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Chocolate. por luky_luze

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Notas del fanfic:

Hola, hola mina san

Les comparto este fic que desde hace mucho tiempo queria compartir con ustedes.

No se ustedes, pero yo amo a esta parejita tan linda y mona.

Notas del capitulo:

Buenas...

Les comparto este One-shot MotoKoga

No hay fics sobre esta dulce parejita y si las hay solo la ponen como complemento -me incluyo-

Asi que me dije a mi misma "Mi misma" escribe un fic sobre ellos.

Espero les guste.

A leer!!

Se consideraba un chico común y corriente. Un estudiante promedio, un chico que en cuestión de meses ingresaría a la universidad. Hasta cierto punto estaba feliz por eso, después de todo… asistiría a la misma universidad que el revoltoso que tiene por “traductor”.

Una sonrisa cálida se dibujó en sus facciones, aún faltaban unos meses para eso. Desvió su atención de la clase de inglés para ver como el chico con cara de gato se aburría en toda la extensión de la palabra. Sentía un poco de pena por él, pero Koga tenía la culpa por no intentar comprender un poco de lo que la profesora está hablando. Siempre ha sido así, difícilmente lograrían cambiarlo, ¿para qué hacerlo? Si para él era perfecto, su mejor amigo, su alma gemela… pero eso… el castaño no lo sabía.

Suspiro con resignación. Kaganei podía ser el único capaz de entenderle completamente, sin necesidad alguna para que el hablara. Pero para su desgracia… el chico gato no lograba ver más allá de lo común que siempre piensa, no lograba ver lo tan enamorado que estaba y que este tenía la culpa.

“Supongo que se le está contagiando lo despistado de Kagami” trataba de animarse a sí mismo. Puede que sea verdad o no, pero le preocupaba que su mejor amigo no se diera cuenta de sus sentimientos.

“¿Cómo lograr que mis sentimientos sean transmitidos correctamente?” pensaba y pensaba, pero por más que intentaba, no tenía algo claro para lograrlo. Hizo una lista mental de sus opciones más apropiadas para confesarse pero ninguna cumplía con sus objetivos “No soy bueno con las palabras… esto va a ser más difícil de lo que pensé” el sonido de la campana lo distrajo. Fin de clases, era tiempo del entrenamiento.

-Mitobe ¿vienes?- la voz de Koga le alegro oírla.

-…- el peli negro asintió, viendo fijamente al otro. Era un lindo gatito café, curioso y mimado, en especial por él. Lo consentía en todo lo que le pedía que hiciera, y aunque no lo pidiera, este le daba todo lo que deseara.

-Te note distraído en la clase de inglés ¿te paso algo?- el peli negro negó, caminando junto el más bajo “Esa es mi línea” pensó, pues era el castaño el que estaba aburrido, no el –se lo que piensas y… por supuesto que estaba aburrido. No entendí ni pio de lo que dijo la profesora. Estaba hablando de los verbos modales y termino hablando de nuestro futuro para nosotros los de tercero, es graciosa ¿no? Como mamá gallina preocupada por sus polluelos- se rio de su rara analogía, provocando que el otro sonriera tiernamente, ese chico era demasiado imaginativo e imperativo. Mitobe solo asintió, dándole la razón.

*************************************

El calentamiento pasó sin gran cosa, los chicos de primero, segundo y tercero entrenaban como si su vida se les fuera en eso –literalmente-. La castaña no tenía piedad sobre ellos, a pesar de que ganaron ya contra Rakuzan, no una sino dos veces consecutivas, ¿Qué era lo que le preocupaba a aquella chica?

-Mitobe-senpai ¿le pasa algo? No es normal que este sentado en plena práctica- la voz apacible del pequeño fantasma provoco que dejara de ver al castaño. El peli negro vio como el peli celeste se sentaba a su lado, mientras ambos veían a los demás entrenar.

-Se trata sobre Koganei-senpai ¿verdad?- volvió hablar, llamando la atención del más alto, el peli negro asintió -¿es malo lo que sucede con senpai?- el número 8 de Seirin negó sin apartar su mirada del peli celeste -¿se enojaron?- volvió a negar -¿entonces que pasa senpai?- se preocupó al ver tan serio a su senpai, más de lo normal.

El peli negro desvió su mirada del fantasma y ahora la enfocaba nuevamente en su mejor amigo, solo que esta vez le observaba detalladamente, siguiendo cada uno de sus movimientos. Algo que no pasó desapercibido el número 11 del equipo.

-A Mitobe-senpai le gusta Koganei-senpai ¿verdad?- el callado jugador con el número 8 se sorprendió al ser descubierto por Kuroko “¿Cómo es que se dio cuenta?”

