Capítulo 7: ¡Nuevas noticias!
-¿Está despertando?
-Al parecer sí.
-¿Deberíamos decirle lo que “tiene”?
-No creo que sea el momento.
-Seung Hyun Hyung, ¿estás vivo? Pareces shockeado.
-Cómo no va a estar shockeado.
-Shh, cállense, creo que le molesta.
Sentí muchas voces diferentes. Eran los chicos, de eso no había duda. Sentía un gran dolor en todo mi cuerpo, como si un camión me hubiera pasado por encima. Quizás sí me había pasado uno por encima. Me removí un poco en la cama, ¿ya estaba en casa? Abrí un poco los ojos, pero la luz me hacía sentir incómodo.
-Creo que hay que llamar a un doctor.
-Hyung, creo que algo le molesta.
-¿Deberíamos decirle?
-C-Cállense… -Mi voz salió casi cortada.
-Hyung, ¿te sientes bien?
Abrí mis ojos lentamente y vi a Seungri con su rostro demasiado cerca del mío. Asentí levemente, aunque no me sentía muy bien. Seungri me miró por todas partes, miré alrededor. Estaban todos parados alrededor de la camilla donde estaba. Esto no era la casa de nosotros, era el hospital.
-¿Qué me pasó? –De repente todos se callaron. Young Bae se dio la vuelta e ignoró mi pregunta. Daesung con el bebé en sus brazos solamente lo movía para todos lados. Seung Hyun miraba un punto perdido en el espacio. Miré al Maknae, este trago saliva. -¿Qué... pasa?
-Hyung… es que… Aish…
-¿Qué tengo? –Pregunté serio. Quizás tenía una enfermedad terminal y no lo sabía. Era muy joven.
-Ji Yong… -Young Bae me miró serio. –No te vayas a exaltar…
-¡Como quieres que no me exalte si nadie me dice nada! –Intenté sentarme en la cama, pero sentí cabeza marearse demasiado.
-¡Hyung! –Seungri me recostó con cuidado.
-Hyung, estás delicado –Daesung parecía preocupado.
-¿Estoy enfermo? –Todos me miraron serios. –Díganme la verdad… -Sentí que mis ojos se ponían acuosos, realmente estaba sintiendo mucha angustia.
-Ji… -Seung Hyun por fin habló. Le miré atento. Los demás miraron a Seung. –Esto… ah, no sé cómo decírtelo… realmente estoy muy impresionado… la verdad…
-¡POR DIOS, SÓLO DÍGANLE QUE ESTÁ PREÑADO, NO ESTÁ TERMINAL! –La voz de Seungri se escuchó en toda la habitación.
-¡Seungri! –Young Bae le regañó. -¡Había que ser discretos y decirle con cuidado!
-Tú no me hables –Seungri ignoró a Bae y luego suspiró. –Además ponen caras de horror como si Hyung se fuera a morir.
-¿Qué dijiste? –Miré a Seungri. Este miró a Seung Hyun.
-Pues… que estás embarazado, Hyung.
-Ahora, sí dime la verdad, quieres, Maknae –me reí unos momentos y luego miré a Ri, pero este sólo miraba serio a Seung Hyun. Dejé de reír y miré a Seung.
-Ji Yong, realmente no sabía que podía ser posible.
-Basta de bromas.
-Ji, no te estoy bromeando –Seung Hyun se agachó un poco y se sentó a mi lado. –Hablo en serio.
-Creo que… deberíamos irnos. –Daesung asintió mientras salía con los otros dos.
Seung Hyun tomó mi mano, pero yo me solté rápidamente. Él suspiró y acarició su cabello algo frustrado, luego me volvió a mirar, esta vez suplicante.
-Ji… no puedes seguir enojado conmigo y menos ahora.
-Puedo estarlo cuando quiera –miré hacia el otro lado. –Ahora dime la verdad, ¿qué tengo que es tan grave?
-Ya te dijimos –de pronto sentí que se me venía todo encima, Seung Hyun hablaba serio. Su voz sonaba ronca. –De verdad que no entiendo todavía, pero al parecer es posible. Ji Yong el médico dijo que llevas tres semanas gestando.
Silencio. Mucho silencio. Más silencio. Demasiado silencio. Muchos minutos en silencio.
-Ji…
-Tienen que sacarlo.
-¿Qué?
Me giré y miré a Seung Hyun, él frunció el ceño.
-Que tienen que sacarlo, Seung.
