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Triste canción de amor por MILO YASHA

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Notas del fanfic:

Como comenté en Apnea, la idea es hacer una serie de relatos, los cuales describirán la relación compleja entre Milo, Saga y Kanon. En realidad éste fic lo escribí primero pero luego me gustó la idea y le hice una especie de precuela. Quizás puedan notarse a veces confusos o con muchos "baches" eso tiene una razón de ser: estas historias sólo son parte de un rompecabezas que se develara en sucesivos fics si Dios quiere. 

Comentarios adicionales: Los hechos no respetan cronológicamente los expuestos en la serie original para acomodarlos al relato. La visita de Sorrento al santuario se basa en lo expuesto en el manga.
Sobre los recursos utilizados: los diálogos entre "**" relata un sueño; "***" un recuerdo y "<<>>" un pensamiento.
Ultima cosa: quien quiera escuchar el tema que interpreta Milo para situarse en el clima de esa escena aquí se encuentrahttps://www.youtube.com/watch?v=1IxDV365Epo

“Ella existió solo en un sueño
y él es el poema que el poeta nunca escribió.
Y en la eternidad los dos
unieron sus almas para darle vida
a esta triste canción de amor.”
-‘Triste canción de amor´by La Renga-

 

**El sol despuntaba en el cielo y la brisa caliente acariciaba sus cabellos. Estaba de espaldas pero su figura era inconfundible. Un hombre lo observaba a lo lejos y sonrió al encontrarlo en el lugar que habían quedado, apresurando su paso para acortar la distancia que los separaba. Al oir sus pasos el jóven voltea y sonríe

-Te tardaste mucho Saga**

Era un día como cualquier otro, un día que comenzaba con un sueño repetitivamente odioso. No supo que lo alteró más, el jóven que no dejaba a su alma en paz o el nombre que los labios de su verdugo se esforzaba en pronunciar con vehemencia, admiración y tal vez amor…

Abrió sus ojos en el acto, últimamente despertar se había convertido en un mecanismo de defensa, una forma de desactivar una trampa que el mismo había creado hace tiempo atrás.

- Déjame en paz niño estúpido-apretó las sabanas como si representaran al causante de su dolor. Se levantó tan rápido como pudo y vistió su armadura. 
Caminó unos pasos hasta que pudo verse reflejado en el espejo, observándose por varios segundos.

-No soy Saga…-murmuró intentando tocar su reflejo-soy mejor que él y lo sabes…sólo que…

***-¿Qué haces?-exclama al descubrir la treta de su contrincante el cual se sobresalta al sentirse expuesto
-¡No es lo que parece!-dijo levantando las manos, cayendo los naipes que tenía escondido bajo su manga-¡Maldición!
-Estúpido niño-rió como hace años no lo hacía-No puedes mentirle al mejor jugador del santuario
-¿El mejor jugador o el más mentiroso Saga?-dijo levantando una ceja
-Es casi lo mismo Milo…-se levantó de la mesa y acortó la distancia entre ambos, colocando su mano en el hombro del más joven.-Cuando crezcas lo entenderás…***

Sacudió su cabeza para espantar los recuerdos que se acumulaban impertinentes en ella. Pronto se desataría una guerra santa y no podía perder el tiempo en insignificancias.

<< Me pregunto si estarás lo suficientemente grande como para haber entendido; prontó vendrán tus compañeros a rescatar a su diosa, a tu diosa y sea cual sea el resultado te enterarás de un par de cosas…>>

- Kanon, mi nombre es Kanon-mira con determinación  esos ojos esmeraldas que el espejo le devuelve, como queriendo ver que observaría Milo si algún día lo enfrentara-Dragón del mar…-sus dedos recorren la fria imagen-un traidor, el gemelo, malvado, todo menos Saga…

