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Los cambios son buenos, ¿no? por Jeffy

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Notas del capitulo:

Bueeeno cap nuevo :3 Siento hacer tardado en actualizar, estaba de exámenes, sin más, espero les guste >v<

------------(Sede Shinigami Londinense, En la mañana)----------

- ¡¡¡Es imposible!!!- dijo un novato mientras salía corriendo, su cara se mostraba extraña.

- ¡¿Qué ha pasado?!- gritó el otro.

- ¡¿A qué viene tanto griterío?!- preguntó William, que enseguida apartó al gentío, que había rodeado a Sutcliff, cómo no hacerlo, si es que de verdad era Stucliff, porque no lo parecía.

- ¡¿Grell?!- el gerente no podía dar crédito a lo que estaba viendo.

El pelirrojo se había cortado el pelo de forma raidical, ahora lo llevaba como en la academia, había quitado la cuerdecita de seguridad de sus gafas y llevaba puesto el traje oficial de los dioses de la muerte, incluso llevaba zapatos negros formales en lugar de sus usuales tacones. Para rematar, tenía cara de pocos amigos, a Wiiliam le dio un deja-vú.

- ¿Eh? Ah, eres tú, William, oye, ¿te importa quitarme a toda esta gente de encima? Son molestos y tengo cosas que hacer- le dijo de forma algo indiferente e incluso fría.

- ¿Qué?... ¡Eh, sí, claro!- ¡¿Quería trabajar?! ¡¡¡llamen a una ambulancia, se muere!!!- ¡¡¡¡Vuelvan todos inmediatamente a sus puestos de trabajo, a no ser, claro esté, que quieran hacer horas extra no remuneradas!!!- gritó rápidamente el gerente y en menos de un minuto en el pasillo no hacía ni un alma a parte de ellos dos.

- Pues eso, nos vemos- dijo Grell yéndose por su lado despreocupadamente.

- ¡Espera, Sutliff!- William agarró su manga y lo detuvo- ... Yo... De verdad lo- fue interrumpido rápidamente.

- ¿Qué pretendes, disculparte? Ju...- Grell tomó a Will de la corbata haciendo caso omiso del hecho de que el gerente era algo más alto que él- ni te molestes, William, tengo mejores cosas que hacer que jugar a las casitas contigo- le dijo empujándolo contra la pared y volviendo a sus quehaceres.

Spears quedó en un estado de ligero shock, levemente ruborizado y con el pulso acelerado, ¿de verdad era Sutcliff? Realmente algo había cambiado dentro de su caótica cabeza.

----------(Mansión Phantomhive, En la mañana)------------------------

- ...De modo que mañana será su examen de sistemas de ecuaciones vectoriales, un simple repaso de lo anterior, ¿de acuerdo, joven amo?- preguntó Sebastian a Ciel, pero este no le había hecho el menor caso, estaba dibujando en su cuaderno, al acercarse a ver, le entró miedo, solo había una enorme cantidad de gatos decapitados, dio un paso atrás y llamó la atención del conde golpeando en la pizarra tres veces.

- ¿Eh, qué?- el aristócrata no parecía haberle hecho el menor caso.

- Joven amo, le ruego atienda en la clase, por favor, le estaba anunciando el examen de mañana- Sebastian estaba entre tirarle una tiza a la cabeza enojado y asumir las consecuencias más tarde y salir corriendo a ver si sus gatitos estaban a salvo en su armario.

- Mira, Sebastian, como si quieres ponerme el examen ahora mismo, hoy no tengo ganas de dar clases, así que me voy- dijo dirigiéndose a su despacho, pero el de mirada carmesí lo detuvo, reteniéndolo contra la puerta.

- No, no se va- le contestó cruzando sus brillantes ojos demoníacos contra los zafiro del joven noble, y este le respondió con una mirada asesina, que si bien no lo mató, si que consiguió desconcertarlo.

- ¿Olvidas quién es el que da las órdenes aquí, Sebastian?- le preguntó con una voz ronca y amenazadora.

- N-no...- titubeó este, a eso no tenía nada de que decir, dado que, ese niño al que le sacaba una cabeza de altura no dejaba de ser su amo y señor.

- Eso está mejor, llévame un pedazo de pastel, tengo cosas que hacer- le ordenó marchándose ya.

- Yes, my lord- le tuteó con una obediente reverencia y se dirigió a hacer lo encomendado.

---------(Sede Shinigami Londinense, Mediodía, Punto de Vista de William)-------------

Ese comportamiento por parte de Grell... Es exactamente igual que cuando estábamos en el examen final en la academia, hará ya siglo y pico... Es impresionante el efecto que han causado en él una pocas palabras por mi parte, porque, ¿en verdad soy yo el culpable de esto? A pesar de que sé que hice mal, y que ahora debe odiarme, en parte me agrada ese repentino cambio por su parte, pero no sé el porqué, estoy nervioso solo con la proximidad a ese sujeto, que, para variar, ha entregado su trabajo a tiempo, pero, eso sí, causando problemas de nuevo, esta vez, de carácter violento, habiendo mandado a tres novatos a la enfermería, en este momento justamente, le han mandado a mi despacho, a dar explicaciones, y espero a que entre por la puerta... Mattaku... ¿Por qué el puslo acelerado?...

