La rubia se extrañó por aquel comportamiento del menor y si se fijaba bien en aquel indefenso ser, este tenía una mejilla con un ligero tono color morado verdoso con otros colores más combinados (cortesía de Dudley usándolo como saco de boxeo) lo cual parecía de un golpe que ya estuviese sanando pero dejando una fea experiencia atrás, no pudo resistir mucho y abrazo fuertemente al menor el cual se removía inquietamente en los brazos de está tratando de alejarse.
_. Vamos tranquilízate –apretó un poco más el abrazo pero no como para lastimarlo solo era para que se quedara tranquilo- todo está bien… -murmuro la chica con una voz suave y cariñosa mientras sentía como su hombro se empezaba a humedecer por las lágrimas del o la pequeña/o, su cuerpo era realmente delgado entre sus brazos le daba un poco de lástima que aquel ser tan bello estuviese en aquellas condiciones.
Al cabo de unos minutos el menor se tranquilizó mientras daba pequeños hipidos nunca se había sentido tan bien llorar, menos aun si alguien lo abrazaba y le regalaba palabras dulces y no insultos o golpes como lo hacían sus familiares.
_. Ya terminaste de calmar al renacua..jo… -dijo el búlgaro que solo se había quedado fuera mientras oía el llanto sin querer entrometerse mucho no se llevaba muy bien con los mocosos y menos aún si estaban llorando, pero al ver a aquel ser tan lindo que estaba acurrucado en los brazos de la rubia le dio un poco de celos, esos ojos verdes tan puros eh inocentes le hipnotizaron al instante que solo quería abrazarlo y… y morderlo de cierta forma hasta saciarse, tan solo se cubrió la boca con su mano evitando que se mostraran sus afilados colmillos no queriendo espantar al menor más de lo que ya estaba- yo… esperare afuera… me siento mareado… -dijo y salió rápidamente del lugar respirando aire libre de aquel olor embriagante, si se hubiera quedado unos segundos más lo más probable que hubiese saltado sobre la criatura y hubiese bebido su sangre sin detenerse hasta saciarse y eso hubiese estado mal.
_. Bien, salgamos de aquí… -dijo la chica extrañada por el comportamiento del búlgaro, sabía que él era un vampiro y que había sentido el aroma a sangre anteriormente pero no conocía esa faceta suya, huir del problema cuando siempre lo había enfrentado como todo un hombre o como se dice en el mundo muggle “todo un macho que se respeta”, pero esta vez se había escapado del lugar literalmente, solo arropo al menor y lo cubrió bien con esa raída manta, ocultando así su rostro.
No podían usar magia ya que así los localizarían y devolverían a sus hogares bajo supervisión de un mago, el búlgaro perdería su oportunidad de ser jugador profesional de quidditch de grandes ligas. Soltó un ligero suspiro elegantemente y salió del aquel pequeño cuarto con la menor de la habitación mientras que esta se movía inquieto en sus brazos como queriendo escapar de ellos, la rubia lo mantenía en sus brazos firmemente para que no se callera al suelo y se lastimará.
El azabache no entendí la situación solo había sentido el abrazo de la linda chica y como las lagrimas caían de sus ojos mojando la linda ropa de esta, pero le pareció extraño que no le gritase por hacer eso como su tía acostumbraba a hacerlo por llorar de vez en cuando , en cambio le abrazo más fuerte y ternura algo que nunca sucedía.
La dulce voz de la chica lo estaba tranquilizando pero se sorprendió al escuchar una voz más masculina y marcada con un asentó raro que daba un poco de risa al igual que la de la chica, proveniente de afuera de su “habitación” solo le miro curioso tratando de enfocar algo pero solo veía una silueta borrosa con una mancha negra lo que aparentemente era su ropa, miro a la chica y vio una gran mancha color celeste y algo que parecía amarrillo, solo quería ver quiénes eran, quería sus gafas, sintió el aire helado de la noche en su rostro y supo que ya estaban fuera del hogar de su tía petunia y de su tío Vernon.
_. Vamos quieto, no te queremos hacer daño – soltó la rubia mientras acariciaba la suave cabellera de menor y depositaba un tierno beso en la cien de esta.
_. Mis… mis lentes… -murmuro apenado mientras ocultaba su rostro en la manta, sin saber que la chica solo sonreía cariñosamente ante tan tierno gesto.
_. Donde se encuentran estas? –dijo suavemente mientras acurrucaba a este bien en sus brazos, aunque no pesaba mucho mas bien era bastante liviano para su edad, aunque eso no quería decir por ser mujer fuera débil, pero sabía que si se lo pedía al azabache este se negaría por la forma en que se fue pero aun podía persuadirlo.
_. Debajo... de la almohada… -su voz era más baja aun.
_. En la almohada? –el menor asintió- bien, Viktor ya escuchaste ve a buscar los lentes de este pedazo de encanto –dijo con una voz dulce y calmada ya cuando estaba a punto de cerrar la puerta, el búlgaro se encontraba afuera esperando a que salieran para poder marcharse, ante lo que le dijo la rubia solo bufo molesto pero era mejor no enojar a la veela y se adentró nuevamente a la casa en busca de esas malditas gafas, se adentró en aquel pequeño cuarto del que era prisión aquella deliciosa criatura y rebusco en todas partes de forma curiosa hasta que las hayo, quería salir rápido de ese lugar el olor le estaba embriagando, todo ese maldito olor dulce y tierno encerrado en ese pequeño espacio, salió rápidamente de aquel lugar azotando la puerta de esta para caminar a paso rápido y pesado entregando las gafas a la veela para luego dirigirse a un automóvil negro que alquilaron mientras estaban en esa ciudad muggle.
Quería irse rápido de aquel lugar el aire y el ruido de las calles con esos automóviles le daban dolor de cabeza llevaban una semana prácticamente buscando al o la mocoso de la profecía que tenía en brazos la rubia, sabía que no deberían estar haciendo esto pero que más daba lo hecho esta hecho, aunque estaba arriesgando prácticamente su puesto como jugador de quidditch, pero de todas formas se sentía bien de haber sacado a aquella cosa de esa casa, no entendía como podían dejar a alguien tan indefenso bajo llave, miro de reojo a la rubia que estaba con una sonrisa algo …“maternal?” plasmada en el rostro mientras le ponía las gafas al o la pequeña.
Soltó un bufido y se adentró al auto para encenderlo como había aprendido, aunque al principio choco con un árbol al tratar de manejar al principio y casi choca a unas cuantas personas eso si le causo un poco de gracia ver los rostros de las personas asustadas cuando frenaba el choche a centímetros de sus cuerpos y estas caían al suelo con los pantalones mojados.
Si supieran lo que se siente que le lancen un crucio en el cuerpo eso si le gustaría ver, pero los muggles creían que la magia se trataba de sacar un conejo de un sombrero o hacer trucos con cartas realmente eran ingenuos y para ellos era algo realmente sorprendente.
_. Fleur apresúrate o te dejare aquí tirada con ese/a mocoso –le grito el pelicorto desde el automóvil, el cual solo la rubia camino al auto sentándose en la parte trasera sin querer despegarse del menor.
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