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¿Odio o Amor? por Natsuki Miu

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Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen son propiedad de sus respectivos dueños.

……………………………………………………

¡Hola a todos! >w

Gracias por sus review, me alegra mucho saber que la historia les está gustando ^w^.

Y aquí les dejo el siguiente capítulo, espero lo disfruten

>

---Pensamientos de Zero---

Desperté en la habitación que compartía con mi hermano cuando solo tenía 7 años de edad.

-Un sueño-me dije a mi mismo, para luego removerme en la cama y quedar sentado en el borde de esta.

-¿Zero que sucede?-aquella pregunta era de mi hermano Ichiro que dormía a mi lado.

Lo quede mirando por unos momentos.

-Nada-conteste, para luego voltear hacia la puerta de la habitación… sabía muy bien lo que vendría después de eso, trate de despertar de aquella pesadilla que siempre me atormentaba pero fue inútil.

La puerta se abrió de golpe, Ichiro me abrazo buscando protección, fruncí el ceño involuntariamente al ver la figura que entraba al cuarto… Una vampiresa, sus ojos eran de un intenso carmesí, lo cual demostraba que estaba completamente sedienta.

Nos miró a ambos, tratando de decidir a quién atacaría primero.

-Veamos, quien se convertirá en mi bocadillo de madrugada-sonrió escalofriantemente.

Un escalofrió recorrió mi espalda al escuchar aquellas palabras, aunque mi mente las había repetido cientos de veces, tenía las misma sensaciones que la primera vez que las escuche, Ichiro se escondió detrás de mí, podía sentir como temblaba.

Luego de eso, todo pasó muy rápido, sentí un agudo dolor en mi espalda, al caer al suelo y cuando enfoque mi vista hacia la cama, la vampiresa sostenía el cuerpo de Ichiro mientras succionando su sangre.

-¿Dónde están mis padres?-me pregunte cientos de veces-¿Por qué no vienen a ayudarnos?, ¿Están muertos?-aquellas fueron las preguntas que cruzaban por mi mente, mientras veía como aquel monstruo devoraba a mi hermano, aunque mis intenciones nunca fueron ver la escena mi cuerpo no respondía, ni siquiera podía cerrar los ojos.

Cuando la vampiresa termino de “comer”, me miro con sus ojos aun rojos, mientras pasaba su lengua por sus labios manchados de sangre.

-Espero que tu sangre sacie mi sed-dijo con la misma sonrisa de hace unos momentos atrás.

Trate de obligarme a hacer algo, debía salir de ahí, no quería morir o ser trasformado, busque con mi mano algún objeto que utilizar para defenderme, encontrando la lámpara que había votado al ser arrojado contra la pared, sin pensarlo demasiado, se la tire en la cara, y como pude me levante, aun adolorido comencé a correr fuera del cuarto-Nunca debí haber salido-me quede aterrorizado al llegar al pasillo, mis padres yacían en el suelo, sin vida.

-¿Te gusta la escena?-pregunto la vampiresa a unos cuantos pasos detrás de mí-fue fácil acabar con ellos-voltee por instinto, y pude verla sonreír-¿Quieres saber cómo lo hice?-pregunto sin dejar que su sonrisa se borrara.

-¡Cállate!-grite con todas mis fuerzas-¡Cállate monstruo!

Comenzó a reír encantadoramente.

-Veo que eres valiente, otro en tu lugar estaría aterrorizado-dijo al calmar su carcajada-y más sabiendo que sus padres y hermano están muertos.

Mientras hablaba trate de localizar cualquier cosa que me sirviera para protegerme, divisando así la pistola de papá, no dude en tomarla y apuntar a la de ojos carmesí.

-Oh-su sonrisa se ensancho-así que sabes utilizar armas, interesante.

Y sin previo aviso se abalanzó sobre mí, pero aun con la sorpresa logre dispararle en uno de sus hombros asiendo que gritara y que se alejara de mí.

-Buenos reflejos-Sonrió.

Aunque la herida no era fatal para ella, no sanaría su hombro.

-Un tiro menos-utilizo esta vez un tono cantarín en su voz-veamos cuantos quedan-volvió a acercarse con velocidad.

