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Vivir para contarlo. por niky-cham

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Notas del fanfic:

Nuevo Fic, que continua con mi antigua historia :)

Es algo que deje planteado hace tiempo en el epilogo de "Una gran verdad" y que bueno hoy (como lo prometido es deuda) vengo a cumplirles :3

Espero que les encante y me acompañen ;)

Notas del capitulo:

Espero que les encante el capi :3

Vivir para contarlo.

Capítulo 1: New life.

Bellos meses habían transcurrido desde el glorioso momento en que habían recibido la noticia, las cosas desde aquel día solo habían mejorado. Onodera tenia una salud espectacular en relación al año anterior, Masamune se llevaba muy bien con los padres del castaño y todos sus amigos eran conocedores de su relación y les apoyaban cuanto les era posible.

Era impresionante como un año se les había ido volando, apenas lograron ver el frenesí de sucesos frente a ellos, bueno en realidad eran once meses, quizás los once meses más felices de sus vidas. Todo había ido “viento en popa”, la verdad es que Onodera debía reintegrarse a trabajar en un lapso de tres meses, pero las cosas fueron de tal manera que en mucho menos de ese tiempo, estuvo de regreso con las letras.

“Cielo nocturno, las estrellas de la noche”. Con ese título había conseguido su preciado best seller, recibió aplausos y felicitaciones de todos tipos, y además de muchas personas diferentes. Varios creyeron que una vez realizada su meta, Ritsu se marcharía para tomar su flamante puesto en la editorial Onodera, sin embargo no fue así, el joven de largos y lacios  cabellos castaños, decidió quedarse con Marukawa, en gran parte porque eso era lo que él deseaba y como un pequeño extra, porque su jefe Isaka se lo había pedido encarecidamente.

En fin, esa era su grandiosa vida hasta el momento, fue fuerte y junto a su pareja supero las adversidades de una difícil enfermedad, ahora se encontraba feliz, su amor declarado se volvía cada vez más infinito, todo le era simplemente fantástico.

-¡Ricchan!- Escucho la exclamación tan pronto como se asomó por la puerta- ¡Hace tiempo que no te veía por aquí!- Kisa, tenía sus piernas sobre el escritorio, Emerald estaba impresionantemente ordenado y las paredes tenía un bello tono rosa pastel, “Inicio de ciclo” se dijo de inmediato, no había visto a Takano desde hacía tres semanas y para el mismo había sido un tiempo difícil, puesto que hace unos dias había comenzado la impresión de una novela a su cargo, cosa que fue realmente difícil de sacar adelante.

-Hola Kisa, lo sé, no vengo a visitarlos muy seguido, yo también estuve con mucho trabajo la semana pasada- Se excusó, mientras ingresaba con total seguridad en aquella oficina que hacia un tiempo fue su propio lugar de trabajo.

-¡Nosotros también! ¿Puedes creer que Mutou-sensei no entrego el manuscrito de este mes?- Soltó el chime emocionado, ahora que había pasado esa odisea.

-¿Enserio? ¿Qué hicieron? ¿Enviaron uno de respaldo?- Consulto todo de un solo golpe.

-No, no- Negó con la cabeza y las manos- Estamos esperando que Takano-san hoy haga una horrible reunión interna… - Suspiro triste- La verdad es que la impresión fue simple y llanamente suspendida, no habrá nuevo tomo hasta el próximo mes…

Los ojos de Ritsu se abrieron con impresión, Takano no le había contado nada de eso, pero seguro el como jefe ya estaría enterado, el hecho es que cuando llegara seguro rodarían algunas cabezas por hacer el trabajo de esa manera tan ineficiente.

