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Can I Just Alohomora Your Heart? por jhopewantsthev

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Notas del fanfic:

Un regalo para las hermosas personas que son fanaticas de la pareja YoonMin, espero les guste y lo puedan disfrutar en San Valentín.

Notas del capitulo:

¡Felíz día de San Valentín a todas las lectoras y lectores! Espero les guste este regalo pues aquí les traigo un oneshot de dos partes bajo el mundo de Harry Potter, basicamente no resistí a escribir YoonMin en Hogwarts y bueno... este vomito de palabras salió, lo siento y espero puedan decirme que opinan.

El día de San Valentín en la escuela Hogwarts de Magia y Hechicería, no era lo que todos estaban esperando.


Usualmente cuando la fecha llegaba, el Gran Salón permanecería decorado de la manera en que lucía la mayor parte de los días, el banquete estaría servido por la mañana y las lechuzas entregarían la correspondencia a cada alumno. Por supuesto en ellas estaría oculta alguna carta de amor o los mismos enamorados se entregarían golosinas compradas en Honeydukes. Usualmente las chicas eran quienes estarían más emocionadas por el día y claro, los fantasmas de cada casa, no se cansarían de molestar a las parejas de tortolos que se besaran por los pasillos. El día de San Valentín en la escuela sería como cualquier otro día de clases, sin embargo este año algo parecía andar mal o al menos eso pensaba Yoongi.


—Qué demonios es esto—Cuando los pies de Yoongi se detuvieron a las entradas del Gran Salón, aquellas palabras fueron las primeras que salieron de su boca. La noche pasada recordaba cómo Hoseok, su amigo desde que el Expreso de Hogwarts dejó la estación King's Cross, había insistido en que ambos se desvelaran probando un aparato con el que la gente Muggle se divertía jugando. Al parecer el objeto denominado 'Consola', había resultado mucho más interesante de lo que creían y no fue hasta que el prefecto Namjoon, bajó en su bata de dormir hasta la sala común Slytherin, que los muchachos se percataron de que la noche ya había pasado y que en realidad debían alistarse para el desayuno. Por esta razón Yoongi sabía que el único culpable de su jaqueca era su amigo y el que todo el salón se encontrara cubierto de un color rosa, no ayudaba para nada a su condición.


Sí, Yoongi no sabía quién había sido el culpable de semejante idea, no obstante maldecía un millón de veces a esa persona.


El Gran Salón a diferencia de todos los años anteriores, literalmente gritaba 'San Valentín' por todas partes. Cada pared se encontraba cubierta por telas de tonalidad rosa, el lugar donde los estandartes de cada casa lucían orgullosos sus emblemas, mostraba ahora corazones entre otra clase de dibujos que Yoongi estaba seguro que lo harían vomitar. Las velas en el aire iluminaban el cuarto y se podían distinguir más corazones, sin embargo, cubiertos de un brillo y cayendo lentamente sobre sus cabezas provocando gritos de emoción entre las mujeres y miradas ansiosas a todo el lugar. Los ojos de Yoongi apenas podían permanecer dos segundos observando todos esos corazones y exceso de rosa sin que se desviaran antes al piso y el hecho de que él fuera el encargado de tomar fotos para escuela hacia que realmente quisiera utilizar algún hechizo para matar a estúpido que creó ese día.


—¡Oye, Yoongie-ah! ¿No deberías estar tomando fotos de esto? Venga, tómame una foto, estoy seguro que me veré muy lindo—Hoseok, quien tomaba asiento a su lado en la gran mesa Slytherin, abultó sus labios en un intento por verse adorable. El  chico de cabellos rojizos, volteó sus ojos fastidiado.