Yo por mi parte volví a disparar, pero esta vez el tiro fallo.

-Lo siento, el segundo tiro desperdiciado…-sonrió con malicia-Ya solo te queda uno, atina o muere.

Retrocedí pero no logre llegar muy lejos, ya que me encontraba atrapado contra la pared.

-Fin del camino-su sonrisa maliciosa se ensancho-Jamás me había divertido tanto con mi comida, pero todo lo bueno tiene un fin… Zero, dispara o muere.

-¡¿Cómo sabes mi nombre?!-grite.

Rio nuevamente…

-Solo lo adivine, pero en fin, mi hambre aún no se sacia, así que o disparas o mueres, elije-me miro desafiante.

Trate de enfocar la pistola en su corazón o cabeza y sin dudarlo dispare, la vampiresa se movió con agilidad y sin problemas esquivo la bala.

-Es una lástima, pero ya no tienes balas, yo gano-se abalanzó sobre mí, mordió mi cuello y luego se escuchó un disparo detrás de ella.

Pude sentir el agudo dolor en mi hombro, y luego el peso de ella sobre mí… Pero ¿Por qué? si nunca fui mordido, ¿porque mi sueño ha cambiado?, ¿qué es lo que me pasa?…

Mi alrededor se volvió completamente negro, no podía ver absolutamente nada y la vampiresa que hace tan solo segundos se encontraba sobre mí, ahora era polvo… toque mi hombro casi por instinto, para ver si aún tenía alguna herida o algo así, no encontré nada… luego de comprobar aquello comencé a observar a mi alrededor sin lograr ver nada, me levante con cuidado y di solo unos pasos, encontrándome con un espejo, en el cual me mostraba tal y como soy a mis 18 años.

Me mire a los ojos por un momento y ahogue un grito de terror, mis orbes purpura, ahora eran de un intensos color carmesí, y eso no era todo, también poseía dos filosos colmillos…

-¡¡No!!, ¡No quiero ser un monstruo!-grite-¡¡No quiero ser un vampiro!!

---Fin pensamientos de Zero---

-¡¡No quiero ser un vampiro!!-el peli plateado grito, ahora estando en su habitación, rápidamente se sentó en la cama y comenzó a mirar en todas las direcciones para confirmar que estaba a salvo.

Zero suspiro mientras que su corazón latía por miedo dentro de su pecho.

-¿Por qué mi sueño cambio tan repentinamente?-se preguntó aun con su corazón latiendo a mil en su pecho por aquella pesadilla.

Según sus recuerdos jamás había sido mordido por aquella vampiresa, lo recordaría o Cross se lo hubiese dicho.

-¿Y si Cross, me lo oculto?-aquella pregunta cruzo por su cabeza, pero la descarto de inmediato, su padre adoptivo jamás le ocultaría algo como eso-solo fue una horrible pesadilla, recordándome lo que paso aquella noche.

Zero suspiro por segunda vez, para así calmar su corazón, pero al hacer esto sintió un agudo dolor en la garganta, necesitaba beber algo, jamás había sentido tanta sed en su vida… se removió en la cama y se levantó hacia el baño. Al llegar al cuarto, abrió el grifo para enseguida mojar su rostro empapado de sudor y por costumbre miro el espejo, quedando en shock de inmediato, y como no, si sus orbes purpuras ahora estaban teñidos de un intenso carmesí.

Aquello no podía ser cierto, no podía estarle sucediendo eso a él, convertirse en uno de los monstruos que tanto odiaba, definitivamente la vida tenía algo en contra de él… así que sin dudarlo salió de su cuarto, hacia la habitación de la única persona que podía explicarle que rayos le sucedía.

Mientras el peli plateado caminaba hacia la alcoba de su padre, mordió su labio con impotencia, sintiendo enseguida el sabor de la sangre en sus labios… aquello no podía ser peor, estaba sediento, por eso los ojos y ahora los colmillos que sin querer habían perforado su labio inferior. Zero apresuro el paso.

-¡¿Qué demonios me sucede?!-cuestiono al entrar a la habitación de Cross, abriendo la puerta sin ninguna delicadeza.

El peli dorado al escuchar el grito de su hijo, no dudo en incorporarse en la cama asustado.

