POV Narrador.
Onodera caminaba hacia la casa de su madre, dos días antes esta lo llamó diciendo que tenía que ir ese Domingo, para él era un fastidio ir a su casa, bueno… porque sabía que lo único que le diría su madre es que debía casarse con An-chan, si no fuera por eso, lo tendrían en casa cada fin de semana.
Pensaba… las palabras de Yokozawa lo habían despertado, eran ciertas, cada una… sin embargo, no sabía si creer las últimas, le costaba pensar en que nadie lo culpaba, mientras que el mismo se reprochaba el pasado. Sin darse cuenta ya estaba enfrente de la mansión Onodera, abrió y caminó a la parte de atrás de la casa. El jardín estaba igual de hermoso que siempre, su mamá se esmeraba mucho en su cuidado, en su arreglo, no dejaba que nadie más arreglara su “pequeño paraíso”, como ella lo definía, le traía tantos recuerdos, hasta que dirigió su mirada hacia la mesa circular con sombrilla y 4 sillas en el contorno, donde se encontraba su madre sentada, que al verle le llamó.
-¡Ritsu!- dijo su madre, se levantó de donde estaba sentada y lo abrazo, sintió ese cariño que tenía tiempo extrañando, el calor de una madre.
-Madre, cuanto tiempo sin verla- dijo mientas se separaba lentamente de ella y cuando alzó la mirada vio a su padre y a An-chan.
-Hola padre, hola An-chan- se inclinó levemente ante ellos.
-Hola Rit-chan- saludó An con una sonrisa.
-¡Hijo!- exclamó su padre jalándolo para abrazarle, abrazo al cual correspondió muy feliz.
Era bueno estar con ellos en ese momento…
POV Takano.
Era domingo en la mañana, mi despertador sonó a las 8, cuando lo oí lo apagué, de verdad no me quería despertar, estaba cansado, anoche había salido a beber con Yokozawa, y en vez de animarme me deprimió más, tenía planeado seguir durmiendo pero escuché el televisor en la sala, eso significaba que Emi ya se había levantado, como pude me levanté, y fui arrastrando los pies hasta la sala, no veía a Emi, cuando me acerque al sofá la vi acostada con los ojos cerrados, se veía muy linda, sus ojos cerrados suavemente, sus cabellos negros ondulados caían sobre su cara, sus manitas estaban cerca de su cara en forma de puño, se veía tan indefensa y eso me hacía preguntarme ¿Qué le pasó a esta niña para que ahora este así? Sola, triste… mi corazón latía un poco rápido, sentía ganas de abrazarla, comprender su dolor, llorar con ella… en pocas palabras, quería protegerla. Le removí unos cabellos de su cara para verla mejor, me reí en bajito, y ella se empezó a despertar. Levanto su mirada, se sentó rápidamente y me miró un poco sonrojada.
-Lo siento, no era mi intención despertarte- le dije sonriendo, ella solo mantenía esa mirada apenada.
-No, yo lo siento, sonó mi alarma, y caminé hasta acá, prendí la televisión con intensión de verla, pero mis ojitos pesaban y me dormir- dijo mientras tallaba sus ojos y bostezaba, se veía muy adorable.
-Está bien- dije mientras caminaba al baño.
Cuando salí del baño, ella entró y me dirigí a la cocina, donde comencé a hacer el desayuno, estaba pensando en que hacer ese día, tenía muchos asuntos que arreglar, y uno de los principales era ir a la policía para ver la situación de Emi, sabía que si iba lo más seguro era que se la llevarán a un orfanato, sin embargo no quería eso, por eso tenía que contratar un abogado para saber cómo obtener su custodia, pero de sobra sabía que había que estar casado para poder adoptar, y mi situación no pintaba muy bien, tenía que hablar con cierta personita.
Estaba tan absorto en mis pensamientos que no me di cuenta desde cuando Emi me miraba desde la barra.
-¿En qué piensa Takano-san?- me miró inocentemente, con una mirada muy serena, cuando la veía así me brindaba tranquilidad- claro… si es que puedo saber- agacho la mirada.
-Mmm…- estaba algo indeciso en si contarle o no, lo pensé unos minutos y cuando vi que se iba a levantar del banco para irse, decidí hablar- Son problemas que tengo con mi esposo- cuando la vi, sus ojos estaban como dos platos, esperaba que no fuera prejuiciosa.