— ¡Oye, Hoseokkie- Ah! ¿No deberías estar comiéndote la cara de ese niño Hufflepuff? ¿Cómo era su nombre? ¡Ah! ¡Taehun!—


—Es Taehyung y no puedo comer su cara porque me odia, ¿recuerdas?—El pelinegro desvió  su mirada hasta la alargada mesa del otro extremo donde Taehyung olfateaba cada plato que tenía frente a él y Yoongi no entendía cómo es que su amigo, el playboy de la escuela, se había fijado exactamente en alguien tan extraño como ese chico de cabellos anaranjados y de dulces siempre pegados en su rostro. Suponía que tenía que ver con lo ocurrido hace un par de años, no obstante Yoongi jamás preguntaba, por una parte porque le daba pereza y por la otra porque no quería ver esa expresión apenada en su amigo—. De todas formas, ¿por qué estás tan molesto? Es San Valentín, deberías estar feliz y gritando como una niñita porque al fin el chico que te gusta confesará su amor por ti.

 

Hoseok hizo más aguda las últimas palabras, en un intento por imitar las voces femeninas y Yoongi sacó una fotografía justo en el momento en que todos sus dientes eran enseñados haciendo que su rostro pareciera el de un caballo. Quizás podría utilizar la imagen para alguna venganza después.


—Primero, sabía que admitirías que querías comer la cara de ese chiquillo pero enserio, ¿Taehyung? De todas las personas en la escuela, ¿Tenía que ser él? Lee historietas al revés y habla con los retratos del pasillo, no sé tú pero yo creo que está loco—Dejando la cámara sobre la mesa, Yoongi dio un mordisco a uno de los pastelillos que había colocado en su plato, soltando luego una sorpresiva exclamación ya que a pesar de tener esos estúpidos corazones arriba, sabían bastante bien—. Y segundo, exactamente por eso estoy molesto, ¿qué hay de especial en San Valentín? Sólo es otra mierda de día y, ¿¡quién rayos hizo esta decoración!? Creo que vomitare.


— ¿A qué te refieres con que está loco? Solo míralo, es la cosa más adorable que he visto en mi vida, me pregunto sí será así en la cama también…


— ¿Podrías callarte? Hay personas que quieren comer aquí—Dirigiéndole una sonrisa fingida y el dedo, su amigo se dispuso a comenzar a comer. Por un momento la conversación entre ellos se detuvo pero el bulla de los cientos de estudiantes que se hallaban en el Gran Salón, era capaz de cubrirlo. Mientras comían, Yoongi se aseguró de sacar varias fotos al entorno, tenía mucha pereza de moverse de su lugar por lo que la mayoría de estas eran fotografías sobre la decoración o su amigo llenando su boca de cosas, algunas de los maestros y otras de los fantasmas que volaban sobre la mesa entonando canciones que al parecer eran románticas. Por un segundo Yoongi había logrado olvidar toda su molestia, sin embargo su amigo decidió arruinar sus planes.


—Entonces… ¿Planeas confesarte a Jimin?—La sola mención del nombre hizo que el agarre en su cámara se hiciera mucho más fuerte y de pronto la comida ya no se viera tan apetitosa. Park Jimin, era dos años menor que él, sus padres eran Muggles y su posición en el equipo Gryffindor de Quidditch, era la del Buscador. El chico era conocido por toda la escuela gracias a las veces en que había atrapado la Snitch, sin embargo muchas de las admiradoras que tenía se debían a esa encantadora sonrisa que siempre había en su rostro y tal vez también por la forma en que su vestimenta deportiva acentuaba esos músculos en sus brazos. No que el mayor fuera a admitir que los había notado.

 

Yoongi lo detestaba, la razón no era muy clara pero cada vez que veía al chico cerca o escuchaba esa risita infantil a la distancia, sentía unas enormes ganas de golpearlo o arrojarse el mismo por unos de los ventanales de la escuela. A Hoseok le gustaba interpretar eso como una señal de amor, además de que la mayoría de las fotografías que salían de su cámara eran de ese Park Jimin entrenando o sonriendo junto a sus amigos, o simplemente haciendo nada pero no, a Yoongi no le gustaba ese niño, por supuesto que no, después de todo era un Muggle y la familia de Yoongi consistía de cientos de pura sangre bastante famosos en el mundo de la hechicería, asique otra vez no, Jimin sólo era una persona interesante de fotografiar y resultaba que siempre se encontraba donde el mayor estuviera.

