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El tiempo a tu lado Temporada II por William Michaelis

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Notas del capitulo:

Sean bienvenidas a este su fic, como siempre, un coordial saludo, y espero les guste el capitulo, como siempre muchas gracias por estar aquí, y dejad un review para saber si les ha gustado...

¡gracias!

-El testamento dice, así, y cito: "A mi hijo Dorian, le dejo mis más preciados bienes, sabiendo que es la persona a quien más confianza tengo, además de la hacienda que ha estado en mi familia por generaciones, siento mucho que haya tenido que partir de esta manera, pero ha sido lo mejor para los dos. Le dejo mi apartamento en Francia así  como la llave de un almacén, que encontrara en las afueras de Romania. Y sin más espero supere la muerte mía y de su abuelo." Eso es todo lo  que dice su carta, le hago entrega de la llave tanto de los papeles que se hallaban junto a este. - El notario dejo en claro lo que le había tocado al joven Dorian, quizá le había pegado un poco pero esa barba de dos días dejaba en claro lo serio que estaba, firmo el cambio de residencia para después recoger la llave de las manos del notario.

-Bien, espero haya sido todo... - Dijo el joven para después dar una reverencia y apartarse del lugar, estaba aprendiendo cosas nuevas, una de ellas utilizar a sus objetivos, y el notario era uno de ellos.

-Señorita Caroline es su turno...cito: "A mi hija Caroline, mi amada Luna, le dejo lo más preciado que he tenido, espero encuentre entretenimiento con aquellos libros que tanto le gusta leer, sin más le otorgo la casa Francesa en la que alguna vez se hallo creciendo, y le dejo una de mis tantas propiedades en Italia.". Eso es todo señorita, creo que su padre nunca quiso involucrarla en sus asuntos, si pudiera pedir que a final su hermano y usted se quedaran, me complacería tenerles aquí. - El notario al igual que hizo con Dorian y le llevo los papeles a firmar en su mano.

-Estoy de acuerdo - Dijeron ambos gemelos mirándose y después al notario.

-Hm... Es todo por su parte se pueden retirar hasta nuevo aviso...- Dijo y ambos se retiraron. - Bien cito de nueva cuenta: "A mis compañeros Vincent, y William, les pido de todo corazón, que cuiden tanto de mi niño, como de mis hijos, son lo que más quiero, y si en algún momento ellos lo desean, darles la explicación certera de porque he decidido este camino." Creó que esto lo dejo el señor Sebastian, unos años atrás por lo que esto podía ser invalido, de cualquier forma... Uh... prosigo. "Deseo, que todo lo que se propongan se cumpla, al señor Spears, le he dejado una caja de caoba decorada en plata, espero sepa apreciar su contenido, puesto que él adoraba ese tipo de regalos. Al señor Phantomhive, le regalo mi última conciencia, y así mismo ese lazo que nos unió por tantos años, el anillo que paso por nuestras manos... Espero me perdone por los errores que he cometido." - El notario le entrego a William ambas cosas que decía, dentro de la caja un revolver automático, junto con un anillo de plata de una paloma y un cuervo. El animal favorito del hombre junto con el otro.

-Gracias...- Pudo decir, recibiendo también las cosas de su difunto marido y viendo el anillo Sebastian había hecho para ambos algún día.

-Todo un placer, Señor Phantomhive, usted es el último en la lista del señor Sebastian, y tal vez no le agrade todo esto, pero creó que dejo  un poco de su rencor contra usted en el testamento, cito: "Para el señor  Phantomhive, espero que a estas alturas, haya comprendido porque decidí tomar el camino de mi muerte, y no llevar más esta enfermedad que me provoco usted y sus constantes mentiras. Le dejo lo más preciado que tuve en esta vida, e incluso en mi muerte, los libros que se me han entregado por su padre, junto con aquel sentimiento que yo guarde tanto tiempo para mí ser... Y espero no sea muy tarde para que usted se dé cuenta de lo  que pasa a su alrededor, tenga su puño a la altura de su corazón siempre, mi señor. Espero, de todo corazón que en mi muerte hallé la paz que usted necesita, y se convierta en lo que siempre deseo ser, le dejo a su pesar, mi contrato con las Industrias de su padre y el liderazgo de las mías. Quiero que sepa, que este testamento no es más que solo el principio."

