El vampiro pura sangre se encontraba recostado sobre su lecho con sábanas y cobertor negro, mientras su mente aún se preguntaba porque no había acabado con Ryo, ¿Qué lo había hecho dudar?, ¿acaso era posible?, ¿Aun lo amaba?, después de todo lo que había ocurrido ¿Aun sentía amor por aquel chico de cabellos castaño?... se incorporó en la cama, no aquello no podía ser cierto, no teniendo a su verdadero Hilo rojo viviendo bajo el mismo techo, aunque Yukki jamás se equivocaba en sus predicciones, aquello no significaba que ambos se enamorarían de inmediato y que vivirían juntos, felices y por siempre… suspiro se levantó del lecho y camino hacia el ventanal… el mejor que nadie sabía que el amor se cultivaba con el tiempo, aunque no negaba que Zero lo había atraído casi al instante de verlo… en sus labios afloro una sonrisa y sin dudarlo abrió el ventanal.
En cuestión de segundos Kaname se encontraba en el ventanal que daba hacia la habitación de Zero, su sonrisa se ensancho al comprobar que la ventana se encontraba cerrada pero no con seguro.
-Quizás solo sea mi imaginación, pero al parecer Zero me estaba esperando-y con aquello en mente el peli rojizo entro sin hacer ruido en la habitación, encontrándose con que el peli plateado estaba recostado en el sillón frente al ventanal durmiendo con un semblante sereno y apacible.
Kaname sonrió, sin duda el peli plateado era hermoso y dormido se veía tan adorable y tranquilo. El peli rojizo recorrió con sus orbes granate el rostro contrario deteniendo su vista en los labios de Zero, los cuales se encontraban entre abierto, casi invitándolo a probarlos, así que sin siquiera dudarlo se arrodillo junto al mueble donde se encontraba recostado Zero, y se inclinó para besar aquella apetecible boca, quizás esa era la única forma de resolver alguna de sus dudas con respecto a sus sentimientos.
Zero que hasta hace unos segundos se encontraba dormido, comenzó a despertar y todo por un dulce y agradable calor en sus labios. El peli plateado comenzó a abrir lentamente los ojos, ya que aún estaba cansado, cuando al fin logro enfocar su vista abrió sus ojos purpura a mas no poder, sorprendiéndose-aunque no quería-gratamente al ver que lo que tenía sobre sus labios era nada más ni nada menos que la boca de Kuran Kaname, el peli rojizo que tenía su mente hecha un caos…
Luego de unos segundo más de contacto sin movimiento el peli rojizo abrió sus orbes encontrándose con que los ojos purpura lo miraban fijamente con un sonrojo en las mejillas, en aquello orbes se pidió ver un extraña mescla de sentimientos, así que sin dudarlo Kaname abrió su boca para disculparse, pero fue acallado, esta vez era Zero el que lo besaba.
El peli plateado observo los orbes contarios que también lo observaban, tenía miedo, mariposas en el estómago, estaba nervioso, su corazón latía a tal punto que creía que en cualquier momento saldría del interior de su pecho y un sinfín de sentimientos más, pero a pesar de todo aquello, y contra todo lo que él quería sentir, acorto nuevamente la distancia que los separaba, esta vez enredando sus dedos entre las hebras de cabello rojizo, para así aumentar el contacto que tenía su mente en blanco, un mar de emociones en su corazón y un intenso tono en sus mejillas.
El aire les hiso falta a ambos, así que no dudaron en separarse en busca de oxígeno.
-¡¿Qué demonios haces?!-exclamo Zero una vez que se recuperó de lo acontecido.
-Que parece que hago, besarte que no es obvio-el castaño no dudo en acortar la distancia entre ellos esta vez con un muy corto contacto.
Zero al ver sus labios nuevamente libres no dudo en escabullirse de entre el cuerpo de Kaname y el sillón.
-¡Si lo sé!-levanto la voz molesto-pero, ¿Por qué tan repentinamente si apenas nos conocemos?
Kaname esbozo una sonrisa y sin dudarlo se levantó para quedar frente a frente con el peli-plateado.
-¿Has escuchado acerca del amor a primera vista?-cuestiono para enseguida agregar-pues al parecer eso es lo que me paso contigo.
Zero observo por unos minutos y comenzó a reír.