 

—No sé de qué hablas, ni siquiera sé quién es ese y tampoco me interesa, ah y sí, esta es mi cara de que no me interesa—Diciendo esto, Yoongi observó a Hoseok con su típica expresión plana en un intento por darle a entender a su amigo que realmente no quería escuchar nada más pero como al parecer todo jugaba en contra de él ese día, de pronto las puertas del salón se abrieron y un muy entusiasmado Jimin corría hacía su mesa. La manera en que su túnica era mucho más grande que el chico le hacía un nudo en el estómago. Maldito seas, Park Jimin.


—¡Lo lamento! Al parecer me quede dormido… ¡Woah! ¿Quién hizo esto? ¿No se ve romántico?—Estúpida vocecilla chillona… Yoongi observaba como Jimin llegaba a su mesa y hablaba con ánimo visible en sus facciones a sus compañeros. Por supuesto, ¿Quién más pensaría que eso es romántico?


—Cuidado ahí, Min Yoongi. No entiendo por qué sigues negando tu amor por ese chiquillo, es decir, es Park Jimin, quizás parezca tierno así, pero todos sabemos lo bien que le queda su uniforme de Quidditch. Oye, si no piensas confesarte, ¿puedo quedármelo, quisiera ver si realmente bajo su ropa tiene--  


—Como sea, has lo que quieras, puedes casarte con ese estúpido Park Jimin si quieres, de todas formas, ¿quién podría quererlo?, sólo es un niño tonto, me voy—


 — Espera, Yoongi- -

 

Yoongi ignoró la voz de su amigo, tomó la cámara que se encontraba sobre la mesa e hizo a un lado su plato a medio comer, estaba por voltearse para emprender su camino fuera del salón pero lo que sus ojos encontraron fue algo que jamás esperó ver.


Park Jimin, con su cabello alborotado por el repentino despertar y su túnica mucho más grande que él, se encontraba parado justo a su lado. Los estudiantes de pronto decidieron dejar de charlar y observar la escena que se formaba y quizás sí hubiera sido otro momento Yoongi los hubiera maldecido, no obstante ninguna palabra podía salir de su boca. Jimin lo observaba con aquellos pequeños ojos que a muchas chicas les gustaban, la mirada iba dirigida directamente a la suya y su ceño se fruncía lo suficiente como para arrugar su frente. Sus labios no formaban la típica sonrisa que muchas veces había capturado en sus fotografías pues en lugar de ello sólo había una línea recta y fue entonces que Yoongi se dio cuenta que el menor había escuchado todo.


— Jimin--


—Entonces… ¿soy el estúpido Park Jimin que sólo es un niño t-tonto? ¿E-Es eso lo que piensas de mí, Min Yoongi? —Todos los ojos, excepto los de los maestros, estaban en ellos pero a pesar de ser cientos, Yoongi sólo tenía su atención en esos de color de miel que lo observaban con tristeza y confusión. Demonios, habían tantas cosas que quería decir, disculparse era mayormente una de ellas, sin embargo la palabra parecía estar estancada en su lengua, su boca se abría y cerraba esperando que algo saliera pero no podía y fue entonces que notó el envoltorio llamativo entre las manos temblantes del menor. Honeydukes. — Y-Yo… Yo iba a… No importa ahora, ¿verdad? Porque sólo soy un tonto asique… Lamento haberte tomado tiempo, yo… no importa, tienes razón—Jimin aun sintiéndose triste adoptó una sonrisa, por supuesto no era aquella que cubría hasta sus ojos y esto bastó para que el mayor se sintiera aun peor. Ocultando ambas manos tras su espalda, el chico se dio media vuelta e hizo su camino de regreso a la mesa Gryffindor, los ojos que antes habían estado en ambos ahora sólo estaban en Yoongi y era de esperarse la molestia en el rostro de muchos. Acababa de hacer desaparecer esa hermosa sonrisa en el rostro del jugador estrella, por supuesto todos querían lanzar los peores hechizos en él y sabía muy bien que aún podía dirigirse a la mesa del menor y disculparse por su idiotez pero nada de eso ocurría.

