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Gripe por taka_shima

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Notas del capitulo:

Tiempo que no hacia esto…pero fic nuevo, yeah~

Gracias Quimera por darte el tiempo de revisarlo y me apena en parte de que perdí practica en escribir, al ver mis faltas.

Lo prometido es deuda y también más vale tarde que nunca….creo que ese lema me marca, pero aquí esta sencilla historia para el DIK.

Ya participe el año pasado, este no es la excepción…

Disfruten~ 

Despertó cerca de las nueve de la mañana, apenas había dormido como dos horas. Estaba nuevamente despierto, desde que abrió los ojos a las siete de la mañana, agitado, sudando y con la garganta seca.

Se incorporó con dificultad por falta de fuerza y energías en su cuerpo. Era de esperar cuando su temperatura corporal bordeaba o estaba sobre 38°, no tenía ganas ni de mover un musculo. Todo su cuerpo dolía, el sentir que más de una ocasión que se asfixiaba necesitando refrescar un poco sus labios y garganta.

Mareado y atontado por la fiebre, pudo beber del vaso que dejaba todas las noches sobre el mueble que, junto a sus pañuelos para limpiar su nariz, estaba al lado de su cama. Soltó un pequeño gemido de gusto y sobresalto al sentir el agua demasiado fría en sus labios ya partidos, cuando la verdad estaba a temperatura ambiente, casi tibia.

Adolorido, se volvió a acurrucar en su cama. Se cubrió con las sabanas para tratar de disminuir los escalofríos de su cuerpo e intentar dormir, pero no encontraba posición cómoda y la tos era casi imparable, que decir de sin mencionar los estornudos. Abrió apenas los ojos constándole enfocar la mirada,  la luz que entraba por entremedio de las cortinas de aquel ventanal que tenía en su “humilde” habitación, le era una tortura para sus ojos, incapaces de resistir tanto brillo. Con dificultad se volteó para que la luz diera a su espalda, quedando con vista hacia la puerta e intento dormir, pero no podía, su cuerpo dolía demasiado para no querer descansar, relajarse y dormir al menos uno de esos días de forma decente.

Sintió algo subir por sus piernas y de a poco, un lindo par de orejas perrunas se asomó sobre su hombro y a duras pena distinguió la carita de Koron. Sonrió a pesar de que los lametones de su perrito sobre su mejilla eran un poco dolorosas, su cuerpo estaba tan frágil que se sentía indefenso, pero aquellas muestras de cariño, le reconfortaban.

Koron detuvo sus mimos, debía sentir pena por él, su amo, que ha estado días en cama, la mayor parte durmiendo y quejándose en sueños, las otras no tan consciente de su alrededor.

Más tarde vio apenas a Koron alejarse un poco entusiasmado, había llegado alguien conocido porque Koron no emitió ladrido alguno. Se quedó solo nuevamente en la habitación; se volvió a cubrir un poco más y recién al levantar un poco las sabanas, notó que su ropa era distinta de la que recordaba antes de caer en cama, quien hacia cuántos días. Estaba desorientado. Su playera ahora era negra, su ropa interior era distinta. No se asustó, sabía que “él” debió haberle cambiado la ropa cuando la empapó en sudor y él ni por enterado. Cerró los ojos y sintió unas caricias sobre su cara, tan suaves y frías. Escuchó su voz pero no entendía lo que quería decir, al final pudo entender algo “¿Te sientes mejor? ¿Quieres comer algo?” Solo logró contestar con leves jadeos de animal herido y susurrar un leve “No, gracias”.

Al sentir que aquella persona se acostaba a su lado, se acercó al sentir su cuerpo helado, sabía que afuera nevaba. Salir a comprar comida y buscar alguna medicina para él debió enfriar mucho su cuerpo, en cambio el suyo ardía. Mantuvo la cercanía para que al menos la fiebre que cargaba, ayudara a entrar en calor y con lo helado que estaba el otro a él le disminuyera la  fiebre. Así ambos quedarían por lo menos unos momentos con la misma temperatura. Soltó jadeos al sentir frio, aun así permanecía con los ojos cerrados.