-¿Qué sucede Zero?-cuestiono con cierto tono de alarma en la voz.

-¡Sucede que mis ojos están rojizos, tengo colmillos y mi garganta duele, porque estoy sediento!-grito el de cabellos plateados.

Cross suspiro, sabía muy bien que Zero reaccionaria así cuando se diera cuenta de su trasformación.

-Zero tranquilízate-dijo mirando a su hijo.

-¡¡Como quieres que me calme!!-volvió a gritar el cazador-¡¡si me convertí en lo que más odio en el mundo!!-.

-No te preocupes, no es definitivo son los efectos del líquido que te entregue en la oficina-aclaro el de orbes color miel, para tratar de tranquilizar a su hijo.

-¡¿Qué?!-grito ahora molesto-¿¡Por qué no me lo dijiste!?-cuestiono con el ceño fruncido.

-Porque no aceptarías la misión, ya que debes alimentarte igual que cualquier vampiro-respondió Cross mirando al que ahora tenía los ojos de color rojo preocupado.

Zero suspiro, no tenía caso molestarse más de lo que ya estaba, las cosas ya habían pasado, pero eso no significaba que perdonaría a Cross por ocultarle algo tan importante.

-¿Y ahora que hare?-cuestión-salir a cazar a algún humano inocente-dijo con ironía en la voz.

-Ten-el peli dorado estiro su brazo para así dejar su muñeca al descubierto y al ver el rostro de confusión y miedo del cazador se apresuró a decir-no te preocupes no me trasformare en vampiro porque me mordiste, puedes beber tranquilo.

Zero dudo, pero en ese momento su garganta dolía, estaba sediento y sus colmillos y ojos lo delataban, así que aun con duda acerco su boca a la muñeca contraria y perforo la piel con sus colmillos, comenzando a succionar la sangre que necesitaba para saciar su sed, pero sin llegar a lastimar a su padre.

Luego de algunos minutos, Zero dejo de beber la sangre contraria. Cross al ver esto no dudo en tapar la herida de su muñeca con una venda que saco de su mesita de noche, aunque de todos modos la herida sanaría en cuestión de minutos, el de cabellos plateados no podía saberlo.

-¿Ahora te sientes mejor?-cuestiono Cross mirando los ojos que poco a poco volvían a su color purpura natural.

-Algo así-contesto el peli plateado-Cross, ¿tengo que saber algún otro detalle importante de aquel extraño liquido?-cuestiono con su rostro serio.

-Si-contesto Kaien-las armas anti-vampíricas no te afectan y puedes morder a cualquier humano y este no se convertirá, pero si a ti te muerde otro vampiro…

-Seré convertido-finalizo Zero interrumpiendo a su padre.

-Así es-aclaro el de orbes color miel.

-¿Hay algo más?-volvió a cuestionar Zero.

-No te preocupes, no hay nada más-contesto Cross.

 -Bien, ahora me iré a dormir-y sin decir más Zero salió de la habitación cerrando la puerta con algo de rudeza.

 El de cabellos color dorado, suspiro para enseguida dejarse caer sobre sus cama, definitivamente Zero no se la perdonaría tan fácilmente.

---Al día siguiente---

El sol poco a poco comenzaba a colar sus rayos por las cortinas mal cerradas, dejando ver al de cabellos plateados recostado sobre el lecho, aunque había intentado dormir lo que le quedaba de noche al volver de la habitación de su padre, simplemente no había logrado conciliar el sueño.

El despertador sobre la mesita de noche comenzó a sonar, avisando así que el de cabellos plateados debía levantarse. Zero se removió en la cama, apago el aparato y se levantó para enseguida caminar al cuarto de baño.

Zero entro al cuarto de baño, y sin dudarlo se miró en el espejo y así asegurarse de que sus ojos seguían siendo purpuras, suspiro al comprobarlo, aun no tenía “hambre”. El de cabellos plateados luego de aquello abrió la llave del agua caliente, se desvistió y entro a la ducha, para comenzar a lavarse.

En aproximadamente 20 minutos el de orbes purpuras se encontraba vestido, salió del cuarto de baño, y frente al espejo de cuerpo completo que tenía colgado cerca de su closet, se amarro el cinturón alrededor de la cinturón, para luego colgar la Katana. Cuando al fin estuvo listo salió en la dirección en la que se encontraba la organización “Cross”.