-Oh! ¡Así que es su esposo!- su exclamación me tomó por sorpresa.
-¿De qué hablas?- volteé a verla, enserio tenia curiosidad.
-Etto… - Llevo su mano detrás de su cabeza y comenzó a sonreír nerviosa – Lo siento es que en el pasillo está una foto suya con otro hombre, pensé que era su hermano y que tal vez era de su boda, pero no se parecen como para ser hermanos, y pensé que podrían ser pareja pero no quería hacer conclusiones antes de tiempo-
-Oh… es mi esposo, esa foto es del día de nuestra boda, el día más feliz de mi vida- Serví un poco de café en mi taza, solo veía el humo salir… Recordaba aquel día en que le pedí a mi Ritsu matrimonio. Estaba pensando cuando Emi me interrumpió.
-¿Por qué no están juntos ahora?- su pregunta me hizo entristecer, me era realmente difícil pensar que mi Ritsu no estaba ahí, conmigo.
-Por muchos problemas que tuvimos anteriormente, decidimos que estar lejos era mejor- no podía mirarla.
-Mmm… pienso que en realidad su novio tomó a decisión ¿cierto?- muy bien… esa niña comenzaba a dar miedo.
-¿Por qué lo dices?- pregunte un poco serio.
-Quiero leche- se levantó, tomó un vaso y del refrigerador sacó el cartón de leche y se sirvió, no comprendía la acción, yo lo que quería era que me respondiera.
-Bueno… cuando lo dijo, me sonó a que usted realmente lo ama, desde que me dijo que fue el día más feliz su voz se quebró un poco, pero sonrió levemente- la miré, me sorprendía tanta observación de su parte- eso significa que a pesar de todo el recuerdo que tiene de él es muy bueno, y además no me sostiene la mirada, le duele ¿no es así? casi puedo asegurar que si lo viera a los ojos lo único que vería es un enorme amor a su esposo-
La miré totalmente sorprendido, como podía saber todo eso con solo ver mi comportamiento y escuchar mi voz, ella me miraba sonriendo de lado. Me resigne… no podía negar lo innegable.
-Tienes razón, lo amo demasiado, es mi pequeño, una de las razones por la que sigo vivo-
-Lo supuse- ella seguía sonriendo, pero ahora era algo picara- ¿Sabe? … no se los motivos por los cuales se separaron, pero no se dejen llevar por los sentimientos, es mejor pensar con la cabeza fría cuando es algo importante… piense bien todo, y cuando sepa que hacer vaya a verlo y recupérelo- cuando terminó me guiño un ojo y se fue a su cuarto.
-Pero que niña…- reí bajo y me volteé a terminar el desayuno, hoy tenía ganas de salir de compras.
POV Onodera.
-Cariño, cuidado, la parrilla ésta caliente-
-Ya lo sé mujer, no me trates como un inútil-
-Bien… pero enserio ten cuidado-
Así discutían mis padres mientras cocinaban carne, me parecía un poco divertido, en cierta parte mi madre tenía razón, mi padre era algo inútil en cuanto tareas en el hogar, él siempre tenía metidas las narices en papeles de la empresa, así que era un poco inútil para cosas de la casa. An-chan se sentó a mi lado, y mirando a mis padres pregunto.
-¿Tu madre ya te comento que piensan rehacer nuestro compromiso?- ella ahora me miraba, seria.
-Sí- respondí un poco enojado.
-¿Lo sigues amando?-
-Sí-
-Bien, mientras tu me sigas respondiendo lo mismo yo no interferiré y te ayudaré Rit-chan- me sonreí como en años no lo hacía con franqueza y alegría.
-Tenemos que hablar con ellos An, sobre todo con mi madre- amaba a mi madre, pero no podía dejar que se entrometiera más en mi vida.
Ella tomo mi mano, nos dirigimos a donde estaban mis padres, me daba seguridad que ella estuviera conmigo en eso, era mi mejor amiga, casi mi hermana, significaba mucho que ella apoyará mis sentimientos.
-Mai- llamó An a mi madre, que cuando volteo y nos vio tomados de la mano se lanzó a nosotros.
-¡Ah! ¡Mis amores! Por fin se dieron cuenta que deben estar juntos, no se preocupen yo preparó toda la boda, ustedes tranquilos- Miré a mi amiga preocupado, cuando alcé la mirada vi a mi padre mirándome con reproche.
