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Circus of dust por Uruhasa_13

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Primer acto: “El circo”

 

Aquel chico rubio de ojos azules caminaba a paso moderado por la acera, miró su reloj y se dio cuenta de que estaba llegando tarde. Ni siquiera se molestó en apresurar la marcha, odiaba tener que llegar a ese sitio tan repugnante, odiaba tener que llegar y enfrentarse a la espantosa realidad de aquel sitio sucio y asqueroso en el que estaba obligado a vivir.

Aun ya siendo mayor de edad, Naruto estaba obligado a vivir con aquella anciana a la que llamaba “abuela” aunque no fuesen parientes en realidad. No tenía ningún otro lugar a donde ir así que estaba destinado a pasar el resto de sus días con aquella tirana mujer que hacía sus días una verdadera pesadilla.

El muchacho se abrazó a si mismo mientras caminaba, se hacía tarde y el viento comenzaba a ser un poco más frío de lo normal pero cuando llegó a la esquina algo llamó su atención.

Había un enorme carro que iba unido a más vagones a los que remolcaba, todo era de un color brillante y llamativo, la música delató que se trataba de un circo ambulante. Había chicas en trajes de lentejuelas saludando desde las ventanas y el techo, incluso una jaula al final dejaba ver lo que pretendía ser un enorme perro blanco.

-que curioso…-dijo para él mismo-“Circus of dust”-leyó las letras del vagón principal

-eso quiere decir “circo de polvo” en inglés-dijo una voz

Naruto dio un brinco para darse cuenta de que había una muchacha de complexión pequeña y cabello azabache vestida en uno de aquellos trajes llamativos sin mencionar el maquillaje de fantasía que simplemente la hacía lucir  interesante.

-¿tú…?

-soy parte del circo-completó

El rubio se tomó un momento para mirar alrededor, algunos de los artistas habían bajado para entregar volantes y algún boleto para aquel niño valiente que se acercara.

-¿vendrás?-preguntó aquella muchacha con un tono infantil

-no lo creo, esto no es lo mío

Y dicho esto, Naruto giró sobre sus talones dispuesto a ir de regreso  a su camino pero al parecer aquella insistente muchacha no lo dejaría seguir, fue hasta ponerse delante de él y le extendió un pedazo de papel.

-¿qué es esto?-preguntó mirándola

-es una entrada… anda, ven a vernos

Naruto no tuvo más remedio que aceptar la entrada aunque en su mente estaba negando rotundamente la idea de poder siquiera acercarse pero cuando aquella muchacha se decidió a marcharse se detuvo un momento, como si olvidara algo.

-casi se me olvida, si vienes te librarás de una noche con tu abuela-y siguió su camino

Ahora sí que habían logrado captar su atención, se quedó ahí parado siendo incapaz de ir a preguntar la razón por la que sabían todo eso, solo miró como los artistas se despedían del público y una vez más reanudaban su caravana.  Ahora solo le quedaba aquella entrada que le había dado esa muchacha misteriosa, la miró con detenimiento para poder examinarla mejor.

 

 

Circus of Dust

Espectáculo acrobático y mágico, no te lo pierdas.

Función 8:00 pm (Única función)

Te esperamos.

 

 

 -Diablos…-susurró para él mismo

Todo había pasado ridículamente rápido y él debía seguir su camino, miró su reloj una vez más para advertir que eran las seis de la tarde, tenía dos horas antes de que la función comenzara. Claro que eso del circo no era lo suyo, además de que aquella muchacha le había helado hasta los huesos con ese comentario. Guardó la entrada en el bolsillo de su chaqueta y reanudo la marcha.

El aire gélido y cada paso que daba le acercaban cada vez más a esa casa tan tétrica. Naruto se quedó parado en la entrada, era una vieja casa algo destartalada, podía verse la humedad en las paredes y las hierbas crecían disparejamente, desde el interior se escuchaba la voz de una mujer que gritaba algo sobre portarse bien, seguramente estaría regañando a los demás niños.

