Capítulo 15.
Un latido de alegría.
Entramos en silencio a la casa. No habíamos cruzado palabra alguna en todo el camino, simplemente miraba el suelo y mi madre de vez en cuando lanzaba alguna maldición en contra de Seung Hyun. Ella dejó su cartera colgada y pasó a la sala.
-¡Llegaron! –Mi padre de se puso de pie y me abrazó apretadamente. -¡Es bueno verte, Ji! ¿Cómo está Seung Hyun? ¿Cómo van los preparativos? ¿Y cómo está mi nieto?
Mi madre de le dio un golpe en el hombro y él le quedó mirando mientras pestañeaba muchas veces. No dijo nada, se sentó en el sofá mirando sus manos. Yo me acerqué hasta él y me senté a su lado. Venía derrotado. Realmente me sentía tan herido que no podía soportarlo. Y encima mi papá se veía feliz preguntando por Seung y su nieto. Ojalá pudiera estar tan feliz como él.
-Supongo que está bien, papá.
-Te haré sopa. Debes alimentarte bien.
Mi madre me sonrió y luego se fue hasta la cocina.
-¿Tuviste problemas?
Mi padre pasó su brazo por mi espalda dando palmaditas. Inevitablemente el nudo que estaba intentando aguantar en mi garganta se soltó. Las lágrimas traicioneras cayeron por mis mejillas. Intenté secarlas rápidamente, pero con ella venían muchas más. Tapé mi cara con mis manos, me sentí tan avergonzado. Sentí un abrazo suave de parte de mi padre en mi espalda y agradecí inmensamente el gesto, y que no preguntara nada, porque sería más doloroso explicarlo.
-Está bien, hijo… -él palmeó mi espalda varias veces y luego tomó mi mano con fuerza. –Todo va a estar bien.
Asentí levemente y me sequé la cara como pude. Mi madre entró y me dio un café. Lo tomé lentamente y me quedé en silencio. Ambos me miraban en silencio. El timbre de la casa sonó y mi madre se encaminó a la puerta. Yo sólo miraba el café moverse en la taza. No tenía ganas de tomarlo tampoco.
-¡No! –Miré hacia atrás. Mi padre se puso de pie e hizo lo mismo. Mi madre parecía enojada, y con justa razón. ¿Qué hacía Seung Hyun en la puerta de la casa de mis padres? –Te dije que no. Ya hiciste bastante, Seung Hyun. Sólo vete.
-Cariño, creo que sería bueno ellos hablaran…
-No, no es bueno.
-Sólo cinco minutos… -su voz se escuchaba más grave ahora.
-Anda, vamos arriba. –Mi padre tomó los hombros de mi mamá y se la llevó rápidamente.
Seung Hyun entró lentamente y cerró la puerta en silencio. Sus pasos eran lentos. Se dejó caer a mi lado en el sofá. Yo simplemente me moví hasta el otro extremo y apreté mi boca, no quería lanzarme a llorar de nuevo, todavía tenía algo de orgullo. Él no decía nada, y esto se estaba volviendo mucho más incómodo. Por primera vez en toda nuestra relación un silencio era incómodo.
Seung Hyun no me decía nada y no sabía si quería escucharlo tampoco. Esto ya no se trataba de celos inmaduros, esto era algo más importante. Seung acarició mi mano, pero mi mente rápidamente hizo que mi mano se alejara de él. Me puse de pie inconscientemente y me dispuse a caminar a mi habitación, no quería verlo, realmente no estaba preparado para mirarlo. Seung Hyun caminó rápidamente y se puso frente a mí. Le miré unos momentos, él seguía sin decir nada, y lentamente se arrodillo en el suelo mientras afirmaba mis piernas con sus manos.
-Perdóname… -su voz salió baja y ronca como queriendo aguantar todo lo posible. Yo le miré fijamente.
-¿Cuántas? –Mis ojos se ponían acuosos nuevamente, él frunció el ceño. -¿Cuántas más tengo que perdonar?
-Ji Yong…
-¿Por qué me haces esto? ¿Por qué NOS haces esto? Seung Hyun, si ya no me quieres, por favor, dímelo, pero no sigas haciendo esto. Me duele… Me duele mucho… Quizás no lo notas, quizás crees que soy loco y celoso, pero ¡estoy sufriendo! Por favor… te lo suplico… dime qué te pasa…
Más lágrimas se me escaparon, intenté secarlas, pero seguían saliendo sin permiso. Seung Hyun agachó su rostro y llevó su mano a su cara en forma de frustración.
-Ji, yo te amo…
-No te pregunté si me amabas… -Seung Hyun elevó su rostro y me miró, una de mis lágrimas cayó directamente en su mejilla. –Quiero saber por qué me haces esto…
-Es que no entiendes.