“Te hará mal, Taka…” no lo escucho, se pegó más a aquel cuerpo con apenas las fuerzas que tenía y al sentir frescura pudo volver a dormir o sería porque él estaba de regreso a su lado, brindándole caricias a su cuerpo adolorido hasta dormir. Lanzar

 

Nuevamente abrió los ojos, se encontraba nuevamente solo; seguía mareado pero con más energía que hace unos momentos, horas o un día. Llevaba tiempo en su habitación batallando contra la fiebre, que había perdido el sentido del tiempo, todo por su mera terquedad de no ir al hospital, también para no llamar la atención de porqué el vocalista de the GazettE estaba en uno, y así se formaran rumores de que pasaba algo. En cierta forma sí, pero la idea era que no quería llamar la atención. Terminaron el año exhausto al tener the GazettE con la agenda llena de eventos, lives, entrevistas, programas de radio y sin mencionar la filmación del PV de To Dazzling Darkness. Amaba todo lo que le relacionaba con la música y que decir con la moda, pero ahora estaba agotado, quizás la misma gripe que tenía era manifestación de su cuerpo pidiendo a gritos “Descansa”. Por ahora solo quería paz en su casa; lo bueno era que tenía buena compañía. Tomó su celular y apenas leyó los mensajes que recibió de sus más cercanos; Mensajes de que se recuperara pronto, también un mensaje de Aki que aparte de decirle que se mejorara, también decía que había sido divertido pasar el año nuevo con él. Suspiró al recordar que su amigo estaba deprimido por una ruptura amorosa y él estaba pasando algo similar en ese momento, así que para no pasar solos esa noche se hicieron compañía, nada fuera de solo celebrar en un buen bar y después cada uno a su casa. Solo que antes de llegar al ostentoso edificio en donde estaba ubicado su hogar, alguien lo esperaba a la entrada. Sabía quién era; se alegró demasiado al verlo, dándose el lujo de admirar lo seductor que se veía apoyado en la pared, completamente de negro, fumando un cigarro, con su cabellera cubriendo un poco su rostro a causa del viento helado. En vez de entrar a su hogar entrelazó su mano con la de su pareja al llegar a su lado, para así salir a caminar —aunque sonase cursi— con su endemoniado amor y así arreglar las cosas, o más bien, darse cuenta de los idiotas que eran. Ser ya ambos adultos y discutir por idioteces, quizás por culpa del estrés acumulado durante el año los tenía a todos tenso; pero al fin eran libres.

Fue sacado de sus recuerdos al sentir ruido provenir de la cocina. Se colocó una bata negra sin abrochar, descalzo camino hacia la puerta. Al llegar a ella se apoyó en el marco con las piernas temblando, le costaba enfocar la vista, veía todo de forma retardada, el ruido a su alrededor le hacía eco en la cabeza, aun así siguió caminando a la cocina, y a pesar de tener su olfato inservible por la enfermedad, pudo percibir un ligero olor a rica comida. Ahí lo vio moverse de un lado a otro en la cocina, pestañeó al ver que este le hablaba pero no oía ni una sola palabra, más al verlo caminar apresurado a su lado cuando sentía que el suelo lo llamaba, recibiendo más de algún regaño.

­—¡Tonto, debes estar en cama! —Lo cargó al ver que éste apenas podía mantenerse en pie. Al llegar a la habitación lo sentó en el borde de la cama— Después de que comas algo te llevaré, aunque no quieras, al hospital. Ya llevas tres días así, me preocupas; así que nada de reclamos. —Se acuclillo frente a él, movió sus sudorosos cabellos de aquel rostro pálido y demacrado.

­—Pero… pero… pero no quiero… —Hizo aquellos pucheros que desarmaban al ser que adoraba y que estaba frente a él. A toda costa impediría ir al hospital, no le agradaban. Las veces que fue forzado a ir era cuando tenía problemas con la voz. En ese momento era cuando el manager, el Staff y sus compañeros lo llevaban al hospital contra su voluntad, cuando podía beber aquel te que tomaba en el pasado mezclado con la medicina que era para su garganta—. Anda… no quiero, se me pasara sola esta gripe. —Su comportamiento era semejante al de un niño mimado.

—No. —Fue autoritario para intentar incorporarse, pero fue rodeado por aquellos delgados brazos y sentir el cuerpo caliente de su pareja. —Taka, no seas terco o acaso… ¿Eres masoquista? —Quiso reír cuando el otro le frunció el ceño y le desvió la mirada, lo curioso era que seguía abrazándolo

—No lo soy pero no quiero ir­— le dio un beso al tenerlo cerca y fue un poco doloroso por sus labios partidos; aun así siguió, le eran adictivos—. No quiero ir, Yutaka­ —Le suplicó, no quería ser obligado ir a un sitio que no deseaba ir, aunque ese sitio le garantizaba que mejoraría más rápido.

