Capítulo 38
Enfrentando la verdad.
Abrí mis ojos lentamente y pestañeé un par de veces por la luz.
Me habían dado de alta del día de ayer en el hospital porque dijeron que ya estaba mejor, sólo debía hacer reposo. Sólo había quedado un poco adolorido en el lugar donde habían hecho la operación. Eso me recordaba… ¡Tenía una cicatriz horrible en el vientre! Era en la parte baja, pero aún así se veía horrible. Ahora ya ni podría quitarme la camiseta, qué vergüenza que lo vieran los demás. Hice un puchero y entonces me giré cuidadosamente.
Lo que mis ojos vieron fue lo más tierno. Seung Hyun estaba en cuclillas en la cuna mirando a nuestra preciosa hija quien dormía tranquilamente ahí. Su mirada estaba llena de ternura y amor que mi corazón latió con tanta fuerza como fue posible observando aquella escena preciosa.
-¿Qué haces ahí?
Susurré bajito y entonces Seung Hyun se giró inmediatamente mirándome. Me sonrió con ternura y entonces miró nuevamente a la cuna.
-Estoy cuidándola.
Sonreí y entonces extendí mis manos.
-Quiero cargarla.
-Pero está durmiendo.
-No importa, quiero cargarla.
Hice un puchero. Desde que mi bebé nació, todos la habían cargado. Mi familia, la de Seung, los chicos, todos la habían cargado y la habían besado y le habían acariciado, menos yo. Y yo sí que tenía más derecho que todos.
Seung Hyun la sacó con cuidado y entonces se acercó a mí. Yo me senté en la cama lentamente y entonces extendí mis manos recibiéndola con cuidado. Era tan pequeña, con uno de mis dedos podía tomar su pequeña mano. Ella dormía tranquilamente, ajena a todo lo que causaba en mi interior.
Seung Hyun se sentó a mi lado en la cama y nos miraba maravillado, como si nunca hubiera visto algo mejor en su vida.
-Es preciosa –acaricié su mejilla. Su piel era tan delicada y suave que me producía querer apretarle los cachetes, pero obviamente no lo haría.
-Es igual a ti –Seung Hyun sonrió maravillado.
-Somos lindos, ¿no? –Le miré sonriendo y él me besó suavemente.
-Preciosos –dijo y acarició mi cabello. –Los amo.
-Nosotros también.
Él sonrió y tomó la manito de Ji Young con delicadeza mientras le miraba, parecía hipnotizado por ella.
-Seung, ¿y los chicos?
-Pues, Daesung en casa de Charlie. Curiosamente pasa más tiempo allá ahora… -Seung Hyun se quedó pensando unos momentos.
-¿Qué pasa?
-Comienzo a pensar que esos dos ya tuvieron –él alzó las cejas divertidamente. –Ya sabes…
-¡Ay, Seung! –No quería hacerme la imagen mental de aquello. Si se habrían acostado ya o no era cosa de ellos. Claro que debían haberlo hecho pero no quería saberlo. -¡No es nuestro problema!
-Yo sólo decía, Ji –me miró inocente. –Y bueno, Seungri y Bae fueron a casa de la mamá del Maknae y se llevaron a Alex.
-¿Qué?
No podía ser. ¿Acaso Seungri le iba a decir a su madre?
-Pues, Seungri dijo antes de salir: “mejor que mamá arme alboroto ahora que después” y luego se fueron.
Él había imitado la voz de Seungri, no pude evitar reír ante eso.
-¿Van a estar bien?
-Va Young Bae, ¿qué puede salir mal?
Yo le quedé mirando. Tenía razón, ¿qué podía salir mal?
~
-¿Qué estás diciéndome?
La señora Lee no alcanzó ni siquiera a decirle hola a su hijo cuando este le dijo todo en la cara apenas le abrió la puerta. Ella simplemente había quedado con un tick en el ojo. Seungri sonría con el niño entre sus brazos y Young Bae atrás de él, lo había soltado como quien viene asfixiado por vomitar la verdad. Ella no había alcanzado ni siquiera a procesar la primera palabra.
-Pues… -Seungri miró a su madre. –Que adopté a Alex y Bae es mi novio.
-Q-que-
-¡¿Qué?!
Hana abrió la puerta más aún y entonces Seungri rodó los ojos mirando a su hermana que parecía terriblemente enojada y miraba todo atenta.
-¡Siempre haces lo mismo, Seung Hyun!
-Ay, ¿qué te pasa? –Seungri le miró asqueado. –Ya te volviste loca, Hana.
-¡Te dije que Bae era mi tipo ideal! ¡Te lo dije! ¡¿No podías buscarte otro novio?!
-Me lo dijiste hace unos meses, Bae es mi novio hace más de dos años. No me vengas con cosas.
-¿Hace cuánto? –Su madre abrió mucho los ojos.
-¡Me mentiste! –Hana le miró enojada. -¡Me traicionaste!
-Ya perdió la cabeza- Seungri rodó los ojos.
-¡¿Qué pasa con el beso que nos dimos?!
-¡Oye, ahora que recuerdo besaste a mi novio! –Seungri frunció el ceño. -¡A MI NOVIO! ¡MIO!
-¡Tú no me lo dijiste! ¡Dejaste que me enamorara!
-No inventes, ¿cómo te vas a enamorar de la nada?
-¿Se pueden callar? –La madre de Seungri parecía mareada.
-¡Pues así es, hermanito!
-¡Te lo prohíbo! ¡Estás loca! ¡No puedes mirar a Young Bae!
-Ah… -Alex comenzó a llorar por el susto de los gritos en brazos de Seungri.
-¡Yo lo digo!
-¡Pues no te escucho!
-¡CÁLLENSE!