Nana Gigi, como  la conocían en el barrio era famosa por adoptar niños en situación de calle pero lejos de verse como una heroína, las personas siempre procuraban estar alejados de ahí. Gritos y regaños eran siempre el pan de cada día y nadie tenía el suficiente valor para hacer algo y una de esas personas era Naruto.

Había vivido en esa casa durante sus veintiún años de vida y aún en la actualidad, siendo un adulto era incapaz de poder hacer algo. Todo el miserable salario que ganaba limpiando pisos en un restaurante de comida rápida era enteramente para Nana Gigi que lo gastaba siempre en cigarrillos y apuestas aunque no era el único, en esa casa vivían otros chicos, menores que él destinados a pasar por lo mismo.

-¡al fin llegas!-se escuchó desde la sala-tarde como siempre

-lo lamento Nana-dijo fastidiado-tuve que hacer unas cosas extra en el trabajo

-pues espero que te las paguen

El muchacho se frotó las cienes tratando de hacer que su cordura no le fallara, miró a su alrededor solo para darse cuenta de que nadie había limpiado desde la semana pasada y seguramente el fin de semana sería su tarea. Subió las escaleras mientras los demás niños bajaban corriendo sin siquiera notar su presencia.

Caminó hasta el final del pasillo a una puerta de madera vieja, la abrió para encontrarse en su habitación, claro que debía de considerarse afortunado por no tener que compartirla con ninguno de los demás niños en la casa pero de todas formas estaba ya cansado de todo eso.

 

“Si vienes, te librarás de una noche con tu abuela”

 

La voz de aquella muchacha retumbaba en la cabeza de Naruto una y otra y otra vez llenándolo de dudas pero sobre todo de mucha curiosidad. Volvió a ver el reloj y cerró los ojos, rebuscó en su chaqueta hasta encontrar el boleto y lo sostuvo frente a su rostro mientras abría los ojos.

-circo ¿eh?-suspiró-tal vez no sería una mala idea

Y entonces se puso de pie de un solo salto, buscó en su armario y se cambió de ropa lo más rápido que pudo y abrió la ventana, salió lentamente y estando fuera la cerró. Había hecho eso muchas veces antes, caminaba un poco sobre el techo y se deslizo sosteniéndose del tronco del árbol junto a la casa aterrizando suavemente.

Desde niño, Naruto siempre deseo poder tener esa magia y diversión que se le fue negada, siempre quiso poder tener  a su lado a sus padres que lo abandonaron con Nana Gigi desde que era un bebé. También le hacía mucha ilusión el sentarse en las gradas y mirar el espectáculo, perderse aunque fuese un rato de su cruda realidad, no estaría nada mal distraerse un momento de la Nana Gigi.

Tenía un par de monedas así que tomó el autobús, no había muchas personas a esa hora así que el viaje estaba siendo muy tranquilo además de que estaba obscureciendo. Se bajó una calle antes del lugar en donde estaba el circo y desde entonces escuchó la musiquilla vivaracha que lo hizo sonreír enseguida.

A medida que se acercaba, las luces y la música se iban haciendo más evidentes hasta que llegó. Una enorme carpa de circo bicolor estaba alzada y adornada con muchas luces, la entrada tenía la forma de un enorme gato con la boca abierta que sonreía y miraba con aquellos ojos felinos de color aceituna. Naruto no pudo evitar reír al verlo, un calor abrazador empezaba a apoderarse de su pecho, estaba feliz y le encantaba sentirlo.

Se aproximó a la entrada y le dio su boleto al chico que lo tomó y lo dejó entrar con una enorme sonrisa en su rostro y con un entusiasmo poco común en él se apresuró a ocupar su lugar en las gradas, justo al medio para poder ver todo bien. Aún faltaba para que comenzara la función y podía ver como familias llegaban y se sentaban con sus hijos, como los vendedores de chucherías ofrecían juguetes luminosos y dulces en general.

