Capítulo 28.
Felicidad VS Enojo.
Daesung.
¿Y si no iba acorde a la situación?
Comenzaba a preocuparme más de lo normal. Los nervios se me venían cada vez que recordaba. Quizás mi vestuario es muy atrevido. No debí ponerme la camisa negra casi transparente que Seungri insistió en que me quedaría bien. ¡Ese Maknae! Podía sentir algunas miradas sobre mí, pero no quería voltear a ver a nadie, odiaba la sensación de sentir que todos me observaban con curiosidad.
Después de toda la encuesta que hizo Seungri, me hizo hacer una reservación en ese lugar, aunque mi idea principal era simplemente comer pizza, a todo el mundo le gusta la pizza, ¿no? Bueno, no tenía un regalo, así que Seungri insistió que debía darle algo. Ahora que miraba las flores en mi mano me sentía tan estúpido. ¿Los hombres se regalaban flores? Quizás Charlie se enojaría, quizás él pensaría que yo lo tomo como una chica, o quizás piense que yo lo veo como alguien afeminado, o quizás simplemente no le gusten las flores. Ah, debí ir por la pizza y las películas. Bajé mi mirada y mordí mi labio inferior. Ah, ahora no me sentía seguro de nada.
-¿Por qué tan serio?
Elevé mi mirada al instante. Charlie sonreía grandemente y me miraba con sus ojos fijos en mí. Yo no pude evitar mirarle por todas partes. Traía una camisa blanca y unos pantalones negros muy ajustados que dejaron al descubierto que tenía piernas muy firme, podría decirse que podría hacerle competencia a las de Ji Yong Hyung. Tragué saliva lentamente y volví a mirarlo. Él sonrió más todavía enseñándome su perfecta dentadura. Sentí el calor subir hasta mi rostro.
-Esto… -le miré y extendí las flores, casi arrepintiéndome en ese momento. –Son para ti, Charlie.
Él abrió mucho sus ojos y las recibió lentamente. Genial, quizás no debía dárselas.
-¡Qué lindas! –Le miré, él seguía sonriendo y esta vez juraba que sus ojos brillaban más. -¡Me gustan las flores, Dae! Están muy lindas, gracias.
-Me alegro que te gusten… -sonreí bobamente. Últimamente sonreía así cada vez que Charlie sonreía, era contagioso. –Entremos.
Él asintió y entramos al lugar tranquilamente. Agradecía que aquel restaurante tuviera una zona especial, así que no habría más personas curiosas queriendo saber qué sucedía. Nos sentamos e inmediatamente el mesero nos trajo un vino y nos sirvió. Charlie sonrió agradeciendo y entonces me miró.
-Pensé que íbamos por pizza como dijiste en la tarde –él dejó las flores en la mesa mientras daba un sorbo de su vino.
-Pues… -me sentía nervioso por algún motivo. –Creo que te mereces algo mucho mejor que pizza.
Lo vi sonrojarse demasiado y luego bajar su vista mientras apretaba sus labios. Sentí un extraño impulso por acariciar su cabello, así que dejé que mis dedos se enredaran en ellos. Él cerró los ojos unos momentos. Se veía demasiado atractivo de esta manera. Me acerqué a él lentamente y lo envolví en un abrazo. Sentía la necesidad de tenerlo cerca. Charlie simplemente apoyó su rostro en mi hombro con tranquilidad. Inspiré su perfume con una mezcla de suave de su crema para el cabello.
-¿Cuál es la razón de esta cena tan desprevenida?
Me separé lentamente, él me sonrió. Sentía mi corazón latir a mil por hora casi.
-Es porque te quiero.
Charlie dejó de sonreír y me miró fijamente a los ojos. Sentía que podía ver a través de mí con ellos. Yo jugué un poco con sus manos y luego las tomé firmemente.
-Porque te quiero y… -nuestras miradas se encontraron. –Y porque quiero pedirte que seas mi novio.
Se hizo un silencio largo. Creo que incluso podía escuchar el latir de mi corazón. No sabía si así es como se pedía aquello, pero lo estaba haciendo lo mejor que podía. Me sentía nervioso por su respuesta tardía, pero luego de unos segundos él esbozó una sonrisa preciosa.
-¡Sí, Dios, claro que sí! –Charlie parecía entre entusiasmado y una rara mezcla de que todavía no podía creerlo. -¡Daesung!
Él se acercó a mí y abrazó mi cuello con fuerza, yo le miré y no pude evitar sonreír.
-¿Uh?
-Te quiero, un montón, ¿sabes?
Mi corazón palpitó como loco en ese momento.
