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Como la seda por Taeng

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Notas del fanfic:

Agradecimientos a Juli Chan

Notas del capitulo:

Escrito por JuliChan

Las blancas manos parecían de seda, tan suaves y níveas que Taeyeon tenía que hacer acopio de su autocontrol para no dirigir uno de esos largos dedos a su boca y presionar sus labios contra este. Ella había visto y tocado infinidad de manos, pero había algo en esas que la hacían contener la respiración. No quería soltarlas, deseaba cortarlas por las muñecas y atesorarlas solo para ella.


 


No, no eran sólo esas bonitas manos las que ocasionaban un temblor en sus piernas y un calor en el interior de sus muslos. Era la persona en sí; aquella mujer sentada frente suyo, con su rosto a muy poca distancia, esa que miraba con curiosidad como decoraba sus rosadas uñas con esmalte en color negro.


 


Era la segunda ocasión que visitaba su salón y Taeyeon se esmeraba en complacerla para que existiera una próxima.


 


—Tus manos son muy suaves—le dijo sin quitar la mirada de ellas. En su primera visita la había dejado sin palabras, tal vez por su belleza o su esencia a fresas, no lo sabía, pero no permitiría que ocurriese de nuevo.


 


—¿Tú crees?—preguntó la pelinegra de mirada chocolate.


 


—No lo creo, te lo aseguro, he tocado infinidad de manos y las tuyas son las más suaves.


 


—Ya sabes, aceites milagrosos—dijo para enseguida echarse a reír, su risa era hermosa, o al menos así la sintió Taeyeon, melodiosa.


 


—¿Iras a una fiesta?—preguntó en tono neutral, como lo hacía con los demás clientes, con la diferencia de que la respuesta de ella si le interesaba y no solo era un tema de conversación para aminorar el ambiente.


 


—No—contesto la otra sin más, aunque después de unos segundos agrego—La verdad es que quería verte...


 


Las últimas palabras dichas por la pelinegra, fueron como fuegos artificiales en su cabeza, tan sorpresivas y fantasiosas que sintió que la respiración le fallaba y que sus piernas y manos comenzaban a temblar. Tanto fue su desconcierto que en el transcurso, por un movimiento mal maniobrado de la brocha, había manchado uno de los blancos y largos dedos de la pelinegra. Sin embargo ese descuido de su parte, no evito que levantara la cabeza para mirar aquel rostro atractivo en lugar de pedir disculpas.


 


Tiffany, la hermosa pelinegra, estaba sonriendo, y fue ahí cuando se dio cuenta de que sus parpados se juntaban haciendo de sus ojos una línea negra con forma de media luna. Ese simple detalle era aún más hermoso que unos hoyuelos en las mejillas.


 


—¿Por qué?—cuestiono al fin, desconcertada en parte por la hermosa sonrisa que le mostraba su clienta y por sus palabras, no quería malinterpretarlas y muchos menos deseaba hacerse falsas ilusiones.


 


La sonrisa de la pelinegra se extendió más, pareció pensárselo un momento, pero finalmente contesto:


 


—Por qué me gustas—susurró, apartando sus manos del alcance de la castaña, para dirigirlas hacia su rostro y posarlas sobre sus mejillas—Me gustas Taeyeon—volvió a repetir y se llenó de regocijo al sentir el calor en sus palmas, Taeyeon estaba sonrojada, por su causa.


 


La castaña elevó sus manos y tomó las muñecas de Tiffany que estaban sobre sus mejillas, sintiendo al instante la textura suave de su piel, preguntándose desde cuándo se había vuelto adicta a la seda que estas representaban. 


 


Le había dicho que gustaba de ella, la chica que se había vuelto la dueña de sus pensamientos desde la primera vez que la vio cruzar la puerta de su local le estaba diciendo que gustaba de ella. Evidentemente se quedó sin habla, jamás se había puesto a pensar en la posibilidad de gustarle a su clienta, solo se había limitado a disfrutar del poco tiempo que duraba en contacto con sus manos. Sí, esas manos que hacían círculos en sus mejillas con los pulgares, como si de la caricia de un ala de mariposa se tratara.


 


—¿Te gusto también Tae?—cuestiono en un murmullo, rezando para que la respuesta no fuera negativa.


 


Taeyeon no respondió, o al menos no con palabras, lo que hizo fue acercar su rostro al de la pelinegra, tanto que pudo sentir la caliente respiración de esta- Titubeando un momento, antes de mandar todo al carajo y plantar un beso corto en los dulces labios. Sintió como estos se fruncían y decidió mejor separarse, pensando que su acción había sido incorrecta, pero  las suaves manos que apresaban sus mejillas no se lo permitieron, muy por el contrario le acercaron más, teniendo como resultado nuevamente el encuentro de sus bocas.


 


Fue como si se disolviese algo que por dentro clamaba ser escuchado; no hubo lenguas, ni fue desesperado, fue un beso lento y bien delineado. Exquisito, lleno de sentimientos que en lugar de salir en forma de palabras habían sido sustituidos por chasquidos curiosos.


 


Se separaron jubilosas, compartiendo una mirada que prometía muchas cosas. Tiffany volvió a regalarle a Teayeon la satisfacción de ver dos medias lunas a poca distancia.


 


La castaña  le devolvió la sonrisa y tomando delicadamente la mano derecha de Tiffany se dispuso a continuar con lo que hacía; pensando que en el futuro podría llegar a tocar mucho más de esa piel que era tan suave como la seda.


 


                                                                                     FIN.

Notas finales:

Espero sus reviews :) 


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