Me desperté en mi cama algo entumecido, miré que algo hacía bulto bajo las sábanas. Tal como pensé, me levanté "contento". Eché un ojo a mi ropa interior, que estaba pasada por "agua", seguramente tuve un sueño húmedo... Entonces recuerdo lo que ocurrió ayer con mi nuevo amo... ¡¿Cómo se supone que voy a mirarle a la cara ahora?! ¡¡¡No puedo!!!
Quitándome eso de la cabeza miré la hora, me vestí rápidamente y comencé a limpiar.
Dejé las ventanas tan limpias que seguramente algún pájaro se estrallará pensando que no hay nada entre medias. Ordené y alisté el salón cuidadosamente hasta que Tanaka-senpai me llamó.
-Sebastian, el amo Vincent te llama- dijo breve y conciso.
Fui directo a su despacho con las piernas temblando levemente, sólo espero no estar rojo...
Llamé y un "adelante" de voz suave me invitó a entrar... ¿Y si salgo corriendo y me vuelvo con Claude a vivir?... *auto-bofetada mental*- "Vamos Sebastian, no seas nenaza"- me dije a mí mismo y abrí la puerta arrepintiéndome de haberlo hecho casi de inmediato, allí estaba mi señor amo, de pie y mirándome con una perfecta sonrisa de pervertido.
- No te quedes ahí, pasa hombre- dijo con confianza y amabilidad... Demasiada. Me acercé despacio y con desconfianza.
- Oye, Sebastian, ¿no crees que nos vendría bien contratar una sirvienta?- me preguntó de la nada, yo ladeé la cabeza confuso.
- Señor, no entiendo la pregunta, ¿no se supone que ya hay varias?- no entiendo nada.
- Bueno, sí, tienes razón, pero es que a la hora de ir a comprar los "materiales"
Tanaka se equivocó con el recuento- me aclaró, ¿acaso Tanaka-senpai compró fregonas de sobra?- así que pensé que podrías usarlo tú- me dijo sonriendo. Joder, menos mal, yo ya pensaba que me iba a empotrar contra el sofá otra vez.
Y tras suspirar yo aliviado, el hombre sacó de la espalda un hermoso vestido de sirvienta en blanco y negro, con mandil, cortito y bien detallado... ¿Estoy a tiempo para volverme a vivir con el capullo de Claude?
- Vamos Sebastian, no seas tímido, estoy seguro de que te quedará genial- me sonrió con felicidad... Hijo de...
- Pero señor, yo...- me lanzó una mirada asesina.
- No te estoy dando a elegir, es una orden, póntelo- me lo dio en las manos tal cual... Miro a los lados para ver dónde...- si buscas dónde cambiarte, yo creo que JUSTO DONDE ESTÁS está bien, no olvides cambiarte también la ropa interior, está en el bolsillo del mandil- añadió.
Miré dentro y, en efecto, ahí estaban unas bragas de lencería blancas con detalles rosáceos... Es una broma, ¿verdad?
Miré a mi amo a los ojos y me empecé a desvestir pudorosamente, va me había visto desnudo, pero no estaba en mis planes que eso volviera a suceder. Dejé mi ropa por el suelo y me vestí sin pensarlo, dado que de ser así hubiera salido corriendo. Al ir a colocarme la ropa interior me percaté de que "no cabía"... Lo dejé con la punta sobresaliendo y miré a mi amo otra vez de pies a cabeza, en el intervalo un bulto sobresalía notoriamente en sus pantalones...
- Sebastian, ven aquí- me dijo y comencé a andar- no, no, de rodillas- ¿De... rodillas? obedecí- bien, ahora, desabrocha mis pantalones con la boca- ordenó. Con toda la maña que pude logré desabrochar el botón con los dientes y bajar la cremallera, realmente el aroma de la excitación de mi amo era embriagador...
- Bien hecho, ahora... ¿De verdad es necesario que te diga lo que tienes que hacer?- dijo con voz ronca y me miró de tal forma que todo mi cuerpo tembló por la excitación, bajé los calzoncillos y liberé su erección, de la cual engullí todo lo que pude de golpe.
- Dime, Sebastian, ¿antes de venir aquí habías tenido un miembro en la boca alguna vez?- negué con la cabeza a la vez que lo lamía y mordía con cuidado- ya veo... De todas fomas, ¿crees que pudieras haber tenido uno tan grande y delicioso como el mío alguna vez rozándote la garganta como ahora?- me preguntó mientras tomaba mi cabeza con sus manos y me acercaba más a él hasta engullir su erección por completo- Sebastian, está bien si dejo de tratarte como la damisela de la que vas vestido y te trato como al hombre que tiene mi polla rozándole la garganta en este momento?- me dijo de pronto... ¿A qué viene ese cambio de registro? me pregunto mientras su líquido preseminal cae por mi lengua y se mezcla con mi saliva...Sabe dulce... Sin esperar a que conteste saca su miembro de mi boca y me tira contra el piso, cayendo sobre mí.
- Señor, eso fue muy...- me paró.
- ¿Pervertido? Ja, ¿y qué esperabas? A fin de cuentas, ahora mismo eres como una puta, estás cobrando por hacer esto, ¿acaso crees que estás aquí para limpiar? Ni te molestes, tengo a tres zorras contratadas ya, pero ninguna me pone ni la mitad de cachondo que tú, es curioso, porque eres el primer hombre al que tengo ganas de follarme hasta que no pueda más- me dice con toda la vulgaridad del mundo... Siendo así, ¿por qué mi cuerpo está reaccionando de tal forma? Realmente ardo...