—Terco, en verdad muy terco —Suspiró para darle un beso en aquella rosada y caliente mejilla por la fiebre. Lo ayudó a recostarse—. Si no mejoras un poco en el día, te llevare al hospital.

Lo cubrió con las sábanas quedándose a su lado, acariciándole los cabellos. Sabía que Takanori, si Takanori no Ruki, cuando estaban fuera de la compañía o ensayando y estaban a solas, no eran Kai ni Ruki, solo Yutaka y Takanori. Le brindo caricias sobre su cabello hasta que el otro se quedara dormido. Soltó una risita al momento de incorporarse, sabía que Takanori se avergonzaba y por más que lo negara cuando se enfermaba, se ponía mimoso.

Lo dejo dormir junto a Koron, que después de comer de su platito, se recostó al lado de su amo para hacerle guardia.

~*~*~

­Se estiró felinamente al regresar a la cocina, estaba preparándose un café y tostadas antes de que el menor apareciera. Mientras Takanori descansaba y se recuperaba de la gripe, él debía seguir con un informe que le enviaron de la compañía. Vio a Koron regresar y dormir en la nueva camita que su dueño le había comprado.

Ubicado ya en la sala, se colocó los lentes, sentándose en el sofá, bebiendo de su café, no se concentraba en lo que hacía, aun así término el dichoso informe, además de organizar fechas de ensayos para el mes siguiente, que discutirían al estar todos reunidos.

Finalizo después de un par de horas.

Se masajeó la frente al quitarse los lentes. Estaba preocupado por el terco de su pareja pero tampoco lo iba a obligar a ir a donde no quería. Su celular sonó al recibir un mensaje por parte de Uruha: “¿Ruki está mejor de la gripe? Iremos mañana con Reita a visitarlos. Aoi no podrá ir al tener sus padres de visita en su casa. Nos vemos”. Pestañeó ante el mensaje pero sonrió, llevaban varios días en que no se veían, pero si mantenían todos los días contactos con los otros. Sabía que Taka como buen anfitrión, querría recibir bien a sus amigos, pero estaba dudoso si su pareja estaría mejor para entonces.

Se levantó en busca de su laptop para regresar al sofá, escuchando desde la sala la tos de Takanori provenir de la habitación. Encendió el dichoso aparato, busco por la net algún que otro medicamento casero o procedimiento que desconozca para disminuir la fiebre. Buscaba en una página, salía y entraba a otra. Todas decía lo mismo. Volvió a buscar en otra más solo por curiosidad y no se sorprendió; sí, decían lo mismo que las otras, aunque con distintas palabras. Iba a cerrar la laptop cuando un dato que había ignorado llamó su atención para ayudar a bajar la fiebre y mejorar el sistema inmune en momentos así. Asomó una sonrisa media torcida pero gratificante, había muchos beneficios para ambos hacer eso.

Apago la laptop, dejándola sobre la mesa, después ordenaría. Se levantó con calma, sonriendo, dirigiéndose a la habitación, vio que Takanori estaba despierto y semi-sentado jugando con su celular, sonrió más aún cuando el menor posó su mirada en su persona. Lo observó por unos momentos en silencio, analizándolo.

— ¿Sucede algo? —Fue él quien rompió el silencio a duras penas, su voz apenas salía, y al no obtener respuesta lo miró extrañado. Como Yutaka no le respondió y más cuando se acercó se puso frente al a los pies de la cama, le extraño más. Estaba adolorido y sudando un poco por la fiebre e iba a pedirle a su pareja que le trajera una playera seca, ya que la que estaba usando estaba empapada, pero cualquier palabra murió en su boca al ver que Yutaka de desnudaba de la cintura para arriba, dejándole a deleite de su vista el desnudo pecho. Tragó duro y se arrepintió de ello, ya que con hacer eso su garganta se desgarraba—. Qué… ¿qué haces? —Fue estúpida su pregunta. Tanto tiempo juntos que reconocía cada acción del otro con solo una mirada, un susurro, una señal; y este era uno de esos momentos en que sabía lo que pretendía, lo que quería el otro, no es que no tuviera ganas, quería hacerlo. De tanto trabajo, ir de un lado a otro, no había espacio para cariños, ni siquiera ahora que estaban libres, pues la gripe afectó su cuerpo.