Por donde mirara había un ambiente de felicidad, muy familiar, ver como llegaban padres con sus hijos le recordaba que él no los tenía y que aquello solo era un recordatorio de lo miserable que era su vida, después de todo, luego de la función debía regresar a casa.

Pero no tuvo más tiempo de pensar en esas cosas, las luces se apagaron de repente y entonces un reflector alumbró a la mitad de la pista para que  segundos después un hombre vestido en un traje negro y sombrero de copa apareciera caminando.

-¡bien venidos queridos invitados!-anunció muy ceremonioso

Aquel hombre se quitó el sobrero e hizo una reverencia al público, una horda de aplausos se escuchó desde todas partes, incluso también pudo escuchar a las chicas murmurando sobre lo apuesto que era ese hombre.

-Este es el maravilloso “Circus of Dust” y espero que todos se diviertan esta noche

Dicho esto, las luces volvieron a apagarse y cuando volvieron a encenderse aparecieron en el medio un par de muchachas vestidas en trajes de látex adornados con lentejuelas, enseguida una música lenta y algo misteriosa empezó a sonar mientras ellas comenzaban una danza que ante los ojos de Naruto era muy bella al igual que ellas. En algún momento en el que no pudo percatarse, había dos pares de lienzos de lo que parecía ser seda que venían del techo, las chicas las tomaron y el ritmo de la música cambió radicalmente para que ellas comenzaran a hacer acrobacias y contorciones con estas.

Los cuerpos de aquel par de mujeres parecían estar hipnotizando por completo al público, sus cuerpos esbeltos en combinación con aquella seda y la música era como estar viendo a dos ángeles en pleno vuelo, Naruto incluso llegó a sentir el impulso de levantarse e ir hacia ellas pero justo antes de que pudiera siquiera levantarse del asiento el acto terminó y la oleada de aplausos no se hizo esperar.

Enseguida las luces volvieron a desaparecer para momentos más tarde iluminar el escenario, algunos ayudantes estaban poniendo cosas como obstáculos y aros para salir lo más rápido que podían y darle paso al siguiente artista. Esta vez era un hombre, venía vestido con pantalones de cuero y un chaleco del mismo material dejando su pecho desnudo y cabello revuelto además de unas marcas rojas en sus mejillas.

-¡Traigan a la bestia!-gritó con voz rasposa

Todo el mundo jadeo al mirar al enorme perro entrar por detrás del domador pero enseguida este logró someterlo para segundos después divertir al público con acrobacias y trucos que aquel enorme animal podía hacer, incluso saltó aros que estaban encendidos en fuego.

El siguiente acto fue más alucinante aún, había una bella chica y un circulo de madera en donde habían atado al que parecía era su ayudante y entonces ella empezó a lanzarle cuchillos y dagas siempre con una puntería perfecta, Naruto se fascinaba cada vez más por aquellos actos al igual que el maquillaje de aquellos dos personajes, les daba la impresión de ser escamas.

Después de ellos siguió un traga fuego que iba acompañado de un traga espadas y juntos hacían que el público gritara y se estremeciera. Ellos dieron paso a una talentosa rubia que hacía malabares primero con un diabolo, después con dos y así hasta tener más de cuatro diabolos balanceándose.

Y entonces después de eso las luces se apagaron, ya era hora del acto final y todo el mundo estaba expectante, esperando al borde de sus asientos sin poder aguantar las ganas de ver qué era el final y entonces las luces se encendieron pero no había nadie.

El silencio continuó un par de minutos, las personas ya empezaban a murmurar y entonces, una explosión de polvo sobresalto a todos haciéndolos regresar la atención al escenario en donde ahora estaba parado un hombre alto de cabello azabache, terriblemente parecido al presentador, solo que este iba vestido con una camisa blanca holgada y pantalones ajustados y a juzgar por su entrada tan dramática, Naruto asumió que ese debía ser el acto de magia.

