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Amigo Sexual | Sid x Diego (La era del Hielo) por Ned Flanders

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Notas del fanfic:

Alo, Alo vecinirijillo! Les traigo un fict de Sid x Diego de la era del hielo (Yaoi)

Esta historia está narrada por Diego, de manera Anacrónica (Es decir, en desorden)

 

Espero les guste, es mi segunda historia en esta página… si no les gusta bueno simplemente no lean. n.n’

 

Atención, este oneshot contiene:

1) Yaoi (chico x chico)

2) Lemon

3) Zoofilia (perezoso x tigre)

4) Muerte (no apto para sensibles)

 

 

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No sé cómo ordenar mi mente, no puedo justificar lo que le hice a Sid… ahora; todo me parece tan confuso…  no sé cuándo empezó esta pesadilla disfrazada de sueño. Supongo que así lo vio siempre Sid; como un sueño… y ahora convertí todo en un infierno. No puedo creerlo…

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[Era del hielo 1]

Me encuentro jadeando sobre Sid, es la segunda vez hasta la fecha… Manny está dormido junto a Bodoque (gracias a Dios) porque no nos permitiría hacer esto… hasta ahora he convencido a Sid de que no debe decirle a nadie…que lo que estamos haciendo no es nada malo…

Muerdo su cuello, jamás podré saciarme de ese inocencia y ese aspecto de niño bueno…ese aroma que me vuelve loco y ese cuerpito…

 -Diego…- gime, llamándome, incitándome.

Beso sus labios, ambos tenemos claro que hacemos esto solo por placer, que no hay nada entre nosotros. No soportaría algo “gay”.

 

 -Gime, bebé… gime…- jadeo, garro su muñeca.

 

Entonces lo noté… pero no quise decirle nada hasta acabar.

 Curva su espalda tras el dulce orgasmo, ahoga un gemido, sabe que debe ser silencioso ya que si Manny despierta; y nos descubre, sería desastroso.

 

A penas lo conozco, pero algo de él me atrae… me encanta someterlo, jamás creí que aceptaría a satisfacer mis más oscuros deseos.

 

 -¿Estuvo bien?- pregunta, buscando mi aprobación, me retiro de él y me recuesto.

 

 -¿Qué significan esos cortes, Sid?- lo regaño.

 

 -Ah… te diste cuenta- bajó la vista.

 

 -Nada es tan importante como para marcar tu cuerpo de ese modo- dije -¿Por qué te cortaste?-

 

 -¿A ti que te importa, tigrecito? Te irás a penas entreguemos a bodoque a su familia humana- suspiró.

No puedo dejar de pensar… que cuando iremos al “medio pico” mi manada los estará esperando… quizás pueda salvar a Sid, convencer a los de mi especie que lo conserve como mi juguete sexual…  no me imagino estar sin la posibilidad de follármelo.

 

 -Disfrútame entonces…- susurro ladino, posicionándome sobre él.

 

 

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[Era del hielo 3]

Los años pasaron, la amistad fue creciendo… todo hasta que Ellie quedó embarazada… mis condiciones físicas ya no eran las mismas, no quiero ser un “gatito doméstico”

Hablé con Manny, él se lo tomó bastante mal…

 -¡Oigan, oigan, oigan! ¡es el momento más feliz de nuestra vida! ¡Tendremos un bebé!- dijo Sid entusiasmado. Su inocencia… creo que lo que más me entristece es el hecho de tener que dejarlo.

Llevo tanto tiempo devorando esos dulces labios por las noches, tanto tiempo en su interior, tanto tiempo riendo…

Sé que he sido malo con Sid, que ya se acostumbró a ser mi juguete…

 

-No, Sid… ELLOS tendrán un bebé- le corregí bajando de la roca en la que estaba.