Sentí que llamó a la puerta y pegué un pequeño bote en mi asiento.

- A-adelante- cedí con la voz temblorosa, ¡cálmate Spears!, me ordené interiormente.

Grell entró y se sentó en la silla al otro lado de mi escritorio, apoyando los pies en la mesa tranquilamente, yo lo mato...

- ¡¡¡Grell, siéntate correctamente!!!- le ordené enojado.

- Ju, ¿y si no, qué?- me desafió mirándome con sorna y sobreestimándose.

- Si no, harás horas extra no remuneradas- le amenacé poniéndome a su nivel, no sé si hice bien.

- A ver si lo entiendo- se acercó a mí- ¿mi castigo por molestarte son más horas a tu lado para poder molestarte más?- se rió en mi cara- me gusta- concluyó con una afilada sonrisa y tomándome por el mentón.

- ¡¡¡Sutcliff, a tu sitio!!!- le ordené notanto mi rostro arder, ojalá me haga caso.

- No quiero- me dijo en tono burlón y melódico, mientras me sonreía con cierta malicia, y yo no tenía idea de dónde meterme, sintiento que ni en protección de testigos estaría a salvo de esa mirada verde-amarillenta que me estaba haciendo temblar.

- ¡¡¡He dicho que te sientes!!!- le repetí tratando de zafarme inútilmente de su agarre.

- ¿Y si no qué, William? ¿Me amenazarás con horas extra? ¡Vaya, qué miedo!- me dijo con sarcasmo mientras se acercaba más a mí- ambos sabemos de sobra que no tienes huevos a ponerme la mano encima, así que no te molestes en intentar hacerme creer lo contrario- eso me molestó, y me puse de pie, mirándolo desde arriba, cosa que, no solo no lo intimidó sino que pareció ser de su agrado, de alguna forma, siento que he caído en alguna especie de trampa, pero antes de que pudiera hacer nada, alguien más llamó a la puerta, interrumpiendo la disputa entre nosotros dos, que probablemente hubiera acabado siendo impartida a puñetazo limpio, infantilmente destruyendo lo poco que me quedaba de seriedad y formalidad tras algo como esto.

- ¿Se puede?- se trataba de Eric, y le dejé pasar, como Grell aún me tenía tomado por la corbata, se burló levemente, preguntando que si interrumpía algo.

- ¡Pues claro que no!- le grité yo nevioso, sin saber muy bien si tenía algún motivo para estarlo, él se sentó y nos contó la situación, habían pedido el traslado de Grell a Japón durante una semana, petición de Artorias, el superior a cargo de las sedes shinigami de Saitama y Tokio.

- ¿A Japón?- Grell rió levemente- ¡Me parece perfecto, así podré ver a Jeffrey, lo cierto es que lo echaba mucho de menos, se alegrará al verme de nuevo a su lado!- exclamó sonriendo con amplitud, ¡¿quién es ese tal Jeffrey?!

- ¿Entonces les digo que sí?- preguntó Eric.

- ¡Pues claro!- gritó Grell sonriendo de forma algo maliciosa.

- Bueno, pues voy a informar a los jefes del cosnejo- dijo y se fue inmediatamente, yo, permanecía atónito.

- ¡Oh, vamos, no te preocupes, que es solo una semana sin mí, sobrevivirás!- me dijo en el oído con soberbia, ¡¿pero cómo se atreve?!

- ¡¡¡No lo digas como si me importara!!!- le contesté totalmente ruborizado.

- Entonces, ¿por qué estás tan rojo?- dijo acariciándome suavemente el rostro.

- ¡¿Qu-qué?!- no supe bien cómo reaccionar, así que lo eché de mi despacho apoyándome en la puerta al cerrarla... ¿Quién es ese tal Jeffrey?... ¿Qué debo hacer?...

------------(Mansión Phantomhive, Mediodía)--------------


- ¿No le gusta el té, joven amo?- preguntó Sebastian a Ciel, que hoy se mostraba totalmente ausente.

- No, en absoluto- contestó tirándolo al suelo, dejando una enorme mancha en la alfombra.

- En tal caso, ¿prefiere tomar otra cosa?- preguntó el mayordomo negro limpiándola molesto, cuando Ciel le dio una patada en el costado, desplazándolo de su posición.

- Sí, hoy tomaré café, y, antes de que te tomes la libertad de preguntarme el porqué te he pateado, es simple, no te ordenñe limpiar nada, ahora, ¡ve!- le gritó y Sebastian obedeció rápidamente, sirviéndole el sofisticado café en una taza de alta calidad, el conde lo edulcoró y tomó un sorbo.

- Bueno, ¿qué le parece?- le preguntó el demonio algo cansado ya.