 

 

En las afueras de las oficinas de la organización de caza-vampiros, Yagari y dos cazadores más esperaban a Zero. Colocándose en guardia de inmediato al sentir la presencia de un vampiro.

-No se preocupen soy yo-aviso Zero al darse cuenta de lo que hacían Yagari y los demás.

-Veo que no solo era el aroma lo que cambiaba la poción-comento Toga con una sonrisa divertida.

-No es divertido-dijo Zero con el ceño fruncido.

-Bien, no te molestes-lo calmo el de cabellos negros-ahora volvamos a la misión...

Zero y los otros dos cazadores miraron a Toga, para que este prosiguiera.

-Viajaremos al pueblo Tasogare, y nos detendremos fuera del pueblo para no despertar sospechas entre los vampiros que pueden estar entre los habitantes-hablo Yagari observando a los cazadores-desde ahí simularemos una persecución, Zero debes esquivar las balas ya que debe resultar lo más creíble posible-aclaro mirando al de cabellos plateados.

-Bien-contesto el de orbes purpura.

-Debes dirigirte a la construcción más antigua del pueblo, una mansión de color gris, te refugiaras ahí y lo demás dependerá de ti-volvió a hablar el de orbes azules.

-Está bien-contesto nuevamente Zero-bien será mejor que partamos.

-Bien-y sin más los cuatro subieron a un carro de color gris metalizado, siendo Yagari el que conducían.

El viaje trascurrió sin novedades y en cuestión de una hora llegaron a las afueras del pueblo Tasogare, para luego de estacionar el carro, descender de este y poner en marcha el plan que habían realizado con anterioridad.

-Bien, será mejor que comiences a correr-le aviso Yagari observando al de cabellos plateados.

-Está bien-Zero suspiro, todo era por la misión que la organización le había asignado, así que sin pensarlo mucho comenzó a correr.

Gracias al extraño líquido que le había dado Cross, tenía la misma velocidad y la misma agilidad que cualquier vampiro, por lo tanto las balas que Yagari y los otros dos cazadores disparaban en contra de él, era fáciles de esquivar.

El de cabellos plateados había memorizado con anterioridad la dirección que su padre le había dado, por lo tanto dejo atrás a sus perseguidores y  se dirigió a la mansión en la cual se encontraba la comunidad de vampiros.

Zero entro a la gran mansión de color gris que se encontraba en una de las calles menos concurridas del pueblo, dejo la puerta entre abierta para luego de ver como Yagari y los otros dos cazadores seguían su camino, cerrarla.

Al hacer aquello, sintió dos presencias detrás de él, así que sin dudarlo desenvaino su Katana y volteo para así encontrarse con dos vampiros.

-¿Quién eres tú?-cuestiono un chico con contextura muscular, alto, tez pálida, cabellos anaranjados (*), ojos color ámbar el cual aparentaba tener alrededor de 18 años.

-¿Y qué quieres aquí?-cuestiono el otro chico alto, delgado, cabellos dorados, ojos azules el cual aparentaba tener 17 años.

-Mi nombre es Ryusaki Zero-se presentó el de cabellos plateados-y necesito quedarme aquí para no ser cazado-agrego aun con la Katana desenvainada.

-Lo siento pero no podemos-volvió hablar el peli dorado frunciendo el ceño.

En esos momentos una chica con mucho más presencia que los otros dos chicos, de ojos granate, piel pálida, cabellos largos y de color rojizo bajo las escaleras sonriendo.

-¿Que hacen levantados a esta hora? Aidou, Kein-cuestiono mirando a los  chicos sin darse cuenta de la presencia de Zero o eso quería hacerle creer.

-Tenemos un intruso, princesa Yukki-respondieron ambos chicos haciendo una reverencia.

-Oh ya veo, no te haremos nada, así que por favor envaina tu Katana-saludo la muchacha que aparentaba 16 años con una sonrisa sincera.

Zero suspiro para enseguida guardar su arma.

-¿Qué necesitas?-volvió hablar la de cabellos rojizos.