-buenas noches tengan todos ustedes maravilloso público-dijo  con una voz tan profunda y sensual que hizo que se derritieran todas las muchachas del público-mi nombre es Fénix

El mago hizo un ademán con las manos y enseguida uno de los tramoyas le llevó una caja de cristal de tamaño mediano que dejó sobre el suelo y una enorme tela de color escarlata. Fénix hizo un ademán para mostrar que la tela era común y corriente para después comprobar que la caja de cristal también estaba vacía.

Cubrió la caja con la manta y se puso tras esta para que el público pudiera ver bien lo que estaba pasando, las luces bajaron y el ambiente se tensó. Un movimiento más de manos y al quitar la tela, dentro del cristal había una hermosa muchacha de cabello azabache que se levantó lentamente bajo el estruendoso sonido de los aplausos, estiró sus largas piernas para salir de aquel contenedor e hizo un ademán más hacia el mago.

Naruto abrió más grande los ojos, aquella era la misma chica que le había dado la entrada al circo solo que ahora el traje de lentejuelas había dado paso a un precioso traje del color de la camisa del mago y unas medias que terminaban en unas botas de tacón además de, claro, el maquillaje de fantasía.

El número del mago fue impresionante, él y su asistente hicieron trucos inimaginables, incluso en uno de ellos, Fénix la partió en dos.

-para mi acto final-decía Fénix misteriosamente- mi bella asistente escogerá a alguien del público

La hermosa muchacha se acercó al público poniendo su mano sobre sus ojos, como queriendo ver mejor y más allá, claro que todos los hombres estaban sonriéndole y haciendo caras muy coquetas a la chica pero ella ni siquiera hizo caso. El momento más crucial fue cuando la mirada de ella y la de Naruto se cruzaron, fue como si una corriente eléctrica le recorriera toda la espina dorsal al rubio y entonces ella señaló en su dirección y un segundo después los reflectores le apuntaban.

Puso sus manos sobre sus ojos para que las luces no le lastimasen y lentamente se levantó de su asiento, era como si no estuviera presente y sus piernas se movieran solas, antes de que se diera cuenta ya estaba de la mano de aquella muchacha.

-me alegra que vinieras-le susurró mientras lo conducía donde al mago

Una vez frente a él, Naruto pudo escudriñar bien el rostro de aquel hombre que se hacía llamar “Fénix”, aquel rostro inmaculado y varonil simplemente eran preciosos además de aquellos orbes negros como la obsidiana  lo tenían simplemente atontado, aún más que las mujeres del principio.

-¿cuál es tu nombre valiente espectador?-preguntó Fénix

-Na…Naruto…

-bien Naruto, esto es muy sencillo-miró a su ayudante-cariño, ayuda por favor

La muchacha enseguida fue donde Naruto y le tapo los ojos con una venda lentamente como haciendo muchos ademanes solo para darle más gracia al acto.

-tranquilo ¿si? Mi hermano es el mejor mago de todos, no te dejará caer

-¿dejarme qué?

Pero ya no le escuchó más, en cambio sintió unas manos fuertes que lo sostenían de la cintura y lo pegaban al cuerpo del que Naruto pensaba que era el mago, en esa cercanía, el rubio pudo percibir a la perfección aquel perfume tan varonil y sensual que despedía el cuerpo de aquel hombre, era como una combinación de colonia cara y sudor.

Pero pronto todos esos pensamientos se fueron haciendo efímeros cuando Naruto empezó a sentir que el piso desaparecía y que las personas exclamaban asombradas y fascinadas pero para él era una sensación emocionante y aterradora, lo que lo llevó a sostenerse de la camisa de Fénix.

-no te dejaré caer-susurró este para Naruto-eres demasiado apuesto para eso

Y entonces Fénix desató rápidamente la venda en los ojos de Naruto y la dejó caer solo para revelar que estaban flotando muy alto. El estómago de Naruto se hizo pequeñito y se aferró más al mago, no fue capaz de gritar pero para su satisfacción, Fénix bajó lentamente hasta  volverlo a poner en el suelo y así el alma del rubio regresó a su cuerpo.