Hubo un momento de silencio seguido de la puerta y sin más corrió a aquel lugar en el claro del bosque donde su tumba yacía frente a otras seis más.

-Dijiste que siempre estaríamos juntos - Golpeo la tierra mojada, sus rodillas levemente manchadas de lodo, la tierra estaba fresca, recientemente había lloviznado. Sin respuesta alguna sintió el calor de las manos de su esposo detrás en los hombros.

-Levántate... No es digno golpear la tumba de un muerto.

-¡Pero no es justo! Yo lo quería... Quería que ambos fuéramos felices...

-¡Entiende que el ya no esta aquí Ciel! ¡El no te amo nunca Ciel! - Rick se llevo una bofetada directa al lado izquierdo.

-Eso no es cierto, ese hombre me amaba, me quería más que asi mismo... incluso cuando hice de él un martirio en su vida.

-Acepta la realidad Phantomhive, estas solo... - Le pudo decir fríamente mientras el otro se abrazaba a la tumba del muerto reciente.

Dorian observaba la escena con disgustó en uno de los ventanales de las habitaciones, había visto todo, quizá hubiera sido bueno, tener una mejor conexión con Ciel, ganarse su confianza...

El notario entro en su estudio con su hermana.

-Señorita, y Señorito Michaelis... su padre les dejo algo muy importante, una carta a cada uno, contiene la mitad de sus fondos bancarios para cada uno, en partes iguales. Quería hablar esto con delicadeza. Su abuelo señorita Michaelis, le ha dejado un importante dije, y una colección de discos junto con objetos de su afición, creía conveniente  que usted fuera un poco mas dedicada a su hogar, no la quiso nunca ver de manera liberal... espero usted entienda... se puede retirar... - Dijo el notario para ver la mirada oscura del joven, lo había visto de chico, pero ahora era todo un hombre, y toda una maquina.

-Señor Hallward... - Pronuncio el joven mirando el suelo algo perdido.

-Su abuelo, le ha dejado un mosquete de guerra, puede ser viejo, pero...

-Me parece bien, Señor Basil Hallward... - Sonrió de lado y miro al notario. - Se que no es de su... ética, decir la otra parte que ha dejado mi padre, pero por mi puede hacer una excepción, ¿no es así señor? - Un gesto de clemencia bastante falso se hizo presente en su rostro.

-S-Señorito... Señorito Dorian. Creó, que esos asuntos debería de resolverlos con... la persona con la que... Con la que tenga esos asuntos, su abuelo le dejo una de sus empresas a usted. Es una empresa de armas... las fabrican para el gobierno, o gobiernos extranjeros con autorización...

-Ya veo... ¿y que mas? - Dijo el joven en una seductora voz, pasando sus dedos sobre la espina dorsal del notario, mirando la figura con lujuria, rodeándole.

-S-Su  padre... Su padre dejo unas empresas a cargo del señor Phantomhive...

-¿Lo ve? Era tan difícil decir eso... - Dijo inquisitivo deteniendo su caminar y palmeando el hombro del notario, esa era su fortaleza, hacer que cualquiera cayera en sus redes y encantos, sería hermoso tentar a alguien mayor que él.

Los días pasaron y de pronto, como si fuera magia, Dorian decidió acercarse un poco más a su padre, a Ciel, ese era uno de los primeros pasos, su mente maquilaba tranquilamente ese plan, tan sutil como romper una rama de un árbol, con un solo movimiento todo se vendría abajo en el mundo de su padre.

Seguía entrenando, cada día más duro, William empezó a ver cambios en este, normalmente, trabajaba con seriedad y con orgullo con el joven, pero empezó a ver cierta maldad, cierto anhelo por más, por tener más cada vez que estuviera cerca de los objetivos que le imponía.