-Madre, por favor no malinterpretes- a separé de nosotros mientras me soltaba de An.
-¿A qué te refieres Ritsu?- cruzó sus brazos y nos miraba un poco enojada.
-No es eso, lo que queremos es que pares esta locura de que nosotros dos nos casaremos- no se miraba contenta.
-¿Pero de qué demonios me hablas Ritsu? ¿Acaso pretendes hacerme cancelar todo para su fiesta de compromiso?-
-Sí, no quiero nada de eso- igual me crucé de brazos.
-¿Es eso lo que tú quieres An-chan?- ahora miraba a mi amiga con esa mirada de “di que no” pero de forma amenazadora.
-Sí Mai, yo no quiero seguir con eso, yo solo quiero la felicidad de Ritsu, pero sé de sobra que no es junto a mí- por primera vez An miraba desafiante a mi madre, nunca había pasado eso, lo que quiere decir una cosa… ella de verdad me apoyaba.
-No lo puedo creer, yo quiero solo lo mejor para ustedes y me pagan de esa forma, pero no cederé, se casan y punto- carajo… mi madre enserio que me desesperaba.
-Mujer… tú no puedes obligarlos a nada, en ellos esta lo que quieren hacer con sus vidas, están muy grandecitos como para saber que quieren- mi padre por fin habló, tal parece que él tampoco le parecía correcto todo eso.
-¿Cómo puedes apoyar eso? Ellos deben comprender que lo mejor para su futuro es estar juntos-
-Madre… - la miraba que me dio era peor que una lanza afilada –Solo te recuerdo que sigo casado con Takano, no hemos hablado de divorcio-
-Pero si están separados Ritsu, ese matrimonio ya se fue por un tubo- eso si me molesto.
-Es cierto, estamos separados, pero eso no quiere decir que nuestro matrimonio ya está arruinado, yo lo amo, y estoy segura que el también a mí, así que decidí recuperar lo que es mío- se día estaba raro, An-chan y mi padre en contra de mi madre, y hasta yo ya le quería poder un alto.
-¡PERO…!-
-Nada de peros Mai, ya oíste a nuestro hijo, él está dispuesto a todo- le tomó del hombro y volteó a verme –Estoy orgulloso, defiende tu matrimonio, no te has esforzado tanto para nada- me sonrió, así era mi padre, siempre apoyándome, confiando en que mis decisiones eran correctas.
Tomé mis cosas y salí corriendo, enserio necesitaba llegar a mi departamento, me preguntaba que habrá pasado con mi madre después de que me fui, bueno… mi vida corría peligro si me quedaba, mi madre estaba furiosa, por primera vez tres personas cercanas a ella le dicen que no, que ella estaba mal, fue un golpe bajo, pero necesario.
Cuando salí del metro, observé que las personas estaban empapadas, estaba lloviendo, caminé hasta la entrada de la estación, mi casa no estaba lejos, y pues mojarme un rato no estaba mal, caminé, cuando vi ese parque de nuevo, ese horrible parque en el que no me paro desde hace tiempo… sin darme cuenta las lágrimas ya caían por mis mejillas, los recuerdos tormentosos estaban dentro de mi cabeza de nuevo, no… no ahora que estaba decidido a cambiar las cosas para poder seguir luchando, camine por las frías calles, despacio, entré al condominio, subí por el ascensor, seguía llorando, no querían ceder, el elevador se detuvo, iba rumbo a mi departamento, pero en vez de ir a él, toqué la puerta de al lado, no abrían, volví a tocar, la puerta se abrió, y vi a la joven de hace unos días, era muy linda, cabello negro, esos ojos miel claros, su piel tan blanca, se veía tan frágil, tan inocente.
-Busco a Masamune- abrió sus ojos de sorpresa.
-Claro… disculpe… ¿está bien?- decía mientras me dejaba pasar, la volví a ver, sentí la necesidad de abrazarla, así que lo hice, la atrapé en mis brazos, después de unos segundos ella también me rodeo.
-Emi… ¿Quién es?- su voz me hizo separarme de la señorita, lo vi, ahí, parado, con la misma elegancia y porte, que solo él tiene, y mi llanto solo se hizo más fuerte, trate de calmarme como pude, para decir:
-Tenemos que hablar-
Basta de ser débil, basta de no expresarme correctamente, le diría todo lo que pienso… había llegado el momento se hablar y ambos lo sabíamos.