 

-Pero somos una manada… una familia…- dijo, se estaba esforzando tanto porque me quedara…

 

-Las cosas han cambiado, Sid… Manny tiene cosas más importantes- dije señalando al mamut que se retiraba con su esposa. No quiero que Sid llore, es lo único que me detiene pero… yo no quiero una relación, y él tiene que entenderlo –Acéptalo…fue una gran aventura… pero hay que cambiar de aires-

Él sabe a lo que me refería.

 

-Solo seremos tu y yo…- dijo, ¿Acaso estaba… dispuesto a irse conmigo?

Lo pensé un momento, pero… no, no es justo. Sé que Sid no conoce a otras perezosas por el hecho de que ellas huelen mi olor impregnado en su piel, deben asustarse al notar que mantiene sexo con un dientes de sable.

 

-No, Sid… ya no seremos tú y yo…- dije marchándome.

 

-¿Cash y Eddie vendrán con nosotros?- dijo Sid, intento no mirar hacia atrás… no lo hagas más difícil -¿Solo Crash…? ¿Solo… Eddie?-

 No puedo mirarlo.

 

-Adiós Sid…- dije, pensé que era bueno para ambos…

 

 

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[Era del hielo Navidad]

Fue toda una locura, habíamos destrozado el polo norte y debíamos ayudar a Santa a recuperar su taller y salvar la navidad.

  Reconozco que fue divertido.

 

Manny hablaba con los renos en ese entonces.

Sid se me acercó escondiendo algo atrás de su espalda.

 

Era un muérdago. Lo levantó sobre mí.

 -¡Quieto… quieto…! ¡Muack!- trató de besarme, ¡y todos estaban mirando!

No le tomaron mucha importancia ya que salté sobre él. Dejaron de prestarnos atención.

 

  -¿¡Qué crees que haces?!- gruñí.

 

  -Pero…- dijo adolorido por el impacto contra el suelo.

 

 -¡Te dije que no me besaras en público! ¿Quieres que nos descubran o qué?- dije en voz baja aunque bastante molesto.

 

-Perdóname- dijo, sus ojos se humedecieron. Maldición, no quiero que se ponga a llorar y levante más sospechas.

 Me separé de él.

 

 -En la noche puedes besarme- le dije.

 

 

 

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[La era del hielo 2]

Demonios, Sid va a ahogarse… Crash y Eddie intentan sujetarlo, yo… yo no puedo… no sé nadar.

Intento saltar, mis garras me lo impiden.

Sid… no…

 

-Ok, ok, ok… brinca… ¡Ya!- digo, mis piernas no responden, gruño -¡Brinca, miedoso! ¡Ahora!-

Sid, MI SID, está en peligro… (Digo… “mío” porque es mi amigo sexual, nada más)

-¡Si se puede! ¡Si se puede! ¡Si se puede!- no puedo… ¡SID! Es una ironía que tenga que salvar de ahogarse a quién me enseñó a nadar –Confía en ti… ataca el agua… ¡No soy tu presa! ¡No soy tu presa! ¡NO SOY-TU-PRESA!-

 

Salto, esa desagradable sensación del agua fría en mi piel… floto hacia arriba, nado exactamente como Sid me enseñó.

-Garra, patada…los bebés pueden hacerlo…¡si puedo!- me acostumbro…

 

Cash sube a mi lomo, pero suelta a Sid…

Me sumerjo a buscarlo y lo sujeto del pecho… una vez que logro subir lo saco del agua.

 

Me sostiene la mano, sé que está bien… aunque internamente me decepciona no tener que darle respiración boca a boca.

 -Lo hiciste, amigo… lograste vencer tu miedo…- susurra.

 

 

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[La era del hielo 3]

 

Me hundo en su cuerpo con más ansias que nunca, él gime debajo de mí, en cuatro patas apoyando en una roca.

 Creí perderlo, creí que no lo volvería a ver… el error que cometí fue inmenso… el tratar de irme fue lo que lo llevó a bajar hasta donde los dinosaurios.

 

Manny y Ellie estaban cansados de jugar con la recién nacida morita así que no les costó dormirse.

  En tanto yo, solo le quiero expresar a mi modo lo mucho que lo extrañé.