Se levantó de la cama ignorando el hecho que su pareja ardía, a diferencia de él no era precisamente por gripe. Por un momento creyó que caería antes de llegar a su armario en busca de una playera seca, pero si no fuera que Yutaka se pegó a su espalda, rodeando su cuerpo con aquellos brazos duros y fornidos gracias a la batería; lo afirmó para que no cayera al tener sus piernas temblando.

—Pobre de mí Taka, tan enfermito de gripe —Su voz estaba levemente gruesa al susurrar al oído de su enfermiza pareja. Sabía que a Takanori le molestaban un poco los diminutivos y más cuando lo hacía con intensión de molestarle, conteniendo las ganas de reír satisfecho con los escalofríos que obtenía por respuesta, sabiendo que más de uno era por la gripe pero aun así continuó. Igual los diminutivos salían cuando tenían sexo desenfrenado y susurros sucios al oído—. Pobre, tan calientito que estas que llegas a ser sexy. —Una de sus manos recorrió el muslo derecho con la yema de sus dedos de forma ascendente, rosó sus caderas, fue metiéndola bajo la playera negra media sudada que usaba Takanori, logrando llegar a rosar su abdomen caliente por la fiebre, logrando como respuesta que se contrajera al sentir sus dedos helados.

—No… no estoy sexy para ti —Su voz que perdió entonación, saliendo de vez en cuando más aguda o simplemente no salía. No era que se negara, quería; solo que hacerlo era todo un desafío para su cuerpo, aunque las ganas eran más.

—Takanori, siempre estas sexy para mí —Maldijo su debilidad ante ese enano del demonio que adoraba con su vida, con solo decir simples palabras o cuando se comportaba como niñito mimado, lo prendían. Olvidando el hecho de querer bajarle la fiebre a su pareja, siendo todo lo contrario, también estaba padeciendo de cierta fiebre. A pesar de que su pareja emitiera alguno quejido por adolorido que debía tener el cuerpo por la gripe, lo apresó más fuerte en un abrazo, pegando más su pecho a la espalda sudada de Takanori, deslizando la punta de su nariz por el cuello del menor y repartir uno que otro beso llegando a su oído—. Tan calentito. —A paso lento fue retrocediendo a la cama, sentándose en el borde de ella con Takanori sobre su regazo.

Tan sensible tenía el cuerpo, adolorido y caliente. Se preguntaba si la temperatura corporal que tenía y que aumentaba lentamente, era solo por fiebre o era que Yutaka lo estaba prendiendo a cada rose. Apoyó su nuca en el hombro ajeno, mirando el techo, dejando que Yutaka besara su cuello sudado, tocara su pecho bajo la playera con suavidad pero sintiendo todo por su estado, contrayéndose por las manos frías que lo manoseaban a su antojo. Soltó un leve gemido al momento que este apretaba sus tetillas e iba a decir que parara, pero a lo mejor Yutaka tenía razón en que era un masoquista al sentir aquellos estímulos tan placenteros a pesar de lo adolorido y agotado que estaba. Soltó un largo suspiro y una especie de gemido distorsionado por la disfonía al momento que Yutaka escabullía su mano entre su ropa interior, apresando su miembro semi-erecto y masturbándolo con lentitud. Recargó más su espalda al pecho desnudo de su pareja. Estarían piel con piel si no fuera por su playera empapada, aun así, cerró los ojos, con el cuerpo lacio, abriendo sus piernas a cada lado de las del mayor, que gracias a que estaba sentado sobre su regazo, sus pies no tocaban el suelo, tanto que se sentía que flotaba y más con la masturbación que le estaban aplicando. Jadeando, gemidos distorsionados, con la respiración entrecortada, la fiebre aumentando, sudando más aún, mareado; con un dolor de cabeza que llegaba a aturdirlo, aun así los susurros de Yutaka en su oído lo mantenían consciente hasta sus límites, antes las leves corrientes que corrían por su espalda, arqueándola al momento de correrse en la mano de su pareja, quien al momento de retirar su mano la lamió. No se dio por enterado al tratar de mantener los ojos abiertos.

