Capitulo 2
Cuando los árboles cubiertos de hermosos pétalos de cerezo estaban en todo su esplendor por todo Japón él se dirigía con ánimo a su nuevo trabajo, pero no era solo eso lo que le animaba si no que tenía una pequeña misión que cumplir
-¿Me puede llevar a Marukawa shoten? –Pidió al taxi mientras se asomaba para ver los arboles de cerezo, no podía despegar la vista de ellos.
-¡Oh! Un editor – respondió el hombre- Casi no suelo llevar a alguno. ¿Eres nuevo?
-Hum si – Sonrió tranquilo- ¿Por qué lo dice?
-Se le ve la cara muy tranquila – Contestó – Cuando empiece a trabajar parecerá un zombie como todos los demás
El hombre al volante rió un poco más fuerte, pero él no se molesto en absoluto.
***
-¡Bien todos a trabajar! – Gritaba Takano-san en cuanto hubo acabado la hora del almuerzo
-¡Enseguida! – Respondió Kisa, y era el único animado, pues los demás volvían a su trabajo todavía algo cansados.
Takano volvió a ver a Ritsu un poco, porque verlo tan lindo concentrado en su trabajo le levantaba el ánimo le daban ganas de trabajar más duro, aunque trataba de no mirarlo fijamente y concentrarse en sus hermosos ojos verdes o en el flequillo de su pelo suave que le caía por la frente. O en sus labios delgados y dulces. Después de inevitablemente verlo por un largo rato notó que se veía más ojeroso y preocupado de lo normal “Tendré que hablar…ese idiota no debe estar comiendo algo decente”
Cuando fijó la vista en su escritorio nuevamente vio que tenía unos documentos en su escritorio, los cuales contenían entre otras cosas, el recordatorio de que un nuevo editor llegaría a la Revista “Esmerald” ese mismo día.
-Pensé que era mañana –murmuró -
-¿Qué pasa? – Dijo Hatori al verlo con un rostro de preocupación.- Si es por sensei, trataré de presionarla de nuevo para que entregue su storyboard pronto
-No es por eso – respondió. – Pero aun así, si puedes presionar a sensei hazlo
-Entendido – Respondió y se fue, tomando su celular para enviar un mensaje a su problemática mangaka (Que en realidad era su mejor amigo y pareja)
Tratando de no aparentar que se había olvidado por completo de aquello, el moreno dejó los documentos en la mesa y hablo con voz clara y fuerte a sus subordinados:
-¡Muy bien! ¡Hoy llegara un nuevo novato! – Miró a todos con una actitud de “los despediré”- Así que hoy trabajen el doble para que vea que aquí si cumplimos con los plazos y no por nada es una de las mejores revistas
-Nunca cumplimos los plazos – Murmuró Onodera, fue una suerte que Takano no le escuchará.
-¡Hey! Entonces Ri-chan no será el novato - Dijo Kisa con una risita –
-Buena idea - Añadió Takano – Tú estarás a cargo del nuevo novato
-¡Hey! ¿Por qué yo? - Onodera gritó
-Porque supongo que recuerdas todo lo que aprendiste – respondió seco.
-Puedo ser yo si él no quiere- añadió Kisa sintiéndose un poco mal porque al otro chico siempre le tocaba ser siempre blanco de las acciones de su jefe
-No, ya he dicho que Onodera lo será – Con una mirada penetrante, dejó todo en claro ante los que estaban presentes.
Takano quería probar que tanto había aprendido su Ritsu, por lo tanto esa era una buena manera de probarlo, si veía que no resistía mucho se lo pasaría a otro de los de Esmerald para que lo instruyeran. No era una mala acción aunque pareciera abuso de poder, era algo por su bien. El curriculum del hombre era parecido al de Onodera, pues decía que había estado hace un año en otra editorial y luego se había salido por razones personales, además antes de eso era profesor de historia en una escuela de la ciudad.
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Después de un rato de trabajar Onodera ya estaba más cansado de lo normal, sus sueños no le dejaban dormir y tampoco dejaba de pensar en aquel extraño nombre “Tsukishima”, después de un rato de repetirlo una y otra vez en su nombre, le pareció un nombre bastante bueno. Tal vez si no le diera escalofríos que no sabía de dónde había salido, pudiera ser un buen seudónimo si alguna vez quería editar o escribir algo en secreto.
Cuando involuntariamente sus ojos se están cerrando por el sueño, Kisa le dio pequeños golpecitos en la espalda para despertarlo
-Ri-chan – Dijo Kisa. –Despierta
-¿Eh? – Dijo tallándose los ojos-
-Es el nuevo, ya llegó.