-Necesito refugio-respondió Zero observando los orbes granate-si salgo los cazadores que me perseguían hace algunos momentos, me mataran-agrego con cierto tono de angustia en la voz.

Yukki miro por unos minutos al de orbes purpuras para luego sonreír ampliamente.

-Bien, al anochecer se realizara una pequeña cena ya que no soy la única que decidirá si puedes quedarte con nosotros, mi hermano también debe decidir-hablo esta vez mirando los otros dos chicos-esta noche nos presentaremos con este muchacho y tu…-miro a Zero-deberás contarnos que fue lo que hiciste para que comenzaran a darte caza.

-Está bien-contesto el de orbes purpura.

-Bien, ahora Kein te mostrara la habitación en la cual te quedaras por el momento-dijo Yukki con una sonrisa-Aidou, puedes volver a dormir.

-Ryusaki sígueme-hablo el de cabellos anaranjados dirigiéndose a Zero.

-Bien-y sin decir más el de cabellos plateados comenzó a seguir a Kein.

Por su parte Yukki y Aidou se quedaron en la sala.

-¿De verdad cree que es buena idea que ese chico se quede?-cuestiono el de cabellos dorados mirando a la peli rojiza.

-Su llegada estaba destinada, y algo me dice que mi hermano Kaname decidirá que el muchacho se quede-contesto la Kuran con una sonrisa-y nadie podrá hacerlo cambiar de opinión-agrego ensanchando su sonrisa.

-Princesa Yukki, no estará diciendo…

-Así es, el Hilo rojo del destino hiso su aparición-la peli rojiza interrumpió al chico, para enseguida ensanchar su sonrisa-Bien, ahora será mejor que volvamos a dormir, o Kaname no se pondrá muy contento si lo despertamos por accidente.

Aidou suspiro había algo en aquel chico que no le agradaba para nada, pero si era como decía Yukki, nadie ni nada podría hacer algo contra el destino o contra Kaname.

 

 

Zero fue conducido por un amplio pasillo de paredes blancas, en el cual se encontraban varias puertas de distintos colores.

La atención del de cabellos plateados se dirigió a una de las tantas puertas del lugar, ya que esta se encontraba pintada de color negro, lo cual la hacía resaltar sobre las otras, además de que esta se encontraba al final del pasillo.

-Aquí es-aviso Kein para detenerse frente a una puerta de color gris, para enseguida abrirla.

Zero que había tenido toda su atención en la puerta de color negro al escuchar aquello observo al muchacho de cabellos anaranjado para luego posarla en la habitación que se encontraba frente a él, sorprendiéndose, el cuarto esta amueblado por completo.

Las paredes eran de color blanco, la cama matrimonial que se encontraba en el centro de la habitación poseía sabanas y un cobertor de color borgoña, además de dos mesitas de noche de madera roja, que se encontraban a cada lado de esta. Las cortinas que colgaban a cada lado del ventanal también era de color borgoña, había un sillón de la misma tonalidad, un armario de madera roja, y una alfombra de color granate.

Luego de que Zero saliera de la sorpresa observo al de cabellos anaranjados que también lo observaba.

-¿Puedo acerté una pregunta?-dijo Zero.

-Ya lo hiciste-hablo Kein y al ver la mirada que Zero le dedicaba, en su rostro se formó una media sonrisa-está bien, ¿Qué quieres saber?-cuestiono el de orbes ámbar.

-¿Por qué el color de las puertas?-aquello no le había llamado la atención, pero no quería preguntar solo por la puerta de color negro.

-El color de cada puerta representa la habitación que utilizan los que viven aquí-contesto Kein mirando al peli plateado.

-¿Y la habitación de color negro que se encuentras al final del pasillo?-cuestiono con cautela.

-También es una habitación-respondió-las demás dudas que tengas, serán respondidas esta noche-lo interrumpió  al ver que el de cabellos plateados realizaría otra pregunta-ahora será mejor que duermas.

-Bien-respondió Zero, aunque por el momento no tenía sueño, quería quedarse solo en la habitación.

Luego de contestarle al chico de orbes ámbar, Zero se quedó solo en la amplia habitación. El de cabellos plateados suspiro, para enseguida caminar hacia la cama.