- Puestos a probar, ahora me he quedado con las ganas de probar cómo sabe el tuyo- dijo dirigiéndose de lleno a mi entrepierna y lanzando la lencería por ahí- que aproveche- susurró con sensualidad y mordió mi glande despacio, delineándolo con la lengua deliciosamente y bebiendo el líquido preseminal que hizo salir como si de un manjar se tratara, lamió desde la punta hasta los testículos y volvió, para después meterlo en su boca de una sola, comenzó a mover la cabeza de arriba a abajo, chupando y succionando con insistencia, con la misma que yo trataba de no gemir, aunque desgraciadamente terminé por rogar por más, dejándome someter hasta que de pronto sentí que un dedo trataba de invadir mi puerta trasera.
- No te creerías que te la voy a chupar sin más, ¿no?- sonrió de medio lado relamiéndose- tu culo me pertenece y bien que lo voy a marcar, vete haciendo a la idea- me dijo para después seguir felando mi miembro e invadiendo mis intestinos con sus falanges gélidos, el contraste de temperatura hizo temblar mi columna vertebral y estremecerse a mi cuerpo.
- A-amo, pare o si no...- me interrumpió de nuevo.
- Oh, ¿ya vas acorrerte?- me miró burlesco- sólo te permitiré hacerlo si me lo pides como se debe- dijo mientrar me masturbaba a un ritmo vago y despiadado, mi cuerpo sólo podía pedir por más, mis caderas se movían solas contra sus dedos- vamos, ¿a qué esperas?- me preguntó mirando con gusto cómo me retorcía contra él.
- ¡Amo, haga que me corra, se lo suplico!- terminé por gritar de seguro ruborizado hasta las orejas.
- Así se hace, tu recompensa- sólo dijo eso con tono erótico en mi oído antes de meter por completo su miembro totalmente erecto y húmedo en mi culo haciéndome gemir como creo que nunca antes hice. Con esto sumado a que su mano se movió ágilmente contra mi propio miembro, mi cuerpo no soportó más placer y me vine en su mano, llenándo de semen mi propio abdómen y volviendo a gritar de nuevo... Patético.
- Pues sí que te faltaba poco, pero, ¿sabes? Yo aún no me he corrido- sólo dijo ésto antes de empotrarme con fuerza contra el piso- no creas que te vas a librar, ¿cómo se siente que te follen así de duro justo después de llegar al orgasmo? Tu cuerpo aún tiembla- me sujetó por las caderas y llegó aún más hondo, rozando mi punto g, mi voz debió llegar hasta el sótano, la fricción de nuestros cuerpos sudando y el roce de su miembro contra mi entrada ya resultando hasta doloroso era demasiado placentero. Ciertamente me dolía, pero eso hacía que temblara aún más, esa sensación me prendó, sólo desaba más dolor... Moví mis caderas contra las suyas, colocándome sobre mi amo y autopenetrándome cabalgando sobre su erección sin voluntad alguna fuera del placer, hasta que escuché un gemido ronco por su parte y sentí como disparaba todo su semen dentro de mí, mezclandose con algo de sangre mía por la fuerza de las embestidas, provocando que me viniera por segunda vez, dejando su ropa inservible. Caí sobre su cuerpo totalmente exahusto y me quedé dormido en su pecho...
Noté cómo una mano rozaba mi mejilla con ternura y abrí los ojos despacio...
---------(Vincent's pov)--------
Me miró con sus ojos rojos como la sangre totalmente sonrojado, realmente es lindo.
- ¿Estás bien?- le pregunté, en un principio creí que fui tan rudo que se desmayó, pero parece que sólo cayó por el agotamiento, le hice sangrar un poco por la fuerza que usé, y ahora me siento culpable, así que le mimaré un poco.
- ¿Eh?... ¡Ah, s-sí!- contestó tratando de incorporarse y pegando un grito en el intento, realmente debe de dolerte.
- Jejej, ni lo intentes, no creo que puedas sentarte por un par de días, pero, mi esposa estará en Irlanda esta semana, así que dormiremos juntos, ¿sí?- le dije y le abracé con ternura, a lo que se sonrojó y hundió a cabeza en mi pecho sumiso... Como lo vuelva a hacer, lo violo.
- Em, bueno, siento mucho haberte hecho hablar de esa forma antes, creo que me pasé un poco, ¿no?- nunca antes hablé de esta forma tan sucia, simplemente me pareció que eso le haría sentirse muy avergonzado y la idea me pareció deivertida, miró a todos lados con cara de sentirse culpable y tuve que calmarle un poco, a pesar de todo, en breve se durmió de nuevo y salí de la habitación.
- Oye, Tanaka, ¿qué opinas del nuevo?- le pregunté con una sonrisa infantil.
- ¿Quiere que le sea sincero?- asentí- Creo que el amo debería preocuparse más por el hijo que tendrá en tres meses en lugar de tener sexo con un sirviente- me contestó totalmente serio.
- Vamos, Tanaka, no seas tan rígido- le dije contento.
- ¡Señor, compórtese de una vez como se debe!- realmente, ¿está bien que haga esto con un niño en camino?...
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