-Ji Yong, no estás pensando-
-Sí, estoy pensando –mi voz tembló y mis ojos se llenaron de agua. -¡Claro que estoy pensando! Y esto no es normal. No puede ser. No puede pasar. Por Dios, Seung Hyun, ¿has escuchado lo que me dijiste?
-Ji Yong, ¿qué rayos estás diciendo? –Seung se puso en pie mientras se revolvía el cabello. –No, ¿te estás escuchando tú mismo? Tú fuiste el que recogió a Alex. Y eso tampoco era un buen plan en un inicio.
-¡Pero no lo tuve dentro mío! –Me senté con cuidado en la cama ignorando el dolor de cabeza. -¡Estaba solo! ¡No podía dejarlo abandonado!
-Aceptaste a Alex aunque sabías que nos traería problemas si YG o la gente se llega a enterar. ¿Y me estás diciendo que quieres “sacar a esto”?
-Seung Hyun, tú no estás entendiendo –Lo apunté con mi dedo. –Esto no lo podré esconder, esto va a salir a la luz quiera o no quiera. Esto se verá. Esto no es normal.
-¿Puedes dejar de decirle “esto”? Es una criatura.
-¿Desde cuándo te pusiste tan sensible? ¡No te gustaban los niños!
-¡Desde que Alex llegó a nuestra casa indefenso!
Se hizo más silencio. ¿Qué se suponía que debía hacer? ¡No podía tenerlo! ¡Definitivamente no podía! Esto no podría taparlo, todos sabrían, y todo se arruinaría. Y encima, Seung Hyun me negaba como su pareja desde antes, ¿ahora también negaría que en un futuro sería papá? Negué con la cabeza, eso sí era más horrible todavía.
-Llama a un doctor –Seung Hyun iba a decir algo, pero guardó silencio. –Sólo hazlo. –Seung me miró y luego golpeó la pared con un puño.
-¡Maldición, Ji Yong! ¡No te reconozco! –Yo agaché la cabeza intentando no llorar. –No voy a dejar que hagas algo así, es una vida. Y es parte de mí también. No es sólo tuyo, también es mío.
-No me hagas reír –Seung Hyun frunció el ceño y me miró. –No has reconocido que yo soy tu novio y vas a reconocer que el bebé es tuyo. ¿Cómo sé que no vas a negarlo a él también?
Seung Hyun balbuceó algunas cosas que no alcancé a escuchar, parecía frustrado.
-Ah… -Soltó un suspiro anojado y comenzó a caminar a la puerta.
-Dile a Bae que venga –fue todo lo que dije antes de que saliera.
Me estiré en la camilla de nuevo. Estrujé mi cabello. ¿Qué rayos hacía? Claramente seguir peleando con Seung Hyun no era bueno, pero es que no podía controlar mi maldita rabia con él. Aish, a veces pienso que realmente Diosito tiene algo contra mí. Subí mi camiseta y miré mi estómago.
-Es tan plano –lo toqué un poco. –No cabe nada ahí.
-Sí cabe, créeme –subí mi rostro y me encontré con los ojos de Bae.
-Young Bae, deben sacarlo -me senté nuevamente en la cama, Bae suspiró y se sentó a mi lado.
-Piénsalo una vez más, Ji.
-Bae, todos lo sabrán, todos lo notarán.
-Ah… Ji… cosas peores han pasado –yo negué con la cabeza. –Un hijo es una bendición.
-Para ti todo es una bendición.
-Ji Yong, sé que lo ves horrible, pero es un bebé. No puedes simplemente decir que lo saquen.
-A Seung no le gustan los niños, Bae.
-Seung está cambiando, Ji Yong. ¿No lo has visto? A él le gusta Alex, le gusta cuando tú lo cargas, dice que se ven lindos. Le gusta cuando sonríe, le gusta cuando el niño duerme, le gusta verlo dormir de hecho, dice que le transmite tranquilidad. A él le gusta. Y tú le gustas más.
-No lo suficiente como para decirlo a los demás.
-Eso no significa que te quiera menos.
-¿Cómo qué no?
-Es verdad que últimamente he tratado muy mal a Seungri, pero eso no significa que lo quiera menos.
-No te entiendo, ni a ti ni a Seung Hyun.
-Es que, es difícil… a veces uno no sabe cómo llevar las cosas y se equivoca, todos cometemos errores, nadie se salva. Y ustedes creen que no los queremos o que estamos cansados. Pero no significa que los queramos menos. Créeme.