–Fue bastante sencillo en mi opinión- le leyó el pensamiento el pequeño fantasma –Mitobe-senpai ve a Koganei-senpai como yo veo a Kagami-kun. Con ojos de amor- concluyo, ahora el peli celeste viendo fijamente a su novio que estaba practicando con Furihata y Kiyoshi unos tiros.

-¿Aún no se le ha declarado?- el peli negro negó, dándole al menor una mirada un poco desanimada –no tenga miedo senpai, estoy seguro de que será correspondido. Solo tiene que buscar una manera para que sea aceptado- ánimo el peli celeste. Hasta ese momento se dieron cuenta ambos que el fantasma era el segundo que medio comprendía a Mitobe. El principal era Koga.

“¿Cómo me declaro a mi mejor amigo sin que este se aparte de mi lado?” pensó, tratando de buscar algo viable y confiable para logar que sus sentimientos sean correspondidos por aquel gatito.

-Puede intentarlo hoy después de la práctica. Mañana es sábado y no tenemos que venir a la escuela. Podrían ir a la casa de Mitobe-senpai para aclarar sus sentimientos- el peli negro asintió, no lo había pensado pero puede que funcione.

“Gracias” su rostro reflejaba agradecimiento infinito al peli celeste, el cual solo le sonrió captando el mensaje del mayor.

**************************

Después de dos horas de duro entrenamiento, los chicos de Seirin comenzaban a retirarse. El peli negro fue testigo de cómo sombra y luz se iban del gimnasio tomados de las manos rumbo al Maji Burguer como todas las tardes después de la escuela y el entrenamiento, un momento intimo para los dos no era mala opción “Es bonito el amor, y lo es más si este es correspondido” se alegró por esos dos, eran tan iguales pero a la vez tan diferentes, así como Koga y el.

-Hacen una linda pareja ¿no crees?- pregunto Koga, saliendo de las duchas mientras era esperado afuera por el número 8. Este solo asintió, caminando a la par con el castaño que le veía con una linda sonrisa en el rostro “Tan tierno” pensó, perdiéndose un momento su mundo.

-Se lo que planeas y la respuesta es sí… me gustaría mucho ir a dormir a tu casa. Será como en los viejos tiempos ¿te acuerdas?- no terminaba por sorprenderse, pero estaba feliz porque el otro se auto invitó a ir a su casa, como hace mucho no lo hacía. El peli negro acepto, pero antes tenían que pasar por algo para cenar.

-Nee… Mitobe… ¿podrías prepararme tus famosos chocolates caseros? Es que tengo antojo de algo dulce pero con sabor a hogar y tú eres el único que cumple mis expectativas en cuento dulces se trata. Si por favor, ¡di que sí!, ¡di que sí!, ¡di que sí!- alboroto el de cara de gato, viendo con ojitos suplicantes al peli negro.

-…- Mitobe asintió, le ponía feliz que algo tan simple como lo eran esos chocolates lograban alborotar más a Koga. -¡Yupi!- festejo el castaño, saltando alrededor del otro que solo sonreía por ese chico –eres el mejor lo sabias- exclamo, sin dejar de saltar como niño pequeño que le dieron lo que más quería en su vida. Para cuando la emoción del momento termino, el peli negro revolvió los cabellos del castaño como el minino consentido que era para él “Si sigo así terminare por mal acostumbrarlo y volverlo caprichoso” pensó, sin dejar de revolver los cabellos del número 6, pero lo que el numero 8 no vio fue el leve sonrojo que el castaño tenia por culpa de las carisias del más alto.Le gustaba ser consentido, en especial si era por Rinnosuke.

Paso una hora para cuando ambos llegaron a la casa del azabache, mientras el castaño llamaba a su casa para informar que pasaría la noche en la casa de su mejor amigo, Mitobe se encargaba de preparar la cena y los chocolates que serían el postre para ambos chicos.

Sus padres habían salido de viaje junto con sus hermanos para visitar a sus abuelos maternos, algo realmente increíble de creer dado la cantidad que eran “Ahora entiendo porque me dejaron” pero estaba agradecido con sus padres, pues sino nunca hubiera tenido la oportunidad para poder confesarse a Koga.

-¿Quieres que te ayude con algo, Rino?- pregunto el castaño, asomándose por la cocina. El peli negro asintió, le indico que ayudara picando algunas verduras mientras el preparaba lo necesario para la realización de los chocolates que tanto amaba el castaño “Solo espero después no sentirme celoso de la comida que preparo”

-De verdad que tu si tienes talento para la cocina. Me gustaría un día de estos aprender de ti- comento el de cara de gato, parando un momento lo que estaba haciendo para ver al otro que también había dejado de hacer los chocolates y ahora le veía fijamente –gracias pero… fuera de ayudarte a picar verduras, no se hacer otra cosa en la cocina, la última vez que trate de hacer algo por poco quemo la cocina de mi madre- comenzó a reírse con nerviosismo mientras una gotita resbalaba de la cabeza del peli negro, eso no se lo había dicho.