 

-¿Pensabas quedarte allá?- gruñí, embistiéndolo con fuerza, enterrando mis garras en sus suaves y enormes nalgas…

 

 -Tú te fuiste…- me contestó, gimió.

 

-¡No puedes hacerme esto!- le dije –Eres mío…-

Sí, Sid es mío… muerdo su cuello marcándolo aunque sin hacerle daño…es tan frágil… incluso más frágil que una hembra.

 

-¿Y tú?- responde -¿De quién eres…?-

Me quedo atónito ante su pregunta, no sé qué contestarle… finalmente, llega el cálido orgasmo.

 Él suelta un gemido delicioso, mi semen entra en su inmaculado cuerpo…llevamos tanto haciendo esto y sigue igual de inocente, igual de deseable…

 

-Tuyo…- respondí finalmente dejándome caer agotado sobre su espalda. Lamo su cuello… Sid me permite hacerlo mío hasta saciarme…

 

 

 

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[Después de la era del hielo 4]

 

-Bueno, amigos, les quiero dar una noticia…- sonreí, junto a la tigresa, habíamos reunido a todos frente a la fogata –Shira es mi novia-

 Todos celebraron, Shira me besó… Manny y Ellie se acercaron a felicitarme, al igual que Morita y Louis.

  Pero una figura se había retirado del lugar…

 

Esperé que todos se durmieran y le seguí el rastro al menor. Estaba en medio del bosque.

 -No es un lugar seguro para estar tan alejado- susurré en su oído, hace ya un mes que no tengo relaciones con él.

 

 -Diego… he estado pensando…-

 

 -¿Tú? ¿Pensando? Vaya, esto es nuevo- me burlé, no le hizo gracia mi comentario.

 

 -Diego, ¿Lo que tu y yo hacemos… está mal?- preguntó, sabía que este momento llegaría… -Porque… si tienes novia, ¿no sería como engañarla?-

 

-No, Sid… creí que estaba claro; tu y yo somos amigos- dije, sé que Sid tiene la razón en que está mal, que llegamos bastante lejos…

 

Supongo que a falta de una hembra en la manada, Sid era lo más cercano a ello.

  De pronto le sujeto el brazo con fuerza y de sorpresa.

 

-¡¿Y esto, Sid?! ¡¿Qué es esto!?- lo regañé, su brazo estaba lleno de cortes… claro, a simple vista no se veía por su pelaje, pero yo notaba cada detalle de su piel. Eran cortes recientes.

 

 -¡Déjame!- escondió su brazo de mí.

 

 -¿Por qué, Sid?- le insistí.

 

-¡Porque ya no puedo más, Diego!- gritó, sus ojos estaban llenos de lágrimas, ¿cómo alguien tan alegre podía hacer este tipo de cosas? Solo yo conozco su lado “B”  -¡No quiero más! ¡Mi familia real me desprecia, me botaron! ¡Nadie en mi vida me ha querido nunca! ¡Y ahora me he quedado solo! ¡Tú tienes a Shira y Manny a Ellie! ¡eras lo único que tenía! Me dejé engañar por el sexo, intentando imaginarme que me querías… que todas esas palabras bonitas que me decías eran ciertas… pero una vez que acabas se te olvida todo-

 

No puedo seguir escuchándolo, me parte el alma verlo llorar.

 Me lanzo sobre él y lo beso con pasión, sus labios saben a la sal de sus lágrimas.

 

Recuesto a Sid en el suelo y me posiciono sobre él, necesita saberlo… pero como yo no sé decirlo con palabras simplemente se lo mostraré.

  -Ya te dije que soy tuyo- me separé de sus labios lentamente para abrir sus piernas y subir sus caderas levemente, para quedar justo en su entrada.

 Entro en él con lentitud. Él gime… yo sujeto su mentón.

