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El tiempo a tu lado Temporada II por William Michaelis

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Notas del capitulo:

¡Dios mío casi no subo el fic!

Matenme pliz.

Soy muy desconsiderado, el servidor no me envía los mensajes, todo un horror, no he podido responder reviews (es horrible)

DIsfrutad del fic que ahora es el primer capitulo que lo hago en dos partes.

Haganme saber cualquier cosa

¡chao!

PoV (Un día con…) Sebastian Michaelis

Si mis palabras pudieran expresar como me siento hoy… Lo encuentro a mi lado dormido, esta paz es inexplicable. Estamos juntos nosotros dos después de un año. Lo hice sufrir bastante y eso era una de las cosas que más me preocupaban. Lo acerco a mi cuerpo tengo conciencia de que ambos estamos desnudos. Este chico es imparable.

Escucho un ligero gemido de su parte, me atrevería a pensar que fue de inconformidad. Sus mentiras acerca de nuestra relación salvaron su pellejo y el mío.

Con algo de pereza se removió y se apartó de mis brazos, fruncí el ceño levantándome de la cama. Comencé el día y lo vi a él retorcerse en la cama, ese niño no cambiaría incluso si se lo pidiese.

Me retire al baño, las cosas no habían cambiado mucho antes, porque deberían de hacerlo ahora. Aunque trato de vivir mis días tan completos como lo hacía en mi juventud. Hoy me siento completamente bien, aunque sé que puedo ya no amanecer al día siguiente, o al siguiente… Mis pensamientos los hayo deprimentes, suspiro e ingreso en la ducha, hoy es un día aburrido lo presiento, y me siento nostálgico al saber que hoy es su cumpleaños, por la simple cuestión de su padre, un año conmigo, otro año con él.

Al estar en la ducha trato de ir lo más rápido posible, dios me salve si no le digo felicidades. Tan rápido como puedo salgo del baño y lo veo a él despierto en la cama. ¡Que perezoso que es!

-Buenos días…- Le saludo sin muchas ganas y parece que él está molesto, ese jodido cuerpo juvenil…

-¿Qué tienen de buenos, he? – Pregunta y pasa sus manos por aquel negro cabello, sin duda es un gran chico, esos ojos borgoña, maldito, cada día es más guapo. No puedo evitar sentir felicidad al verle, es bastante diferente a mí, pero sus facciones; el cabello, los ojos, y esa inocente sonrisa.

-Pues que es tu cumpleaños tonto…- Le digo de manera divertida y le logro sacar una sonrisa después de una risilla. - ¿Qué quieres hacer hoy? – Le pregunto vistiéndome y dejo de escucharle por unos segundos.

-Creó que… Me gustaría salir contigo a algún lado… - Lo veo recostarse nuevamente y sonríe.

-Si tú quieres por mi está bien…- Suspiro y le veo a él feliz, últimamente está cansado, y no tiene ánimos para nada, quizá sea su cumpleaños lo que lo tenía así. – Al menos piensa que ya casi tienes edad para estar conmigo…

-Pero eso también implica que tú te harás viejo…- Eso me pego, suspire y me acerque a él.

-¿Eso te tiene tan preocupado? – Lo mire asentir y lo bese, el empezó a llorar. De nuevo llorando.

-Si te pierdo no habrá nada que tenga para seguir… - Lo abracé fuertemente, no sé cómo esto aún se considera penitencia y pecado, yo lo amo tan puramente, y me preocupo por él, mis palabras no son vastas para hablar de todo esto que alberga mi ser por este niño. Sé que él me ama con esta misma fuerza e intensidad… No quiero que sufra por mí… ni por mi mano…

 

End PoV Sebastian Michaelis.

 

Dorian escuchaba los latidos del corazón de su padre, los escuchaba, eran tan calmantes, tan acompasados. No sabría qué hacer si el moría, si su amante lo dejaba para toda la vida. Tal vez, se suicidaría…

-Papá… siempre tengo este miedo… siempre, ya es común sentir que te pierdo… y ese sentimiento no me agrada… Sé que no estaremos juntos pero… espero hacerte feliz todo este tiempo si puedo…

-Tú me has hecho feliz desde que naciste… ¿Qué estaría mal? – Sebastian lo volvió a besar y tomo su mentón entre sus dedos sonriente. – Te amo… Esa es mi decisión no te dejare si tú no quieres…

-Te amo papá…- El chico volvió a sonreír y beso los labios de su padre arrastrándolo a la cama.

 

La tarde se cernía sobre las calles de Londres, la feliz pareja caminaba por estas mismas. El chico sonreía halando la mano de su novio yendo aquí y allá.

Sebastian estaba algo cansado de seguir al chico, no era lo mismo.

Lo siguió hasta que se sentó en una banca de la calle.

-Lo siento Dorian… Estoy cansado… disculpa a  tu viejo hombre pero… de verdad me siento sofocado…

-Está bien… ¿quieres parar a comer? – El chico pregunto y vio al hombre asentir bebiendo de una botella con agua. Dorian vio a su hermana junto a un chico y frunció el ceño ¿Cuándo había conseguido novio la chica?