*** Corrió con todas sus fuerzas, estaba retrasado. Esta vez Saga tardó en dormirse más de lo esperado, tal vez ya se estaba acostumbrando al narcótico pero no era algo que analizaría en ese momento. 
-¡Milo!-levanta sus brazos para hacerse ver
-Saga, ¿estás seguro que es el lugar donde me mandó a llamar el patriarca?-se levanta de la roca que le sirvió de asiento
-No fue el patriarca, fui yo quien te citó aquí-sonríe al ver la confusión causada en el jóven santo
-Pero Sa..-no pudo terminar, unos labios se lo impidieron
-No me nombres…-dijo al separar sus bocas-hoy no quiero escuchar mi nombre…-lo abrazó apoyando su menton en la cabeza del escorpión. Apenas superaba el metro setenta pero seguramente crecería más en el futuro…si es que no lo mataban antes
-Me estás asustando…¿qué pasa?-empujó al mayor para poder separarse y verlo a los ojos
-Sé que mañana partes a las Cícladas y posiblemente…
-Mate o muera…-suspiró disgustado-que no sea buen jugador no quiere decir que no sea buen caballero-mira desafiante a su acompañante-ya soy un hombre caballero de géminis-levanta sus brazos tomando el rostro del mayor entre sus manos, obligándolo a mirarle a los ojos. De inmediato le aplica la restricción y le da un puñetazo haciéndo que caiga como un imponente árbol cuando es talado.
-¿Que demonios hiciste?-pregunta aún confuso mientras toma la mano que le ofrece el impertinente muchacho 
-Te demostré que estás hablando con un igual, caballero dorado-sonríe inocentemente, como lo haría el peor de los demonios a la hora de seducir a su víctima.
-Milo…yo… nunca dudé de eso-se abalanza sobre él, haciendo que se desestabilice y caiga sobre una columna roída-pero nunca serás mejor que yo engañando…-sonríe mientras se refleja en esos espejos turquesas para luego volver a besarlo. Tenía miedo que no regresara pero lo ocultaria, después de todo su relación se basaba en omisiones, ocultamientos y mentiras.

A lo lejos alguien observa la situación con cierto desagrado. Por fin descubría el secreto de su hermano ***

Mordió sus labios hasta que sangraron y el dolor lo trajo al presente nuevamente.

<<Si hubiera sabido como se darían las cosas jamás hubiera usurpado el nombre y la armadura de mi hermano. Saga, eres un maldito bastardo…>>

Con un hondo suspiro se aleja en dirección a la salida, tomando el casco que se calzará para que nadie pueda ver su rostro fácilmente. Recorre una decena de metros antes que una figura le haga detener en seco.

-Sorrento..
-No pude matarlos, Atenea intervino y…-dijo nervioso
-Eso no importa, aquí todo cambiará-sonríe macabramente-¿Averiguaste lo que te pedí?.
-Si pero aún no entiendo como Poseidón puede…
-¿Eres un dios? Porque si es así ve y contradice sus deseos… si te atreves
-No estoy tan loco como para eso-suspiró-El guardián de la octava casa se llama Milo, tiene entre 19 y 21 años,  fue uno de los brazos ejecutores del falso patriarca y es uno de los pocos que sobrevivió a la guerra desatada en el santuario ateniense, volviéndose aliado de la diosa… al parecer se le da fácil cambiar de bando...-encoje de hombros
-Y físicamente…¿cómo es?-interrumpió, nada de lo que le informaba le era nuevo y la descripción de su personalidad le parecía errada.
-Físicamente…-tomó su barbilla mientras lo recordaba-debe tener tu altura y una contextura similar, cabellos azules por debajo de los hombros, ojos claros, apuesto…supongo que por eso ganó el perdón de Atenea, después de todo la belleza puede más que la fuerza…
-¿Lo dices por experiencia propia general?- esa liviandad con la cual se refería a su único tesoro lo alteraba y no era lo único que lo hacía…su juventud le recordaba la de él,  su estatura, sus ojos, si bien no eran iguales, le recordaban a como cambiaban los de Milo cuando aplicaba su restricción. Mucho del insolente general se lo recordaba haciendo que lo deteste por ser una copia de bajísima calidad-No subestimes al caballero de escorpión, no por nada nuestro señor manda a preguntar por él-mira hacia el templo del mencionado, realmente era bueno actuando.
-No sé porqué le inquieta, él no vendrá-sonríe divertido-el capricho de nuestro señor tiene órdenes de no moverse del santuario-adopta el mismo comportamiento de Kanon
-Tarde o temprano vendrá…sino lo hace personalmente lo iré a buscar…-Dándose cuenta de su error voltea para ver a su acompañante
-…-
-Órdenes de Poseidon-sonríe-Vete muchacho, informaré a nuestro emperador que haz hecho un trabajo aceptable .
-Bien,  cualquier cosa estaré en mi pilar-dio la media vuelta y se fue

Lo vio retirarse, definitivamente tenía cosas que le recordaban a Milo y otras radicalmente diferentes que hacían que lo compare con él pero en definitiva lo detestaba por no dejar que lo entierre de una vez.