 

La imagen del ceño fruncido de Jimin, de sus labios en una fina línea y aquello en sus manos… ¿Acaso Jimin pensaba en confesarse a Yoongi?

 

Maldición, él era un verdadero idiota y por primera vez estaba de acuerdo con las palabras de Hoseok.

 

—Min Yoongi, enserio estas jodido—

 

                                                                        *

 

Min Yoongi tenía catorce años cuando abordó el Expreso Hogwarts por tercera vez. La cabina donde se encontraba como de costumbre estaba vacía y es que su amigo Jung Hoseok, de sólo un año menor que él, tenía la costumbre de abordar el tren cuando tan sólo quedaban unos segundos para marcharse. El reloj en su muñeca indicaba exactamente 10:45 y bastaba de unos minutos para que los motores del tren comenzaran a andar y los llevara directo a Hogwarts, la conocida escuela de Magia y Hechicería.


A pesar de haber pasado tres años desde su llegada a la escuela, Yoongi no podía evitar las ansías que lo llenaban cuando tomaba su lugar en el tren, sabía que en unas cuantas horas llegarían a la escuela y el sólo pensar en las nuevas aventuras y hechizos que le esperaban a él y a su amigo, lo hacían querer saltar en su asiento. El sobrero seleccionador lo había nombrado un Slytherin y Yoongi estuvo más que contento cuando Hoseok se halló a su lado también, habían muchas cosas de las que quería hablarle a su amigo, como por ejemplo, sobre cómo su prima había sido elegida para periodista en el diario 'El Profeta' o sobre aquel tío que había recibido un premio por su gran aporte en la representación de magos en el consejo. No podía esperar más y una sonrisa ya se formaba en su rostro cuando la puerta de la cabina era abierta.


—¡Hoseok, no sabes… Uhm…—Allí en la puerta no era su amigo Hoseok el que se encontraba parado, sino más bien un muchacho de una estatura más baja que la suya, cuyo suéter quedaba mucho más grande hasta llegara cubrirle las manos donde sostenía su maleta. Su cabello era de un marrón parecido al de los chocolates de Honeydukes y su flequillo cubría gran parte de su frente pero dejaba a la vista esos ojos de color miel.


El primer pensamiento que se cruzó por la cabeza de Yoongi en ese instante fue que aquel muchacho tenía el aspecto de un cachorro perdido dada la manera en que observaba de un lado a otro la cabina, no obstante los pensamientos fueron rápidamente reemplazados cuando la sonrisa apareció en el rostro contrario y fue entonces en que, vaya él es lindo.


—Hola, ¿puedo sentarme aquí? Se me hizo tarde y todas las otras cabinas están ocupadas, le dije a mi madre que debíamos irnos de inmediato por el trafico pero bueno, tu sabes cómo son ellas, ¡jamás escuchan!—Sin esperar una respuesta el chico ingresó a la cabina hasta tomar el asiento disponible frente a Yoongi, el tren comenzó a andar y el no ver señales de Hoseok hizo su expresión fuera una de molestia. Ahora debía compartir su lugar con el niño que parecía un cachorro y Yoongi no creía resistir más de esa sonrisa, se preguntaba cómo alguien podía sonreír tanto—. Woah, no puedo creer que realmente iremos  a Hogwarts, este es mi primer año y mis padres no podían creer cuando llegó la carta de la escuela hasta nuestra puerta, ¡creyeron que se trataba de una broma! Por cierto mi nombre es Jimin, Park Jimin—El chico sacudió su mano en una forma de saludo, haciendo entonces que una de las mangas de su suéter bajara hasta su antebrazo y ante lo visto, Yoongi frunció su nariz.


