Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un ángel enamorado. por aurora_la_maga

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Un ángel enamorado o City Of Angels, es una película de 1998 basada en otra película Alemana, llamada CIELO SOBRE BERLIN 1987 (Wings of Desire) en la cual la primera se relata la experiencia de un ángel que se enamora de una doctora… Aunque en la versión original, relata la historia de dos Ángeles que desean experimentar lo que es ser un humano y más…

 

Este fic está basado en la película que protagonizan, Meg Ryan y Nicolas Cages… seguiré la trama de la historia, con muchos detalles míos no se preocupen por las que no gustan de adaptaciones n_n

Notas del capitulo:

A las curiosas que vieron la película al leer el primer capítulo quiero decirles que si… así será el final.


Sin más aquí el dismailer…


Estos personajes no me pertenecen son de exclusiva autoridad de HINAKO TAKANAGA y la película CITY of ANGELS, PERTENECE A Regancy studios y Warner Bross, con esto no quiero decir que he plagiado el libro o el libreto… Solo he tomado la trama para hacer algo para las que gustan de esta pareja.


Espero les agrade e imaginen a esos dos así como los coloco, besos y abrazos a todas.


 


En lo personal amo esa película yay!!! Es mi pasión la he visto muchas veces en el cine jajaja xD y  me la descargue hace poco y no se me entro la loquera bueno, nos vemos y sorry a las amantes de la ortografía esta vez no se lo pase a mi Beta porque no quería sofocarla en el día del amor y la amistad >D así que si lo leí bien n_n cuidaos mucho espero sea de su agrado chaito.


 

Un Ángel Enamorado.

By:

Aurora la maga.

 

 

“Generalmente yo nunca rezo… desde que la mayoría de mi familia murió… no lo hago; pero…”

Caminaba de un lado a otro en la fría y triste habitación, su hermana la única persona que estaba a su lado en este mundo se estaba desvaneciendo, la chica de cabellos cafés y ojos color miel admiraba la aflicción y dolor de su hermano mayor, además observaba con atención a un hombre en la habitación, traía prendas negras y los cabellos azul oscuros revueltos apenas  y cubrían parte de su frente y esos ojos color verde, los cuales le observaban con devoción dándole una paz a todo su dolor.  Cerraba de vez en cuando los ojos y susurraba con voz apagada.-Nii-san… Hay… Hay un hombre en la habitación.- Elevaba su mano la cual el sujetaba y con lágrimas le observaba de manera angustiosa, su pecho se apretó al ver el termómetro que sacaba de la boca de su hermana, él apenas tenía 17 años no sabía qué hacer. Era como un padre para su  hermana, pues desde hace dos años atrás, su padre y hermano habían fallecido en un fatal accidente, y al nacer la joven en la cama, su madre murió presa de un cáncer que le carcomió la vida. Solo la tenía a ella y llorando afligido susurro.

-Kanako… ¿De qué hablas?-Estaba asustado eso solo significaba que ella estaba delirando, ladeaba su rostro a todos lados en la habitación y no ubicaba nada ni a nadie.

-Nii-san, te-tengo frio.-

-Es porque tienes fiebre.- Dijo, ignorando lo que su hermana había visto, pero si sentía esa presencia que antes había percibido con el fallecimiento de su madre… tomo el termómetro en su mano el cual dictaba 40 y medio grados, era demasiado, no tenía conocimientos de medicina y el doctor, parecía haberse atrasado, no podía aguantarlo más y enseguida pensó algo que le podría ayudar.- Kanako.- Le llamo con voz rota y angustiosa, la elevo en su brazos y la llevo al cuarto de baño, en el cual la sumergió en la helada agua a lo que la niña grito violenta.

-NII-SAN ESTA FRIA.- El chico se impactó y grito.

-¡KANAKO!- La niña se desmayó su cuerpo no soporto el agua fría, se puso de pie con rapidez, retiro la ropa mojada de su hermana de tan solo 9 años y envistió con una pijama de franela suave y caliente, corrió de prisa por el pasillo del multi familiar en el que vivía, hasta llegar a donde una vecina…-¡MATSUDA-SAN!-Grito tocando la puerta con demencia y desesperación con su hermana en brazos.

-Souichi-san, ¿Qué sucede?-

-Kanako, Kanako esta…- Grito con lágrimas en todos su rostro, la ambulancia llego después de unos minutos, y el mientras recorrían la calle al hospital gritaba en sus pensamientos.-“Por favor, no lo hagas, no me arrebates a mi hermana, no de nuevo no….-“

Ya en el hospital.

La camilla recorría el pasillo, los paramédicos indicaban que la situación era grave, mientras ella solo podía ver la silueta de aquel hombre que caminaba a su lado con esa misma cara de tranquilidad y armonía, ella solo sonrió y cuestiono con voz casi audible.-¿No tienes frio?- El negó y noto como la sometían a la sala en donde, le colocaban intravenosas y tomaban su pulso, Souichi su hermano estaba en la sala de emergencias, sostenía el peluche favorita de ella aferrado en sus manos y lo presionaba al pecho, cuando de pronto escucho.

-¡NO TIENE PULSO!- Soltó el muñeco el cual pareció caer lentamente, aquel hombre, que se había quedado afuera y admiraba por la ventana del pasillo susurraba.

-¿Ya estas lista?- Ladeo su rostro muy despacio a su lado izquierdo,Kanako ya estaba a su lado, mientras ella misma se observaba en la sala, como los doctores trataban de reanimarla, la joven de cabellos castaños observo hacia arriba en donde el hombre de cabellos azules oscuros y desordenados  le admiraba y extendía su mano para sujetarla.

-¿Eres Dios?- Cuestiono infantil la niña a lo que él negó y entonces cuestiono.-¿Cómo te llamas?-

-Mi nombre es Tetsuhiro.- Respondió con calma y voz grave pero suave como si fuera un susurro de viento primaveral, analizaba las acciones y las expresiones en la ojo miel quien observaba a su hermano llorar desconsoladamente dentro de la sala.

-¿Puede venir mi Nii-san?-

-No…- Respondió con voz suave y calma.