-No, no entiendo. No te entiendo, Seung. Dime la verdad, ¿por qué haces esto? ¿Por qué me haces tanto daño? Y por favor, no me digas que exagero… sabes bien que esto me hace sentir como la mierda…
-Ji, no tengo una razón –Seung me miró fijamente unos minutos. –Yo quería hacer algo, de verdad. Pero fue todo tan rápido y me confundí.
-¿Te confundiste? –Él ladeó la cabeza. -¿Te sientes confundido? ¿Es eso?
-Ji…
-Por favor, terminemos esto, Hyung –intenté caminar, él se puso de pie y me bloqueó el camino. –Déjame ir, Seung Hyun.
-No, Ji, no voy a dejarte.
-¿Qué puedo hacer? –Él me miró. –No quiero estar contigo así.
-¡Ji Yong! –Sus ojos se cristalizaron. –Cometí un error, pero no volveré a hacerlo, lo prome…
-¡No vuelvas a prometer nada! –Le dio un golpe en el pecho. Él retrocedió un poco. -¡Deja de prometerme cosas que no vas a cumplir! ¡Te odio! ¡Te odio porque duele mucho! ¡Te odio porque si me quisieras como dices hacerlo cumplirías tu palabra! ¡Ahh!
Comencé a golpearlo muchas veces, pero sin fuerza. Simplemente dejaba mi puño perderse en su pecho lentamente y luego volvió a hacerlo. Sentía mi rostro mojado por las lágrimas. Seung Hyun no decía anda, simplemente me miraba. Se me escaparon un par de sollozos entre los golpes y él tomó mi puño para que dejara de hacerlo.
-Mírame.
-No… quiero… -tapé mis ojos con mi mano libre.
-Lo siento… de verdad lo siento.
-¿Sabes cómo me sentí? ¿Tienes una idea de ello? –Le miré unos momentos. –Fue lo peor que podría haber pasado. No porque me sintiera humillado ni traicionado, no porque muriera celos. Fue porque me prometiste algo, y no lo cumpliste. Fue porque lo prometiste por el amor que me tienes a mí… lo prometiste por la vida de nuestro bebé…
-Ji… -vi un par de lágrimas caer por sus mejillas.
-Me prometiste que no lo negarías. –Toqué mi estómago inconscientemente. –No a él…
-Perdóname…
-No quiero verte más.
-Ji –él abrió mucho sus ojos y me miró unos momentos. –No digas eso.
-No quiero verte.
-¿T-te estás escuchando?
-Sí… -solté otro sollozo. –Tú me estás haciendo daño…
-Ji Yong, yo no quería…
-Lo hiciste. ¿Y sabes qué es lo peor? Que lo prometiste por la vida de nuestro bebé… Si nuestro bebé no es suficientemente importante para ti que no te importó romper una simple y estúpida promesa, entonces no sé qué estoy haciendo contigo…
Se hizo el silencio. Vi a Seung Hyun llevar su mano a su boca mientras un sollozo grave resonó en mis oídos.
-Por favor, vete. No te quiero cerca… -me dolía en el alma decirlo. Me dolía mucho más que todo.
-Te juro que no volveré a…
-No vuelvas a jurarme nada. No quiero tus promesas vacías.
Él me miró unos momentos y yo seguí mi camino a la escalera, pero antes se subir me giré hacia él.
–Y por favor, nunca más vuelvas a meter a mi bebé en tus estúpidas promesas que no serás capaz de cumplir. Él no tiene la culpa de que tú seas tan cobarde.
Comencé a subir la escalera rápidamente, no quería seguir escuchándolo. No quería más excusas que no explicaban nada. Yo quería decisiones y determinación, pero Seung Hyun no tenía eso ahora mismo. Y si iba a seguir siendo así siempre, entonces seguiría doliendo.
Me metí rápido a la habitación y cerré la puerta. Me dejé caer sobre la cama y cerré los ojos mientras soltaba todo lo que quedaba de llanto. ¿Qué tan malo hice en mi vida pasada para que me toque todo esto? Yo era buena persona, o al menos eso pensaba. No le hacía mal a nadie, ¿por qué tenía que dolerme tanto? Sentí que golpeaban la puerta, más no me levanté. No quería ver a nadie, ni siquiera a mis padres.
Me aferré a la pared nuevamente. Me estaba sintiendo terrible. Quizás debí tomar un té por lo menos. No comía nada desde hace dos días, no era porque no quisiera, es que no sentía hambre. Pero ahora comenzaba a sentirme horrible. Intenté caminar normalmente mientras me adentraba en YG. Necesitaba corroborar el horario de conciertos y programas musicales y ver a Alex. Y practicar. Tomé mi cabeza, me dolía demasiado. Sentía mis piernas sin fuerza alguna. Llevé una mano a mi mejilla y comencé a caminar más rápido, necesitaba llegar a la sala y sentarme un poco.