-¡Dorian!  ¡Basta! - Dijo al mirar la rabia que este estaba descargando. - Espera un momento...

-No, tú me lo dijiste, un hombre no se detiene por más dolor que sienta...

-Eres igual de terco que Sebastian.

-Tiene que ser así... - Le respondió mirando mal la "paterna" figura para él.

-Me tienes hastiado con este comportamiento... - el mentor quería estar orgulloso de su alumno por una vez más, miro desafiante al hombre de ojos carmín y tomo una vara de roble, un "Bõ" - Tu siguiente oponente seré yo... - Dijo el hombre de ojos esmeralda para enfurecer a su alumno.

-Si eso es lo que quieres... - Le respondió defendiéndose a puño vacío de los ataques de su maestro, dolía al impactar contra su piel, pero asi era como los verdaderos hombres se formaban, por fin había comprendido, dolor es igual a amor...

Sus manos pararon el Bõ, el arma dio un golpe certero en el rostro de su maestro y entonces lo rompió en dos.

-Lo siento mucho maestro, déjeme ayudarle... - Le tomo del hombro el estaba consciente del sangrado nasal que tenía el hombre, sin embargo, este ya parecía cegado por sí mismo. El hecho de no poder detener lo que él había creado lo hizo entrar en pánico.

-Eres igual a tu padre...- Le recrimino, aunque tal vez eso aumentaba el ego del muchacho  por lo que pudo ver. Se enfrento a él sin temor alguno, aunque perder no estaba totalmente en los planes de ambos.

Dorian al fin paro al sentir el dolor de un hueso roto, el entrenamiento se había convertido en una guerra sin cuartel, si bien pudo derrumbar al maestro en unas técnicas aprendidas por cuenta propia, el otro se defendió rompiendo la pierna izquierda del muchacho en dos partes.

En un gemido de dolor lo tiro al piso, estaba claro quien había ganado, y no le importaba, el era médico, o estudiaba para médico, un golpe en la garganta lo derrumbaría, si...

El dolor paso rápidamente por la adrenalina, entonces un buen golpe en el estomago y en la tráquea lo dejaron sin aire, se detuvo al ver como el mentor respiraba con dificultad.

Por fin ambos habían regresado a la realidad, lo levanto del suelo apresurándose a llevarlo rápidamente dentro de casa, pero el dolor de la fractura lo había detenido.

-Confirmo, mi teoría... - Pudo decir una vez el mayor recupero su aliento y se pudo poner en pie, el chico estaba tumbado en el suelo, por el dolor de la fractura, era demasiado incluso para él.

-Discúlpeme maestro, le he fallado. - Dijo el joven tratando de ponerse en pie.

-¿Por ser como tu padre? - Se mofo levemente. - Eres la misma máquina que fue él. Una fractura no te detuvo hasta obtener tu victoria... - Lo ayudo  ponerse en pie, llevándolo dentro. - Estoy orgulloso de ti...- Le dedico sin más, era verdad, el chico ya crecería un poco mas y entonces, entonces sería de tal palo tal astilla.

Dentro Dorian miro a su contrario, se había llevado la peor parte, se preguntaba y maquilaba lentamente a quien debería de utilizar para ascender, se podía ganar la confianza de este, de maneras... de múltiples, miraba en sus ojos, le estaba curando, pero no entendía muy bien aún que estaba haciendo. El dolor no le permitía razonar correctamente.

-La fractura no voy a poder atenderla...- Dijo para sacar de su ensueño al joven que solo asintió mirando a la nada.

-Maestro... -Estaba seguro de que hacer para llegar al siguiente escalón. - Me siento muy... inestable, tengo temperatura... ¿me podría retirar?

 -Es lo más estable para ti...- Dijo dándole una ayuda para llegar a su habitación. Lejos, el hijo del hombre más viejo miraba con recelo la escena, él quería en verdad a su "sobrino" y a su padre, pero últimamente estaban más juntos de lo necesario, incluso cuando sus intenciones eran solo de maestro y estudiante.