-Esta misión me resultara más difícil de lo que esperaba-se dijo así mismo Zero dejándose caer sobre el lecho, al parecer la cama era más suave de lo que esperaba, así que sin dudarlo se acomodó sobre esta para quedar de lado.

 

 

No se había dado cuenta de lo cansado que estaba hasta que despertó varias horas más tarde. Zero abrió sus orbes poco a poco, la habitación se encontraba en penumbras, ya que la poca iluminación provenía de la luz que entraban por las cortinas aún abiertas del ventanal.

El peli plateado se incorporó en la cama, para enseguida quedar sentado al borde del lecho, bostezo mientras se estiraba, para quitarse de encima lo que le quedaba de somnolencia, definitivamente estaba más exhausto de lo que había pensado, aunque tenía buena resistencia física por ser un cazador, había una enorme diferencia cuando se trataba de ser el cazado.

Luego de que Zero lograra estar un poco más despierto, se levantó, para enseguida entrar al cuarto de baño y arreglarse los cabellos alborotados por el sueño, estaba seguro que pronto lo buscarían para dirigirse con los demás vampiros. Al estar dentro de la habitación, el peli plateado abrió el grifo del agua y se lavó el rostro, sorprendiéndose de la misma forma que la primera vez, al verse reflejado en el espejo con los orbes rojos por la sed.

-Otra vez lo mismo-dijo en un suspiro de resignación, tendría que comenzar a acostumbrarse a levantarse con aquello orbes brillantes.

En ese mismo momento la puerta de su habitación fue golpeada suavemente.

-¡Voy!-grito Zero para enseguida secar su rostro y caminar hacia la puerta.

Al abrirla se encontró con la misma chica de cabellos rojizos.

-Te estamos esperando en el comedor-hablo Yukki al ver que la puerta era abierta por el de cabellos plateados-Oh, llegue justo a tiempo, estas hambriento-la princesa ensancho su sonrisa al ver que los orbes contrarios se encontraban de un intenso rojo.

-Acabo de despertar-aviso Zero con una sonrisa-y si estoy sediento-agrego aunque en sus adentros adiaba sentir su garganta reseca por la sed.

-Entonces vamos-la peli rojiza comenzó a caminar por el pasillo.

Zero suspiro, cerró la puerta de la habitación y comenzó a seguirla…

¿Qué pasaría si debía alimentarse de una persona?, aquella pregunta lo aterraba, no quería volverse como los monstruos que tanto odiaba, pero si en el peor de los casos, ¿Tendría que hacerlo por la misión?, ¡no! ¡No quería hacerlo!, se respondió mentalmente, comenzaba a sentirse nervioso, ¿Qué haría?.

Mientras Zero se encontraba perdido en sus pensamientos, él y Yukki entraron al gran salón, donde ya se encontraba todo preparado.

-Llegamos-aviso Yukki mirando al peli plateado.

El cual al salir de sus pensamientos se sorprendió bastante, la mesa que se encontraba en medio de la enorme habitación se encontraba repleta de todo tipo de comidas, postres y frutas, sin duda un gran banquete, pero aquello no era todo en una mesa contigua, eso sí más pequeña, se encontraba un pirámide de copas perfectamente acomodadas, las cuales contenían un líquido de color rojo, a criterio de Zero, obviamente era sangre.

-Como bien sabes, nosotros podemos saborear otros alimentos, además de la sangre, por lo tanto tienes el permiso de comer lo que gustes, mi Oni-chan bajara pronto-Yukki sonrió ampliamente, para enseguida acercarse a la mesa con las copas y con cuidado tomo una para entregársela a Zero-Ten.

Zero por su parte decidio recibirla.

-Y ahora, vamos con los demás-lo invito tomándolo del brazo y prácticamente arrastrarlo al lugar que se encontraban los demás.

El peli plateado se permitió sonreír, esta vez con sinceridad, aquello le había recordado a Ichiro, cuando este lo arrastraba infantilmente en la dirección a la cual él quería dirigirse. Suspiro con nostalgia y se regañó mentalmente, ese no era el momento de pensar en el pasado, así que sin dudarlo le dio un trago al contenido de su copa, mientras observaba con disimulo a su alrededor, habían 7 vampiros contando a Yukki, todos entre los 17 y 19 años.

