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Comenzó un 14 de Febrero. - Segunda Temporada. por G-tzii

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Notas del capitulo:

Bueno, este es el esperado epílogo... qué puedo decir. 

 

Creo que mejor dejaré las palabras para el final. Espero que lo disfruten. 

Epílogo

 

Una vida juntos.

 

 

Lo condujo directamente hasta la puerta abierta y le tomó de los hombros haciéndole caminar lentamente para que no fuera a tropezarse con nada. Luego lo dejó de pie en ese punto y sonrió mirando hacia todas partes.

 

-¿Ya llegamos? –Su voz notaba curiosidad y una pizca de emoción. -¿Me quitarás la venda ahora?

 

Daesung sonrió grandemente y entonces se giró a Charlie. Rodeó su cuello suavemente y comenzó a quitar el nudo de la venda en su cabeza para quitársela. El menor parecía inquieto y curioso, así que no le hizo esperar más y dejó que abriera sus ojos para observar todo a su alrededor.

 

El menor miró el lugar con sus ojos muy abiertos. El departamento estaba vacío, no tenía muebles, ni nada que adornara las paredes. Sólo el color blanco que irradiaba luz en el lugar. Le parecía gigante, muy espacioso y bonito. Caminó, tal como niño pequeño emocionado hasta el gran ventanal de la sala principal. ¡Se veía la ciudad entera de ahí!

 

-¡Woah! –Charlie sonrió gigantemente, el sol entraba maravillosamente y la vista hacia el río Han era perfecta. Luego de unos minutos se giró al castaño y le frunció el ceño. –Pero, ¿por qué estamos aquí?

 

Daesung sonrió gigantemente y rebuscó en el bolsillo de su pantalón. Sacó unas llames y las movió en sus manos para que sonaran llamando su atención.

 

-¡Ta-da! –Le extendió su mano al menor con las llaves. Charlie le miró sin entender. –He comprado este lugar… creo que es hora de tener un hogar, bonito, espacio y sobre todo… en buena compañía.

 

El corazón del menor latió con fuerza mirándole fijamente. Daesung sonrió aún más y tomó su mano, luego le dejó las llaves.

 

-Quiero que vivamos juntos.

 

Un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Charlie mirando las llaves ahora en su mano con un llavero de Doraemon. Sonrió grandemente. Le abrazó con fuerza entre emoción y alegría. Daesung no demoró en rodear su cintura de la misma manera.

 

Estuvieron varios minutos en aquella posición. Daesung jamás se imaginó al lado de alguien como Charlie. Jamás. Había tenido novias, por qué no decirlo, pero la mayoría no había resultado bien. Como él era una figura famosa, muchos se acercaban por conveniencia. Nunca se visualizó junto a un hombre, pero vaya que Charlie se había ganado su corazón de manera positiva. El menor jamás se mostros falso o pidió algo que demostrara que estaba junto a él sólo por lo que tenía. Había sido todo lo contario. Eso sólo le afirmaba una cosa: era la persona correcta.

 

-Dae… -le miró unos momentos. -¿Puedo elegir el color de las cortinas?

 

El mencionado sonrió grandemente y le robó un beso fugaz y suave en los labios.

 

-Claro que sí.

 

 

~

Young Bae entró en la casa relajadamente. Había estado todo el día practicando en YG algunas de las coreografías de las canciones del full MADE. Se quitó el gorro de la cabeza y luego suspiró mientras comenzaba a tararear una canción. Esas semanas habían sido cansadas. Había estado de allá para acá, viendo un sinfín de cosas que según Seungri, debían tener en la boda. Jesús, ahora entendía a Seung Hyun. Amaba tanto a Seungri, que tenía paciencia de oro cuando el menor elegía como diez colores y estaba tres horas enteras discutiendo cuál era mejor que el otro y preguntándole qué opinaba. A él no le importaba en absoluto el color, mientras le dijera que sí frente al altar se daba por pagado y viviría feliz. Pero claro, Ri le importaba, debían combinar los colores, según explicó.