El otro negó con la cabeza, estaba seguro que su amigo podría lograr lo que sea si se lo proponía -¿enserio lo crees?- pregunto el castaño, Mitobe asintió –me alegra saber eso viniendo de ti- sonrió feliz el minino, con entusiasmo terminando de hacer lo que el peli negro le pidió que hiciera.

La preparación de la cena termino tranquila, ya no había más problemas por parte del castaño, solo faltaba terminar de hacer los chocolates que amaba el castaño.

La cena transcurrió de manera pacífica y armoniosa, aunque en ocasiones hubo un pequeño silencio entre ambos, pero no era incómodo para ninguno, al contrario, eran silencios agradables, y fáciles de manejar para los dos. El peli negro se levantó de su lugar para ir a dejar y a lavar los trastes que se utilizaron siendo ayudado por Koga que se había ofrecido por los chocolates que el número 8 de Seirin le preparo especialmente para él, para después regresar ambos a disfrutar de los chocolates recién preparados acompañados de una taza de té de sakura caliente para el castaño y una taza de café no muy cargado para el peli negro en la cómoda y confortable mini sala de Mitobe.

-¡Amo tus chocolates, Mitobe!- exclamo feliz el castaño, perdiéndose en el maravilloso sabor de ese dulce derritiéndose en sus labios. El peli negro sonrió por la actitud infantil del número 6. Le gustaba consentirlo.

El número 8 se llevó un chocolate a la boca, no entendía porque tanto alboroto, para el eran chocolates cualquiera, no eran especiales en lo más mínimo –¡por supuesto que estos chocolates son especiales, Mitobe!- reclamo el de cara de gato, viendo intuitivamente al otro –estos los preparaste tú, para mi tienen un gran valor ¡no menosprecies tu trabajo!- el mayor se sorprendió por eso, era la primera vez que Koga decía algo así sobre lo que preparaba para comer.

-¿Sabes?- llamo la atención del otro –hay algo que amo más que estos chocolates- continuo, viendo fijamente al peli negro que tenía enfrente –aquello que amo más, eres tu Rinnosuke. Y si los amo, es porque los preparaste tu solo, con dedicación y cariño y yo valoro mucho eso, en especial si eso viene de ti- confeso el de cara de gato, sonrojado hasta las orejas, logrando avergonzar al otro.

No sabía que decir, bueno, no era como si nunca hubiera soñado escuchar esas palabras de la boca de su mejor amigo, pero esperaba que fuera él el que las dijera, no Koga.

-Olvida lo que dije ¿sí? No te lo tomes enserio- se decepciono el castaño al ver que el otro no le respondía por su reciente confesión –mira la hora, ya es tarde. Sera mejor que me vaya a dormir- dicho esto se levantó del sofá y casi salió corriendo del pequeño salón, estaba sonrojado, avergonzado y un poco herido además de que tenía unas infinitas ganas de llorar y de que se lo tragara la tierra.

Cuando estaba a punto de subir el segundo peldaño de las escaleras, su muñeca fue sujetada sin ser brusco por el peli negro que fue tras el tras haber asimilado la situación en la que se encontraba.

-Shinji…- era la primera vez que el castaño escuchaba su nombre en la voz del otro -…yo también te amo- quizá no era bueno con las palabras, pero podían existir excepciones ¿no?

El número 6 de Seirin al escuchar eso, se giró y se lanzó al peli negro que por poco no lograba atraparlo entre sus brazos, lo abrazo con fuerza y cariño, con temor de que le fueran a arrebatar al gatito que ahora tenía por novio. Lentamente el abrazo fue perdiendo fuerza y ahora ambos se veían directamente a los ojos, reflejando amor que ambos sentían por el otro. Fue Mitobe el que tomo la barbilla de Koga mientras iba acortando la distancia de sus labios del otro, para al final cerrar aquella confesión con un tierno beso, el primero de muchos juntos…

-Un dulce beso sabor a chocolate-

Notas finales:

Gracias por leer!!

Me gusto mucho escribir sobre estos dos, espero que a ustedes les haya gustado.

Tambien espero haber cumplico con sus espectativas.

Sin mas por el moemento, nos vemos en "Love in the Circus"

Hasta luego Mina

Un abrazo

Luky

 


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