Los habitantes de Inglaterra tenían en su mayoría un solo miedo: perder a sus hijos. Era bien sabido que los lobos y conejos engañaban a cuanto pequeño caían en sus garras, para después llevarlos lejos de sus hogares a donde jamás volverían. Se rumoraba que se los comían vivos, que los torturaban o si el pequeñito tenía suerte y una linda cara los usaban para su propio deleite y placer.
Para los habitantes de Londres aquello era una pesadilla pues no había día sin que niños inocentes desaparecieran, los padres estaban desesperados y los niños muy asustados, sin embargo de entre todos ellos surgió un chico aguerrido que haría todo por librar a Londres y a Inglaterra de esas amenazas.
Ciel Phantomhive tenía 10 años cuando un lobo lo engaño, su inocencia no le permitió ver el peligro que podía correr si se acercaba a ese hombre, por esa razón accedió a ser amigo de tan amable sujeto y en prueba de esa amistad aceptar el regalo que él le ofrecía
-este caramelo te lo daré en prueba de nuestra amistad…
Al poco rato se encontraba caminando tras el sujeto en dirección al bosque, por su parte el lobo pensaba en todas las cosas provechosas que podía hacer con tan lindo niño: drogarlo había sido buena estrategia, ningún niño sospechaba de un caramelo, además estaba caminando sin protestar lo cual evitaba que lo golpeara pues no se atrevía a lastimar aquella piel tan fina y lechosa… por lo menos no todavía
-entraremos al bosque dame la mano para que no te pierdas
El pequeño de ojos azules no dudo en tender la mano, el lobo la tomo con ansias pero el niño no protesto aún estaba bajo los efectos de la droga, justo antes de entrar al bosque el lobo se detuvo al escuchar ruido entre los árboles, dos adultos armados con escopetas salieron a hacerle frente al lobo; era Vicent y Rachel Phantomhive y al ver que su pequeño acompañaba a tan horrible criatura, la madre comenzó a gritar:
-¡¡Ciel aléjate de esa criatura!!
-mamá… papá él es mi nueva amigo- el niño concluyo sonriendo los efectos de la droga no le dejaban ver la cara de preocupación y terror de sus padres
-Ciel aléjate de ese hombre, es un lobo te quiere hacer daño-esa vez fue Vicent que apunto su arma contra el lobo, por su parte el carnívoro rodeo al niño con sus fuertes brazos impidiendo que se alejara
-¿vas a disparar? recuerda que tu pequeño hijo saldría lastimado-el lobo sonrió ante eso, no importaba si esas personas eran cazadores no pondrían la vida de su hijo en riesgo más la sonrisa se desvaneció de su rostro al escuchar una detonación y después la sangre comenzó a manar de su oreja dejándole aturdido, sin otro remedio soltó al niño que se apresuró a llegar a donde su madre estaba
-¡mamá!
-tranquilo Ciel todo estará bien
-¡Rachel sácalo de aquí! yo me encargare
La mujer se internó en el bosque con su hijo mientras su marido luchaba contra el lobo que evadía cada disparo hasta que por fin pudo darle en el hombro y después en la pierna pero la suerte se le acabo ahí pues enfurecida la criatura logro golpearlo y quitarle el arma, mientras tanto Rachel y Ciel se escondían entre los grandes arboles
-cariño quédate aquí… iré a ayudar a papá, en cuanto termine volveré por ti
-¡¡mamá no te vayas!!
-no tienes de que preocuparte, pronto regresare quédate en este lugar…-esas fueron las últimas palabras que su madre le dedico, aquel fue un beso de despedida junto con una caricia en la mejilla que nunca volvería a sentir.
Cuando Rachel llego donde su esposo combatía ya era demasiado tarde, el lobo había hecho heridas profundas en el pecho y vientre de Vicent quien perdía mucha sangre. Llena de odio se dispuso a atacar a la criatura, pero de nada le valió pues termino siendo apuñalada por una daga que el lobo llevaba… Harto de perder el tiempo el lobo decidió dejar a la pareja de cazadores en ese lugar, el hombre moriría muy pronto por la pérdida de sangre no había que preocuparse en vez de ello tenía que buscar al niño era una maravilla y si lo perdía de nada valdrían las heridas en el hombro, la pierna y la oreja, se puso en marcha en dirección a donde suponía que estaba en niño.
Ciel estaba sentado entre los arbustos, la droga aún estaba en su organismo y por tanto sentía la imperiosa necesidad de dormir pero se obligaba a quedar despierto, al escuchar que alguien se acercaba se tumbó el suelo y se tapó la boca para no hacer ruido, entre las ramas pudo ver un par de botas y gotas de sangre que al poco tiempo se alejaron maldiciendo, una vez que las perdió de vista se incorporó y con dificultad corrió a donde estaban sus padres, al llegar el sol se estaba poniendo y la poca luz que quedaba iluminaba la horrible escena: su madre con el vestido lleno de sangre, un puñal en el pecho y sin vida, su padre tosiendo sangre y agonizando.
-¡¡papá!!-el grito de Ciel mas bien había sido un chillido que vino acompañado de lágrimas y sollozos mientras se arrodillaba junto a su moribundo padre y lo abrazaba llenándose de sangre
-Ciel me alegra que estés bien… tienes que darte prisa y salir de este lugar, pronto anochecería y será muy peligroso, ve al bosque y en el claro hay una cabaña ahí vive la abuela reina ella te protegerá…
-¡¡padre!! ¡NO MUERAS!
-está bien Ciel te protegimos y eso es lo que importa… ahora vete- El hombre sonrió a su hijo, intento acariciarle el cabello pero su mano callo a la mitad del camino y sus ojos se cerraron.