-un aplauso para Naruto-pidió el mago y el auditorio estalló en alaridos y aplausos

La muchacha ayudó a Naruto a salir del centro para que pudiera regresar a su lugar en donde estaba sentado y concluido el acto del mago, dio inicio el muy conocido acto de culminación cuando todos los artistas salen por última vez a dar las gracias para desaparecer tras la cortina principal del escenario.

Las personas empezaban a salir y Naruto iba con ellas, a la salida estaban algunos de los artistas despidiéndose del público y entre ellos estaba aquella preciosa muchacha que se despidió de Naruto con una enorme sonrisa pero los ojos de este buscaban al mago que no estaba ahí así que solo salió de ese lugar para ir a la parada del autobús que no tardó en pasar por ahí.

Iba con la cara pegada en la ventana, por su mente pasó de nueva cuenta aquella experiencia con Fénix, sus ojos y sobre todo su aroma penetrante y muy sensual. Por un momento se imaginó como sería su vida en el circo, podría viajar a muchas partes del mundo pero sobre todo, no tendría que volver a ver a su abuela.

Tal vez esa no era una idea tan loca, la vida de un cirquero parecía más prometedora que su vida actual y no le vendría mal un cambio de ambientes además así podría librarse de todos sus problemas y vivir como un nómada aunque lo que parecía más prometedor era aquel mago. No podía sacar de su mente aquellos enormes ojos y esa sonrisilla de superioridad.

Y entonces tuvo una especie de revelación. El autobús se detuvo abruptamente y el bajó casi como ausente, incluso entró a la casa por la puerta de atrás sin siquiera tener cuidado de no ser escuchado y para su desgracia se encontró a la Nana Gigi que no se guardó nada regañándolo de una manera escandalosa y terrible además de recibir un par de bofetadas que solo hicieron avivar aquel deseo que tenía de irse lejos.

Subió lo más rápido que sus piernas le permitieron a su habitación y se encerró en esta para meditar bien lo que estaba a punto de hacer. Tal vez esa había sido una señal del cosmos para avisarle que todo estaba a punto de cambiar para mejor.

Buscó debajo de su cama y sacó una vieja mochila para después abrir su armario y comenzar a meter en ella solo necesario, un poco de ropa y algo del dinero que había podido ahorrar en las últimas semanas y entonces se acostó en la cama para dormir un poco. El boleto decía que aquella sería la única función en la ciudad así que seguramente habrían comenzado a desmantelar todo después de haberse presentado, iría muy temprano en la mañana para poder ir a pedir trabajo aunque fuese solo para limpiar el excremento de aquel enorme perro.

 

 

-_

 

 

A duras penas y pudo pegar el ojo en toda la noche, estaba emocionado pensando en su añorada libertad pero estaba lleno de energía, tenía demasiada adrenalina dentro de su cuerpo y no podía esperar ni un solo momento más. Se puso de pie de un salto y recogió el reloj de su mesita de noche para ponérselo y darse cuenta que eran las cinco de la madrugada.

No podía simplemente salir por la puerta del frente, así solo haría que la Nana Gigi se diera cuenta más rápido que estaba tratando de irse. En el momento en que su mano se posó en el marco de la ventana una sensación de amargura le inundó el pecho.

Estaba dejando atrás mucho más que solo a Nana Gigi, había muchos chicos ahí ahora mismo que estaban a punto de sufrir lo mismo que él. Ahora se le presentaba la oportunidad de irse pero no estaba seguro si ellos tendrían la misma suerte, también estaban los momentos buenos que pasó en esa casa que aunque no eran muchos siempre estaban presentes.

También estaba todo lo que Nana Gigi le decía, el recordatorio inminente de que sus padres lo habían abandonado cuando él nació, todas esas noches llorando en silencio recordando lo miserable que era. Ya no podía esperar un segundo más así que simplemente salió por la ventana como lo había hecho la noche anterior y en cuanto estuvo fuera sintió un calor recorriéndolo entero.