En el cuarto de Dorian, el dueño de este hizo una acción sin necesidad alguna, pareció  más un accidente que una acción en verdad. Tropezó inútilmente sobre su cama, dejando una vista, bastante tentadora de su cuerpo.

Sin embargo no sirvió de nada porque el adulto no la percibió si quiera, eso lo molesto un poco, pero no tenía porque caer a la primera, lo haría, y lo haría con maestría.

-Dorian...- En un susurro exclamo el mayor para salir de la habitación a prisa, hubiera sido su mente jugando con él, o no, pero por un momento vio al menor de manera provocativa. 

Al alba siguiente y con una nueva curación en su cuerpo; el joven Dorian se encontraba llenando los permisos para nuevos armamentos en su habitación.

-Señor, no debería de combinar su descanso con el trabajo...- Le reprendió uno de los ayudantes de la casa, este solo rió, el viejo hombre tenía razón.

-¡Hermanito! - Llego de mala gana Caroline, a reclamar como todas las mañanas de porque no salía, porque no se divertía.

-Caroline, ahora no, tengo mucho trabajo... - Le recrimino antes de que empezara como siempre.

-No, no es eso, eres malo Dorian. -La chica suspiro y miro a su hermano. - Papá quiere verte ahora, y me mando a buscarte, dice que te tiene que entregar algo.

-Dile que ya voy para haya... y que me deje en paz por lo que resta de la mañana... - En verdad se le hizo algo tonto de mandar a su hermana, se levanto de la silla bebiendo rápidamente la taza de té que le proporcionaba su servidumbre y le dio una reverencia por el servicio ayudándose de un bastón para caminar.

Unos minutos más tarde en la oficina de su padre estaba siendo reprendido como niño ´pequeño por no tener el control sobre sí mismo, y lastimar a uno de sus mayores.

El adulto suspiro cansado del comportamiento del joven, su hijo.

-Escucha, no sé cuánto te afecto la muerte de tu padre y tu abuelo, pero debes de cambiar ese comportamiento ahora mismo...- Le dijo para observar la mirada de este tornarse sombría.

-¿Estás inconforme conmigo? - Se rió haciendo una sínica sonrisa de lado - Yo lo he estado contigo desde un tiempo atrás, y no me he quejado de manera alguna... papá...- Dijo fríamente para colocarse detrás de él.

-¿Qué carajo estás haciendo Dorian? - Pregunto el adulto enfrentándole de frente, estaba nervioso, su hijo cada día se parecía a lo que Sebastian era cuando tenía veinticinco años. Estaba seguro que nada bueno podía suceder ahora.

 -Algo que debía haber hecho hace mucho tiempo...- Pequeños  golpes en su puerta detuvieron las acciones de Dorian, mas no cambio su posición detrás de la silla de su padre.

-¿Que quieres? - Dijo el joven mirando fastidiado a  la puerta donde yacía Samuel.

-Vengo a dejarle unos papeles a tu padre...- Dijo saliendo de la habitación viendo al joven de reojo como jalaba la corbata de su ¿hermano? De Ciel.

-Si quieres saber, querido padre, soy tan igual a él... Soy igual a él... - Le dio un beso profundo en la boca, Ciel lo parto, pero Dorian se aferro a este por la barbilla, de manera forzada le obligo a abrir las piernas y la boca, introdujo su lengua dentro de la otra cavidad mientras que sus manos masajeaban el pantalón ajeno.

-D-Dorian...- Ciel se quejo y lo empujo hacía arriba. - ¡Basta!

-Admítelo, te ha gustado... - Le robo otro beso. - Ten  buen día papá...- Dijo de manera sarcástica para salir de la oficina.

Notas finales:

Muchas gracias por leer, dentro de poco haré una colaboración especial con alguien, y espero les guste nuestra idea.

Sin mas también tengo preparado  otros fanfics, tengo muchas ideas esta semana... espero les haya gustado.

Y hasta la siguiente.


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