Cuando Ritsu abrió los ojos se dio cuenta que alguien hablaba con su jefe, era un nombre alto de cabello castaño, que vestía un poco informal, se veía con una actitud relajada. Entonces el hombre se dio la vuelta y los miró a todos.
-Soy Ichi Seya -sonrió – Será un placer trabajar aquí
Mientras todos se presentaban de una manera algo formal con él, y Kisa ya había empezado a llamarle “novato” y “Seya-chan”. Ritsu lo miró fijamente con una electricidad recorriendo su cuerpo. Era una sensación que no pudo describir, se quedo paralizado después de verlo, pero no era por miedo, era como si fuera una extraña atracción, no carnal a pesar de que fuera un hombre guapo…si no que algo que nunca había sentido, solo sintió que debía estar cerca de él por alguna razón
-¿Tu eres Onodera-san? -Le miró.
-S-si lo soy
-Dice Takano que té me ayudaras. Espero trabajar muy bien
-C-claro espero lo mismo - añadió mientras los demás seguían con las presentaciones
“uff..¿Que ha sido eso?” pensó quiso salir del lugar después de que esa sensación abrumadora le llenará por completo. Pero Takano le veía por el rabillo del ojo, así que si notaba que algo andaba mal, de inmediato le preguntaría que le ocurría o algo peor. Así que en cuanto Takano llevó al recién llegado aconocer el departamento de ventas, aprovecho para ir a la máquina expendedora y tomar una bebida.
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-No entiendo porque lo llaman “oso” si Yokozawa-san parece ser un buen tipo –Comentaba Seya una vez que hubo conocido a Yokozawa Takafumi
-Aun no lo has visto en su mejor faceta -Respondió el jefe de Esmerald- Aunque últimamente es más calmado por alguna razón…
Takano bajó las escaleras fumando un cigarro mientras Seya lo seguía en silencio unos pasos atrás. Por extraño que fuera para el moreno descubrió que aunque no tenía ni una hora de haberle conocido, le había agrado su compañía como si fuera un viejo amigo que tenía tiempo sin ver, pero aunque le pregunto, no tenían ninguna escuela, vecindario o trabajo en común.
-Me esforzare para estar a la par de ustedes- Dijo Seya con su voz tranquila
-Eso espero…- contesto sin quitarle la vista ¡Estaba seguro de haberlo visto antes!
-¿Onodera es quien estará a mi cargo? –Respondió Seya intentando hacer algo de plática –Se ve que es un buen subordinado tuyo
-Si – Dijo e involuntariamente le fruncía el seño el buen momento que había pasado juntos se hubo amargado cuando manifestó interés en su amado Ritsu. Pero no quería retirar su palabra para no perder respeto de sus demás subordinados, así que solo le estaría vigilando. No quería que nadie se acercará a Ritsu más de lo debido
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-Ristu-
No entendía bien que me pasaba, pero al ver a ese hombre sentí como todo se ponía de cabeza. ¡Pero yo no lo conocía! Por más que trate de tranquilizarme me fue imposible, fue una suerte que los demás no notarán la desesperación con la que salí corriendo del lugar corriendo como un rayo en cuanto ellos se hubieron ido al piso de ventas.
No era la primera vez que lo veía de eso estaba completamente seguro. ¿Sería hijo de alguno de los amigos de mis padres? No, tampoco parecía eso, se veía un buen tipo y no pretencioso como los demás. El en cambio parecía demasiado amable, alguien en que puedes confiar…Ichi Seya no tenía la culpa que yo estuviera nervioso por mis sueños y ahora imaginará cosas.
-Onodera – Escuché una voz familiar hablarme. Se trataba de Hatori quien llevaba unas hojas que iba revisando –
-¿Qué ocurre? – Tenía miedo que se diera cuenta de mi apariencia, estaba ojeroso y con sudor en la frente, sentía que mis propias piernas no eran capaz de sostenerme.
-Takano te está buscando- Respondió mientras me examinaba - ¿Te encuentras bien? Luces un poco enfermo.
Aunque no lo pareciera, Hatori era del tipo hogareño, pues las pocas veces que había convivido con él y con Yoshikawa Chiharu sensei -quien resultaba ser un hombre para mi enorme sorpresa- me di cuenta que no solo le ayudaba como editor, sino también de vez en cuando le hacía de comer o le ayudaba en su casa. La gente no es lo que parece a tu primera impresión…Así que tal vez debía darle otra oportunidad a Ichi Seya.
-Enseguida voy…- contesté mientras daba el último sorbo a mi bebida
Sería un día muy largo.