-Desde el día en que te conocí te he querido tanto que pensé que esto era simplemente una ilusión o una fantasía que jamás podría ser cumplida. Pero es real, y no sabes cuán feliz soy por eso.
-¿Te gustaba tanto?
-Sí –él me miró fijamente. –Me gustabas mucho, todos se daban cuenta, menos tú. Si tú me hubieras pedido saltar en paracaídas, lo habría hecho, y ni así te habrías dado cuenta todavía de todo lo que sentía por ti.
-Charlie… -él me miró unos segundos, vi sus ojos cristalizarse un poco. -¿Por qué yo?
-¿Qué? –Me miró atento.
-Hablando seriamente, de los chicos, yo soy el menor atractivo… -bajé mi rostro unos segundos. –Y seguramente hay más lindos que yo.
-¡Te prohíbo volver a decir eso! –Él frunció el ceño y me miró enojado. –Jamás, sobre toda la tierra, existirá otra persona como tú. Jamás. Nadie, por muy genial que sea, se parecerá a ti en nada. A mis ojos eres precioso. Eres el hombre más atento y amable que he visto, tienes un corazón enorme lleno de amor y ni hablar de tu físico. ¿Sabes que tienes una sonrisa maravillosa? O que tienes un cuerpo perfecto. Y no quiero entrar en detalles sobre tu trasero…
-Espera… ¿Qué? –Le miré. Había quedado embobado con sus palabras hasta la última parte. Él se alejó y me miró mientras observaba a otro lado.
-¿Qué de qué?
-Acabas de hablar de mi trasero.
-¿Yo hablé de tu trasero? –Él me miró asombrado.
-¿Estás haciendo el loco?
-Ah… -él sonrió. –Olvídalo, se me ha escapado…
Él se sonrojó mucho.
-Charlie –le llamé y él me miró nuevamente esta vez bastante sonrojado. ¿Regálame un beso?
Charlie sonrió grandemente y no tardó ni un minuto en juntar sus labios a los míos. Rodeó mi cuello mientras jugaba con mi cabello. Yo ladeé mi rostro y acaricié sus labios dándome espacio para que nuestras lenguas jugaran un poco. El beso era lento y suave, muy diferente a los anteriores, pero lleno de sentimiento. No podía entender cómo, pero ya me había acostumbrado al sabor de sus labios, y me encantaban.
~
Todo en silencio. Ni siquiera las moscas volaban. Y como si Alex lo supiera, estaba en su cuna durmiendo en la habitación. Quizás era mejor así. Hasta yo tenía miedo de lo que podía suceder. Seung Hyun me miraba cauteloso y yo le miraba a él de vuelta. Young Bae había ido por los dichosos dulces para Seungri, pero durante el tiempo que demoró Seungri encontró algo en qué entretenerse. Y eso era precisamente lo que estaba mal.
No era bueno entrar a ver la Web para saber qué fotos había de nosotros. No, no era bueno. Y al Maknae se le había ocurrido buscar fotos de la fiesta anterior por medio del televisor. Es decir, las fotos se veían gigantes por el tamaño de la tv. Y podía ver algo que simplemente a ojos de Seungri era malo. Podía incluso sentir las llamas saliendo por su cabeza.
-Me las va a pagar –dijo en un susurro y apretó los puños. Yo miré nuevamente a Seung Hyun, esta vez con más miedo.
Debo reconocer, que yo en su lugar estaría igual. O peor.
La puerta de la entrada se abrió y recé para que no fuera él o que alcanzara a arrancar a tiempo, o algo. Todos nos giramos. Young Bae sonreír grandemente mientras traía la bolsa de las compras. Se acercó con una sonrisa a Seungri y le tendió la bolsa.
-Aquí está, Riri, te traje chocolates.
Seungri alzó una ceja, lo miró de pies a cabeza y luego sacó la caja de chocolates de la bolsa, la miró y sin previo aviso ni nada ya estaba estampada contra la cara de mi mejor amigo. Yo y Seung Hyun nos quedamos con la boca abierta.
-¿Qué demonios fue eso? –Young Bae frunció el ceño. -¿Qué rayos te pasa?
-¡MALDITO IMBÉCIL! –Seungri gritó a todo pulmón. Tomó uno de los cojines del sofá y se lo lanzó en la cara.
-¿Qué demonios, Seungri? –Young Bae tomó el cojín y le miró confundido.
-¡VETE AL DIABLO! –Seungri tomó un juguete de Alex tirado en el piso y se lo lanzó también.
Young Bae comenzó a alejarse mientras intentaba esquivar el montón de cosas que Seungri le lanzaba y yo a la vez ni me movía, corría riesgo de que me llegara algo.