-Pero… ¿Lo entenderá, comprenderá que me vaya a donde mamá, Papá y Tomoe-nii-san?- Tetsuhiro asentía al tiempo que decía.

-Lo hará… algún día.- Emprendieron el viaje por el pasillo y susurraba la pequeña.

-¿Iré al cielo?-

-Hai…- Susurro con calma, para desaparecer por el pasillo en una enorme luz…

 

 

*~~~~++++++~~~~*

 

 

Caminaba despacio sobre la arena de la playa, admirando el amanecer que se suscitaría en unos minutos, a su lado un hombre de cabellos castaños se unió, al igual que de la nada reaparecieron varios más con las mismas vestimentas un chaquetón negro pan atoles negros, zapatos negros y camisas negras, despacio él se movilizaba mientras a su lado aquel susurraba.-¿Y cómo te fue, en tu primera vez?-

-Fue… extraño, ver la expresión de alguien que sufre por la muerte.-

-Tetsuhiro… ese es el fin de todos los seres humanos.-

-¿Alguna vez fuimos humanos Kunihiro?-

-No… fuimos creados por él, para ser diferente a esos seres, ayudarles y a guiarlos en lo que se puede.-

-Me da mucha tristeza, era tan pequeña.-

-Cuando tu destino está marcado y el cuerpo falla, no hay manera de que puedas cambiar lo que sucederá ten eso en mente.- El castaño ahora admiraba al fondo en donde ya podía ver a sus compañeros reunidos mientras Tetsuhiro agregaba.

-Ella, me pregunto ¿Si podía ser un ángel?-

-¿Y qué le dijiste?-

-Que… no.-

-Hiciste bien y ¿Cómo reacciono?-

-Mal, decía que quería cuidar a su hermano mayor y resguardarlo con sus alas como las mías.-

-¿Alas?-

-Si…- Susurro cabizbajo.-Le dije que le haría unas de papel y se la pensó… me dijo…. ¿De qué sirve tener alas, si no puedes volar o sentir el viento en tu rostro?- Kunihiro y Tetsuhiro se silenciaron al sentir el calor del sol mañanero golpearles su rostro, al menos esa sensación si podían sentirla, era increíblemente pacifica….

 

*~~~~++++++~~~~*

 

 

13 Años después…Cuidad de Los Ángeles, Estados Unidos…

 

Caminaban por los tejados, admirando todo desde las alturas, ellos eran ángeles que podían verlo todo, estaban ahí esperando para ir a ayudarte y hacerte sentir fuerte o por lo menos sobre llevar el dolor que la vida nos deja, Tetsuhiro era uno de ellos, un ángel que ayudaba a quien lo necesitaba, con un solo roce de sus dedos él podía curar o por lo menos aliviar tu dolor.

Se encontraba arriba de un anuncio en la calle, de la ciudad de los Ángeles, él y su mejor amigo y compañero Kunihiro susurraban.-Entonces, le pregunte qué era lo que más le gustaba.-

-¿Y qué te dijo?- Cuestiono intrigado el ángel de cabellos castaño.

-Me respondió, que lo que más le gusto de toda su vida era las pijamas.- Kunihiro emitió una sonrisa y susurro.

-¿Pijamas?-

-Si…- Respondió con tranquilidad.

-Vaya, los americanos son muy diferentes a los Japoneses ¿no es verdad?-

-Si…- Respondió Tetsuhiro admirando aquella ciudad imponente y tremendamente agitada.-¿Hicimos bien en venir a este sitio?-

-Bueno después de tanto tiempo en Japón, creo que es una idea mejor, aquí se necesita más de nosotros.- Sonrió Kunihiro a lo que el susurro.

-Alguna vez, te has preguntado, ¿Qué se sentiría si uno de ellos te tocara?- El castaño le observo confuso.

-¿Tocarme, los humanos?-

-Si…-

-No, ¿A qué se debe tu pregunta Tetsuhiro?- El mencionado dejo de ver al castaño y con una sonrisa pacifica respondió.

-A nada, perdona, soné extraño.-Kunihiro susurro.

-No necesitan vernos ni tocarnos, somos ángeles, no somos humanos… ellos, no lo entenderían.- Susurro el castaño observando al paisaje urbano, para ponerse en pie y estirarse.- Bueno debemos seguir con nuestro trabajo se acabó la hora de descanso, sonrió.- Prométeme que te portaras bien o te reportare.-

-Pareces un dictador.-Susurro con calma el peli azul oscuro, observando como él se desvanecía.

En su cabeza solo estaba esa idea.

Pues había observado a una pareja en un elevador, por décadas y siglos el no comprendía lo que era el beso el roce de los dedos de otra persona, no sabía que era ser un ser humano, ni siquiera comía o padecía apetito, ellos solo estaban ahí, sin sentir nada de eso, y la razón por la que no padecían hambre era, que ellos no conocían el sabor de la comida; hablaban diferentes idiomas e iban de país en país, viajaban por todo el mundo y conocían a cada persona, escuchaban los pensamientos como si fueran susurros en el viento.

Eran los enviados de Dios que se encargaban de ayudarle aunque sea un poco en su ardua labor, controlar a millones y millones de seres humanos a veces no es tarea fácil para una sola entidad. Suspiro hondo y se preparó, se alisto para ir a su próxima misión, el hospital de la ciudad.

 

*~~~~++++++~~~~*

 

Entre las calles de la ciudad, un joven de cabellera larga y plateada se sometía entre los carros, esquivando el peligro, pedaleaba con entera experiencia, no había pasado todos esos años en esa ciudad por nada, él se evitaba el usar los metros y los autos, porque no era lo suyo, disfrutaba el viento golpear su rostro, los ruidos de la calle la banalidad que se esparcía por todos lados. Su vida había sido dura, había perdido a toda su familia y el para luchar en contra de la fuerzas divina que arrebataron a sus seres queridos decidió estudiar medicina, era el mejor cardiólogo de toda la ciudad, a sus 30 años ya tenía mucha fama, era el mejor. Nadie había muerto en su mesa desde que inició su camino como cirujano. Con prisa se introducía a la parte trasera del hospital de la ciudad, su localizador no dejaba de sonar y de vibrar había una emergencia que el atendería. Dejo muy bien atada su bicicleta y corrió por los pasillos, para apurarse a llegar a los casilleros de los doctores, en donde rápidamente se quitó la camisa y su pantalones deportivos, los guantes para andar en bicicleta y ato muy bien su cabello en una cola mientras se colocaba las vestimentas de cirujano, un traje celeste, sin chiste, con prisa se movilizo admirando su localizador el cual decía.

