“De un momento a otro, todo a la basura, tanto esfuerzo, los sacrificios que hicimos, de tan solo recordarlo siento un hueco en mi estómago, porque resulto así, teníamos el derecho de ser felices…”
Otra vez hundido en la soledad…
~ ¡NO TAKANO! ~
-¿Por qué Ritsu?- una pequeña lágrima rodaba por mi mejilla, el dolor en mi pecho, mi mente vagaba cada vez más.
Era sábado y no tenía mucho que hacer…
POV Narrador.
Takano salió de su departamento, vagaba por las calles, trataba de despejar su mente.
~ -¡NO! Por favor… quiero olvidar ya… ¿sabes lo que siento yo? Cada maldito día tratando de no herirme en pensar que fue mi culpa, siento las miradas de reproche y las palabras de apoyo… es un maldito infierno- Ritsu lloraba incontrolable, tal parece que hizo un gran esfuerzo en decir lo que sentía, era el fin ¿Por qué?...~
Se sentó en la banca de un parque, observaba a la gente pasar, se inclinó hacia atrás, sintiendo el viento, cerró los ojos, sentía unas pequeñas hojas caer sobre su rostro, y entre esas sensaciones sintió una lágrima caer.
-Se supone que salí para despejar mi mente ¡tks! Que fastidio- limpio con su manga esa pequeña gota de agua y se acomodó en su lugar, de pronto escucho unos sonidos provenientes de unos arbusto de enfrente, no estaba seguro hasta que vio movimiento, se levantó para ir a observar, ya que le había ganado la curiosidad (en ese momento cualquier cosa era válida para distraer a su mente), se acercó a ellos con cautela, y entre ellos vio a una mujer intentando levantarse. Rápidamente se dispuso para ayudarla
-Espere, ya la ayudo, tome mi brazo- Takano la levanto con cuidado, cuando ella se volteó puedo ver su cara, unos ojos color miel, que contenían ternura y cierto temor en ellos, al igual que inocencia, su cabello negro recogido de lado, en ese momento se percató que apenas era una chica que no rebasaba los 16 años, sin duda una joven en verdad hermosa, la llevó hacia la banca en la que estaba sentado y le ofreció un pañuelo.
-Disculpe las molestias señor- la joven habló muy pausadamente
-No tienes que agradecer- se arrodilló en frente de ella- Dime ¿Qué hacías ahí tirada?
Su mirada cambio, a un a tranquila a una de verdad asustada, entonces comenzó a llorar.
-No… espera, no era mi intención hacerte llorar, tranquila por favor- la joven no cesaba en su llanto, sino que se hacía más intenso. Takano no tenía intención de forzarla a que dijera algo así que se sentó a su lado.
Así pasaron los minutos, lentamente, las personas que pasaban observaban la escena con curiosidad, los niños apuntaban hacia ellos preguntando porque la chica lloraba de tal manera, algunas señoras amablemente les respondía “tal vez se sienta mal, cariño” y seguían caminando, otras callaban a sus niños ordenándoles caminar, algunos otros decían “pobre chica” o “todos son iguales”.
“Lo detesto, detesto cuando las personas hablan sin saber por qué…”
Eso fue lo que pasó por la mente de Takano, simplemente no quería que la señorita tuviera otro terrible rato, entonces volteo a verla, se había calmado.
-¿Cómo te sientes?
-Mejor, se lo agradezco
-¿No me contaras lo que te pasó verdad?
-Lo siento
-No lo sientas, supongo que es algo que prefieres callarte
-Sí- respondió con la mirada baja- si gusta puede irse, yo estaré bien
-Ajá ¿Dónde vives? Te acompañaré
-Pues… es lejos, no quisiera causarle problemas
-Eres menor de edad ¿no es así?
-Sí
-¿15 o 16?
-15
-Si no me dejas llevarte hasta tu casa, tendré que llevarte a la policía para que se hagan cargo de ti- La miro fijamente, en los ojos de la joven unas lágrimas amenazaban por salir, sin embargo él no cedió- ¿Qué decides?- Ella simplemente no sabía que responder.
-No tengo familia- Logro decir con una voz apenas audible. No supo que responder, Takano se sorprendió por la respuesta, sin embargo quería confirmar algo…
-¿No tienes familia? o ¿Sientes como si no tuvieras una?- la pregunta sorprendió a la joven, pero no pasó mucho tiempo para que esta sonriera de una forma tan triste y dijera:
-Tengo, pero aunque la policía les dijera que tienen que ir a recogerme lo más seguro es que mandarían a otra persona por mí, de hecho ni siquiera es mi familia biológica… les importo tan poco…- Ella mordía su labio inferior en un intento de no romper en llanto.
-Lo siento, no debí preguntar
-No, está bien, me causa tristeza recordarlo, pero no creo que sea malo decirlo
A Takano le causa una gran tristeza verla, pensó que quizá así se veía el cuándo todavía le importaba tener cerca a sus padres, cuando añoraba pasarla con ellos como una familia, recordó de nuevo esa horrible época de su vida, si no fuera porque Ritsu apareció en esa época se hubiera hundido tan profundo sin esperanza de ser salvado, y aún que cuando se separaron fue doloroso, él estaba seguro que gracias a ese maravilloso ángel, no llego lo suficientemente hondo como para ahogarse y todavía poder ser salvado. Vio el rostro de la joven, la tristeza era muy notable.
-Bien, si gustas puedes quedarte en mi casa por esta noche, sé que soy un completo extraño, pero en lo que aclaras tus ideas creo que es más seguro que seguir en las calles, además me recuerdas un poco a mí muchos años atrás- Se sentía un poco incómodo con sus palabras pero él sabía muy bien lo horrible que era esa soledad -Me llamo Takano Masamune ¿y tú?- Extendió su mano para presentarse, ella tímidamente la tomó y con una leve sonrisa respondió –Hayashi Emi.
-Muy bien Hayashi-chan, parece que está cansada y con hambre, ¿vamos?
Takano sonrió y levanto a la joven para empezar a caminar.
Pasaron por una tienda de ropa, y Takano sugirió comprar algo de ropa para la joven, ella insistía en que no era necesario, pero él argumento que sería lo mejor, ella tenía que bañarse, y algo con que dormir, así que entraron y le compró una pijama compuesta por un pantalón y una blusa, también le dijo que escogiera ropa interior pero que él no supervisaría eso, así que le pidió a una empleada que lo hiciera, cuando terminó de escoger le dijo que todavía podía escoger una muda de ropa casual, estaba realmente apenada pero con la insistencia por parte de él no le quedo de otra, después de eso se dirigieron al departamento.
-Tranquila, el lugar está cerca.
-Sí- ella se sonrojo ligeramente.
Cuando llegaron a la puerta, ella por fin se tranquilizó al ver el lugar, no parecía un edificio de mala muerte, lucía como uno completamente normal, llegaron hasta el apartamento, después de abrir, casi entraban cuando Ritsu salió de la puerta de al lado, y se sorprendió al ver a la joven, así que por reflejo entró otra vez a su departamento, cuando la joven entro, a Takano lo invadió un pensamiento…
“Ya no me importará lo que pienses de mi Onodera, desde ahora te dejo libre…”
Con esto en mente entró, cerrando detrás de si la puerta.
Mientras tanto en la puerta siguiente…
Onodera se encontraba llorando, sentado en el suelo, con la cabeza apoyada en sus rodillas.
-Te amo… pero ya no podemos seguir el mismo rumbo. Sé feliz a tu manera… Masamune.