   -Mírame a los ojos, Sid…- le pido, él abre esos ojitos grises y me mira directamente. Jamás se lo he hecho así a alguien. Lento… suave… mirándonos directamente a los ojos –Eres mío…-

 

A un ritmo lento y suave, nuestros besos y gemidos son el único sonido del lugar; a parte de los grillos y el sonido del mar contra las rocas a lo lejos.

 Él, finalmente, llega a su dulce éxtasis.

 

-Te quiero, Sid…- susurro en su oído.

 

-Yo te quiero más, amigo sexual…- dice. Beso sus brazos.

 

 -No vuelvas a hacerte daño ¿Ok?-

 

-Está bien…-

 

 

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[La era del hielo 4]

 

Sería difícil explicar qué pasó, el punto es que vimos unas sirenas, Sid, yo y abuelita nos hipnotizamos, pero Manny volteó el barco y… creo que Sid cayó sobre mí.

Cundo desperté del hechizo me encontré besándolo…

 Manny y abuelita nos vieron, tuve que disimular asombro.

-¿Y el beso por qué?- cada músculo de mi cuerpo se tensó.

 

-Ammm… ¿Porque los cruceros son románticos?- sonrió.

 

A Manny no pareció importarle. Manny se durmió, abuelita también… Sid estaba acomodándose.

  -Estoy casi seguro de que me besaste a propósito- le dije.

 

-Quizás. ¿Viste a Shira en la visión?-preguntó.

 

 -Al principio sí. ¿Y tú a quién viste?- pregunté con curiosidad. Que yo sepa, Sid no tiene a nadie especial.

 

-A una perezosa. No la conocía- respondió –Al principio-

Agregó con suspenso.  Le sonreí.

 

 -Buenas noches- murmuré.

 

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[Después de la era del hielo 4]

Lo encontré llorando desesperado, estaba a kilómetros de casa.

 Los demás ya no lo buscaban. Sid había dicho que quería irse de la manada… claro, después de la noticia.

 

-Sid- le dije, él se volteó hacia mí lleno de rabia.

 

-¡Lárgate!- dijo.

 

-No me iré, Sid… ¡No pudiste ser tan evidente!- lo regañé, salté sobre Sid.

 

-¡Suéltame! ¡No puedes…!- protestó, su rostro estaba mojado de lágrimas.

 

-No…  tú me perteneces, yo no acepto que te vayas- gruñí, él se zafó de mis brazos pero logré atraparlo nuevamente, lo puse en cuatro.

 

-¡Vete con tu embarazada!- gritó -¡El juego se acabó, ya no soy tu juguete!-

 

-¡No puedes simplemente dejarme!- gruñí, metiéndome en su interior a la fuerza… sus débiles forcejeos y su llanto ya no me importaban -¡No necesito tu autorización para hacer esto! ¡Eres mío! ¡Si no quieres por las buenas será por las malas!-

No sé cómo pude, no tenía nada en mente solo me dejé llevar por mi instinto…

 

-¡Suéltame! ¡Te odio! ¡TE ODIO!- gritó, lo mordí… mordí su cuello, sin controlarme… no soportaba que me dijera eso la persona a la que más amo.

 

 

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 [La era del hielo 1]

 

La primera vez que lo hicimos… la recuerdo a la perfección. Fue parecido.

 Yo acababa de salvarle el pellejo a Sid de dos rinocerontes furiosos, pero eso no era lo que me había molestado, sino que Sid estaba con dos Perezosas… haciéndose el galán.

 

 Hicimos una pausa para la hora de almuerzo, Sid fue a buscar alguna fruta y lo seguí. Manny estaba con Bodoque.

   Se asustó al verme.

-¿Q… qué pasa?- dijo, creo que en mis constantes amenazas de comérmelo, se las tomó muy en serio.

 

-¿Crees que ese es modo de tratar a las mujeres? Te vi con esas dos chicas- dije arqueando una ceja, lo acorralé hasta una cueva cercana.

La verdad, esa era una excusa para lo que tenía en mente. Siempre me divirtió la idea de quitarle la inocencia a Sid a la fuerza.