Dr. Junya: Ve al cuarto de cardiología.

Junto sus cejas y llego con calma al lugar en donde dijo con voz un poco grave y seria.-Oi, te he dicho que no me mandes mensajes a mi localizador si no son emergencias.

El medico que había citado al peli largo se giró en su puesto y susurro.-Esta es una emergencia.- Souichi arrugo las cejas y se acercó directamente a su lado, observaban la pantalla de Radiología y rápidamente cuestionaba.

-¿Cuál es su historia?-

-¡Oh si, Hola, Masaki! ¿Cómo estás? Escucharte saludar sería muy lindo de tu parte Souichi-san.- Saludo un rubio con entero interés admirando el rostro del que apenas llegaba, le observaba con entero amor o quizás devoción y a la vez discreción pues estaban en un lugar de trabajo, ya se conocía que Souichi era el soltero más codiciado, pero también se rumoraba que no le gustaban para nada las mujeres, ¿Había alguna razón? La verdad no se sabía, más bien Souichi evitaba a toda costa formalizar una relación, lo suyo era su profesión y sus pacientes; pero a Masaki no le iba detener eso, él estaba dispuesto a serle sincero de alguna manera debería de ganarse su corazón y esa noche se lo pediría.-Este paciente sufrió una arritmia cardiaca, estaba en su casa y se calló, los paramédicos lo reanimaron y bueno su cardiograma no me agrada para nada.- Souichi, había ignorado el comentario anterior del Junya, admiraba con los ojos serios aquella imagen congelándola y susurrando.

-Mmm.- Elevo su mano a su barbilla y susurro, apuntando con su dedo índice en la pantalla.- Ese catéter parece estar obstruido.- Suspiro hondo y enfureció.-Y no es el único catéter obstruido.- Detuvo la imagen de las venas en la pantalla.- Mira, toda esta zona esta obstruida… ¿Quién fue el que coloco estos catéter?-

-Al parecer fue un recién graduado.-

-Espero que el daño en la arteria nos sea permanente, esos estúpidos.-

-Tranquilo Souichi, son practicantes como lo fuiste tú y yo.-

-Si claro, pero ¿Permitir que suceda esto? Espero el comité lo revise.-

-Si yo también.- Respondió observando ahora con interés su rostro perfilado, era hermoso sus ojos miel su nariz su perfil su voz todo era tan lindo en ese platinado que lo traía loco.

-¿Ya lo están preparando?-

-Está todo listo.- El rubio asintió y agrego.- Tu equipo está listo para comenzar.-

-Bien.- Dijo ahora movilizándose para irse cuando a preparar.

-¡Oh Souichi!, el paciente quiere conocerte primero.-El mencionado asintió y con prisa, fue a la sala de operaciones en donde se puso una careta y entro a observar al hombre que operaria, el impacto fue tremendo en el Tatsumi, al notar que ese rostro era idéntico al de su fallecido padre, trago grueso y susurro.

-Soy el Doctor Tatsumi, seré su cirujano.- Susurro con voz apagada a lo que el paciente a efecto de la anestesia no pudo decirle nada… el solo vio blanco.

Ya se había iniciado la operación, todo estaba saliendo muy bien mientras él hacia lo suyo susurraba.- Esto es un desastre, ¿Cómo es que este hombre está vivo aun?- Masaki siendo su ayudante susurraba, mientras succionaba la sangre y el agua de los tubos esterilizantes para que nada se infectara, pues tenían abierto su pecho.

-Pues es un milagro.-Souichi detuvo todo movimiento y susurro.

-Los milagros no existen, esto solo es suerte.- Expuso de forma seria, admiro a su alrededor a sus colegas y enfermeros expuso.- ¿Podrías poner un poco e música por favor?- Uno de ellos se movió y enseguida la tonada comenzó a darse.- Perfecto, un catéter perfecto.- Susurro con calma y observando el rostro de su paciente.

En la habitación, Tetsuhiro se presentó, se movía con calma entre los doctores, los cuales ya estaban cerrando el pecho en el paciente, todo estaba terminando, Souichi susurraba.- Muchas gracias por su esfuerzo, ya hemos terminado.- Se dirigió a la puerta que daba a los lavamanos y tomaba el teléfono para informar que todo había salido bien a la doctora de guardia cuando de pronto.

Tetsuhiro se acercaba al paciente y tocaba su pecho, para susurrar.

-Lo lamento pero debes venir conmigo.-

Los enfermeros e incluso Masaki escucharon la alarma comenzar a sonar, uno de ellos expuso con voz elevada.- Tiene tabicaría.- De prisa el anestesista que había retirado la guía, se apuraba para colocarle de nuevo puesto que supuso que el Tatsumi abriría de nuevo, rápidamente Masaki se apuró a llegar al hombre mientras una enfermera corría a donde estaba el pelos largos. Souichi estaba al teléfono cuando escucho el grito.

-¡DOCTOR TATSUMI!- El regreso de prisa, noto como Masaki le daba masajes en el pecho y cuestionaba con las manos puestas en sus caderas.

-¿Aplicaron endocrina?-, observando atento lo que el rubio hacía con tanto esmero.

-Sí, 500mg.- Masaki seguía masajeando y las alarmas seguían sonando.-Voy a darle electro choques.

-¡APAGA ESA MALDITA ALARMA!- Grito furioso el platinado.-Dale 30.-

-Ok.- Masaki preparaba las paletas y se escuchaba el sonido de estas al cargarse con electricidad.- Despejen.- Dio tres toques elevando la potencia pero nada, seguía igual, entonces Souichi grito.