—Soy Min Yoongi, probablemente has escuchado ese apellido en el mundo de los magos, este es mi tercer año en Hogwarts—


—¿¡Acaso eres familiar de la nueva periodista del diario El Profeta!? ¡Sus artículos son increíbles!—A la mención de su familia el interés de Yoongi despertó, aquel tema era uno de sus favoritos y el que Jimin se viera tan emocionado, lo impulsó a nombrar toda la lista de Min's cuyos rostros eran bastante conocidos entre los magos. Desde su bisabuelo hasta el primo por parte de su padre, los nombres y premios seguían y Yoongi debía admitir que le gustaba la presencia del contrario, en especial cuando este cubría su sonrisa con el dorso de su mano, era un gesto sumamente adorable pero el mayor de los dos no se permitía decir eso en voz alta—. Tu familia es increíble, mi madre es doctora y mi padre es un maestro en una de las escuelas cerca de mi hogar, pero dime, ¿qué has hecho tú?

 

La pregunta llegó a desconcertar a Yoongi, nunca antes alguien le había preguntado eso asique estaba bastante confundido a qué responder, en comparación a sus familiares él no ha hecho nada grandioso, sólo tomar fotografías para la escuela y aprender un hechizo nuevo en las vacaciones, por lo que sí, no sabía que responder.


—No te preocupes Yoongi, sólo tienes catorce años, ¿no es así? Aún hay mucho tiempo para pensar y estoy seguro de que ambos nos convertiremos en los mejores magos que Hogwarts haya visto, ¡los mejores magos de toda Inglaterra!—Al decir esto Jimin sonrió, otra vez Yoongi pensó que era la sonrisa más linda que había visto y él mismo se dejó hacer lo mismo, siendo entonces la primera vez que sonreía desde la llegada del muchacho.


Luego de eso ambos rieron y rieron, las bromas salían con facilidad y ambos chicos tenían muchas historias interesante que contar. La familia de Park Jimin sólo eran Muggles, lo cual lo convertía en el primer mago de la familia, Yoongi siempre había pensado lo aburrida que debían ser las vidas de aquellos que no tenían magia pero luego de escuchar todas las anécdotas del menor, se dio cuenta que había estado muy equivocado, habían muchas cosas divertidas en el mundo de los mortales y en cuanto Jimin seguía riendo por aquella vez en que su amigo Jungkook cayó dentro de una fuente de agua, hizo que el mayor sintiera ganas de compartir todas esas experiencias junto a él. Después de la larga charla en que ambos llegaron a conocer más del otro, la hora de almuerzo ya había llegado y sin pensarlo dos veces, Yoongi compró suficientes dulces para ambos, complacido por la expresión de sorpresa que el contrarió hacia cada vez que probaba una golosina nueva. Casi era como si hubieran sido amigos de toda la vida, algo parecido a lo que ocurría cuando estaba junto a Hoseok sólo que esta vez había algo diferente, su corazón no dejaba de latir a cada instante que Jimin sonreía y estaba seguro que con su otro amigo eso jamás le había ocurrido. No lo sabía con seguridad, pero suponía que como había dicho el menor, aún tenían tiempo para descubrir muchas cosas.

 

Las horas habían pasado sin que ninguno de los dos se diera cuenta y no fue hasta que la puerta era abierta otra vez que ambos divisaron el castillo a la distancia.