Mientras Zero terminaba de darle el último sorbo a su bebida, los 8 vampiros que se encontraban en la habitación (incluido Zero), dirigieron su mirada a las escaleras donde bajaba otro vampiro, este era más imponente que los otros, sus cabellos eran de color rojizo, ojos color granate y piel pálida.

-Ne Oni-chan-Yukki que se había quedado junto a Zero todo ese tiempo, no dudo en volver a tomar el brazo del peli plateado para así arrastrarlo nuevamente, esta vez para quedar frente al pura sangre-…l es el nuevo chico-le aviso colocándose detrás del de orbes nuevamente purpuras.

El recién llegado observo por unos momentos al hermoso chico de cabellos plateados sonriendo de lado cuando ambas miradas se encontraron.

Zero por su parte también observo con detenimiento al nuevo vampiro, sin siquiera poder evitar quedarse encantado con la belleza del chico frente a él, pero aquello no termino ahí, ya que al encontrarse con la mirada contraria sintió algo nuevo, por unos pequeños minutos, en aquella habitación solo existían el peli rojizo y el, absolutamente nadie más.

-Mi nombre es Kuran Kaname, ¿y el tuyo?-cuestiono el peli rojizo rompiendo el trance en que se encontraba observando los orbes purpuras.

Al escuchar aquella voz, Zero salió de aquel momento, para enseguida regañarse mentalmente.

-Mi nombre es Ryusaki Zero-se presentó enseguida el de cabellos plateados.

-¿Qué te trae por aquí?-cuestiono Kaname con su rostro completamente serio.

Zero suspiro, y observo de reojo a los demás que se habían acercado quedando detrás del Kuran, Yukki era la única que se encontraba a su lado y lo observaba curiosa.

-Me dieron caza-respondió con un tono angustiado, debía convencerlos de que lo dejaran quedarse-fui trasformado por otro vampiro hace más o menos nueve días, no quería ser un vampiro y estuve negándome a consumir sangre durante alrededor de 5-su tono ahora había pasado a ser de molestia-pero al cumplir los 6 días, los instintos me ganaron y termine alimentándome de una familia compuesta de por 4 personas-mintió tratando de sonar lo más convincente posible-yo no lo quería hacer-agrego observando los orbes granate frente a él.

Yukki que había escuchado la historia sin perder detalle observo a su hermano el cual también la miraba, estaba más que convencida que fuera lo que fuera lo que Zero había hecho Kaname lo dejaría quedarse, después de todo jamás se equivocaba en sus predicciones. El peli rojizo luego de unos minutos hablo.

-Bueno la historia no interesa mucho, puedes quedarte-sentencio ganándose un chasquido de lengua desde su espalda-es una decisión que tomamos anteriormente con Yukki, así que no quiero quejas-agrego volteando a ver especialmente a Aidou.

-Hai-respondieron a coro los demás.

-Bueno, ahora que te quedaras, te presentare a los demás-hablo Yukki con una gran sonrisa en sus labios.

-Gracias-hablo Zero mirándola, mientras trataba de hacer una sonrisa convincente.

-Hola Ryusaki-saludo un chico delgado, tez pálida, ojos verdes y cabellos rubios-mi nombre es Ichijou Takuma, el mejor amigo de Kaname y Yukki.

-Por favor llámame Zero-le dijo con una pequeña sonrisa.

-Está bien, Zero-respondió Takuma devolviéndole la sonrisa.

-Bueno ya conoces a Hanabusa Aidou y a Kein Akatsuki-hablo Yukki-así que ahora conocerás a las chicas.

-Hola mi nombre es Souen Ruka-se presentó esta vez una chica de cabellos y ojos marrones, de cuerpo proporcionado.

-Yo soy Tohya Rima-se presentó una chica de cabellos naranjas claros, ojos color azul ciruelo, piel pálida, delgada y con cuerpo proporcionado-y ella es Seiren-hablo esta vez señalando a la chica que se encontraba a su lado, la cual tenía el cabello de color violeta claro, ojos del mismo color, piel pálida.