No alcancé a avanzar un poco más cuando miré hacia adelante y me encontré con él. Me miró unos momentos y luego alzó su mano dudosamente.
-Ji Yong, ¿te sientes bien? Estás demasiado pálido… te ves enfermo.
-Hyung, no es nada –Dong Wook asintió lentamente.
-Uhm… ¿has… estado bien? –Preguntó levemente.
-Sí. Supongo.
-Ya veo. –Él se quedó en silencio. Realmente no quería verlo ni hablar con él y menos ahora. Intenté caminar un poco, pero él no me dejó. –Ji…
Yo le miré unos segundos.
-Me voy de YG. –Yo fruncí el ceño. –Mi contrato terminó aquí. Y… no me gustaría irme sin conversar contigo… creo que deberíamos hablar.
Yo sentí todo darme vueltas.
-Yo no creo que deberíamos hablar, Hyung.
-Sí, Ji. Hay algo que debemos hablar. Hay algunas cosas que yo no sé… no lo escuché en el momento porque no quise, pero no quiero irme sin saberlo.
-No hay nada que decir. –Llevé mi mano a mi cabeza y di un par de pasos hacia atrás. Él frunció el ceño.
-¿Qué te duele? –Tomó mi brazo cuando vio que me tambaleaba un poco.
-¡HYUNG! –Sentí el grito de Seungri, me giré y lo vi venir corriendo mientras sonreía. Pero luego frunció el ceño y se apresuró más todavía.
Yo simplemente sentí mis pies fallar y luego todo borroso de nuevo.
-¡Ji Yong!
-¡HYUNG! –Sentí varias manos sobre mí. -¡¿QUÉ LE HAS HECHO A HYUNG?! ¡¿NO TE BASTÓ CON ROMPER SU RELACIÓN?!
-¡¿De qué hablas, Seungri?!
-¡SI SERÁS DESCARADO! –Sentí unas manos en mi rostro. Abrí mis ojos lentamente. Miré a Seungri casi encima de mí dándome unas cachetadas leves. -¡HYUNG, MÍRAME! ¡HYUNG!
-Seungri, yo no le hice nada… Estábamos hablando…
-¡OH, CÁLLATE! –Seungri se escuchaba muy agresivo. -¡YA HICISTE SUFICIENTE!
-¿Qué pasa? ¿Por qué tantos gritos?
-¡Young Bae! –Miré a todos lados, pero sólo lograba ver borroso. -¡Algo tiene Hyung!
-¡Ji Yong! ¡Ji Yong!
Sentí unos fuertes brazos tomarme como si fuera lo más liviano de la vida. Apreté con fuera el cuello de mi mejor amigo y sin quererlo algunas lágrimas se dispersaron por mi rostro mientras lo hundía en su cuello.
-Tranquilo, Ji. Está bien, está bien. –Repetía una y otra vez.
-¡Hyung, no llores! –Miré por encima del hombro de Bae a Seungri que me miraba asustado y como si quisiera llorar él también. Yo sonreí un poco.
-Seungri… -él me miró atento. -¿Dónde está Alex?
-Con Dae y Charlie, en casa. –Asentí lentamente mientras Bae me dejaba en el auto. Me estiré en el asiento trasero y ellos subieron. Seungri me miraba asustado, lo veía más asustado que cuando tuvo el escándalo de las toallas.
-Seung Hyun… -Miré a Bae y tomé su brazo, pero él no me hizo caso. –Creo que deberías venir al hospital. Ji Yong no se ve bien.
-¡No! –Intenté apartarlo, pero Seungri me tomó para que me quedara quieto. -¡No lo llames, Bae!
-Hyung, cálmate, te hará mal.
-Ji Yong, por favor, no me repliques –Vi su mirada seria.
Apreté un poco mi cuerpo y cerré los ojos. Sentía que me dolía todo. Seungri daba caricias en mi espalda suavemente. Sentí nuevamente los brazos de Young Bae tomarme cuidadosamente y luego llevarme dentro de algunas salas, unas mujeres dijeron algo, pero no escuchaba bien.
-El doctor Kim le revisará de inmediato. –Yo abrí mis ojos, ella me llevarían en aquella camilla, pero antes tomé la mano de Bae.
-No me dejes solo… -Young Bae miró a Seungri y este preocupado le hizo señas para que fuera. Él asintió y siguió a las enfermeras mientras me trasladaban.