- ¡NO ESTA FUNCIONANDO!- Para que una enfermera le colocara una bata de papel y gritara.- VOY A ABRIRLO DE NUEVO.- Se movieron con prisa, tanto Souichi como el anestesiólogo,  el hacia el corte con el bisturí y Masaki y otro enfermero colocaban los fórceps para abrir el Tórax mientras Souichi gritaba.- Paletas, cargadas a 20 amperios.-

-Si.- Gritaba, el coordinador de la máquina de electrochoques, mientras la enfermera daba unos palos con puntas de metal redondos de al menos unos 10 centímetros de diámetro, el ojo miel coloco las paletas en el corazón que estaba perdiendo la batalla.

-¡No está funcionando!- Grito, para apartar las paletas y con prisa comenzó a masajear el corazón en sus manos, para elevar su ritmo y hacerle reaccionar el reflejo de palpito una y otra vez sin poder detenerse, mientras gritaba en sus pensamientos.-“No puedes morirte, no lo hagas, vamos Papa…”- Masajeaba enérgicamente.

A un costado, estaba Tetsuhiro observando como el intentaba infructuosamente animar al paciente quien lentamente se separaba de su cuerpo e iba a su lado y susurraba.-Está haciendo todo por salvarme.-

-Si…- Susurro cuando ambos escucharon.

-¡Souichi, déjalo, se ha ido!- Indico Masaki Souichi le observo severo y luego observo a otro extremo de la sala en donde estaba Tetsuhiro al tiempo que grito.

-¡EL NO IRA A NINGUNA PARTE!- Por un instante sus miradas se cruzaron, Tetsuhiro estaba sorprendido de piedra, analizaba esa mirada valiente y tremendamente determinada escarbar todo su ser, observarle directamente a su alma interna, pero luego la vio caer al cuerpo que ya estaba sin vida…

 

*~~~~++++++~~~~*

 

Caminaba por los pasillos, se dirigía a la sala de esperas, pudo ver a lo lejos a la familia de su paciente aquel hombre tenía esposa e hijos una chica de al menos unos 16 años y otros dos más con esposa e hijos; el suspiro hondo era la primera muerte en su mesa, tan mal se sintió que recordó cuando el doctor que había atendido a su madre al nacer Kanako se presentó en la misma forma que él lo haría ahora mismo. Sus pasos se hicieron escuchar en el silencioso pasillo. Finalmente se posaba en la sala y susurraba.-¿Los familiares del señor John?- La mujer que hablaba con su hija se puso de pie de prisa.

Analizaba a aquel chico y no dejaba de pensar que era un joven practicante sin pensar susurro.-¿En dónde está el doctor?-

-Señora, soy el Doctor Tatsumi, yo opere a su esposo.- Expuso el, con voz un poco rota, los sentimientos lo estaban golpeando.

-¿Qué tal salió?- Todos absolutamente todos le observaban y el solo podía tragar grueso y responder.

-Lo lamento, no sobrevivió.-

-¿Qué, co-como, dijo?-

-¿Qué fue lo que dijo?- Cuestiono la hija comenzando a llorar.

-Pudimos liberar la arteria y colocar un nuevo catéter, pero desarrollo una tabicaría mortal que…- Ni siquiera le dejaron explicar, ya los gritos y lamentos se daban, él se sintió verdaderamente mal, era la primera vez que perdía un paciente, admiro como la familia se juntaba y lloraban la perdida, se observó a el mismo años atrás, sin poder decir más, salió de aquel lugar, agacho su rostro y cubrió sus ojos con los flecos, caminaba rápido por no decir que corría directo a las gradas de emergencias, corría escaleras arriba, pero el dolor y la impotencia le ganaron, se sentó despacio en las gradas y comenzó a torturarse internamente.

-“Maldición… ¿Por qué sucedió? En mi mesa… yo… lo siento… lo siento… ¿Qué fue lo que paso, lo hice todo bien, fue algo que hice mal? Todo fue perfecto, no había error, pero entonces ¿Por qué murió?”- Lloraba desmedidamente, había sido mucho tiempo desde la última vez que lo había hecho, exactamente 13 años atrás.

A su frente se presentó Tetsuhiro, él quería darle tranquilidad decirle que había hecho todo bien, pero que los designios y el destino de ese hombre habían llegado a su fin, el creador lo llamo, para que no sufriera más, Tetsuhiro observaba las lágrimas correr por sus mejías, sus ojos miel estaban temblando de tristeza y frustración, estaba destrozado, logro ver como el pelo largo posaba sus manos sobre sus rodillas y él las tomo, pero el Tatsumi no logro percibir su toque, estaba cegado en su tristeza que no lograba sentir la calma a su dolor que aquel ángel le trataba de entregar, hubo un momento en que esos ojos miel observaron directo al frente y Tetsuhiro logro ver directamente esa mirada que formo lágrimas de nuevo…-“Falle…”-

Se repitió el ojo miel severo en sus pensamientos, Tetsuhiro quizás no podía sentir sus manos ni el agua de sus lágrimas, pro si había algo que podían sentir los ángeles era ese desgarro en los corazones que sufrían.

Podían sentir regocijo, alegría, lujuria y codicia, podían sentir todo hasta incluso la rabia de aquellos.

 

*~~~~++++++~~~~*

 

Padecía pena por aquel cirujano, pero no tenía que hacerlo, el veía muertes todos los días y esa no era especial, pero… el hecho de que aquel doctor prácticamente lo observo, lo mantuvo bastante inquieto, se tenía que encontrar con Kunihiro, para informar acerca de su resiente suceso, caminaban entre las calles y el presentimiento y malos pensamientos de un sujeto los llevo a entrar a una tienda de abarrotes, mientras caminaban entre los pasillos y estantes, Tetsuhiro susurraba.-¿Kunihiro, alguna vez has sido visto?-

El castaño detuvo sus movimientos y elevo una ceja para responder con entera calma y sabiduría.-Bueno ¿Tu estas mirándome, o no?-

-No, no por mí, ni por el que muere ni por los que deliran… sino más bien por los humanos.- Hizo una pausa y afirmo.- Mas bien ser visto como un hombre.-

El de cabellos castaños elevo su mirada al cielo y rasco un rato su barbilla, para seguir caminando y dirigirse al mostrador, cuando lo hicieron el respondió.- Una ocasión, en un restaurante, una mujer ciega,  se giró hacia a mí y de pronto me pidió que le diera salsa de tomate.-