-¡ERES UN MALDITO ESTÚPIDO! –Seungri se acercó a él y le dio un golpe en el pecho. Young Bae tomó su puño con fuerza para detenerle.
-¡¿Qué rayos te pasa, Seung Hyun?! –Seungri le miró y luego hizo un puchero.
-¡¿QUE QUÉ ME PASA?! –Seungri miró hacia la televisión. Young Bae miró hacía donde le indicaba y entonces se dio cuenta. Había una foto, gigante, de Young Bae dándole un autógrafo a una mujer… en sus senos. -¡ESA MIERDA ME PASA!
-Seungri… -Young Bae le miró, ahora entendía. –Ella me pidió-
-¡¿SI ELLA PIDE ACOSTARSE CONTIGO LO HARÁS?!
-¿Qué? Seungri, no-
-¡¿ENTONCES?! ¡¿ENTONCES QUÉ?! –Seungri se soltó brusco. -¡¿SI MEDIO MUNDO TE PIDE UN AUTÓGRAFO EN LAS TETAS LO HARÁS?! “HAY, TAEYANG, FÍRMAME EL PEZÓN”, VETE A LA MIERDA.
Me habían dado ganas de reírme de la imitación vaga de Seungri por hacer voz de Chica, pero intenté no hacerlo ya que la situación se ponía tensa.
-Pero si una fan te lo pide, ¿no lo harías?
-Mira, Dong Young Bae –Seungri dejó de gritar y se acercó a él mirándole malditamente serio. –A mí mis fans me piden demasiadas cosas. Desde que les firme las tetas, hasta que les lance las toallas. –Seungri afiló su mirada. –Pero no hago ninguna de ellas, ¿sabes por qué? Porque estoy malditamente seguro que a mi novio no le gustaría verme haciendo esa estupidez.
Seungri se giró indignado. Realmente estaba serio.
-Yo sólo le cumplía el sueño… eso dijo…
-Existen las fotos, los papeles, las manos… ¿y le vas a las tetas? –Seungri ladeó la cabeza. -¿Y esperas que te crea? ¿Tú, sinceramente, crees que ella te dijo que quería cumplir su sueño que era que le firmaras las tetas? ¿Ese era su sueño? PARA CUALQUIER FAN SU PUTO SUEÑO ES MIRARTE EN VIVO O TENER UNA FOTO O UN AUTÓGRAFO POR NO EN SUS PEZONES. IMBÉCIL.
-Seungri, no me trates así-
-¿Ah, no? –El Maknae alzó las cejas. –Lo que pasa es que tengo a mi lado a un idiota que no sabe diferenciar entre un fan y una ofrecida.
Seungri se giró y comenzó a caminar.
-¿Y sabes qué? –Seungri le miró. -¡No quiero verte, vete de aquí!
-¿Qué?
-¡Que te vayas! –Seungri gritó alto. -¡Si tanto te gustan los senos vete por una mujer, te equivocaste de pareja!
-Seungri, exageras-
-¿Exagero? –Ok, Bae debió callarse la boca, ahora sí la había fregado. -¿Así que exagero, eh? VETE DE AQUÍ, AHORA.
-Seungri, esta es mi casa también.
-¡ME IMPORTA UNA HECTÁREA DE MIERDA! ¡VETE DE AQUÍ, VETE, VETE, VETE!
Seungri lo empujó hasta la puerta y luego se la cerró en la cara y le puso llave. Con Seung Hyun no decíamos nada, ¿y quién diría algo en estos momentos? Estaba claro que nadie se metería. Bueno, al menos no todavía. Seungri se giró y nos miró mientras entrecerraba los ojos.
-Espero que ustedes no le abran, si no quieren dormir con él afuera.
-Eh… Seungri… -le llamé cauteloso. -¿No crees que sí fue un poqquiiiiiiiiito exagerado?
-Hyung –me miró serio una vez más. –Hablaremos cuando tú encuentres fotos de TOP Hyung firmando tetas por la vida, antes no.
Y se fue. Entró a su habitación dando un portazo y le puso llave.
-De verdad está enojado –Seung Hyun me miró.
-Seung… -él me miró atento. –Tienes prohibido dar autógrafos en partes sensibles del aparato femenino, ¿entendido?
-No lo haré, jamás nunca –Seung Hyun asintió inmediatamente. –Ahora, Yongie… deberíamos ir a dormir, debes descansar, mañana iremos con YG, recuerda.
-¿Cómo duermo pensando que Bae está afuera?
-Mira, amor, en algún momento Seung saldrá por él.
-¿Y si no sale?