Antes de correrse el dolor de cabeza se había intensificado a tal magnitud que iba a llorar con ganas de jalar sus cabellos desesperado, pero con el orgasmo, algo sucedió en su cuerpo que el dolor de cabeza desapareció casi por arte de magia, junto con el dolor corporal, como si le hubiera inyectado anestesia que por leves momentos recorría su cuerpo, aliviándolo.

 

 

El provocar a Takanori al desnudarse de la cintura para arriba había sido perfecto, aunque reconocía que tenía unas ganas tremendas de hacerlo, pero como pensaba en el bienestar de su pareja descartó su placer al verlo muy decaído, aunque hace un momento pensaba todo lo contrario y su cuerpo aun ardía como el mismo infierno.

Tendió con suavidad el cuerpo lacio de Takanori sobre la cama e intento buscar una playera seca, no contando que este lo tomaría de la mano y lo obligaría a que tomara asiento al borde de la cama. Ahora fue él quien lo miró extrañado, más aún cuando Takanori tomó su mano y la llevo a su frente ligeramente sudada, manteniendo una sonrisa, preocupándole el hecho de que este ardía, solo que en apariencia se veía mejor, aun así su preocupación no disminuía hasta tenerlo sano...

Quería tomarlo y llevarlo al hospital como le había dicho en la mañana, pero no, como siempre había cedido ante el necio de Takanori. Ahora dudando si haber hecho caso a lo que leyó en esa página de internet en vez de llevarlo con un doctor. Tuvo una pequeña batalla consigo mismo en si debía o no llevarlo, pero fue una mano juguetona que ascendía por su desnudo pecho, llegando a su mentón que le obligó a girar su rostro en dirección del de Takanori y le despejó de dudas más aún con la unión de sus labios al cual solo respondió por un vago momento. Pestañeó sorprendido al verse boca arriba por el hecho de que Takanori le derribó, quedando el menor sentado sobre él, sudando exageradamente, con la respiración acelerada­.

—Tócame más, Yutaka. —Apenas percibió su voz, dejándose guiar por Takanori cuando este tomó su mano y la dirigió a su propio cuerpo afiebrado.   

Se acomodó sobre la cama con Ruki sobre su regazo. Le quitó la playera empapada por la fiebre, quedando piel con piel; solo vestidos de la cintura para abajo. Abrazó el cuerpo tembloroso y cálido de Ruki, que temblaba no solo por la excitación, sino por los escalofríos por culpa de la gripe también. Rosó con la yema de los dedos su sudada espalda, lamió su cuello salado por el sudor para terminar besando su labios rotos por la deshidratación provocada por la fiebre. Lo tumbó sobre la cama quitándole al fin la única prenda y a su vez se dio segundos de deshacerse de las propias para continuar con lo suyo, pero su sorpresa fue verse nuevamente boca arriba desnudo, con un delirante Takanori desnudo como él, restregándose con descaro. Obviamente su cuerpo iba a reaccionar a esos movimientos, sus manos que solas se mandaban acariciaban los costados ajenos, percatando que Takanori ardía de manera alarmante, pero como estaba cegado por el placer lo tomó como algo normal que su pareja ardiera y sudara de manera exagerada, que lo mirara con sus pupilas dilatadas, su cara pálida que notaba agotamiento e incluso esas ojeras tan marcadas se le hacían tan sexy, su cabello opaco por no ducharse por mantenerse en cama.

En ese momento se preguntó, ¿quién realmente era el enfermo?

Continuaron; no supieron cuándo fue la unión y que Takanori cabalgada sobre él, lo que no duró mucho ya que estaba cansado. Se lo hizo saber a Yutaka quien cambio posiciones y para hacer lo demás, siendo rodeado con los débiles brazos de Takanori, besándose a pesar que el vocal estaba lentamente asfixiando al cerrarse su garganta por falta de aire y su nariz obstruida, sus gemidos ya nulos, simplemente abría la boca en busca de aire mientras Kai se movía casi frenético tocando su punto erógeno sin descanso y mordiendo su hombro al momento del ansiado orgasmo. Fue en ese momento que pudo gritar, pudo respirar, todo se movía en cámara lenta, con gotas de sudor corriendo por su rostro, su cuerpo antes adolorido y pesado por la fiebre, estaba libre de dolor y liviano quedando lacio con un Kai agitado sobre él.