-¿En serio crees en eso?-cuestiono una vez que controlo su risa, el castaño extrañado por la repentina actitud del peli-plateado asintió-¡pues yo no creo en eso!-exclamo con molestia-así que ahora quiero que salgas de la habitación-le hizo saber con el ceño fruncido.
-Está bien, saldré-contesto el de orbes granates-aunque si no querías que algo como esto ocurriera, pudiste haberlo evitado cerrando el ventanal-y si más Kaname abandono la habitación por donde mismo había entrado.
Zero al ver esto no dudo en dejarse caer sobre el sillón para casi enseguida toparse los labios con una de sus manos, aun podía sentir el sabor de la boca de Kaname.
-¡Maldición!-exclamo con molestia golpeando el tapiz del asiento, aunque había fingido-más o menos-delante de Kaname, realmente no sabía y tampoco entendía lo que le estaba ocurriendo con el castaño, ¿Realmente podía enamorarse de un vampiro después de odiarlos por alrededor de 11 años?, sin que pudiera evitarlo llevo su mano nuevamente a sus labios, recordando el beso que le había dado Kaname…-¡Maldición!-volvió a exclamar, no entendía nada de lo que le ocurría.
-¿Qué ocurre?-cuestiono la voz infantil de Ayato.
El peli-plateado al escuchar esto, volteo hacia la cama donde el pequeño ahora se encontraba sentado y restregando suavemente sus ojitos purpura.
-Lo siento si te desperté y no te preocupes no es nada-se disculpó levantándose de su asiento para acercarse a la cama.
-¿Puedo seguir durmiendo?-cuestiono el menor al ver que Zero se sentaba al borde de la cama.
-Claro, aun no anochece-le respondió con una sonrisa.
-¿Y puedes dormir conmigo?-cuestiono el menor observando al peli-plateado.
El de orbes purpura sonrió enternecido.
-Claro-respondió para casi enseguida recostarse junto al pequeño que le había dado un lugar en el lecho.
Ayato al ver esto sonrió y sin dudarlo se abrazó al torso del mayor, apoyo su cabecita en el pecho contrario y en cuestión de minutos se durmió.
Zero observo por unos minutos al pequeño castaño que dormía apaciblemente, ¿Cómo era posible que quisiera proteger a uno de los monstruos que habían aniquilado a su familia?, aunque Ayato no tenía la culpa de ser convertido en uno de ellos…
-“Recuérdalo Zero, no es bueno que les guardes rencor a toda la especie, no todos los vampiros son iguales y al igual que las personas, hay buenos y malos”-las palabras que una vez le había dicho su padre resonaron en su cabeza, sonrió al sentir como Ayato se acomodaba un poco más y sin dudarlo llevo sus manos a la cabeza de este para acariciar los cabellos del pequeño que dormía junto a él.
Quizás Cross y Yagari tenían razón y la misión si lograría cambiar el odio que sentía hacia los vampiros, aunque tampoco creía que el odio que había sentido por 12 años, se borrara por completo de la noche a la mañana.
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La noche llego rápidamente, y luego de que Zero, despertara y vistiera con ropa un poco más cómoda al pequeño castaño, se dirigieron al solón de la gran mansión que sería el nuevo hogar de Ayato. En la amplia habitación se encontraban Yukki y Takuma, ya que los demás aun no bajan.
-Hola-saludo el peli-plateado a coro con el peli-rojizo que llevaba en brazos, al observar a ambos vampiros que conversaban amenamente sentado en los sillones de la sala.
-Hola-saludo Takuma con una sonrisa.
-Zero-Yukki no dudo en levantarse de su asiento y dirigirse hacia el lugar donde este se encontraba.
-¿Qué sucede?-cuestiono Zero un tanto extrañado por la actitud de la peli-rojiza.
-Mi hermano quiere verte en su estudio-le informo con una sonrisa.
Zero creía haberle dejado las cosas claras a Kaname por lo tanto no comprendía de que quería hablar el pura sangre.
La vista del peli-plateado se posó en la de Ayato que también lo observaba.
-No te preocupes, ve con mi hermano es un asunto importante, por lo tanto yo jugare con este pequeño-le hizo saber con una sonrisa-Ayato-chan, ¿quieres jugar conmigo y Takuma?-cuestiono con una cálida sonrisa dedicada al menor.
-Hai-respondió con una enorme sonrisa y no dudo en estirar sus manos para que Yukki lo alzara.
-Volveré pronto Ayato-le informo al menor.