-¿Y por qué no vas y le dices esto a Ri? –Young Bae me miró. –Él debe estar esperando una disculpa sincera, ¿no crees?
-¿Será porque no quiere hablar conmigo? –Young Bae guardó silencio y luego me dio la espalda.
-Ya vete –le dije y él se puso de pie, yo me di la vuelta en la cama.
-Sé que estás enojado por lo de Dong Wook.
-¿Podrías no nombrarlo?
-Vale –Dios, me molestaba escuchar su nombre. –Mira Ji… a veces no es fácil… ¿recuerdas cuándo estuve casi un año escondiéndote que salía con Seungri? ¿No me negaste tú también que salías con Seung Hyun? ¿No lo negaste muchas veces en el pasado? Haz memoria, Ji Yong. Tienes tejado de vidrio. Tú fuiste el que ignoró a Seung Hyun antes por miedo a los demás. Tú lo rechazaste más de una vez porque no querías que nadie se enterara, ni siquiera a mí me lo dijiste. Te pregunté, y lo negaste. Fue cuando intentaste sacarle celos con Seungri y todos terminamos peleando. Fue difícil para ti, ¿no? Fue difícil y estuviste a punto de perderlo por eso. Quizás Seung está pasando por lo mismo, debe ser difícil decirle a un amigo de hace años esto repentinamente. Tú lo sabes mejor que él, así que trata de entenderlo.
-Mmm… -no dije nada. Maldición. Este Young Bae era tan sabio. A veces me molestaba.
-Sólo dale una oportunidad. El pobre salió re frustrado hace unos minutos. Además, sé que no es fácil, pero no puedes decirle que quieres “sacar a esto” dentro de ti así como así. Además, para hacer un bebé, te recuerdo que se necesitan dos personas, Ji Yong. Tú fuiste una de ellas, así que asume tu parte de todo esto. No vuelvas a decir que quieres “sacarlo”, has lastimado a Seung.
-Tú hiciste llorar a Seungri, ¿eso no es lastimar? –No quería meterme en su pelea con el Maknae, pero terminé haciéndolo de todos modos. Seungri no lloraba porque sí nada más.
-Uhm… -No tuve que mirarlo para saber que estaba asintiendo con la cabeza. –Por eso debo mejorar…
-Sabes que no te perdonará así como así, lo conoces.
-¿En qué momento terminamos hablando de mí?
-En el momento en que pensé que ya no quería hablar más del embarazo, no tiene sentido.
-No tiene sentido, pero es real. Así que asúmelo. Tus padres lo asumieron y se hicieron cargo de ti y quizás ni siquiera tenían intenciones de tenerte, pero lo hicieron.
-Young Bae, si tú estuvieras en mi situación no dirías esto. Para ti es fácil decirlo.
-No, Ji Yong. Para ti es fácil decirlo. Es fácil decirle a tu pareja que quieres sacarlo, es difícil cuando eres tú al que se lo dicen. ¿Por qué si a ti te dieron una oportunidad de vivir, tú no se la darías a TU bebé? Puedes ser hombre, puedes no tener el sistema de mujer, puedes ser una celebridad, pero hay cosas que para mí no se tranzan.
-¿Sabes qué, Bae? –Le miré, él me miró serio. –No me vengas con esto, estamos en igualdad de condiciones. Tratas como la mierda a la supuesta persona que quieres, no me digas a mí cómo soy.
-¡Dejemos de sacarnos la suerte entre gitanos, Ji Yong! –Lo vi alterado. –¿No fuiste tú el que estaba triste porque dejaron a Alex botado? Esta situación no parece diferente, sólo que tú no lo quieres ni siquiera dejar ver la luz del mundo.
-Ya basta, Bae.
-¿Sabes? Haz lo que quieras. Si quieres “sacarlo”, hazlo. Pero luego no llores porque te sientes mal. Luego no me llames llorando para que te ayude.
Guardé silencio y minutos después sentí la puerta cerrarse. Maldición. El muy puto tenía razón. Solté un suspiro. Tenía un bebé, realmente tenía uno. No era una broma. Ni en mis sueños más locos pensé que esto fuera posible. Pero ahora era cierto. Realmente lo era. Volví a mirar mi estómago. Tenía algo dentro de mí. Tenía un bebé. Toqué lentamente mi estómago, casi con miedo. Tenía un hijo de Seung Hyun. Mis ojos se llenaban de lágrimas. Maldición, quizás debí ser mujer. Ah, y encima estaba pensando idioteces en un momento serio. ¿Qué se suponía que hiciera? Ahora nada era suficientemente bueno y nada era tan malo.