—Puedo… respirar —Estaba tan aliviado, respiraba como nunca en días, su cuerpo estaba ligero como una pluma. Cerró los ojos sonriendo como idiota, a pesar que Kai lo llamaba un poco urgido y le tocaba su mejilla llamando su atención mientras se entregaba con gusto a la inconsciencia.

Sería una buena noche para dormir gracias a Kai, su medicina humana.

Kai, quien estaba al borde del pánico al tratar de despertar a Ruki, zarandeándolo con suavidad y este sin dar señales de querer despertar. Al ver aquella leve sonrisa tan calmada, ver que respiraba sin dificultad que sudaba pero la fiebre había cedido un poco. Se dio tiempo para respirar más calmado; se levantó y como pudo se deshizo de la ropa empapada dejándolo en el cesto de la ropa sucia para ir en búsqueda de otra limpia y seca. Cubrió a Takanori con sábanas y un cobertor limpio, y este seguía durmiendo sin saber que sucedía a su alrededor. Se acomodó a su lado vigilando su sueño, notaba que el dormir de Takanori era el mejor en días, el mismo no dormía bien al vigilarlo en que no se ahogara.

Se llevó la mano a su cara y suspiró, aliviado que fuera efectivo lo que había leído en la página:

 “La actividad física durante el sexo nos hace sudar y esto es un gran apoyo contra la fiebre  que nos invade, mejorando el sistema inmune del afectado, aliviando los síntomas. A su vez mejoraba el sistema del olfato al momento del orgasmo y activando en el cuerpo ciertas hormonas que era una anestesia natural que disminuía el dolor corporal.”

Cierto que era benéfico, ya que ambos disfrutaban de ello, pero a la próxima aunque tuviera que arrastrar a Takanori por todo Tokio para llevarlo al hospital, lo haría. Había notado que su pareja se estaba asfixiando pero aun así no se detuvo. Volvió a suspirar al darse cuenta que ni en esos momentos su lado sádico desaparecía. Takanori conocía ese lado y aun así su lado masoquista se hacía dar a conocer, quizás también no fue él quien lo detuvo. Eran un par de locos… de verdad, ¿Quién era el enfermo de los dos?

Siguió vigilando a Takanori quien dormía y no evitó bostezar, también estaba cansado. Se incorporó para tomar el celular que dejó Takanori sobre el mueble de noche que tenía a su lado, notando que pasaban de las 10 de la noche. Parpadeó un poco sorprendió al notar que el día había pasado rápido. Dejó el dichoso aparato donde mismo y se tumbó nuevamente en la cama, tocó la frente del menor con su mano percatando que tenía fiebre pero dentro del rango normal. Volvió a bostezar mirando el techo, se daba vueltas pero al final se acurrucó como un gato al lado de Ruki rodeando su cintura para dormir al fin.

 

 

Despertó a la mañana siguiente por un buen aroma a café y pan tostado, abriendo los ojos e incorporándose de golpe al no ver a Takanori a su lado. Se levantó desnudo, qué más daba cuando estaba en casa y Takanori nunca se molestaba que estuviera así, es más disfrutaba de ello. Se dirigió a la cocina sin antes ver la mesa puesta con muchos alimentos en ella, escuchando ruido de tazas y cucharas, ahí vio a su pareja, con una playera larga, con su ropa interior, con pantuflas, nada comparado a cuando se muestra a los fans. Su cabello brilloso dando señal que se había duchado. Se veía muy bien, nada comparado al Takanori que apenas podía estar consciente.

—Buenos días… —Su voz lo delato, aún estaba afónico pero a pesar de que estaba ojeroso, tenía un buen semblante—. Vaya, al natural. —Vio esa chispa coqueta y burlesca, el ser escaneado por Takanori, le hizo recordar que estaba desnudo.

Ignoró aquello, acercándose y tocó su frente. Estaba levemente afiebrado, casi nada. Se ganó un “Estoy bien” por parte de Takanori quien rio al ver que Yutaka lo miraba de arriba a abajo, buscando algo raro.

—Anda a ducharte… yo termino aquí­. —Echo prácticamente a Kai de la cocina quien sorprendido le hizo caso, muy mansito.

Ya a los minutos mpas tarde, ambos vestidos, disfrutaban del contundente desayuno que preparo Takanori, quien comía de cada cosa que alcanzaba. Yutaka lo miraba en silencio, creyendo que la fiebre tenía efectos secundarios, ya que Takanori no era de los que comía con tantas ansias, si pudiera se comería hasta los platos por aquel apetito voraz.