Tetsuhiro arrugo sus cejas en confusión y cuestiono.-¿Pero, estaba ciega, no podía ver?-

-¡Cierto! Pero de alguna forma ella sabía que yo estaba ahí.-Kunihiro admiro la expresión en el ángel y susurro.-¿Qué sucedió?-

-Hoy, un doctor, en la sala de operaciones, me vio, al menos sabía que estaba ahí.-

Kunihiro le observo por un momento y suspirando hondo expuso.-Tetsuhiro, él no te vio, nadie puede verte a menos que tú lo quieras.-

-¿Y… si lo quiero?-

Kunihiro arrugo las cejas y cuestiono directo.-¿Y por qué querrías que te viera?-

Nervioso y un poco confundido el mismo, respondió de prisa antes de ser descubierto.- Pues Para ayudarle.-Ambos escucharon, un sonido extraño de un arma al cargarse y un grito que  espanto a todos los clientes de aquella tienda.

-¡TODOS AL PISO MALDICION! se tiraban al piso gracias a las ordenes violentas del sujeto del arma quien apuntaba a todos con odio y adrenalina.

-¡ABRE LA MALDITA CAJA!-Aquel hombre estaba con un arma amenazo a todos los ahí presentes de nuevo  y grito.-NADIE SE MUEVA.- El dependiente estaba temblando y totalmente nervioso y asustado, rápidamente pensó mientras la pistola le apuntaba directo a su rostro.

-“Dios, no volveré a ver a mis hijas.”-Tragaba grueso mientras trataba de sacar con nervios el dinero, el corazón le palpitaba violentamente y haciendo recuerdos seguía pensando.-“No podre ir con ellas de viaje, yo nunca pude ir al gran cañón.”-

-¡APRESURATE DAME EL DINERO!- Gritaba el asaltante bastante furioso y agitado de un momento a otro soltaría el balazo, pero pronto Tetsuhiro y Kunihiro se situaron tras de ambos, el primero tras del dependiente y el castaño tras del asaltante, ambos tocaron suavemente sus hombros y los tranquilizaron.-“¿Que estoy haciendo? Cálmate.”- Pensó de repente el maleante mientras el dependiente susurraba.

-Cálmate, aquí esta.- Dijo entregando la bolsa con calma, pues el toque del ojo verde le había hecho calmarse y no hacer nada estúpido, mientras eso pasaba y el sujeto se iba corriendo del lugar Kunihiro susurró

-No necesitan vernos.- Con calma Tetsuhiro pudo percibir el alivio en el lugar, mientras todos daban gracias a Dios por haber salido ilesos y que no hubiese pasado una desgracia, Tetsuhiro se sintió un poco decepcionado y bastante confuso, ¿Por qué querría el que ese humano le viera? ¿Qué razón tendría? ¿Algo le atraía de ese médico, que sería?

 

 

*~~~~++++++~~~~*

 

Los días pasaban y cierto médico, no podía superar lo ocurrido, no había podido dormir por todos esos días y apenas comía, se encontraba en la sala de operaciones, admirando la mesa en la oscuridad, tenía una mirada ida y bastante triste aún más decepcionada, sinceramente aquello lo había devastado, fallar no era lo suyo, pero también pasaba por su cabeza el recuerdo de esa familia llorando.

Noto que las luces se encendían y uno de los enfermeros susurraba.-¡Oh! ¡Llega temprano, Doctor Tatsumi!- Él no se movió solo se mantuvo admirando la tela celeste de la mesa de operaciones y un sentimiento de nauseas se formó en su boca, sin perder tiempo corrió al sanitario y dejo salir todo lo que apenas había comido. Minutos después salía y se acomodaba el gorro para alistarse a operar; mas sin embargo, noto que todos los equipos e incluso el paciente que estaba dispuesto a operar era llevado a su habitación, pronto cuestiono a uno de los enfermeros.

-¿Qué está pasando?-

-Cancelaron la operación.-

-¿Qué pero por qué?- Souichi logro ver a Masaki y enseguida llego a él para cuestionar.

-¿Oye que ocurre?-

-Retrasaron la operación, hasta nuevo aviso.-

-¿De qué hablas? ese paciente llevaba meses esperando esta operación.- Expuso bastante confuso y comenzando a molestarse.

-Souichi, solo la reprogramaron.-

-Pero no entiendo? por qué demonios hasta ahora?-Estaba furioso si había algo que lo molestaba era que cambiaran las cosas en el ultimo momento.

-Solo es una válvula de repuesto, no es nada de otro mundo, tranquilo.- Él estaba sofocándose, tanto así que lo llevo a la sala que permanecía sola.

-¿Quién ordeno esto?-Cuestionaba mientras entraba con Masaki a su lado.

-Bueno, el director.-

-¿Qué y por qué no me lo dijo el?-

-Pues…-

-Es un cobarde, voy a verlo.- Dijo apartándolo de su camino, pero el rubio tomo su brazo y susurro.

-Souichi, cálmate, escucha te ves muy mal, no estás bien, cuando estés mejor la harás, por ahora debes ir a descansar.-

-Maldición, esto es una ofensa, ¿Lo sabes?- Cuestiono.-Esto me está avergonzando frente a todos.-Mientras ellos se movían adentro, Tetsuhiro aparecía en el lugar admiraba todo aquello con interés mientras el rubio susurraba.

-Escucha, me di cuenta que los familiares del paciente que murió, han impuesto un demanda, quieren saber de quién es la culpa y sé que eso te está preocupando… yo sé muy bien que no fue tu culpa si no la de ese practicante.- El asintió y susurro.

-Lo sé, pero ¿Por qué hacen esto, acaso me piensan suspender, por un maldito error que no fue mío?- Cuestiono bastante molesto.