*** El viento llevó hacia sus oidos una hipnotizante melodía. No necesitaba saber quién era el hábil ejecutor de aquel instrumento ya que en el santuario había uno sólo que podía hacerlo

-Deberías estar entrenando caballero dorado-dijo en tono casi agresivo, sobresaltándolo
-¡Saga me has asustado!-se levanta de inmediato
-Y también pude haberte matado-sus ojos clavaron en los del menor con una agudeza mayor que las agujas que el  reprendido lanzaba 
-Cuando estoy en misión me cuido y estuve entrenando desde las cuatro de la mañana caballero de Gémins-su voz intentó sonar solemne pero lo que  a Kanon le sorprendió es que su voz había cambiado
-Tu voz…
-Cambió Saga , yo también me sorprendí porque Aioria habla penosamente y sin embargo yo no tuve transcisión-sonríe-Ahora puedo volver loco a ese gato con mi voz de hombre malo 
-Eres un ser despreciablemente suertudo Milo-se sienta en las gradas y le hace una seña para que lo imite-¿Qué era esa melodía que estabas tocando?
-Se llama triste canción de amor, ¿te gustó?
-Lo poco que escuché me agradó-dijo sin mirarlo, perdiéndose en el paisaje-aún me pregunto quién te enseñó a tocar tan bien, nadie en el santuario sabe…
-O eres muy modesto o me tomas el pelo, sabes que este vicio te lo debo Saga-al escuchar eso entendió que había cometido un error producto de su ignorancia, nunca vio una armónica en el tercer templo ni sabía de las habilidades musicales de su hermano. -Fue tu primer regalo, hace siete años…-extiende su mano ofreciéndosela-Enséñame esa canción que tocabas cuando yo era niño
-Milo yo no…yo…-palideció y negó con la cabeza-prometí no volver a tocar
-¿Cuándo y por qué? –dijo sorprendido
-No importa,  además no indago sobre todos tus secretos por lo cual te pido el mismo respeto por mi privacidad Milo -evitó mirarlo, fijando sus esmeraldas en el rocoso paisaje
-A veces no te entiendo…-comentó parte disgustado, parte confundido mientras se acomodó de tal forma que quedó de espaldas al mayor
-No intentes hacerlo porque ni yo me entiendo-dijo cambiando de posición y recostándose en el hombro del escorpiano-Por favor, tócala de nuevo, quiero oirla desde el principio-suplicó

Milo obedeció y por alguna razón a Kanon la canción le pareció más sublime y lastimosa que la primera vez. Quizás se debía a la nueva lección; Milo tampoco le pertenecía, su niñez era de Saga y su juventud…en parte también…

Sollozó en silencio, sin que el menor lo notara, después de todo, Milo no tenía la culpa. La culpa de todo era exclusivamente de su destino que lo había privado de todo. La culpa era de Saga por descubrir y traer al más jóven de los dorados al santuario hace ya ocho años. Era culpa de Saga por hacer crecer una admiración que luego no atendió pero también era su propia culpa por aprovechar la armadura y los sentimientos creados por su hermano para modelarlos y adaptarlos a sus necesidades y circunstancias. ***

Volvió a las realidad con un  dolor indescriptible en su pecho. Sabía que era cuestión de tiempo para que volviera a verlo y no descifraba si deseaba o no hacerlo… con Saga le habían dañado tanto…

<<<No puedo evitar sentir esperanza, desazón y miedo. Descubrirás toda la verdad, si es que ya no lo hiciste cuando Saori desenmascaró a Saga…>>

Comenzó a moverse, en dirección donde descansaba el alma de Poseidón. Pronto la guerra se iba a desarrollar en su territorio y tendría que preparar todo para salir victorioso.

<<Hermano…te fuiste sin explicarle tus actos, pero yo no podré seguir tus pasos>>

-Pronto nos volveremos a ver Milo, gane o pierda es un hecho que no puedo cambiar-mira la bóveda acuosa que se extiende sobre si.- Me volverás a encontrar como tu captor o como tu prisionero, lo que suceda primero…

El destino de los tres se había escrito tal vez desde su nacimento. Uno de los participantes ya hace meses abandonó el juego  que los dioses inclementes crearon para ellos. En ésta partida  se enfrentarán el mejor y el más tramposo pero, a diferencia de la mano jugada hace cinco años, Milo había aprendido el juego tal como se lo enseñó Saga, superándolo.

 Por primera vez Kanon sintió que no le bastaría con utilizar cartas marcadas.
Notas finales:

Espero que les haya gustado, muchas gracias por su lectura. Un abrazo y si Dios quiere nos estamos leyendo


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