Adrenalina, emoción, tristeza y sobre todo mucho miedo era lo que sentía en ese momento, su estómago era como una especie de caldo emocional burbujeando en su interior. Y nuevamente recordó esa sensación de despegarse del suelo, era como si aquella vista, aquel aroma se hubiesen grabado en su mente y en definitiva le gustaba revivir el sentimiento.

 

“No te dejaré caer, eres demasiado apuesto para eso”

 

La voz de Fénix lo hacía estremecerse y lo hacían convencerse de que estaba yendo al lugar correcto así que sin perder más tiempo fue hasta la parada del autobús. No sabía si era por estar tan emocionado y desesperado a la vez pero cada segundo que tenía que esperar eran como horas, además del frio crudo de la madrugada.

Después de lo que para él le parecieron horas, el autobús pasó y él se subió lo más rápido que pudo y se sentó en la parte trasera. Era difícil ocultar su emoción, jugaba con sus manos y movía los pies con insistencia y a esa hora el autobús iba completamente vacío además del frio que hacía en ese momento era como si su vida comenzara de nuevo.

Llegó al lugar indicado, caminó de nueva cuenta aquel camino que había recorrido la noche anterior y se asombró al darse cuenta de que ya habían desmantelado la carpa, aquellas personas trabajaban muy rápido. Miró el carro con los vagones y la jaula en donde aquel enorme can dormía plácidamente.

Se acercó más pero una especie de miedo irracional se apoderó de su cuerpo así que retrocedió solo para seguir viendo escondido como los artistas seguían ayudando a desmantelar todo, incluso reconoció a ese hombre que había sido capaz de doblegar a la enorme bestia en la jaula solo que ahora en lugar de los pantalones de cuero tenía puesto unos jeans rotos, sandalias y una camisa holgada.

-¡ayúdenme con esto!-bramó tratando de alzar una biga el solo

Y enseguida llegó un segundo ahí. El corazón de Naruto dio un vuelco cuando vio a aquel azabache aparecer de dentro del vagón principal. Su apariencia caballeresca era aún visible, seguía vistiendo como si fuera a actuar, incluso Naruto pudo imaginar de nueva cuenta su perfume y entonces la cara se le puso tan roja como un tomate.

-ya era hora

-¿celoso?-sonrió de medio lado-no te culpo, al público siempre le gusta la magia

-no me hagas enojar Uchiha

Por un momento Naruto creyó que eso iba a terminar en golpes pero para su sorpresa, el azabache le dedicó una mirada más amable a su compañero y después de una risilla sínica tomó el otro extremo de la viga y le ayudó a llevarla.

Entonces Naruto  ya no tuvo ni una sola duda, quería irse pero no solo así, sino que quería irse con él, con Fénix.

Pero hubo un sentimiento extraño, Naruto tuvo el presentimiento de que no lo dejarían irse con ellos si se acercaba así solamente. Pensó en algo rápidamente y después se dio cuenta de que tenía el camino totalmente despejado y que uno de los vagones estaba abierto, sería algo muy sencillo, solo se escondería ahí mismo, ya después tendría tiempo de explicar la intromisión pero por lo pronto eso sería lo más viable.

Tenía mucho miedo pero al mismo tiempo quería salir de ahí cuanto antes y más aún si Fénix estaba involucrado. No sabía por qué tenía tanto interés en él pero no podía dejar de hacerlo.

Miró a ambos lados antes de seguir adelante y cuando estuvo seguro de que nadie lo miraba corrió hasta el vagón abierto, parecía ser solo para utilería y material, encontró un escondite detrás de unas cajas y se cubrió con lo que parecía ser una lona solo para estar más seguro, cuando estuvo un poco más cómodo se quitó la mochila y la puso junto a él.

-¿Dónde pongo esto hermano mayor?

Aquella era la voz de la hermana del mago, Naruto podía recordarla casi tan bien como la de Fénix y el escucharla mencionar “hermano mayor” hizo que agudizara el oído, no estaba preocupado porque lo vieran, estaba seguro de su escondite así que solo guardo silencio.