—Ustedes dos, ¿qué hacen aquí? Todos están en el pasillo charlando, ¡Estamos a unos minutos de Hogwarts! Será mejor que se coloquen sus túnicas—Yoongi reconocía al muchacho, su nombre era Seokjin, mucho mayor que ellos y conocido por ser el mejor estudiante de Gryffindor. El chico de cabellos rojizos pensaba negarse a la oferta, siempre le habían desagradado las multitudes y creía que a Jimin también, pues mordía su labio constantemente, no obstante no fue así. Seokjin había tomado el brazo del menor y lo guiaba afuera de la cabina riendo por cuan adorable era el chico. Por un momento Yoongi sólo esperó a que este se apartara pero nada de eso sucedió y se encontró solo en su asiento.


Sabía que estaba mal molestarse, ni siquiera tenía derecho a hacerlo, por supuesto Jimin querría hacer amigos en su primer día de escuela, en especial si todo era algo nuevo para él pero entonces, ¿por qué se sentía así?


Por la ventana el castillo de Hogwarts se hacía más y más grande de la misma forma que lo hacía esa sensación en su estómago, ¿acaso se había enfermado? Esos pensamientos ocupaban su mente y tan sumergido estaba en estos que no se percató de la presencia de Jimin.


—Lo siento, ese chico Seokjin me había llevado con los demás y pensé que nos seguirías, ¿ocurre algo?—Regresando al interior de la cabina, el menor saco de su maleta la túnica requerida en la escuela, por poco Yoongi olvidaba hacer lo mismo asique decidió imitar la acción sin decir una sola palabra. No entendía por qué pero de pronto esa sonrisa en el rostro de Jimin comenzaba a fastidiarlo, en especial si esta ya no era dirigida hacía él sino hacía muchos otros—. Y-Yoongi, ¿paso algo?


—Oye Jimin, ¿por qué no le enseñas a todos lo bien que te queda esa túnica? —


—¿De que estas hablando, Yoongi? Claro que no me queda bien—Avergonzado por el comentario, Jimin bajó su mirada hasta el piso, justo entonces unos estudiantes pasaban por fuera del compartimiento pero de pronto interesados por el adorable chico en túnica, ingresaron a este. Por un momento Yoongi quiso alejar al menor de todos y proclamarlo suyo, sin embargo otra idea se cruzaba por su mente—


—Deberías darte una vuelta, todos quisieran ver cómo te queda, ¿no? —Entusiasmado los espectadores gritaron un 'Sí' y en cuanto las mejillas del menor se tornaban de un carmesí, Yoongi ya había sacado su barita y murmuraba el nuevo hechizo que había aprendido durante las vacaciones. Sin negarse, Jimin dio una pequeña vuelta, sonriendo por lo vergonzoso que había sido mientras que la expresión de las personas cambiaba de enternecidos a risas que no dejaban de salir.


El chico miró hacia abajo confundido y luego nuevamente su mirada se encontraba con la de Yoongi, dando a notar su decepción y dolor en esos orbes dorados. Bajo la túnica del menor podía darse a notar una larga cola, como también unas orejas peludas que lo hacían ver como un cachorro, la gente reía y reía por la broma, sin embargo el mayor sentía nauseas de él mismo.


Ese fue el momento en que tan rápido como llegó Park Jimin a su vida, este se marchó y no importaba cuanto esperara en la cabina por su regresó, este jamás lo hizo. En su lugar apareció un Seokjin molesto, entrando para retirar las cosas del menor mientras Yoongi era nuevamente dejado solo, esta vez quizás para siempre.


Yoongi ganó el reconocimiento de muchos en la escuela pero perdió fácilmente a quien había sido su nuevo y mejor amigo.

Notas finales:

Sep, vomito de palabras, prometo revisar errores al terminar la segunda parte, por cierto, me aseguraré de subirla mañana pues sólo faltan unos detalles asique no se preocupen, ¿Qué les pareció? ¿Cómo creen que Yoongi se disculpara? ¿Acaso fue muy malo?

En otras noticias espero este one-shot compense la demora en actualizar "Why are you shaking up my heart?" pero tampoco se preocupen ya que estoy trabajando en el capitulo.

Dejen sus opiniones y feliz día!

 


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