-Hai-respondió el pequeño con una enorme sonrisa, mientras que Yukki lo tomaba entre sus brazos.
Zero le devolvió la sonrisa al pequeño y una vez que Yukki y Ayato comenzaban a caminar hacia los sillones que ocupaban el medio de la sala, no dudo en comenzar a dirigirse al lugar en el cual se encontraba el estudio de Kaname.
El peli-plateado no tardó mucho en llegar al estudio del peli-rojizo donde toco la puerta suavemente.
-Adelante-se escuchó decir al de orbes granates.
-¿Qué quieres decirme?-cuestiono el de orbes purpura entrando a la habitación.
-Tan maleducado como siempre-hablo el pura sangre-primero que nada, se dice buenas noches-agrego levantando la vista para observar al peli-plateado frente a él.
Zero rodo los ojos.
-Buenas noches-saludo entre dientes-ahora dime, ¿Por qué me llamaste?-volvió a cuestionar observando al castaño.
El pura sangre rio suavemente al escuchar al peli-plateado sin duda Zero era todo lo contrario a un vampiro normal y eso le agradaba bastante.
-Está bien iré directo al punto que quiero tratar-le respondió a Zero, ahora completamente serio, lo que extraño al de orbes purpuras-así que por favor toma asiento-le pidió.
Zero por su parte decidio acatar la petición de Kaname, entre más rápido terminara aquello, más rápido saldría de aquel sitio, pues no se encontraba cómodo en una habitación a solas con el Kuran.
-¿Sabes por qué Yukki y los demás se sorprendieron al ver al pequeño convertido?-cuestiono observando a los orbes purpura.
-No, no lo sé-respondió Zero observando a Kaname el cual se encontraba bastante serio, lo cual lo preocupaba ya que el de orbes granate no era tan serio cuando se encontraba del peli-plateado.
-El motivo por el cual todos se sorprendieron fue que nunca antes se ha creado un vampiro tan pequeño, ya que simplemente no tienen ninguna utilidad-volvió a hablar Kaname-sé que suena algo despectivo pero la creación de un vampiro es para la protección hacia los pura sangre o vampiros noble, por lo tanto debe ser un joven que sirva para la lucha, no un niño de 5 años como Ayato-agrego observando a Zero.
-¿Qué es lo que quieres decirme Kaname?-cuestiono totalmente preocupado, algo le decía que no le gustaría lo que Kaname diría a continuación.
-Ya que nunca antes ha habido un vampiro de esta edad, no sabemos si el pequeño crecerá hasta una edad determinada o solo se quedara como un niño de 5 años-respondió-y aunque he investigado bastante, no he encontrado casos parecidos, por lo tanto si Ayato no crese, nos pondrá en más peligro con los caza-vampiros y nuestra única solución sería tener que…
-¡NO!-exclamo completamente molesto el peli-plateado-no dejare que Ayato termine muriendo, él no tiene la culpa de haber sido convertido, por lo tanto, lo defenderé, aunque se quede como un niño de 5 años, no quiero que muera-le hiso saber con el ceño fruncido al peli-rojizo frente a él.
En el rostro de Kaname afloro una sonrisa sincera.
-Esperaba una reacción parecida, por lo tanto le pedí ayuda a unos amigos y trataran de averiguar acerca de casos parecidos en otras partes del mundo, quizás no sea el único caso y haya esperanza-le hiso saber al peli-plateado sin dejar de sonreír.
Al escuchar aquello, Zero se quedó sin palabras y una sonrisa realmente sincera afloro en sus labios.
-Realmente te lo agradezco Kaname-exclamo completamente sincero.
-No tienes nada que agrades, después de todo te dije que te ayudaría con Ayato y así lo hare-volvió a sonreír el castaño-por cierto, también quiero disculparme por lo del beso-y el rostro de Zero no tardo en colorearse de un notorio rojo-no debí besarte sin tu consentimiento, por lo tanto lo siento-se disculpó sinceramente.
-No tienes por qué disculparte, pero no quiero que lo vulvas a hacer sin mi consentimiento-respondió arrepintiéndose inmediatamente.
-Entonces desde ahora pediré tu permiso para besarte-exclamo con una sonrisa de lado.
-¡No me refería a eso!-exclamo aún más rojo de lo que ya estaba, y sin dudarlo salió de la habitación, dejando a Kaname sonriendo de oreja a oreja.