-ponlo junto a las cajas-dijo aquella voz varonil que tanto le gustaba

-que lástima que tengamos que irnos tan rápido, esta ciudad es linda

-lo sé, la gente aquí también es linda-dijo con un tono sugerente

-¿hablas de Naruto?

Al escuchar su nombre, el rubio simplemente se quedó mudo, como si su corazón se hubiese detenido y no era para menos. Se tapó la boca solo por precaución, empezaba a sudar mucho y no era por el miedo de ser descubierto, sino que estaba escuchando a Fénix hablar de él con su hermana.

-supongo que si-contestó él

-era un chico interesante…

Y se hizo un silencio extraño, Naruto sintió que el corazón se le iba a la garganta, podía escuchar perfectamente el palpitar de este mismo en sus orejas.

-¿qué sucede Okami?

-es extraño hermano…-dijo más bajo-siento algo…

La muchacha caminó hacia el escondite de Naruto que escuchaba cada paso atentamente como si ella caminara en cámara lenta pero justo antes de que ella pudiera descubrirlo, algo pasó.

-¿qué hacen ustedes dos ahí escondidos?-dijo una tercera voz, parecía ser de alguien mayor pero se escuchaba parecida a la de Fénix- no se estarán escondiendo del trabajo ¿verdad?

-claro que no-contestó Fénix algo cortante

-lo lamento hermano mayor, Sasuke y yo ya íbamos

Y entonces los pasos desaparecieron poco a poco hasta dejar a Naruto solo de nueva cuenta. El rubio sintió que el alma le regresaba al cuerpo, nunca se había sentido tan angustiado como en ese instante, incluso los demás momentos cuando más personas entraban y salían dejando y guardando cosas.

Después de un par de horas ahí sentado, sintió que por fin se movían, una extraña felicidad invadió su cuerpo entero, incluso se acomodó mejor para prepararse para el viaje aunque no tenía idea de cuánto iba a durar.

Pudo escuchar mucho escándalo que venía de los vagones contiguos, sonrió de medio lado pensando en que tal vez él sería parte de aquella fiesta muy pronto pero sobre todo quería estar al lado de Fénix.

La vida de Naruto se limitaba solo en desgracias y eso incluía las decepciones amorosas, un par de veces había intentado salir con chicas lindas pero nunca eran lo que él esperaba. Mucho después descubrió que la razón por la que no podía sostener una relación normal con una muchacha era que le gustaban mucho los hombres.

Después de hacer ese curioso descubrimiento, comenzó a Salir con hombres pero ninguno era lo que él quería. Se relacionaba con hombres difíciles que lo único que hacían era usarlo, aún más que Nana Gigi, estos sujetos le daban una falsa sensación de felicidad, una chispa imaginaria que él confundía con lujuria.

Estaba cansado de la manipulación de Nana Gigi, de aquellos hombres que solo lo buscaban para divertirse con él pero sobre todo, estaba cansado de sentirse tan miserable.

Cerró los ojos y apoyó la cabeza sobre las cajas, pensaba que ese sería el principio de una gran y divertida aventura que era solo para él. Tal vez ese sería el principio de todo, las cosas mejorarían desde ese momento y de eso estaba seguro.

Sonrió para sí mismo con los ojos cerrados mientras seguía escuchando el escándalo que hacían los demás y la música estruendosa, sentía una emoción indescriptible pero al mismo tiempo la noche en vela comenzaba a pasar la factura así que no le tomó mucho trabajo poder quedarse dormido. 

Notas finales:

Bueno muchachos, lo prometido es deuda, aquí está el primer capítulo de este nuevo fanfic Circus of dust, espero que les haya gustado y que esperen emocionado el siguiente, sé que dos semanas es mucha espera pero se los prometo que va a valer la pena. 


Dejen comentarios por favor! y nos leems dentro de dos semanas!!


 


Cinderella.


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