-Y por último-hablo Yukki dirigiendo la mirada al chico que yacía cómodamente recostado en unos de los sillones del lugar, al parecer no le había importado para nada la llegada del nuevo.

-Mi nombre es Shiki Senri-hablo colocándose de piel, mientras tapa su boca por un bostezo, su piel es pálida, sus ojos azules y el cabello de color caoba-gusto en conocerte-saludo estirando su mano para estrecharla con Zero.

El peli plateado al ver esto no dudo en recibirla, devolviéndole el saludo al peli caoba.

-Al parecer viven 9 vampiros en esta mansión y Kaname y Yukki son los lideres-pensó posando sus orbes en el peli rojizo, sonrojándose y apartando de inmediato la mirada al ver que el de orbes granate también los observaba-Porque mi corazón late de esta manera-pensó al sentir que su corazón latía sin control en el interior de su pecho.

-Zero-llamo esta vez Yukki, secando al peli plateado de sus pensamientos.

-¿Qué sucede?-cuestiono mirando a la chica.

-Para vivir aquí, tienes que saber 4 cosas-esta vez la mirada de la peli rojiza era seria.

-Nº 1: Jamás alimentarte de alguna persona del pueblo-hablo esta vez Kaname, el cual ahora se encontraba sentado en un gran sofá que se encontraba casi al otro extremo de la habitación, con una copa en su mano.

-¿P…Pero?-aquello sorprendió al peli plateado-¿Entonces que tienen esas copas?-cuestiono con algo de miedo.

-Tranquilízate no es de animal, si eso él lo que te estas imaginando-contesto esta vez Yukki un tanto divertida.

El peli plateado suspiro aliviado no por la sangre de animal si no porque tampoco era de humano.

-¿Entonces cómo?-cuestiono esta ves acercándose al pura sangre, aquel liquido sabía exactamente igual a la sangre.

-Lo siento pero aun no podemos decirlo-contesto Yukki mirando al de cabellos plateados.

Zero suspiro.

-Bien, entiendo-dijo el peli plateado con resignación.

-Nº 2-continuo Kaname-No puedes salir de la mansión sin que alguno de nosotros te acompañe, más específicamente Yukki, es por tu bien-agrego al ver que el peli plateado fruncía el ceño-si aún te están dando caza necesitaras ayuda, además nosotros no somos los únicos vampiros que rondan por aquí y es más peligroso para un convertido (*), Nº 3: Cada uno de nosotros tiene su propia habitación…

-Y Nº4: puedes pasear por donde quieras, siempre y cuando no te entrometas en la privacidad de los demás-finalizo Yukki esta vez con una gran sonrisa.

-Hai-contesto Zero.

-Ne Zero, ¿porque no vamos a comer algo?-cuestiono la princesa mirando al peli plateado.

-Claro-afirmo para enseguida alejarse con la chica hacia la mesa.

-Yukki puedo hacerle una pregunta-hablo observando a los demás que se encontraban charlando entre ellos.

-No necesitas ser formal-le aclaro-y si puedes-contesto mirando curiosa al chico frente a ella.

-Resulta que desde que llegue, me llamo la atención una de las puertas cerca de mi habitación-hablo tratando de no sonrojarse, aunque no le gustaba para nada estar rodeado de vampiros sentía que en aquella chica podía confiar-¿Qué es esa puerta de color negro que hay al final del pasillo?-cuestiono mirándola con genuina curiosidad.

Yukki sonrió ampliamente al escucharlo, pero la disimulo colocando su mano bajo su mentón en señal de que estaba pensando.

-Oh, esa habitación es la de mi hermano Kaname-“Recordó” Yukki mirando al de cabellos plateados.

-Ya veo-y sin que lo pudiera evitar su mirada se posó en Kaname el cual también lo observaba, su rostro se tiño de un intenso rojo al ver que el Kuran le sonreía.

Notas finales:

Aclaraciones:

Anaranjados (*): Para mí, de ese color son los cabellos de Kain.

Un convertido (*): en este Fic, los que son mordidos no caen al nivel E como en el anime y manga, pero tienen menos fuerza y tampoco tienen armas como los nobles y pura sangres. Por eso la advertencia de Kaname a su Zero >w<.

Notas finales:

Nos leemos en el siguiente capítulo ^w^.


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