- Sebastian, acercaté- le ordenó con los ojos entrecerrados y expresión molesta.

Al hacerlo, Ciel le derramó el líquido ardiendo sobre la cabeza, y, aunque este no se quejó lo más mínimo, sí le dolió, obviamente.

- Eres un inútil, ve a limpiarte y vuelve con una taza de chocolate caliente, te doy un plazo de diez minutos- le ordenó Ciel quitándose el parche del ojo y leyendo "El Gato Negro", de Poe.

- Yes, my lord- Sebastian se marchó a su baño personal a asearse, arrepintiéndose interiormente del día en el que hizo en contrato con ese muchacho tan cruel, y pensando en cómo podría llevar las cosas por donde él quería.

Entre tanto, aldespacho llamó Meyrin, que había presenciado la escena.

- Etto... Joven amo, ¿puedo pasar?- pidió la doncella, y Ciel le dio permiso.

- ¿Qué pasa?- preguntó el aristócrata sin quitar los ojos del periódico.

- Pues... Verá... Hay un motivo para que Sebastian esté algo menos eficiente...- comenzó a explicar la sirvienta, Ciel abrió los ojos, realmente no esperaba que hubiera un motivo.

- ¡Dímelo, es una orden!- le gritó aporreando levemente la mesa, con el ceño funcido.

- Ve-verá, hace dos noches, un grupo de demonios vinieron a asaltar la mansión en la madrugada, eran muchos y Sebastian tu-tuvo que entrar en batalla con ellos, y-y, restultó gravemente herido en la espalda y...- SU-SUMIMASEN- la sirvienta salió corriendo extrañamente, dejando al aristócrata sorprendido.

- Entonces... ¿acabo de abrasarle la herida?...- Ciel salió corriendo a donde debía estar Sebastian, y se lo entontró en el baño tratando de desinfectarse la herida, viniendo de otros demonios, pudo hacer muerto, y si no era sanada, podría ir a peor. Tan cansado estaba el mayordomo que no notó que su amo lo observaba al otro lado de la entreabierta puerta del baño.

Ciel abrió los ojos por la sorpresa al ver la herida, le atravesaba toda la espalda, y estaba abierta completamente, debido al café hirviendo, sangraba en abundancia.

El conde entró y se acercó a él, ahora pudo notar su presencia.

- ¡¿Joven amo, qué hace aquí?! ¡¿Excedía el tiempo límite?!- preguntó nervioso mirando el reloj.

- ¡No es eso, imbécil, túmbate boca abajo en el suelo!- le ordenó.

- ¡Pero!-fue interrumpido.

- ¡ES UNA ORDEN!- espetó el joven aristócrata y Sebastian obedeció.

Ciel abrió el armarito tras el espejo y comenzó a limpiar su herida, sonriendo levemente al escuchar las quejas del mayordomo.

- Vamos, no seas crío- le dijo con una media sonrisa convaleciente.

- Lo siento, escuece...- dijo algo avergonzado- pero, no está bien que usted haga eso...- recordó el demonio aguantando el dolor con los ojos fuertemente cerrados- ¿por qué me ayuda?- le preguntó extrañado.

- ¡Bu-bueno, es obvio que en estas condiciones eres un completo inútil, así que no me ha quedado otra!- se excusó Ciel ruborizado sacando unas vendas- Sebastian, ponte a cuatro patas- le ordenó.

- ¡¿Qué?- la mente madura del mayordomo malinterptedó esto y sus mejillas se tornaron como su poderosa mirada, carmesí.

- ¿Cómo quieres que te vende tumbado en el suelo?- le preguntó el conde- ¿te golpearón tambiñen en la cabeza o qué?- el aristócrata suspiró molesto.

- Ah... Claro- dijo Sebastian obedeciendo mientras se maldecía interiormente por tener una mente tan pervertida.

Ciel lo vendó lenta y cuidadosamente, dando un prueba de que atendió en la clase de primeros auxilios que le impartió Sebastian años atrás cuando resultó herido en el "accidente" del Carpatia.

- Bueno, ahora, ponte de pie y vuelve al trabajo, no creas que te voy a dejar hacer el vago sólo por esto- le ordenó Ciel algo ruborizado aún dirigiéndose a su despacho.

- Yes, my lord- obedeció Sebastian sonriendo levemente.
Notas finales:

Espero que os haya gustado jejej :3

No olviden dejarme un comentario con su opinión subjetiva u objetiva, ¿sí? >//////<

Pd: Los comentarios me curan una enfermedad llamada "chantaje", que me impide escribir lemon ewe

Mi face: @JeffreySutcliff 

Y no olviden que atiendo pedidos de fics y one-shot, ah. y una cosita, no tengo idea de si hacer a Ciel seme o uke, porque por mi parte, no me lo imagino uke TwT

Onegai, denme su opinión respecto a esto y motivos para que sea seme o uke *se debate interiormente*

Gracias por su apoyo y comentarios, se despide Jeffy, bye-bii 

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