 

Soltó una risilla y entonces caminó por el pasillo. Estaba todo silencioso, lo que indicaba que los dos estaban haciendo travesuras. La última vez que estuvieron tan en silencio fue cuando Alex se le ocurrió jugar con el equipo de música y terminó lanzándolo al suelo, claramente se rompió. Seungri no dijo nada en todo el día y ambos se autocastigaron esa noche sin si quiera decir una palabra. Y es que desde que Alex caminaba y decía algunas palabras todo era más complicado. Había que estar corriendo tras él todo el día para que no hiciera travesuras.

 

Abrió la puerta de su habitación suavemente y no alcanzó a decir nada cuando el par de ojos le miraron sorprendidos. Atrapados, mejor dicho.

 

Ahí estaban Seungri y Alex, los dos en la cama, comienzo, o mejor dicho, tragando, un pote gigante de helado que parecía ser de frutilla. Ambos le miraban como si hubieran sido descubiertos con las manos en la masa. ¿Qué hacían comiendo tanto helado a las 12 de la noche? Mientras, en la tele se reproducían capítulos de “Shin chan”, justamente la serie animada que Young Bae había prohibido a Alex ver. Porque claramente esa serie no dejaba buenas enseñanzas.

 

El moreno se cruzó de brazos en el umbral de la puerta. Seungri pasó sus dedos por la comisura de sus labios mientras tragaba lo que quedaba su boca y luego sonrió.

 

-Hola, negrito lindo.

 

-¿Qué hacen comiendo tanto helado a esta hora y viendo esa serie?

 

-¡TinTan! –Dijo Alex con la cuchara llena de helado en la mano. Seungri le hizo gestos a su hijo para que guardara silencio.

 

-Sí, bebé, Shin Chan… -luego se giró al moreno. –Es que… ¡Estábamos solitos y tristes porque no estabas! Necesitábamos un poquito de azúcar…

 

Hizo un puchero.

 

-¿Yo tengo la culpa entonces?

 

-Bueno…

 

-Además, es tarde, se van a enfermar.

 

-No, Bae, no pasa nada.

 

-¿Y qué pasó con la dieta para que traje te quedara estupendo?

 

-¡Mañana mismo la sigo! ¡Lo juro! ¡Desde mañana sólo lechuga!

 

Young Bae soltó una risita y se acercó a ellos. Se agachó un poco al lado de Seungri y besó sus labios suavemente.

 

-Frutilla –dijo el moreno lamiendo sus labios y luego los mordió succionándolos con algo de fuerza que dejó loco a Seungri.

 

-Te extrañé –dijo el menor mirándole con muy poca inocencia.

 

-Yo también, mi amor –le dio un último beso y rodeó la cama para sentarse al lado de Alex, quien no dudo en abrazarse a él fuertemente.

 

-¡TinTan!

 

-¿Qué dije yo? –El menor se quedó callado e hizo un puchero. –Shin Chan no es bueno para los niños.

 

Alex bajó su rostro. Seungri entonces llamó la atención de su hijo.

 

-Alex, muéstrale a tu padre lo que aprendiste hoy.

 

El menor sonrió entonces y se abrazó al pecho de su papá.

 

-Te quie-ro, papá –dijo y Young Bae olvidó completamente que lo estaba regañando.

 

Su corazón saltó de alegría en su pecho y simplemente lo abrazó con fuerza mientras besaba su cabecita. El niño se abrazó a él con emoción, tomaba las caricias de su padre como felicitaciones por lo que había dicho. Aunque todavía no sabía bien que tanto significaba, sabía que era algo bueno porque su papá estaba feliz. Seungri sonrió grandemente mirándoles.

 

-Yo te amo, bebé –le dijo el moreno dándole palmaditas en la espalda.

 

-¡Bae, tengo una idea!

 

El moreno le miró, preparado para lo que viniera.

 

-¡Debemos casarnos en las Vegas!

 

-¡Venas! –Repitió el menor dándole golpecitos en el pecho.

 

-¡Será genial!

 

-Seungri, la semana pasada dijiste que en Miami, la anterior en Jeju, ahora Las Vegas… si sigues cambiando localidad no llegaremos a tiempo.

 

-¡Bae! –Seungri le reprendió.

 

-Bae –repitió el pequeño. Alex estaba en la etapa en que repetía todo lo que oída ya que quería comenzar a hablar cuanto antes.

 

-No, no, no, papá –Seungri le explicó. –Yo le digo así, tú le dices pa-pá.

