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El tiempo a tu lado Temporada II por William Michaelis

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Notas del capitulo:

Titulo satira pese a lo que trata el capitulo.

Espero sepan perdonar lo tarde que lo he subido, pero me dolía demasiado la cabeza y no hallaba inspiración, también si ven algo que no concuerda en la historia me ha costado lo mío escribirla.

Pues espero que lo disfruteís, y de antemano aviso: LEMON, TRAGEDIA, DRAMA.

Se sentía débil, alguien le había dicho de su amorío con su hijo, volteo a verle, pálido y tratando de recuperarse de los recientes sentimientos.

-Lo sé… - El hombre por el momento no se encontraba tan bien, pero veía aquella comprensión en su rostro, lo aliviaba de cierta manera, en el rostro del duque aquel veía seriedad pero comprensión.

-¿Quién te lo dijo?

-Eso no importa ahora, realmente, quien me lo haya dicho o no, no cambiara que yo lo sepa, solo te pido, que le seas fiel al… -Se acercó peligrosamente a darle una ayuda pese a su problema.

-Espero comprendas que yo… Yo le amo con intensidad… - Frunció el ceño el moreno viendo las acciones del otro, algo indeciso.

-Cállate de una buena vez…- Respondió aquel hombre y se acercó aún más a él, acorralándole en la pared, se besaron, primero con confusión y se hizo más intenso su sentir, ambos tenían escalofríos fuera de nervios o de temor de ser encontrados.

Sebastian sintió tanto placer al encontrarse con los labios de su ex de nuevo, sentirse amado por este le brindo una sensación de placer y ese buen sentir recorriendo su cuerpo. Ciel por un lado trataba de seguirle el ritmo y no ceder, que ese hombre viera que ya había madurado. Que ya no jugaría con nada referente.

Sebastian lo detuvo y lo miro detenidamente, no quería que la historia se repitiera nuevamente.

-Vete… él debe de estarte esperando…- Suspiro y se fue del lugar, su alma descansaba finalmente, perdonarse había costado sus años, pero nunca costo tanto como el sufrir todas esas veces.

Sebastian miro a Dorian esperándole sentado al lado de un rosal blanco, sus pétalos eran levemente acariciados por las manos de este.

-¿Qué hace aquí joven amo? – Le pregunto sacándole de su ensueño temporal, el muchacho miro al hombre que ahora tenía una larga sonrisa, sus dedos rosaron levemente la espina del rosal.

Sebastian noto el repentino corte que se había hecho en la mano, fue enfrente de él y ligeramente beso su dedo.

-Tenía un tiempo con mi antiguo hogar…- Dijo algo sonrojado el joven, miro algo de culpa en los ojos ajenos, tal vez aún quería a su padre, tal vez existía un rastro de amor ahí. – Y creó que tu tenías un momento ahí dentro con él….- El joven sonrió.

­-No le quiero ya… me hizo mucho daño en épocas pasadas, tal vez tu no lo comprenderías… porque aún eres muy joven, pero yo no lo miro como lo miraba hace tantos años… - El corte que se hizo paro de sangrar en unos segundos al verse curado por las manos de su padre.

-Pero… luces muy feliz hoy…

-Mi alma esta en paz y espero que la de él también… Yo le he perdonado por mis propios fines… y Espero que todo lo que pasamos no se vuelva a repetir, no quiero lastimar a nadie más, y si tú eres sabio… sabrás que mi amor  se vuelve más intenso por ti cada día – El mayor le miro y se sintió aliviado al fin.

Dorian no dudo en abrazarlo con todas sus fuerzas Sebastian también lo hizo incluso lo cargo en sus brazos.

-Ahora niño… me debes eso que me prometiste…- Sus labios se encontraron nuevamente pero ahora se sentían más decididos que antes. Tomar fuera sus ropas no fue del todo fácil, Dorian se opuso un poco haciendo más difícil el juego.

Sin más nuevamente el rose de sus pieles confortaron al otro, Sebastian se dejó hacer un poco, desde que había crecido el joven tomaba la iniciativa, era un pasivo muy rudo a decir verdad, dejando marcas por su torso y sus brazos, Sebastian trato de acallar los gemidos de este a pesar de sus esfuerzos.

Dorian hizo todo el trabajo por sí mismo.