Masamune se había marchado al extranjero, estuvo tres semanas de viaje, viendo algunos asuntos internos de la editorial y transando la venta de uno de los mangas que estaban a su cargo, una compañía de doramas pertenecientes a Korea del sur, estaban interesados en adaptar el manga, se suponía que aquel tramite solo tardaría dos semanas, pero todo se había atrasado y finalmente paso cerca de tres semanas en dicho país. Ahora debía regresar a encargarse de sus ineptos empleados…

-Masamune no tendrá piedad con ustedes- Soltó Ritsu, sus ojos observaban a Kisa con lastima, Mino estaba en su silla deprimido, y Hatori imprimía unas hojas, evitando oír la charla puesto que él tampoco estaba muy feliz de ser brutalmente regañado por Takano-san. El nuevo empleado simplemente no estaba.

-¿De verdad no has hablado con él? ¿No te ha dicho nada sobre nosotros?- Pregunto temeroso.

-Hemos preferido no comunicarnos mucho, las llamadas a larga distancia son costosas y el ya tienen suficiente con todo lo que ha llamado a Isaka-san para obtener su aprobación del proyecto- Converso Onodera.

-¿Entonces viniste a verlo porque no se han hablado en todo este tiempo?- Consulto Kisa sorprendido, la verdad es que eso parecía, Onodera se había presentado muy temprano en Emerald, como si esperara encontrarse con Takano en la oficina desde muy temprano, puesto que esa mañana arribaría su avión.

-Nada de eso- Corto rápidamente el castaño, las locas suposiciones del mayor- Estoy seguro de que esta fue una trampa de Isaka-san- Murmuro mirando hacia un lado- Hoy en la mañana esta carta- Apunto a sus manos- Estaba en mi escritorio, el caso es, que es para Masamune, así que aproveche que tengo algo de tiempo libre y la traje yo mismo…- Suspiro.

-¿Es así realmente?- La voz grave se había oído a sus espaldas, Kisa se tensó por completo, Onodera en cambio se mostró sorprendido cuando los labios de Takano se posaron sobre los suyos.

-¡Masamune!- Exclamo alejándose- ¡No hagas eso! Estamos en el trabajo- Regaño molesto.

-No entiendo porque reclamas, solo nos vio Kisa- Murmuro restándole importancia.

-¡Claro! Kisa y las cinco cámaras de seguridad de la oficina- Reprocho más enfadado aun- Toma tu carta, tonto inconsciente- Extendió el papel- ¡Tengo trabajo por hacer!- Exclamo retirándose, Masamune era más que molesto cuando lo deseaba.

El pelinegro solo recibió el papel entre sus manos, luego de aquello vio como Ritsu se marchaba. No se molestó en seguirlo, él también tenía trabajo pendiente luego de su prolongado viaje y sobre todo necesitaba resolver cierto asunto pendiente con sus subordinados.

-¡Kisa, reunión, ahora!- Exclamo apuntando hacia la sala donde siempre realizaban sus reuniones internas, el pelinegro se crispo de inmediato y miro a su jefe suplicante, Takano solo le lanzo una fría mirada y dejo la carta que le había llevado Onodera sobre la mesa… Aquella no sería una buena mañana para los trabajadores de Emerald.

Por su parte el castaño avanzaba frustrado y con pasos firmes hasta su oficina, allí se iban a la borda sus preciadas tres semanas de paz, es más, mientras caminaba su mente ya comenzaba a imaginar cómo sería el llegar a casa, seguro Takano le perseguiría por todo el departamento para que se pusieran cariñosos.

-¡No!- Exclamo a mitad de camino recibiendo la mirada de  varios curiosos, observo a su alrededor avergonzado y continuo caminando, esta vez con el rostro bajo y las mejillas ardientes.

-Onodera-kun, tu teléfono lleva sonando un buen rato- Uno de los empleado de la sección de literatura apunto el móvil  del castaño, de hecho aún estaba timbrando sobre la mesa.

-Gracias Yoriko- Menciono al tiempo que tomaba el teléfono. Se había marchado dejando su celular allí, pensó que sería una visita rápida a la oficina de su pareja y nada más.