 

-Papá –dijo moviendo su cabeza.

 

-Sí, eso. –Sonrió el mayor orgulloso. –Como decía, Bae, estoy buscando un lugar que nos represente.

 

-¿Cómo piensas que todos los invitados vayan hasta allá? En tu lista de invitados ya figuran como 200.

 

-¡Hay que tener una fiesta a lo grande!

 

-Vas a invitar a media Corea.

 

-¿No quieres?

 

-Ri… -el menor le miró atento. –Lo que tú quieras, para mí está perfecto. Sólo digo que todos los invitados no llegarán hasta allá y Alex no podrá entrar.

 

-Helado de cuquilla –Alex se acercó a Seungri y este le dio su cuchara nuevamente para que sacara helado.

 

-Pues entonces puede ser cerquita… -Seungri le miró fijamente. –Pero la luna de miel en Las Vegas… ya sabes… descontrol y esas cosas.

 

Young Bae soltó una risilla entonces.

 

-Está bien, lo que tú quieras, Riri.

 

-Por eso te amo tanto –se inclinó un poco y le besó suavemente los labios.

 

-Yo te amo más.

 

-Yo amo más –Alex tenía la boca manchada con el helado de frutilla y sonreía grandemente. El moreno se echó a reír y le acarició el cabello. Seungri sonrió emocionado mientras volvía a su trabajo de comer helado.

 

Young Bae los observaba con una sonrisa marcada en el rostro. Alex cada día adoptaba más características de Seungri y ambos sólo eran un caos juntos. Pero amaba la vida con ellos, no cambiaría nada, absolutamente nada.

 

~

 

Seung Hyun frunció el ceño.

 

¿En qué momento se le ocurrió embarazar a Ji Yong? No, es más, de haber sabido que su novio era capaz de engendrar un bebé no se habría arriesgado. ¿Cómo diablos se suponía que hacía aquello?

 

Comenzaba  a rogar porque Ji Yong llegara en ese momento a casa. La bebé apenas iba para el mes y todavía no tenía ni idea, o más bien, no se acostumbraba a cambiar un pañal. Y menos con aquel olor tan feo.

 

Sacó los paños húmedos y fue limpiando suavemente con miedo a que a ella le doliera, aunque parecía divertida jugando con un peluche de Bob Esponja. Quitó el pañal sucio con la nariz arrugada. El popó de un bebé no era agradable. Volvió a la pequeña y entonces tomó un poco de talco para echarlo por los lugares para que no se humedeciera. Al menos así había visto que Ji Yong lo hacía. Colocó el pañal por debajo de su trasero y lo acomodó como pudo, luego lo cerró y la miró. Lo veía bien. Tenía una técnica aquello.

 

Su hija le miró con sus ojos cafés grandes abiertos a la par, como si esperara que él dijera algo, le estaba poniendo toda la atención del mundo. Seung Hyun llevó las manos a sus caderas.

 

-¿Qué me miras? –Ella parecía reírse mientras movía de allá para acá el peluche. El pelinegro se miró en el espejo, y cómo su hija no se iba a reír si estaba lleno de talco por toda la cara. -¿Te burlas de papá, eh? ¡Qué mala niña eres!

 

Se acercó a ella y le hizo algunas cosquillas en el estómago que sacaron carcajadas de su bebé, cosa que le hizo saltar de alegría. La risa de su hija era preciosa. Se inclinó y le besó suavemente la frente. Ella entonces dejó a un lado el peluche y estiró sus manos pequeñitas en señal de que quería ser cargada. A Seung Hyun le pareció lo más tierno en la vida. Últimamente todo lo que hacía su bebé, desde abrir los ojos o sonreír levemente le parecía lo mejor del mundo. Le derretía por dentro. Ella pasó su mano pequeñita por la mandíbula de Seung Hyun y luego por su mejilla y labios, donde el pelinegro no dudó en besar su pequeña manito, a lo que ella respondió con una risilla. Le encantaba que fuera risueña. Caminó hasta la cocina tranquilamente y, bajo el papel de instrucciones intentó hacer la leche de ella sin fallas.

 

Cuando estuvo lista, la probó el primero, asegurándose de que no hubiera quedado horriblemente mala. Y no, estaba bebestible. Sonrió y entonces caminó con ella hasta el sofá donde se sentó y la acomodó en sus brazos para darle el biberón.