-Tranquilo, lo hará. –Sonreí y entonces tomé su mano para irnos a dormir.
~
Daesung.
-Ay, pero que linda la vida…
Parecía ser la noche más linda que había visto. Mi reloj marcaba las 3 am. Debía entrar a casa sin que nadie se percatara sino comenzarían con sus preguntas locas sobre qué estaba haciendo y me abstendría de responder. Una sonrisa se esparció por mi rostro. Saqué las llaves de la casa y subí la pequeña escalera de la entrada y al llevar un bulto negro estaba afuera de la puerta.
-¿Quién eres? –Retrocedí. ¿Acaso era un ladrón esperando que todos se durmieran para matarnos?
-Uhm…
El bulto se estiró y entonces me percaté. ¡Young Bae!
-¡Hyung!
-¿Daesung? –Él abrió los ojos lentamente y me miró.
-¿Qué demonios haces durmiendo acá afuera? ¡Te vas a morir de un resfriado! ¿Estás loco?
-No… Seungri me echó…
-¿Por qué? –Seungri nunca echaba a Bae, se supone que era su guatero por las noches, o al menos eso decía.
-Porque le besé los pechos a una fan en un club nocturno.
-Oh –le miré fijamente. ¿O sea que no está permitido firmar cualquier cosa? Era bueno saberlo, así no tendría yo esos problemas más adelante. –Seguro no te quiere ver. Pero anda, entra conmigo.
-Dae, está como loco. No quiere ni verme la punta del cabello. Y tú morirás conmigo si entro.
-Entraremos en silencio, y rápido hasta mi habitación. Si te quedas aquí te enfermarás, y necesitas estar sano para los siguientes conciertos, Hyung.
-Vale, está bien.
Abrí la puerta lentamente y miré a todos lados. Todas las luces estaban apagadas, eso quería decir que estaban todos durmiendo. Entré con sigilo y le indiqué a Bae que entrara tras de mí, él entró y cerró la puerta lo más cuidadosamente posible. Caminé hasta la esquina y me puse de pie frente al pasillo de las habitaciones. Estaba todo vacío, miré a Young Bae y ambos caminamos rápidamente y en silencio hasta mi habitación.
Entramos rápidamente y cerramos la puerta. Me lancé encima de la cama, moría de sueño.
-Estoy tan cansado.
-¿Qué estuviste haciendo para estar tan cansado, Dae? –Él alzó una ceja.
-¡Oye! –Me quejé. Sentía mi cara arder. –Sólo… toma un pijama de mi ropa y durmamos, ¿ok?
-Está bien, pero tu cara roja como el tomate no pasará desapercibida, eh.
-¡Ya!
-Oye Dae, ¿no te molesta si duermo sin camiseta? –Bueno, ya estaba acostumbrado a verlo sin camiseta las 24 horas del día, total, era normal en él.
-No me molesta –ahora que lo pensaba, ¿debería dormir con pijama? ¡Yo siempre duermo desnudo! Así es más cómodo, pero supongo que sería incómodo dormir así con Bae en mi habitación. –Oye, ¿te incomoda que duerma en Bóxer?
-No, he visto hasta tu trasero por las mañanas, idiota –él se lanzó a reír.
-¡Oye! ¡Eso fue un accidente! ¡Se supone que estaba solo en casa!
-Ya, ya, pero no grites que despiertas a los demás.
-Ok –me senté en la cama y me tiré a dormir. –Puedes usar el lado izquierdo, es que a mí siempre me gusta el derecho.
-No entiendo tus reglas para dormir –Young Bae me miró confundido.
-Aish, sólo acuéstate para ese lado y duerme. Me estás haciendo enojar. Y mira que venía de buen humor.
-¿Le hiciste el trabajito a Charlie?
-¡Ya! –Le miré con mis ojos muy abiertos.
-Dae, entre amigos podemos conversar estas cosas.
-No quiero conversar sobre mi intimidad, y menos a las 2:30 am. Sólo durmamos.
-Qué aburrido.
-Oye, yo no soy Seungri –él me miró riéndose. –Seungri es el único que te habla de sexo a estas horas, pero por idiota estás durmiendo conmigo, así que duérmete y piensa en no volver a firmar senos por ahí.
-Yo pensé que estaba siendo bueno cuando le di el autógrafo.
-Para ti todo es bueno, eh.
Young Bae rodó los ojos.
-Me dormiré porque ya no quiero escucharte.
-Mal agradecido.
Le di un golpe en la cabeza y luego me giré al lado contrario.
-Buenas noches, espero que mañana no te vuelvan a echar de casa.
-Jajá muy gracioso.