-Nada de eso…- Susurro el rubio acercándose a él y tomando su mano.- Hiciste todo lo que pudiste, diste una gran pelea.-

-Mira, la verdad no se contrae que peleamos.-

-Souichi….-

-Olvídalo… Estoy perdiendo el juicio, tal parece que mis valores químicos y hormonales están un poco desbalanceados.-

-Souichi.- Susurro de nuevo Masaki de forma que Tetsuhiro se sintió inquieto.-Estas cansado, puedo ver tus ojeras…- El silencio rodeo la sala y enseguida el rubio cuestiono.-¿Por qué no… respondiste a mis mensajes?-

-Porque ya te he dicho que mi localizador no es un celular o mucho menos un buzón en donde puedas colocar tus estúpidos mensajes de amor.-Gruño severo.- Además…-Observo a otro lado y observando por la ventana que no había nadie de gente ya.-Este no es momento.- Dijo para intentar salir del lugar.

-¿Cuándo lo será?-

-No, te ofendas pero, yo…-Masaki no permitió que hablara, solo elevo su mano despacio y mientras la besaba con calma susurro, entre esa piel.

-Eres muy bueno, pero si sigues desvelándote y desgastándote, no podrás volver a operar.- Souichi estaba confuso, no sabía cómo reaccionar a aquello, jamás había sentido nada por nadie, la verdad es que las mujeres no le atraían en lo más mínimo y evitaba a toda costa a los hombres por que por alguna extraña razón él tenía algo que siempre atraía a estos, valorando a su colega no decidió hacer una escena violenta por aquel insano acto, solamente suspiro y termino de escuchar.- Descansa, volverás el lunes y ya…- Tetsuhiro estaba sintiendo algo extraño, era un sentimiento nuevo algo llamado envidia y celos, algo que solo lo había percibido  en los humanos y eso lo estaba poniendo un poco o más que inquieto…

 

*~~~~++++++~~~~*

 

Pese a aquel extraño suceso del cual él ya estaba enterado, tomándolo como un cortejo por parte de aquel rubio pues percibió las intenciones en esos ojos azules que miraban con devoción al cirujano no podía evitar sentirse inquieto pues eso solo vio en  tantas parejas de hombres y mujeres al  unirse.

Dejando eso a un lado decidió ir a la biblioteca, lugar preferible para los ángeles, ellos pasaban la mayor parte de su tiempo ahí, les atraía de gran manera el escuchar la lectura de cada uno de los que ahí se reunían, eligiendo a un humano en especial que le relataría alguna historia, ellos amaban la narración era como si ellos pudieran vivir el momento exacto de aquella ilusoria descripción. Tetsuhiro caminaba entre los pasillos atestados de libros y de muchísimos pensamientos que viajaban a través del silencio como en susurros. Se colocó en un balcón admirando a todos los suyos a los costados de cada uno de los seres que leían animadamente aquellos libros.

Estaba confundido, ¿Realmente eso sucedió? ¿Es posible que un hombre ame a otro hombre y que este le corresponda? ¿Entonces lo que sentía por ese doctor era algo parecido o semejante? Habían muchas preguntas que no podía hacerle a Kunihiro, puesto que él lo reprendería de muy mala forma, no obstante en su desesperación por sus animados y aventureros pensamientos llego a él un párrafo acérrimo… Escuchaba la lectura de una mujer que leía emocionada aquello, se trataba de la descripción más exacta de las cosas, como sabían una fruta,  cómo se daban los cambios en la trama e incluso podría imaginar cómo se sentía el protagonista.

Se sentó a su frente y leyó la cubierta la cual decía. “Paris era una fiesta.” Por Ernest Hemingway, también observaba los libros que yacían en su mesa, crónicas vampíricas, libros de escritores anónimos que se dedicaban a describir paso a paso el amor, eterno y en las diferentes posiciones. Llego a sentirse incomodo por los párrafos en los cuales ella leía con tanta pasión, las escenas sexuales entre el protagonista y su mejor amigo. Le parecía de otro mundo, era imposible ¿O quizás no? Sin embargo se dedicó más a escuchar la descripción grafica que conformaba Hemingway en una escena en la playa… Se quedaría ahí, hasta escuchar el último párrafo que aquella mujer relataría en sus pensamientos, aunque estos los mezclara con su loco deseo de novelas eróticas de homosexuales.

 

*~~~~++++++~~~~*

 

En el hospital, el paciente que hubiera sido intervenido en la mañana por el Tatsumi, disfrutaba de la vida, comiendo un delicioso helado de chocolate, era tan rico al paladar; amaba la comida y aunque estuviera muriendo seguiría comiendo. Estaba feliz porque su pecho latía aun animado y desbocado al menos la cirugía se canceló eso ya era algo. Pronto escucho pasos en el pasillo del hospital y rápidamente escondió el vaso y escucho.

¡QUERIDO, ESTE HOSPITAL ES UN FIASCO!-

Gritaba una mujer de cabellos negros y ondulados.- He recorrido todo el ala oeste por un café y la maquina no sirve, ¿Lo puedes creer?-

-Raiko, mi amor, ¿Un café te pondrá de malas hoy?-

-No te metas con mi café, es lo que me mueve ¿lo sabes, no?-

-Bueno, bueno ya.- Dijo el de cabellos platas acomodándose en la cama y escuchando como el doctor aparecía diciendo.

-¡Buenos días!-No era tan tarde solo era alrededor de las 11 de la mañana y para el ojo miel su día apenas comenzaba.

-¿Qué tienen de buenos? Sigo aquí, en el maldito hospital con el maldito trasero al aire ¿eso es bueno?- Souichi trago grueso tenía que tolerar los insultos de sus pacientes, era parte de su trabajo aunque su nivel de paciencia sobrepasara los limites.

-Señor, Taichiro.-

-¡Es Taichirou, con U al final!- Gruño la esposa al doctor quien susurro.

-Disculpe…-

-Oiga doctor, ¿Qué paso?, si me hubiese operado hoy ya estaría surfeando en Florida, pero ¿qué ocurrió?-

-Bueno… Hubo un cambio de planes.-

-Si claro y eso me costara millones, mejor ahorrémonos esto y déjeme ir ¿quiere?- Expuso por fin moviéndose brusco en la camilla, dejando caer el vaso de helado y la cuchara, Souichi se agacho y tomo aquello en sus manos para susurrar con las cejas juntas.