Entramos a una habitación y el mismo doctor que me había revisado la primera vez me miró fijamente. Gracias a Dios era un doctor de confianza de YG. Y gracias a Dios él no se lo había dicho al presidente. Young Bae se puso a mi lado sin soltar mi mano. Agradecía al cielo tener un amigo como él.
El doctor me miró. Quitó mi camiseta con cuidado y puso su instrumento en mi cuerpo escuchando mi respiración, luego mis latidos. Puso una linternita en mis pupilas y luego me hizo abrir la boca para revisar.
-Ji Yong, te lo dije la primera vez y quiero volver a decírtelo. Tu embarazo no es normal. Debes ser el doble de cuidadoso que una mujer.
-¿Cómo está? –Young Bae le miró.
-No está bien. Le faltan proteínas, está deshidratado y bajo peso. Ji Yong, ¿te estás alimentando bien?
-Esto… sí… creo…
-No me sirve un creo. Y por favor, duerme unas diez horas en lo posible. Estás muy débil. Tus ojeras te delatan, Ji Yong.
-Lo siento…
-No me pidas disculpas a mí, pídeselas a tu bebé. Debes cuidarlo, y para ello debes empezar por cuidarte tú mismo. Y sería bueno que usted también lo cuide. –El doctor miró a seriamente a Young Bae. –Si quiere su bebé sano.
-Esto… -Bae me miró unos minutos. –Es que yo no…
-¡Ji Yong! –La puerta de la habitación se abrió rápidamente. Seung Hyun entró casi sin respiración y con ¿pijama?
-No puede entrar aquí así. Debe irse. –El doctor frunció el ceño.
-¡Necesito ver a Ji Yong!
-Doctor –Bae se acercó. –Él es el padre.
El doctor frunció el ceño y me miró, yo simplemente desvié la mirada.
-Él es mi mejor amigo, lo vine a acompañar.
-Oh…
-Yo… los voy a dejar –Bae se acercó a mí mientras sonreía.
-¡No me dejes! –Tomé su muñeca fuertemente.
-Ji, te quiero, hermano. Pero no puedo meterme en esto. Quieras o no, Seung Hyun es el padre, él debe estar aquí. Por favor, escucha al doctor en todo lo que diga.
Vi a Young Bae salir y yo simplemente hice un puchero para no volver a llorar. Seung Hyun se acercó lentamente a la camilla y me miró, yo desvié la mirada. El doctor nos miró en silencio unos minutos, creo que quizás entendió lo que sucedía porque no dijo nada durante muchos minutos.
Luego de unos minutos en total silencio entre la mirada fija y dolorosa de Seung Hyun y mis lágrimas solitarias, el doctor sonrió y se acercó con una máquina.
-No te muevas, Ji Yong.
-¿Q-Qué hace? –Sequé un poco mi cara y vi cómo echaba un líquido frío en mi torso.
-Ya que están aquí, ¿por qué no conocemos a la criatura? Ya está cerca de los dos meses.
Abrí mucho mis ojos mientras él ponía una cosa cuadrada en mi estómago y comenzaba a moverla.
-Miren aquí…
Yo miré a la máquina que él señalaba. La pantalla mostraba en blanco y negro mi vientre por dentro. Él sonrió y entonces dejó la casa quieta mientras apuntaba a la pantalla. Y ahí fue cuando lo vi. Realmente estaba ahí. Sentí más lágrimas caer por mi rostro e instintivamente tapé mis ojos. No podía explicar cómo se sentía realmente este momento, no había palabra suficiente para decirlo. Simplemente era maravilloso. Mi bebé estaba ahí. Sequé un poco mis lágrimas, aunque fue en vano porque seguían saliendo. Era precioso, para mí era precioso y ni siquiera podía ver su carita realmente, pero era lo mejor que podría sucederme.
-Escuchen. Este pequeño les está hablando. –El doctor apretó un botón en la máquina y entonces escuché un “tutum” una y otra vez.
Su pequeño corazoncito latía rápidamente y ¡lo estaba escuchando! Solté un par de sollozos al escucharlo y elevé mi mirada. Fue entonces cuando me di cuenta que Seung Hyun también lloraba, lloraba mucho. Más que yo incluso. Aquello casi me rompe el corazón.
-Nueve de cada diez padres llora con esto –el doctor sonrió mientras quitaba la máquina y limpiaba mi estómago. –Pero sería bueno que siguiera llorando de alegría y no de tristeza, Ji Yong. No queremos que el bebé se sienta triste, ¿cierto?
Negué con la cabeza.
-Y debes cuidar mucho más de él, Seung Hyun.
Seung me miró unos momentos, yo desvié la mirada luego de unos momentos. Aún no estaba preparado para enfrentarlo, no ahora.