-Papá…- Dorian señalo a ambos e hizo que el hombre mirara a la feliz pareja.

-Te besaría si así fuera preciso para hacerte feliz… - El hombre sonrió y le tomo de la mano levantándose y yendo a un conocido restaurante. El hombre pidió la mesa para dos y ambos pasaron con las bolsas de compra que había adquirido el chico.

Dorian señalo nuevamente a su hermana que entraba con su novio al restaurante, el chico se estaba haciendo más duro cada vez, a Sebastian le gustaba eso, lo veía celoso ahora, no le gustaba que alguien tocará a su hermana de esa manera.

-Sopórtalo… a mí me pasa lo mismo…- Dijo el hombre y tomo un sorbo de la su copa de vino. El chico frunció el ceño y le miro, ¿él se sentía celoso de otros chicos tocándolo?

-Pero…- El hombre sonrió al lograr el cometido de sonrojarlo totalmente. Sebastian le sonrió con era inocencia pura que también tenía el chico.

-Oye cariño… ya que es tu cumpleaños… quizá una noche de pasión te venga bien…- El chico se sonrojo aún más y escondió su sonrojo bajo sus negros cabellos. Sebastian sonrió.

Ninguno de los dos se esperaba que la mirada curiosa de Caroline se posara en ellos, junto con la de su novio.

-Freddy no quiero alarmarte pero… mi papá y mi hermano están aquí… - El joven Alex casi se atraganta con su vaso de soda. Caroline se rio un poco, entonces vio a su padre y hermano sonreír, se notaba tenían un buen rato. Vio como ambos sostenían su mano por encima de la mesa, ¿eso era normal? Ambos tenían quince años…  ella había salido con su novio y Dorian con su padre, ambos se veían muy felices. El cumpleaños de ambos.

Sebastian se aferró a la mano de Dorian, Caroline pudo ver la sonrisa de ambos después de que Dorian se acercara a su padre y susurrara a su padre. Vio a ambos retirarse después de eso yendo a caja y pagando su cuenta, el hombre sonrió y paso su brazo por la cintura del  chico al salir.

-Cariño, no sé si debía de haberte traído aquí haz estado muy distraída toda la noche.

-¿Fred, tú crees en el amor verdadero no?

-Claro, digo, no hay edad ni sexo para ello…- El chico fue jalado fuera del espacio del restaurant. -¡Caroline! Dios que haces…

-Creo que mi hermano y mi padre traman algo… calla…- El joven asintió suavemente y suspiro. Él estaba perdidamente enamorado de la chica, y de eso no había duda. Sus sentimientos eran correspondidos, pero espiar a su suegro, aunque fuese futuro suegro, y futuro cuñado… Estaba algo fuera de una cita estándar.

Sebastian y Dorian caminaban juntos de la mano, ambos parecían muy felices, pero por un motivo estaban nerviosos, no mostraban su amor como antes.

-No traman nada cariño, solo celebran…

-Estoy segura… vamos apóyame… no diremos nada de esto a nadie… solo quiero saber… - Vieron como ambos paraban en una pastelería. El chico obtenía lo que quería y de eso no había duda, salieron con dos bolsas y la caja de un pastel que ahora yacía en las manos de su padre.

Sebastian tomo la caja entre sus manos y sonrió al chico viendo a un joven de cabellos rubios caminar dentro de un callejón algo sospechoso.

-No tengo buena espina cariño, no estoy conforme ahora mismo… - Ambos amantes se sintieron incomodos y siguieron su camino hacía el hogar reciente de ambos, “su nido de amor”. Que cursi…

-Papá… me siento incomodo…

-Joven amo… Ya que hoy cumple dieciséis años… me gustaría ser llamado por mi nombre… - El joven sonrió en verdad Sebastian sabía cómo alegrarlo, ambos se abrazaron al llegar a la entrada de la propiedad.

Caroline y su novio miraban a la feliz pareja, aún sin saber cuánto se amaban.

-Vaya que bien vive tu familia…- Dijo el joven maravillado por la hacienda del pelinegro, aunque esa no era la razón por estar con la chica.

Vieron a Sebastian dejando las bolsas de recién en el recibidor y entonces recoger en sus brazos al joven, que se veía totalmente feliz.

-Feliz cumpleaños Dorian…- El chico sonrió y bajo por si solo al suelo tomando al mayor de la corbata y halándolo a él. Sus manos temblaban.

-¡Muchacho mío! – El hombre rio y tomo al joven de sus caderas y cargándolo en su cintura.

-¡Papá! – El niño rio y lo beso haciendo que ambos entraran a la casa cerrando la puerta detrás.

 

Ambos novios se quedaron sin palabras fuera de la mansión.

-Ni una palabra de esto… - Dijeron ambos de manera sincronizada.

 


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