 

-Perdón… es que, yo…- tartamudeó retrocediendo.

 

-Te enseñaré una lección que no olvidarás, Sid- dije, volteándolo, poniéndolo en cuatro patas.

 

-¿Qué haces…? ¡No, no, no, no, no!- dijo asustado.

 

-Tranquilo, vas a estar bien- reí, pero como se resistía le hice una llave doblándole el brazo por detrás de la espalda, me puse en su entrada… presionando lentamente, sabía que Sid era virgen…

 

-¿Qué estás haciendo? ¡detente!- dijo, logré sacarle un gemido… su interior estaba tan estrecho…

 

-Si no te relajas más te va a doler, bebé- susurré en su oído –Solo… relájate.-

 

No sé por qué, pero cuando acabamos, cuando solté a Sid, él se puso en un rincón de la cueva, asustado, a llorar.

Para los de mi especie no es raro tomar a una hembra a la fuerza, quizás por eso no medí mis consecuencias… pero ¿por qué lloraba? ¿Porque no me conocía lo suficiente?

Bien que lo disfrutó mientras lo hacíamos.

 

-No llores, Sid…- arqueé la vista, a decir verdad no sé consolar a la gente cuando llora.

 

-¿Qué fue lo que me hiciste?- dijo sollozando.

 

-¡Ash, no me mires como si te hubiera violado!- gruñí.

 

-Me violaste- aclaró.

 

-Pero bien que te gustó- sonreí pervertido –Sid, es normal, relájate… no significa nada, solo… desde ahora creo que tienes el derecho de hacérmelo cuando te plazca-

 

-¡Eso es inmoral!- protestó.

 

-No, Sid… ahora somos… no sé… “Amigos sexuales”, es como un juego- le guiñé un ojo –Ven, bebé… te lo haré de nuevo pero esta vez no te resistas ni llores o no sentirás lo bien que se siente el sexo…-

 

Se secó las lágrimas y, tímidamente, se puso por su cuenta en cuatro patas. Entré con cuidado en Sid, intentaba convencerlo de que lo que estábamos haciendo era tan normal como jugar.

 -¿Ves que se siente rico?- susurré en su oído.

 

 -S… si…- gimió curvando la espalda, apoyé mi mentón en su hombro.

 

-¿Quieres besarme?-

 

-¿Puedo?- dijo, asentí -¿Estás seguro que esto es normal y no es… gay?-

 

-Claro que no, Sid- reí –Gay sería si me enamorara de ti o algo así-

Lo besé… esos suaves labios sabor a moras… me volví adicto ellos de inmediato.

 

 

              

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[Después de la era del hielo 4]

 

Acabé varias veces sin retirarme de su perfecta piel, lo violé hasta saciarme… entonces… miré con horror lo que había echo.

Lo último que le oí fue que me odiaba –No me odies, Sid… por favor-

 

Entonces lo noté, me separé de él asustado… como mordí a Sid… me di cuenta de que mis dientes estaban llenos de su sangre… yo estaba lleno de su sangre. No me di cuenta de lo que hice, que le enterré mis colmillos en su delicada garganta… y ahora… mi hermoso Sid, MI SID (en todos los sentidos de la palabra) se estaba desangrando.

 -¡Sid… Dios, qué hice!- intenté cubrir su herida pero era tarde, sus ojitos grises se apagaban poco a poco… esa chispa, esa luz que veía en ellos ahora temblaba desvaneciéndose –Sid, mírame…-

 

-Yo… no… te odio, yo te amo- me dijo, lágrimas caían por sus ojos y sangre caía por su boca.

 

-Sid, por favor, perdóname… soy un imbécil, todos estos años… no fui justo, perdóname ¿Si?- lloré, jamás había llorado antes, no como ahora. No puede morir. ¿Qué hice? ¿Por qué lastimé de esta forma a mi mejor amigo? ¿Por qué simplemente robé su inocencia en lugar de ganármela? -¡Sid, te amo!-

 

-Adiós amigo sexual…- susurró, la vida se le desvaneció lentamente… cerró sus ojitos grises y… se fue.