Sus ojos se abrieron al comprobar de quien era la llamada, su madre solía ser insistente, pero le sorprendió ver en lista unas quince llamadas perdidas, sumadas a la actual, por lo que apresurado presiono el botón verde y escucho atento la voz molesta de su progenitora.

-¡Onodera Ritsu, llevo veinte minutos llamándote!- Exclamo ella, tan pronto como se contestó la llamada.

-Lo siento, estaba trabajando y… El teléfono se me quedo sobre el escritorio… ¿Qué querías mamá?- Consulto intentando cambiar de tema, antes de que la mujer comenzara con su largo regaño acerca de lo importante que es tener el teléfono móvil cerca en caso de emergencias….

-Que decepción, mi hijo tiene unos horribles modales, yo no te crie para que le hablaras a tu madre de esta manera- Volvió a regañarle.

-Perdón… ¿Cómo estas mamá? ¿Para qué me llamabas?- Repuso al instante, puesto que era la única forma de sacarse a su madre de encima.

-Muy bien Ritsu, tu padre también se encuentra de maravillas, llego la semana pasada de Estados Unidos y queremos invitarlos a ti y a Masamune a cenar este fin de semana- Hablo la mujer con tono encantador, dejando atrás aquellos gritos que le había lanzado antes.

-¿A cenar? Pero este fin de semana…- Susurro no muy convencido.

-Ritsu, tu padre y yo tenemos un tema serio que debemos discutir con ustedes- Su madre corto cualquier excusa en ese mismo momento.

Al castaño se le hacía fácil reconocer los caprichos de su madre, sin embargo en esos momento el tono era en exceso serio, supo inmediatamente que no era un capricho, ni una broma, debería asistir a dicha cena y arañarse de valor en el trayecto.

-Está bien, hablare con Masamune a la noche- Respondió sin complicaciones.

-Gracias hijo, te llamare mañana si hace falta…

La llamada se cortó y con eso Ritsu firmaba aquello que sería el comienzo de una gran locura…

Los dias pasaron con calma, Masamune para su sorpresa no le había perseguido, ni se había puesto muy cariñoso, el hecho de que llegara medio muerto a casa todos los dias era suficiente como para saber que aún estaba copado en trabajo, aun así había aceptado la cena de sus padres.

-¿Qué querrá hablar tu madre con nosotros?- Consulto el pelinegro. Llevaba conduciendo un buen tiempo y Ritsu no había hecho más que enredar los dedos y morder sus labios, obviamente no pasaba desapercibido su nerviosismo.

-No lo sé… Solo espero que no sea nada malo- Susurro.

La cena fue tranquila, sus padres les recibieron como si nada importante fuera a pasar, Ritsu bajo sus defensas y se relajó, pensando que quizás lo de su madre si había sido un capricho y de hecho periferia que fuera de esa forma.

-Vengan a la sala, vamos a ponernos cómodos un rato- El padre de Ritsu fue quien hablo, Guio a su hijo y a la pareja de este hasta el sofá más grande de la sala y los sentó allí para darles la importante información, su esposa le sostenía la mano junto a él.

-Hijo, con tu madre hemos ocultado esto durante mucho tiempo y desde hace años te hemos protegido en secreto- Suspiro.

Los ojos se Ritsu se paseaban nerviosos sobre la figura de su padre, Masamune también había actuado, tomaba la mano del castaño dándole ligeros apretones para que se calmara lentamente.

-Siempre pensamos que te casarías con Ann-chan y evitamos cuanto podíamos hablar de este tema, pero… Ahora que estas con Masamune lo más lógico es que ustedes tomen sus propias decisiones como la familia que son…

-¿de que estas hablando papá?- La voz del castaño sonaba ahogada, Masamune le sostenía la mano con aun más fuerza, dándole ánimos, él también se encontraba nervioso, después de todo lo pasado el año anterior no quería volver a oír malas noticias.

-Hijo tu puedes concebir…

Notas finales:

Lo se, empece lentito y derrepente boom, eso lo veremos la proxima semana :)

Cariñitos mios, dejen comentarios!


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