El problema era que Sebastian en si no pensaba en aquella persona que estaba con el ahora mismo. Su mente estaba ocupada por un cuerpo más formado ahora y que ya era de todo un varón, su ex, imaginaba a aquel hombre robándole el aliento a cada momento, sus manos tomaron las caderas de su opuesto haciendo que fuera un poco más rápido de arriba abajo, aún reservaba esa imagen, la de su esposo sonrojado y haciéndolo delirar de placer conforme sus embestidas, sus manos recorrían aquella figura, y besaba con pasión aquellos labios, Sebastian llevo sus embestidas a otro nivel, dando en la próstata del chico y haciéndole gemir de manera bastante audible.

El muchacho no aguanto mucho y al final mancho de semen el torso de su padre, jadeante no esperaba escuchar aquellos gemidos de su padre, nunca fue asi, quizá ahora estaba ansioso, y de verdad necesitaba sus servicios para satisfacerse.

-Ven… Continuemos esto en mi habitación… - Sebastian sonrió yendo con una sonrisa tonta detrás de su ensueño, siendo manipulado un poco pese a ser atraído de su miembro, le dolía un poco, pero seguía al chico  hasta su habitación, al fin, nadie escucharía sus delirios de placer a no ser que los descubrieran. Pero todos estaban fuera en la carpa de fiesta.

Mientras tanto en aquel lugar Ciel hablaba con su esposo, aunque en verdad su mente estaba en otro lado, pensando en ese beso, Sebastian se había negado a él, y en cierta manera estaba contento porque, le era fiel a su hijo, eso siempre lo supo, Sebastian era como un perro.

Leal, fiel y en todo momento a su lado, no importaba la situación o cuán cansado se encontrase.

-¿Habéis visto a Dorian? – Ambos hombres se vieron distraídos por la voz del hijo de aquellos dos, Samuel.

-No, ¿no estaba con Sebastian? – Dijo el esposo de Ciel dejando entre ver algo que ellos dos ya sabían y que por mero placer no revelaban.

-Samuel… No creo que este con él… lo vi con Caroline… deberías de ir a verle… y de paso… le cuidas un poco… me preocupa que este con Alex mucho tiempo…

-¡Ciel Phantomhive! – El padre de este apareció frente suya y con un humor de perros y gatos. - ¿Has visto a Sebastian?

-¿Es tan necesaria la presencia de este? – Frunció el ceño, ¿Qué acaso no entendían que no estaba con ellos? Ah… pero les vieron salir juntos…

-Papá, no creo que sea necesario… Seguirle buscando podemos pedirle a alguien más que lleve la camioneta… - El joven miro arrepentido de su decisión, su lindo sobrinito a merced de Sebastian. Esa opción la descartaba del todo, aunque en varias ocasiones había sido confidente del joven y de cuanto amaba a su padre, Samuel era el único que sabía de ello.

-Sam… Joder… - El hombre de cabello castaño se retractó de sus palabras y fue a buscar a su esposo a notificarle que el conductor designado no estaba, o se lo había tragado la tierra.

Pero, en aquella habitación la temperatura aumentaba y ambos cuerpos a merced del otro.

-Sebastian…- El joven mordió fuerte el cuello del hombre mayor causándole una marca profunda, más el otro acostumbrado ya al dolor sonrió, eso lo había deseado tanto, ser marcado sin que importara la opinión d los demás. Sebastian siguió embistiendo al chico en la cama haciéndole delirar de placer, ese suplicio por más le excitaba.

-¡Sebastian! – El joven sí que tenía para un buen rato, ese hombre se volvió insaciable.

Ambos llegaron a su culminación el mayor no se detuvo, no del todo, las manos de Dorian se aferraron a la espalda del mayor al verse sometido debajo y siendo marcado por los finos colmillos de este.

Sus uñas se aferraron a la piel ajena, dejando marcas de rasguños.

La noche la habían pasado tan bien.

En la mañana la casa se podía denominar un desastre después de aquella fiesta, el hombre de cabello negro tomaba tranquilamente una taza de café, mostraba con orgullo su cuerpo aún bien formado y marcado pese al ejercicio. Su torso y espalda marcados celosamente por su hijo.

El joven sentado en la barra de la cocina tomando una pequeña merienda.

Las manos del joven hacían extraños movimientos, explicando algunas situaciones que le pasaron durante la noche anterior.

-Entonces se acercó Samuel algo dudoso, y me dijo que tenía que hablar con una chica y que si le ayudaba, ¿Quién crees que sea esa chica papá?

-No lo sé querido, pero tus abuelos estarán celosísimos de tener que compartir a su “querubín” – El mayor rio terminando la taza de café y recargándose un poco en la barra, no sabía dónde estaba su camisa en realidad, y pensaba pedir una prestada a su ex, al menos así podría tener con que cubrir esas marcas.