La señora Lee le quitó el niño a Seungri de los brazos y entró en la casa con él entre sus brazos. Los hermanos se quedaron en silencio y Bae simplemente evitaba hasta respirar para no meterse en problemas.
-¡¿Qué esperan para entrar?!
Entraron silencio y la Señora Lee se sentó con el niño en sus piernas. Le miró fijamente y luego acarició su cabello.
-Ya no llores, pequeño. –Le dijo acunándole. Ella vio a los dos acercarse a la sala. Hanna simplemente caminó indignada con su hermano hasta su habitación. –Siéntense. Ahora cuéntame, de manera tranquila, qué demonios significa todo esto.
-Pues, eso –dijo como si no fuera nada del otro mundo. –Bae es mi novio, te lo presento. Dong Young Bae, mi mamá, mamá, Bae.
-¡Eso no idiota! ¡¿Crees que soy estúpida?!
-¡Pero tú dijiste!
-¡Dime cómo pasó!
-Ah… pero explícate bien –negó y entonces suspiró. –Un día estábamos juntos y me dije, oh, me gusta Bae, y él dijo: oh, me gusta Seungri y así. Y luego me invitó a salir y luego me dijo que fuéramos novios y luego me llevó a la cama y-
-¡SEUNGRI!
Ambos le hicieron callar y el menor se cruzó de brazos rodando los ojos.
-¿Te acostaste con Bae? –Hanna llegó corriendo mirando aterrorizada. Ella sentía completa envidia hacia su hermano.
-¡Hanna! –Su madre le regañó. –Vete a tu habitación y deja ese tema.
-Sí, millones de veces –Seungri le sacó la lengua. –Ya te dije que es mío.
-¡Seungri! –Su madre le regañó. –Mucha información.
-Para qué preguntas si sabes qué voy a responder.
-Ya –ella le cayó con la mano. –Veamos qué tiene que decir Young Bae.
Ella miró fijamente a Young Bae, severa. Seungri se cruzó de piernas y guardó silencio, luego miró al moreno a su lado. Esperaba que la valentía con que lo reconoció delante de todos el otro día no se hubiera esfumado ahora.
-Pues yo… -él jugó con sus manos. –Es verdad que somos pareja hace mucho tiempo con Seungri. Yo quiero muchísimo a su hijo.
-¿Le tienes paciencia, eh?
-Creo que él me la tiene a mí –dijo sincero. –Soy yo el afortunado.
Seungri le miró asombrado y entonces sonrió levemente. Sí, estaba con el hombre correcto a su lado. Nunca había traído una novia o novio a casa a conocer a sus padres, y se alegraba de que fuera Young Bae, porque era la persona correcta en su vida, él lo amaba por sobre todas las cosas. Su corazón no mentía cuando le decía que era el indicado.
La madre de Seungri pareció calmarse y entonces, por primera vez en todo ese rato sonrió.
-Ahora díganme… -ella miró al niño en sus brazos. -¿Cómo se supone que adoptaron si apenas se cuidan ustedes mismo? No, esperen, ¿cómo Yang permitió esto?
-Pues, larga historia… -Seungri se puso serio. –El niño fue dejado afuera de nuestra casa, ha vivido con nosotros cerca de un año, mamá. Nos hemos encariñado con él y cuando lo descubrieron querían mandarlo a un hogar de menores, él iba a sufrir ahí. Yo me encariñé de él, y no quería dejarlo, y con Bae decidimos adoptarlo.
-Ya veo… -ella intentaba asimilar todo aquello. -¿Están seguros?
-Sí –Seungri asintió.
-¿Puedes con dos niños, Young Bae? –el moreno sonrió.
-Sí, claro que sí.
-Ay, ay… -ella suspiró. –Chiquillos locos. A ver, ¿cuál es el nombre de esta criatura?
-Alex –dijo Seungri sonriente.
-Alex… -ella acarició su mejilla. –Supongo que soy abuela, ¿no?
-Está en papeleo, sólo falta que sea legal.
-¿Cómo?
-Necesitamos estar casados.
-¿Piensan casarse? –Ella abrió mucho sus ojos. -¿Tú? ¿Mi hijo casándose?
-Sí, mamá –él rodó los ojos. –Se supone que sí.
-¿Qué le hiciste para que se quisiera casar? –Ella miró al moreno.
-Oye –Seungri interrumpió. –Ahora que lo pienso bien, ¿dónde está mi anillo? ¿Y por qué no te has arrodillado? ¿Por qué no estás rogando que me case contigo?
-Ah… pues… no sabía, yo pensé-
-Si piensas que yo asumiré de la nada que nos casamos estás equivocado, Bae. Vas comprando el anillo y te arrodillas, si no, no vale.
-Ahora, ¿estás seguro? –La madre de Seungri parecía probarlo.
-Sí –asintió nuevamente.
-¿Tu madre lo sabe? –Ella les miró seria.
Entonces ambos se miraron.
-Pues…
-¡¿No sabe?! Pues, van a decirle inmediatamente.
-Vale, le diremos –dijo el menor. –Ahora… ¿me devuelves a mi bebé?
-Está conociendo a su abuela, déjalo.
-Bae… nos quitaron a nuestro bebé –dijo en un puchero.
-Déjalo, ella parece contenta –sonrió mirando a su ahora, oficialmente suegra.
-Oye…
-¿Uh?
-Te amo –confesó sincero el menor. –Gracias por aguantarme, y por esperar, y por todo.
-No, Ri… tú me das la oportunidad de amarte. Soy yo el que está agradecido de ello. Te amo más.
Le tomó de la mano suavemente y luego sonrieron. No se besaron porque estaba la madre del menor en frente, pero sabían que con una caricia se demostraban todo el cariño.