 

No sé cómo ordenar mi mente, no puedo justificar lo que le hice a Sid… ahora; todo me parece tan confuso…  no sé cuándo empezó esta pesadilla disfrazada de sueño. Supongo que así lo vio siempre Sid; como un sueño… y ahora convertí todo en un infierno. No puedo creerlo…

 

 

 

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[Después de la era del hielo 3]

 

Con la respiración acelerada mirábamos al cielo luego de intimar, su modo de besarme había cambiado. Casi podía jurar que se aferraba a mí con… no sé, ¿Amor?

 Bueno, al principio lo hacíamos porque era divertido, porque lo había convencido de que lo necesitaba. (Y en parte sí, los machos mueren si no hay una hembra cerca ya que el semen se cumula y… mueren)

Sé que nos hacíamos ese favor, pero… algo cambió, no solo en él, sino en mi forma de mirarlo… ya no era solo algo “animal”, ya no era algo sadomasoquista. Ahora me gustaba, dentro y fuera del sexo. Mi manera de tratarlo era más suave…

  Él estaba recostado en mi pecho y yo lo estaba abrazando, siempre a Sid le gustó “regalonear” después del sexo. Jamás, ni siquiera la primera vez que pasó, le negué eso… cariño, jamás le esquivé un beso (a no ser que sea en público)

 

-Diego, hay algo que debo decirte- susurró Sid, estábamos mirando las estrellas –Creo que soy… gay-

Intenté no reaccionar.

 

-¿Y por qué crees eso?- pregunté en un susurro.

 

-Tú dijiste que si un hombre se enamoraba de otro hombre… era gay. Pero…también recuerdo que dijiste… que el sexo es como un “juego”, y que eso no era gay- dijo, se sorprendí que lo haya entendido tan bien –El punto es que… creo que soy gay-

 

-¿Te gustan los hombres?- pregunté con la mirada fija en las estrellas.

 

-No, pero me gusta un hombre- dijo Sid, besé su cabecita.

No sé, no quiero saber más, en sí… sé que se refiere a mí. Pero… tengo miedo, me asusta el hecho de tener una relación… así.

-¿Y tú? ¿Eres gay?- preguntó, lo abracé más fuerte.

 

-No sé…- comento, yo creo que esto es todo lo que puedo pedir… ¿de qué sirve andar de la mano en público? ¿Los chocolates, las flores? Creo que esto es todo lo que yo necesito; puedo besarlo, puede besarme… podemos hacerlo hasta quedar sin aliento, rápido, lento… ¿De qué sirve decirnos cursilerías si podemos expresarlas fingiendo ser solo amigos? El punto es que, sé que a Sid no le basta… intento ahogar su voz en mi mente, intento hacerme el tonto ante sus indirectas. Es mejor así…

 

Una vez dormido (Sé que no lo estaba) besé su frente –Te amo, Sid…- susurré, sabía que estaba fingiendo el estar dormido… era esa complicidad entre los dos; uno hablaba y el otro fingía no escuchar… porque sabíamos bien que si había un receptor, un emisor y un mensaje, tendríamos que cambiar nuestra forma de hacer las cosas.

  A los dos nos asustaba cambiar, ambos nos amábamos, ambos sabíamos eso… pero a Sid le asustaba pedírmelo y a mí, me asustaba hacerlo.

 

Prefiero sumergirme en su inocente piel, oírlo gemir con suavidad, acariciarlo y besarlo hasta que nos falte el aliento.

 Yo… sabía que Sid estaba despierto.

 

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[Después de la era del hielo 4]

 

Llevé a Sid a la manada, pude haberles dicho que lo encontré así, malherido, pero no… no más mentiras, las mentiras solo me llevaron a esto…

 Ellie le hizo las curaciones a Sid, pudieron detener la hemorragia, pudieron salvarlo.

 

Manny me pidió explicaciones, se lo conté todo en privado… todo… estuvo a punto de matarme.