— ¿De verdad estás bien? —Analizo a Takanori a la vez que bebía su café.

—Mejor que nunca —Sí que estaba animado mientras trataba de pasar el pan con un poco de café —Si hubiera sabido que teniendo  sexo mejoraría más rápido, lo habríamos hecho antes­­. —Soltó una risa al terminar su desayuno.

­—Oh, solo me utilizas a tu beneficio —Fingió sentirse ofendido y más cuando Takanori le quito la taza, cuando este gateado sobre la mesa sin importar que los platos cayeran al piso

—Ay, cariño mío, sádico como tú solo —Lo tomo del mentón el cual lamio—. Casi me asfixio al estar contigo, tú me utilizaste a tu beneficio al cogerme y satisfacerte —Le siguió ese extraño juego, típico de ellos­—; Además sabes que si me enfermo lo haremos, así mejorare y también gozarás. —Se acomodó al borde de la mesa frente a Yutaka quien mantenía una ladina sonrisa.

—No. —Justo y preciso— A la próxima te llevo al hospital quieras o no. —Jugó con sus dedos al acariciar la rodilla de Takanori.

—¡Ah! ¿Por qué? —No esperaba esa respuesta­— Pero si te enfermas, yo te haría una buena mamada y saltaría sobre ti si estas enfermito —Al ver que Yutaka le decía un no nuevamente, bufó molesto—. Te odio.

—No, tú me amas —Soltó su característica risa y más al ser rodeado por los brazos de Takanori quien a regañadientes le daba uno que otro beso en la boca—. Me diste un buen susto anoche al desmayarte así que no, la próxima te llevo al hospital—Sabía que le iba a reprochar al ver el gesto molesto de Takanori pero este no llegó al sonar el timbre.

Estaban tan entretenidos con su extraña charla con ligera tensión sexual, que fue Yutaka quien decido incorporarse antes los insistentes sonidos del timbre. No espero ver a Uruha y a Reita tan temprano pero los dejo pasar, quienes al ver a Takanori sentado al borde de la mesa sospechaban que esos dos estaban en algo, pero evitaron hacer un comentario en doble sentido al ver que el vocalista se veía mucho mejor.

—Hey, Kai dijo que estabas muriendo —Ya todo ordenado en la mesa, tomando los cuatro desayuno. Faltaba Aoi quien llegaría unas horas más después de despedir a sus padres.

—Ya me hacia la idea de verte moribundo en la cama, agonizando y diciendo tus últimas palabras. —Ese fue Reita quien carcajeó junto con los otros dos excepto por un Ruki que tenía un ligero tic en su ceja.

 

 

 

Pasaron la tarde en casa de la pareja, para ponerse al tanto de asuntos de la banda, ya que con la gripe de Ruki estaban un poco atrasados y la PSC estaba exigiendo. Malditos, con tal de tener dinero les importaba poco que sus artistas enfermaran.

Nuevamente el timbre sonó y Kai se incorporó para abrir, ya que Ruki no se le veía con ganas de levantarse del sofá mientras hablaba con Reita y Uruha sobre las futuras canciones. Era Aoi quien al llegar al living soltó un comentario parecido al de Uruha y Reita.

—Vaya, ya me estaba haciendo la idea de buscar un nuevo vocalista. —Todos volvieron a reír menos Ruki.

—Me encantan sus muestras de afecto, lástima que tendrán que soportarme muchos años más hasta que ya no demos más en un live y sucumbamos por la muerte. —Ahora fue él quien rio al ver el gesto de todos y más al escuchar “¡Tan extremista!”—. Más ahora  que encontré una nueva medicina gracias al líder para combatir la gripe. —Los tres no entendieron lo que quería decir pero ignoraron al estar centrados en los días de los ensayos.

Yutaka solo pudo negar ante el necio de Takanori al insistir descaradamente que optaría como el cómo su medicina.  

Notas finales:

Bueno como siempre a ultimo minuto…

Siempre me pasa lo mismo con el Kairu, quiero escribir algo sin lemon pero no me sale…

Me da mucho gusto participar en el DIK pero me hubiera gustado con más de un fic y en cuanto a las actualizaciones de los que tengo pendiente, pues dire que sigo bloqueada en escribir, la historia esta pero las ganas de escribir no.

Hasta un proximo fic o una actualización....


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