-Buenos días… - Ciel entro a la cocina viendo a aquellos dos, Sebastian aún sostenía la taza de café y Dorian estaba ahí comiendo. Lo inusual eran todas las marcas que tenía Sebastian sobre su cuerpo, ¿se las había infringido él? Sin darle más importancia paso de largo hasta la cafetera.

-Buenos días…-Respondieron ambos algo cansinos y recordando la noche anterior.

-Papá, me preguntaba si podíamos ir a…-Las palabras del joven Dorian se vieron interrumpidas por Samuel.

-Sebastian, ven rápido…- El hombre miro a su hijo y después siguió al otro de su misma edad. Sebastian al entrar en la habitación observo al más viejo de los Phantomhive postrado en cama y débil. ¿Él también se vería así algún día?

-Vincent… - Rápidamente el moreno corrió a su lado y sostuvo su mano, no era de su incumbencia, pero le quería como un viejo amigo, y como no quererle, si el mismo lo salvo en muchas ocasiones.

-Sebastian…- El hombre sonrió al otro lado se encontraba su esposo, sin dormir y en vela de este. – Yo… quería agradecer… todo lo que has hecho… No sé si viva aún más tiempo, pero me da tanto placer ver que sin importar lo que haya estado en el pasado, perdonaste mis errores… - Vincent tosió de manera abrupta llenando de sangre un poco su boca.

- Calla… tú has sido el mejor compañero que pude tener…

-No pido que se me lleve… lamento mucho lo que pase hoy… y sé que la pena recaerá sobre sus hombros… pero… no quiero que sea así, hoy me da placer el estar con ustedes en mi última hora, y de tenerles a mi lado como siempre… No sé qué más decir…

-Creó… que el que debería de agradecer… Vincent soy yo… por traerme de vuelta a esta vida bastantes veces, cuando creía innecesaria mi existencia… Gracias por darme ese maravilloso hijo tuyo… y dejarme compartir mí tiempo con él… - Sebastian sonrió y suavemente beso su mano en respeto, ese hombre le había dado paz, tranquilidad, y fe cuando ya no existía nada en él.

-Gracias Sebastian, Ruego… porque tu… y mi adorado esposo… cuiden de mi Samuel… Es lo que pido antes de partir… por favor… - El hombre miro a sus compañeros, ellos  siempre estarían ahí.

-Cuidare de él mientras mi salud me lo permita Vincent, si hoy es tu deceso… que sea en paz… amigo mío… y que no te pueda nada de lo que dejes en este mundo… - Ayer el hombre estaba enfermo, sí, pero no tanto, quizá empeoro en la noche.

Sebastian beso su frente y deseándole un eterno descanso de la mejor manera se retiró. Se dio cuenta, que eso sucedería en cualquier momento… Todas las personas de su generación partirían en algún momento u  otro. El esperaba vivir lo suficiente para afrontar cualquier calumnia. Pero cuando un ser querido moría… ¿Qué más podría hacer?

Dentro de la habitación se escuchaban los ligeros sollozos de aquel que se quedaba a velar el entierro de su esposo. Le daba inmenso dolor volver a pasar por ello, perder a quien más amaba, pero… su hijo. Su hijo estaba ahí para confortarlo y lo sabía. Aunque no podía mostrarse débil frente a él.

La hora llego y sin más, el ver como aquel cuerpo ya no tenía vida le pudo, no sabía cuál era la hora de muerte exacta, sus  últimas horas las pasaron juntos, lo más que pudieron, sus palabras dedicadas al otro… Su piel ahora fría al tacto volvía más difícil la situación. Lo abrazo con fuerza y con dolor se tragó todo ese sentimiento, Vincent jamás le gusto verle llorar. Ahora complacía ese deseo. Al menos tuvo un deceso de lo más tranquilo, sin dolor alguno, sin remordimientos ni pesares. Sostuvo su cuerpo por tiempo indefinido, aquellos azules cabellos eran acariciados suavemente y dejados en perfecto estado.

Vincent había estado enfermo por meses atrás pero sin notificarlo, y había empeorado en unas semanas llevándole a la muerte misma.

 

Notas finales:

¡LO SIENTO!

Antes de que me linchen en los comentarios.

Bueno dejenme darles un aviso...

Cambio el horario como lo teníamos en "El tiempo a tu lado"

Martes y Jueves.

Me gusta ese horario y lo siento mas liberado... Me da mejor tiempo de escribir y terminarlo a tiempo ahora si. Me despido. ¡un besaso y hasta la siguiente!

Pd: Perdon por no responder a reviews, pero estoy enfermito y escribo desde el celular. Un besaso igualmente y hasta luego.


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