  -Eres… asqueroso- me dijo -¿Cómo se te ocurre…? Quitarle… la inocencia así a Sid, él es prácticamente un ángel. ¡Tú sabías que te amaba! ¡Y te aprovechaste de eso para abusar de él!- me dijo asqueado.

 

-Sé que lo que hice, y me odio a mi mismo por eso… pero…- comenté –No sé amar, Manny… y Sid me enseñó-

 

Pasaron semanas, Sid estaba en coma… pero ya despertaría. Yo le conté todo a Shira y ella decidió irse, dijo que un ser tan vil como yo no merecía ver a “sus hijos”, creo que eso me alivia.

 

Solo me quedo cerca porque quiero ver a Sid por última vez cuando despierte, la manada me odia, yo me odio… pero Sid no… sé que para él sigo siendo su héroe. (un héroe asqueroso que abusó de él)

  Una vez que hable con él, que vea que está bien, me iré de la manada… me iré lejos…

 

Entro a la cueva, Ellie me avisó con recelo que Sid ya había despertado, dos días atrás abrió los ojos pero estaba con fiebre. Hoy estaba lúcido.

 -¡Diego!- sonrió, esa lucecita en sus ojos se encendió al verme.

 

-¿Cómo estás… amor?- dije, pronunciando con dificultad la última palabra, sé que Sid merecía oírla. Abrió sus ojos con sorpresa.

 

-Ah… mejorando, creo- dijo, entonces lo abracé con todas mis fuerzas. Su voz de vuelta…su dulce voz… su dulce aroma, sus dulces gestos, su belleza, su calor…

 

-Perdóname, Sid… yo te amo…- dije.

 

-Te perdono-

 

 

 

 

Me gustaría decir que eso fue lo que realmente pasó, pero creo que fue un delirio más… hace un mes que no me muevo del cadáver frío de MI SID. Estoy raquítico, no he comido, no me he movido para nada… solo estoy recostado junto a él.

    Así es, Sid murió a los minutos de la mordida. Sé que me perdonó por eso… pero yo no me perdonaré. Maté a lo que más amo, por celos, por… por miedo.

 

El maldito miedo… ya no más.

 Ardo en fiebre, moriré y espero que sea pronto… me quedaré junto a Sid hasta el fin.

No soportaría vivir sin sus risas, sin su llanto, sin sus abrazos…

 

Él hubiera querido que yo viviera y rehiciera mi vida como se debe, dándole una oportunidad a Shira, pero hasta en eso soy egoísta. Merezco morir así; desnutrido, ardiendo en fiebre, sucio, con insectos devorándome lentamente debido a mis fecas y al cuerpo descompuesto de mi amado.

 Sé que es egoísta también decirle la verdad a alguien, los de la manada no merecen saber esta asquerosidad que cometí… no lo merecen, y no lo haré. Quiero que esta sea una historia bonita, pero… no fue así.

 

Sid, a mi lado… muerto… no volveré a escuchar su dulce voz, su dulce aroma desapareció convirtiéndose en una peste que solo atrae más insectos, ya no volveré a ver sus dulces gestos… yace inmóvil entre mis brazos. Su belleza sigue intacta, Sid siempre será bello… pero su calor, ese calor que me envolvía en nuestras noches… se desvaneció, ahora está frío, tanto como yo.

 

La respiración comienza a fallarme, es mi hora… espérame, Sid… iré contigo, estaremos juntos para siempre…

Inhalo, exhalo, inhalo… mi corazón se apaga, cierro mis ojos… y me duermo.

 

 

                                        **************************************

 

 

-¿Por qué no me lo dices ahora que estoy despierto?- dice.

 

-¿Para qué quieres que te lo diga si ya lo sabes?- comento, arquea la vista. –Está bien, Sid… te amo-

 

                                         *******************************

 

 

 

Seis meses después encontraron los cadáveres de Sid y Diego, a medio devorar por los buitres, abrazados. Manny no lo podía creer.


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