-Así que eso era lo que había en su boca.-

-¿He, no sé de dónde vino eso?-

-ISOGAI, ¿DE DONDE SACASTE ESO?-

-Bueno, emm me aburro aquí y pues tengo mis medios.-

-Señor, Taichirou si sigue comiendo estas cosas no saldrá vivo de la operación.- El silencio rodeo aquella angosta recamara, la cual solo contaba con un sofá en una esquina, la televisión colgando de la pared y la camilla en donde se encontraba el platinado de cabellos cortos el cual  exclamo.

-Pues, hagamos un trato usted me salva y yo sigo con mis olas ¿qué tal?-

-Me parece bien, pero deje de comer basura por favor. O sus arterias se volverán a tapar.- El platinado llevaba su mano a su cabeza y susurraba.

-De acuerdo.-

-YA ESCUCHASTE AL DOCTOR.- Le jalaba los cachetes.- Y usted me va a explicar por qué no le opero hoy.- Souichi se sintió incomodo, no podía decirle que estaba mal o inestable, ¿Qué pasaría si lo hacía? A lo mejor pediría un reemplazo de médico o quién sabe. La mirada acechante de la pelo negro se situó en sus pupilas quien pestano nervioso y apenas susurraba.

-A,,.. Pues yo…-

-Raiko, corazón, déjalo tranquilo.-

-Señor Taichirou, vengo a tomarle la presión.- Decía una enfermera cortando la situación, la cual aprovechó Souichi para escabullirse de inmediato del lugar, salió al pasillo en donde se apoyó en la pared, hecho su rostro hacia atrás y suspiro hondo, para caminar al escritorio de información dando órdenes especificas a las enfermeras de no dejar que ese paciente se salga con la suya y pida cosas para comer que solo afectarían su salud. Suspiro hondo y más o menos aliviado, con calma siguió su camino pero enseguida escucho.

-¿En dónde está el doctor Tatsumi?-

-Oh, por allá.- Escucho aquello y agrando sus ojos, no sabía por qué le dio miedo esa mujer y con prisa se sometió al elevador, para presionar cualquier botón aunque sus pensamientos le dictaran perfectamente a que piso ir a refugiarse.

En el elevador, Tetsuhiro se presentó, admiraba al médico con especial atención.

El sonido de la campana al avisar que por fin habían llegado al piso indicado, le distrajo. Y más aún el hecho de  ver salir al peli largo por la puerta la cual se cerró de golpe, quedo adentro mirando la puerta de metal a su frente y cuestionándose cabizbajo susurro.-¿Por qué estoy siguiéndole?- Cerro con calma sus ojos concentrándose en los pensamientos del ojo miel descubriendo a donde fue.

Ya se encontraba al inicio del pasillo que el ojo miel recorría con pesadez.

Había llegado a la zona de pediatría en donde estaban todos los niños, El medico pasaba de largo las habitaciones, en donde Tetsuhiro pudo admirar a sus compañeros estar al lado de los chicos enfermos, jugaban con ellos y les daban alegría y curaban un poco su dolor y la tristeza de estar internados en ese hospital, más bien aquellos hacían la función de ángeles guardianes. Sonrió de medio lado al notar a estos sonreír con los niños que podían verlos.

Souichi en cambio llegaba al área de recién nacidos en donde observo por un momento a través del vidrio la ventana a aquellos bebes. Con paso lento se sometió a esta sala y sentándose en medio de ellos respiro tranquilo.

Tetsuhiro le observaba de manera serena, descifraba los pensamientos de ese médico.

-“Ahg, que fastidio… por lo menos aquí estoy más tranquilo…”- Souichi admiraba a los niños envueltitos en sus sabanas de hospital.- “Me hacen recordar a Kanako.”-

A la habitación llegaba un doctor quien, se sorprendió al ver a su ex colega de universidad sentado ahí, como siempre el había tomado manía de meterse a esa sala a ocultarse de algo o de alguien.-¿Tatsumi-san?- Cuestiono el peli negro.

-Mitsugo.-Susurro con desgano.

-¿Otra vez te escondes, ahora de quien lo haces?-

-Ahg, esto es penoso y ridículo, pero me oculto de la mujer de mi paciente.- Soltó un largo suspiro.- Cancelaron su operación, debo admitirlo aún no estoy listo, para volver a operar.-

-Oh si, escuche que se murió un paciente, el primero en tu lista…-

-No te burles o abandonare mi tranquilidad para molerte a golpes y eso no será lindo para los niños.-

-Ja, ja, ja sigues tan elocuente.- Susurro Kurokawa Mitsugo, ambos se observaron un momento y rápidamente escucharon un llanto severo, Kurokawa llego a la bebé que lloraba con ganas y voz tremendamente agrietada.-Oh pobrecita.-

-¿Qué le sucede?-Se preguntó de prisa el ojo miel quien se ponía en pie y alerta.

-No lo sabemos, le hemos hecho exámenes de todo…-Explicaba el moreno.

-¿En serio?-

-Sí, la encontraron en un basurero, es un milagro que este viva.- Ahí estaba de nuevo esa palabra, “Milagro” que el odiaba con tanto esmero, no quiso discutir con el Mitsugo; más sin embargo, noto un jadeo extraño proveniente de la pequeña y con prisa tomo su estetoscopio y susurro.

-¿Puedo, revisar algo?-

-Claro.- Dijo acomodando a la bebe en sus brazos boca arriba, Souichi paso su estetoscopio por su pequeño pecho y pronto escucho algo grumoso en su respirar.-¿Escuchaste algo?-

-Creo que tiene algo en los pulmones de seguro liquido amniótico, le vendría bien una ultrasonografía.-

-¿Tú crees?-

-Si…- Expuso para cubrir su pequeño pecho y suspirar.- Es tan pequeña y frágil.-

-Está sola en este mundo.- Susurro con calma el peli negro causando un sentimiento encontrado en el pelos largos que le dio vergüenza, él había pasado maldiciendo a la vida por haberse quedado solo a los 17 años, mas no sabía que otros seres humanos sufren más a tan temprana edad, suspiro hondo y sometió sus manos a los bolsillos de su bata de doctor blanca y susurro.

