcertado.

 – ¿Protegerme de qué? Estamos a salvo, no hay ningún peligro. Lo peor ha pasado, ¿recuerdas? Hemos…– Pero Thorin soltó una leve risita, interrumpiendo a Bilbo.

  – Dulce e inocente Bilbo Bolsón– Comenzó a decir el enano al mismo tiempo que se ponía de pie y se volvía hacia el Hobbit– Ojala y así fuera, me temo que el peligro ha salido de un lugar tan desconocido que nunca imaginamos su existencia, ojalá y ya todo hubiera terminado Bilbo, lo siento, yo también lo creí.

 – Dime – Ordeno Bilbo.

Thorin lanzó un suspiro antes de hablar, algo que Bilbo no supo interpretar

   – Más allá de la Tierra Media – Comenzó –  en un lugar que nadie conoce, escondido entre la niebla, se dio a conocer un mago oscuro, que aunque no tiene nombre, las personas que allá viven lo han nombrado… Jacower - Thorin se detuvo- Smaug no fue atraído por el tesoro de Erebor por su cuenta, y tampoco surgió de las Montañas Grises como pensamos. Él fue robado de los Dragones de Fuego alado cuando aún era un huevo, por Jacower.

Hizo una pausa y dio un paso hacia adelante, Bilbo intentaba mantener la distancia alejándose de él retrocediendo un paso. No era posible que lo que Thorin estuviera diciendo fuera cierto.

  – El Elfo Negro –  Exclamó Thorin – Smaug era como su hijo, y ahora él busca vengar la muerte del gran dragón dorado.

– No –  Negó Bilbo rotundamente con la cabeza – No, no, No te creo. ¡Es absurdo! – Rio el Hobbit extendiendo los brazos – ¿Y tú como puedes saber eso? – Preguntó.

Pero Thorin no creyó que fuera aún necesario contarle todo lo que había visto y que lo había hecho ir hasta allí. Él se había vuelto casi loco al enterarse, no sabía cómo reaccionaría Bilbo. Era mejor, suavizarle las cosas. ¿Por qué le era tan difícil decir la verdad? ¿Por qué sentía que Bilbo era como un elemento tan elemental en su vida que no debía permitir que algo lo dañara siquiera un poco?

    -No dejaré que nada te pase, Bilbo. Te lo prometo – Dijo Thorin mirándolo intensamente a través de sus ojos castaños oscuros ignorando la pregunta que el mediando había hecho. Bilbo notó en el brillo de sus ojos algo más, algo que atormentaba al rey bajo la montaña, no lo demostraba pero era evidente. Era miedo. Bilbo que se había memorizado las líneas y colores que conformaban aquella mirada, las curvas de las pestañas y los paisajes que formaban las pupilas de sus ojos, podía notar esa vibración en ellos, ese sentimiento.

   -¿Por eso estás aquí? – Inquirió Bilbo sosteniéndole la mirada - ¿Esa es la verdadera razón?

 

 

 

Notas finales:

El personaje de Jakower es de mi autoria, aunque realmente no se si Tolkien haya escrito algo sobre un mago oscuro o un elfo negro, estos nombres son inventos mios, al igual que el origen del dragón Smaug. Los lugares si son lugares de la mitologia de Tolkien.


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