 

Cuando se lo terminó lo dejó a un lado y la acomodó en sus brazos para sacar todos los eructos que podría tener. Ella le miró y comenzó a jugar con su mano, con el anillo de bodas en su dedo, le parecía lo más interesante en ese momento.

 

-¿Te gusta, eh? Algún día tendrás uno… espero que sea después de los 35. –Ella le miró atenta, sabiendo que le decían algo importante. Porque era una niña inteligente, de eso Seung estaba seguro. –Vas a ser la mujercita más hermosa. –Ella sonrió por inercia, como si entendiera lo que estaba diciendo. –Te amo, nena.

 

-Ajá –sintió un gritito y saltó en el sofá. –Llegó a casa y me estás engañando.

 

Se giró. Ji Yong entró con una sonrisa reluciente cerrando la puerta. Había estado practicando con Young Bae en YG y arreglando algunas cosas de las canciones.

 

-Te dejo un par de horas y ya le estás profesando amor a alguien más. –Ji Yong rodeó el sofá y se sentó a su lado. –Muy mal, Hyunie, yo quería un esposo fiel.

 

Seung Hyun se rió y entonces le miró.

 

-Es que ella me mira con esos ojos y no puedo resistir.

 

-¡Yo también tengo esos ojos y no he escuchado que me digas que me amas! –Reclamó tomando a la pequeña en sus brazos. –Me siento traicionado.

 

-Sabes que te amo –dijo y se acercó a él besando su mejilla. –Te amo más que todo en el mundo.

 

Ji Yong sonrió y le miró.

 

-Yo también te amo, amor.

 

Miró a su bebé y besó sus labios suavemente. Ella sonrió levemente y comenzó a jugar con su collar. Quizás le parecía interesante lo brillante que era. Ji Yong le echó una mirada rápida y luego se giró a Seung Hyun.

 

-Seung…

 

-¿Sí?

 

-¿Por qué está sin ropa? –La niña sólo llevaba el pañal y una camiseta.

 

-Ah… es que le cambié el pañal y bueno, luego me puse a darle el biberón… ya la iba a vestir –dijo apresurado.

 

-Ajá –Ji Yong asintió. –¿Y por qué tiene el pañal al revés?

 

-¿Qué? –La miró. El dibujo del osito se veía bonito. –Yo pensé que el osito iba hacia adelante.

 

-Ese es justamente el lado del trasero, Seung.

 

-Ah…

 

-A alguien le falta práctica.

 

Seung Hyun hizo un puchero y Ji Yong se puso a reír. Luego abrazó a la bebé en sus brazos besándole la mejilla.

 

-Papá te ama millones.

 

-¿Y a mí?

 

-También.

 

-¿Y millones?

 

Ji Yong le miró con una sonrisa.

 

-Infinito –respondió. –A los dos. Son la razón de mi vida entera.

 

Seung Hyun se inclinó y besó suavemente sus labios, Ji Yong sonrió entre el beso y luego le respondió de la misma manera.

 

-Gracias por tan bello regalo –susurró el mayor contra sus labios. –Por tu amor, una preciosa hija y una vida maravillosa.

 

-Te amo, Seung Hyun.

 

-Te amo muchísimo más. 

 

 

Notas finales:

Bueno, primeramente agradezco de corazón a todos y todas quienes leyeeron y me acompañaron durante toda esta historia, tanto en la primera temporada como en esta. De verdad muchas gracias por leer, por todos sus comentarios de apoyo y amor y todos los desvelos leyendo. 

Espero de todo corazón que tanto la primera como la segunda temporada de este fic les haya gustado mucho. Me atreví a meterme con una pequeña pisca de humor en este fic y creo que logró lo que esperaba. Me siento feliz por todo el fic y por todo lo que ocurrió con él. Soy feliz escribiendo y sabiendo que ustedes leen y disfrutan. 

 

Una vez más muchas gracias por seguir mis historias. Nos seguiremos viendo en los demás fics. Seguramente más adelante vendrán nuevos fics, en los cuales ya estoy pensando. 

Muchas gracias por leer y mucho, mucho amor para todos y cada uno de mis lectores. <3


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