Conquering at Boss
Luhan era una afable persona, sociable y sobre todo, buen trabajador. Su anterior jefe le felicitaba todo el tiempo por la buena labor en todo lo que hacía y eso, por supuesto, hacia muy feliz a Luhan. El señor Oh cedió su puesto como el presidente de la compañía a su único heredero, Oh Sehun.
Luhan no sabe cómo ni por qué ocurrió pero simplemente pasó. Cuando sus ojos vieron la figura alta, de cuerpo bien formado, cabellos rubios cenizos, mirada seria, todo en Luhan se estremeció. Hubo una corriente eléctrica que hizo cálido y ardiente el lugar. Fue mucho-muchísimo peor o mejor–Luhan ya no lo sabía–cuando los ojos del recién llegado lo miraron; esos ojos penetraron a Luhan como una daga.
Cuando escuchó la presentación de ese joven, algo dentro de Luhan hizo clic y tomó forma. Claro, él es el hijo del señor Oh, mi nuevo jefe. Pensó Luhan para su propia desgracia. Lo que sea que Luhan había comenzado a sentir por Oh Sehun, desapareció–o eso intento–pero a lo largo de los días, semanas e incluso meses, Sehun lo trataba de diferente manera que los demás. Era un trato especial y único. Luhan maldijo su puñetera suerte porque carajo, se suponía que él no tendría que tener ese deseo irracional por su jefe pero diablos, él quería follar con su jefe.
—Luhan,-La voz de Sehun lo sacó de sus pensamientos —mi padre siempre habló bastante bien de ti y él por supuesto que tenía razón. Yo mismo lo he visto.
—Gracias, señor Oh.-Agradeció cortésmente. Las cejas de Sehun se levantaron en diversión.
—Te he dicho que me tutees, ¿no?-Luhan asintió —Pero no lo estás haciendo.
—Lo siento.-Luhan estaba más que nervioso, por supuesto. Nada en Luhan está bien cuando esta alrededor de Sehun, por Dios que no. Cuando la mano cálida de Sehun se posó en su pierna, Luhan casi chilla.
—No creo que esto lo haya dicho alguna vez mi padre pero tengo que decírtelo, Luhan.-El aludido asintió, confundido —Eres hermoso, mucho en realidad.-las mejillas de Luhan adquirieron un bonito color carmín que Sehun no pasó desapercibido. —Me encantaría follarte, Luhan.
Oh-mi-Dios, casi exclama Luhan pero la penetrante mirada de Sehun lo dejó mudo o tal vez fue eso de follar, Luhan ya no lo sabe pero está seguro que todo su puñetero autocontrol se fue al carajo. La otra mano de Sehun se elevó y acarició con parsimonia la tierna piel de su empleado, observándolo, admirando esa belleza inigualable.
De la caricia pasó al roce de nariz con nariz y luego llegó el beso. Lo que Luhan había deseo tanto o más que el propio Sehun o era al revés. Ya nadie sabía porque desde un principio había una tensión en ellos dos y que ahora mismo estaban dejándose llevar por sus pasiones más bajas.
El sexo con Sehun era genial, si, definitivamente. Luhan había quedado tan satisfecho después de las cinco corrida que había tenido y él creyó que podría tener algo con su jefe pero se equivocó. Un mes después, luego de todo lo que había pasado en la oficina de Sehun más de una vez, la misma persona que estuvo susurrándole cosas tiernas cada vez que tenían relaciones sexuales, llegaba tomado de la mano de un chico más bajito, de piel nívea, ojos grandes y expresivos, labios voluptuosos color rosa en forma de corazón cada que sonría y Luhan se odio, enserio que lo hizo.
No se sentía mal, en realidad. Follar con su jefe había sido la mejor experiencia de toda su vida pero lo que lamentaba es que Sehun, tan amable como aparentaba era un hijo de perra que se atrevía a engañar a su bonito y afable novio por él. Luhan no era una santa, por eso se encontraba odiándose. Aquí había dos salidas y tenía que decidir por una.
Salida número uno: Conquistar a su jefe. Salida número dos: Renunciar a su trabajo, donde ganaba suficiente dinero y morir. Bueno, no tenia opción, conquistaría a su jefe o, póngameles en términos más placenteros, le pondría un ultimátum. No sexo hasta que dejara de engañar a su novio. Dejaba a su novio o dejaba de follar con Luhan, esa eran las opciones que Sehun tenía.
Sehun perdió la cabeza cuando Luhan se lo dijo. Luhan casi podía oír el chillido de Sehun porque joder, habían estado follando alrededor de un mes y ambos lo habían dicho, el sexo era maravilloso. Luhan se alejó lo más que pudo de Sehun, cada vez que su jefe le llamaba desviaba las llamadas, en la oficina se dedicaba a su trabajo y cuando era la hora de salida huía como un cobarde. Bien, al menos el plan estaba funcionando porque Luhan seducía a Sehun y coqueteaba con Kim Minseok. El plan de conquistar a su jefe lo estaba llevando a algo, al menos. Luhan odio su vida una vez más al darse cuenta que egoístamente quería a Sehun para él porque le amaba, maldita sea que lo hacía.
Una noche, después de casi tres semanas sin estar con Sehun de manera íntima, pasó lo que no debía pasar. Sehun lo acorraló, sin darle oportunidad de escapar.
—Hey, debo irme.-Soltó con una tranquilidad que Luhan no sentía.
—No, tú no te vas.-Sentenció Sehun, con las cejas fruncidas —Has estado calentándome estas puñeteras tres semanas y sí, maldición, te he visto coquetear con Minseok y créeme Luhan, eso no me hizo muy feliz.
— ¿Qué más te da a ti?-Cuestionó Luhan —No soy de tu propiedad y por si lo has olvidado, tienes un novio.
—Ese es el maldito problema Luhan,-Comenzó Sehun, tratando de controlar su mal temperamento —traté de hablar contigo pero tú huías y coqueteabas con medio mundo cuando yo quería decirte que había terminado con Kyungsoo. Él tiene nuevo novio, es Jongin pero tú no querías oírme.
—Oh…-Luhan soltó, sorprendido ante la confesión.
—Maldita sea Luhan, te amo y tú me has hecho sufrir.-La sonrisa ladina de Sehun apareció, sorprendiendo más a Luhan y luego sintió los labios de su jefe en los suyos, devorándolo con desesperación y deseo. Luhan sonrió porque después de todo su plan había funcionado, todos estaban bien, él estaba enamorado y había conseguido un novio. Su jefe hacia buen rol de novio y jefe al mismo tiempo.