-Si me lo permites, te podría ayudar a cubrir su tratamiento.-

-Eso sería muy lindo de tu parte Tatsumi-san.-

-Investigare algo, mientras tanto.-

-Hai.- Expuso su colega japonés, se llevaba mejor con los japoneses que con los americanos, no era que los odiara si no que no entendía la forma tan extraña de aquellos de ver la vida…

 

*~~~~++++++~~~~*

 

Eran alrrededor de las 9 de la noche ese mismo día, cuando el cerraba el enorme libro de pediatría y se quitaba las gafas para acariciar su rostro. al tiempo que cerraba los otros libros en los cuales buscaba alguna enfermedad que podría estar relacionada con la pequeña del cunero, llevo su mano con cansancio a su cuello y masajeo un poco para ponerse en pie y salir de la biblioteca del hospital.

Este estaba vacío, y solo algún personal de mantenimiento o enfermeras deambulaban por ahí, Souichi caminaba en dirección del elevador para ir al piso inferior a los casilleros cuando, noto a un hombre parado en el pasillo, de cardiología, a un costado de la habitación de Isogai Taichirou, tenía las ropas negras los cabellos azules oscuros y esos hombros anchos que mostraban cansancio, pronto el pelos largos susurro.

-¿Oiga, disculpe?- Tetsuhiro agrando sus ojos y se giró despacio, para admirar a aquel platinado que le observa con un claro entrecejo.

-¿Me… está hablando a mí?- Cuestiono con voz suave y grave, causando que el Tatsumi se quedara de piedra, su voz había sido tan profunda que le causo escalofríos, no parecía de este mundo.

-Sí, ¿A quién más?- Dijo confuso.- ¿Vienes a ver al señor Taichirou?-

-¿Ahora?- Cuestiono el confuso.

-Si…-

-No, en este momento vengo a visitarte a ti.-

-¿A mí?-

-Si…- Susurro con calma y una tenue expresión serena en su rostro, Souichi admiraba todo aquel hombre alto, con los ojos brillantes y verdes, sus expresiones no eran exageradas más bien eran cálidas y tranquilas.

-¿Pero por qué?-

-¿Acaso… No estas enfermo?-

-No… yo… Soy un médico.- Explico.

-¿De verdad, no estas enfermo?- Souichi negó.-¿No estas desesperado o acaso sufriendo?- Tatsumi pestaño con calma y sin poder contenerlo se le deslizo por los labios aquello.

-Se me murió un paciente.- Tetsuhiro Susurro.

-Hiciste todo lo que pudiste.-

-No, debí hacer más, tuve su corazón en mi mano ¿Sabes cómo se siente eso?-

-Cuando el cuerpo falla, no hay de otra más que la muerte, no fue tu culpa, Souichi.- El mencionado agrando la mirada y cuestiono inquieto.

-¿Cómo sabes mi nombre?- El peli azul elevo lentamente su mano y señaló el gafete que traía colgando, el Tatsumi se sonrojó, eso fue vergonzoso.-Oh… bueno y el tuyo.-

-Me llamo Tetsuhiro.-

El silencio rodeo por un instante y ambos se miraban extrañamente.- Bueno, Tetsuhiro, las visitas terminaron a las 8 así que…-

-¿Por qué hacen eso?- Cuestiono inquieto y bastante serio.

-¿Qué cosa?-

-Las horas, ¿Acaso los pacientes no necesitan que les den aliento cuando están enfermos? Eso les ayuda.-

-Bueno son las leyes, las horas rigen los trabajos y la vida, por eso existe la noche y la mañana.- Explico un poco confuso, ¿Por qué estaba hablando de esa forma?, aquel sujeto extraño parecía que no sabía nada o que no estaba de acuerdo con lo que sucedía a su alrededor.-¿Tu trabajas en el hospital?-

-No…-

-¿En dónde trabajas?-

-¿Trabajo?-

-Sí, es decir, ¿qué haces…?-

-Yo, soy un mensajero.- Souichi se acomodó las gafas y cuestiono un poco valiente e inquieto.

-¿Times un mensaje para mí?-

-Ya te lo he dado…- Susurro acercándose a él despacio admirándole con esa enormes orbes verdes y bastante serenas, esos ojos que podían derretirte al instante, el Tatsumi trago grueso mientras escucho con calma.- No fue tu culpa, hiciste lo que pudiste, no vuelvas a llorar como lo hiciste.- El pelos largos se estremeció, enseguida noto como aquel pasaba a su lado y se disponía a retirarse.

Quería saber más de él, pero aquello dicho lo dejo totalmente tieso, se giró para mirarlo pero, ya no estaba no había nadie, imposible, eso no era cierto o si, ¿Qué fue eso? Pensó, su corazón palpitaba bastante agitado, eran muchas emociones juntas, con calma reanudo su caminata, para llegar al elevador y enseguida a los casilleros en donde colocaba su estetoscopio y retiraba su carnet, mientras sus pensamientos se removían internamente, aquel sujeto, esa voz ese rostro todo él lo había puesto bastante inquieto. Se sacó la bata blanca y al instante en que la coloco en el gancho interno de su armario de metal, observo su carnet el cual solo tenía una S. Tatsumi. Estaba confundido, ¿Cómo aquel supo su nombre? Pensó abatido. Sin duda alguno ese sujeto era demasiado extraño ya tendría tiempo de preguntarle por él, al hombre de la habitación 200 Isogai Taichirou, era su nombre completo…

Notas finales:

Hola!!


Bueno no lo iba a subir hoy pero gracias a que mi jefa se casa manana no tube alternativa u.u espero les haya gustado pues bueno me retiro FELIZ DIA DE LOS ENAMORADOS Y DE LA AMISTAD cuidaos mucho 


Saludos a mis bellas amigas:


Abigail La Fey.


Hiro Daisuky.


Naomi Soto.


Carolina Flores Rosas (QUien ya no me lee u.u)


Onizuka.


Isabel. (Isa-chan)


Carla Mariana Ryt


Yuriko Jazz


Etsuko aunque se que no lee yaoi xD


Da Rayne (Bueno al fin lo subi espero te haya gustado)


Malkita Abila.


Akiomi Yuko.


Koiki Inuichi Fuyo


Entre otras y a mi mas reciente seguidor Robert!!!


 


Mil gracias por leer cuidaos mucho n_n


Saludos a la secta tambien n_n


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).