-Lo siento.
Era algo tonto, porque seguramente el feto ni siquiera escuchaba, pero me sentía muy mal con mi consciencia por haberle dicho que lo quería fuera. Ah, bueno, soy Kwon Ji Yong, no sería el mismo si no tuviera tanto problemas que solucionar en mi vida. Ahora tenía a Alex, estaba embarazado de una manera muy absurda y encima tenía un comeback a pocos días.. Todo se ponía muy difícil ahora. Sentí que tocaban la puerta y dos segundos después vi a Seung entrar.
-¿Puedo pasar?
-Ya estás adentro.
Seung caminó por la habitación sin acercarse demasiado. Nuevamente se hizo el silencio.
-No quiero ser egoísta –Seung Hyun habló mirando el piso. –Sé que es tu cuerpo, Ji… y si tú no quieres, entonces… no puedo obligarte… sólo… yo te quiero mucho y si tú no quieres, entonces lo aceptaré…
Escuchar que él fuera capaz de hacer lo que yo decía sólo porque me quería me hizo sentir repentinamente culpable. Tragué saliva, me dolió sentir el nudo en la garganta y sentí una lágrima correr por mi mejilla. Maldición, maldición, maldición. ¡¿QUÉ SE SUPONE QUE HAGA MÁS QUE TENERLO?! ¡AISH!
-Idiota –tapé mis ojos con mi brazo. –Se supone que me digas que no quieres…
-Ji… -Sentí su mano tomar la mía y quitarla de mi rostro. Me miró angustiado. -Perdóname, Ji Yong… -Él apretó mi mano y se sentó a mi lado. –No quiero hacerte sentir mal.
-Sólo… quédate conmigo… y no nos niegues cuando las cosas se pongas difíciles…
-No lo volveré a hacer, lo prometo.
-No lo prometas si no lo vas a cumplir. –Seung Hyun acarició mi rostro. Me miró fijamente.
-Lo prometo.
-Vale.
Seung Hyun se acercó lentamente a mi rostro y besó suavemente mi frente unos segundos. Cerré mis ojos sintiendo la caricia. Me estaba transmitiendo mucha tranquilidad, aunque era lo menos que tenía. Se separó levemente y me miró unos segundos.
-Te amo… Te amo mucho.
El silencio se hizo presente de nuevo. Ya no sabía ni qué hacía, pero una cosa era cierta, no podía “sacarlo”, y no podía hacerle eso a Seung Hyun… apreté mis dientes con fuerza. Abrí los ojos y le miré. Seung Hyun tenía su mirada clavada en mi estómago. Sus ojos no se movían de mi torso. De hecho podría jurar que sus ojos brillaban más que hace unos momentos. Una sonrisa cálida se formaba en sus labios. Solté un suspiro, resignado.
-Tócalo.
-¿Uh? –Seung Hyun me miró con sorpresa. Yo simplemente tomé mi camiseta y la subí un poquito.
-Veo en tu cara que quieres tocar. Anda, hazlo –Seung miró mi estómago y luego me miró a mí y sonrió. Parecía un niño con un juguete nuevo. Realmente el tener a Alex lo había hecho cambiar mucho estas semanas. Yo sólo rodeé los ojos cuando él sonrió grandemente.
Seung Hyun deslizó su mano lentamente por mi vientre plano. Seguramente no sentiría nada, pero sabía que el sólo hecho de saber que adentro había un porotito le iba a emocionar. Acarició con cautela la zona, con mucha suavidad y cuidado. Estuvo unos minutos en silencio y luego me miró.
-Lo siento, en serio, Ji –se me hacía raro que no estuviera diciendo “lo siento” cada cinco minutos. Realmente debía sentirse mal. Solté un suspiro. Bae tenía razón, habían cosas peores, mucho peores que esto.
-Está bien, Seung. Pero no creas que ya está todo bien, todavía estoy molesto por algunas cosas… –Me miró y luego sonrió. –Además, tú irás conmigo a decirle a mi madre esto.
De pronto dejó de sonreír.
Claro que no sonreiría.
Mi madre era como Seungri multiplicado por mil.
Mi madre era problemas.
Y si mi madre me golpearía, prefería que también golpeara a Seung. Tenía la mitad de culpa, ¿no?