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Mi pasado con Aomine por Fullbuster

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Kuroko Tetsuya POV

 

Me desperté con el rostro de Aomine tan cerca del mío que me sonrojé. Apenas había dormido por la noche por lo nervioso que estaba de tenerle tan cerca, de tenerle por fin para mí. Tampoco quise soltarle en toda la noche, quizá aún tenía miedo de que todo fuera una ilusión y se pudiera desvanecer de la noche a la mañana, pero aquí estaba, seguía a mi lado y no podía evitar sonrojarme con esa cara tan relajada que tenía. Me encantaba verle dormir, ver sus facciones de chico creído a un lado, porque todas sus facciones se dulcificaban. Sonreí y acaricié su cabello, sé que a veces Aomine era muy complicado de tratar, que no dejaba hablar, que hacía lo que fuera con tal de salirse con la suya, que amaba el baloncesto aunque me hubiera dicho que se aburría, yo sabía que no era cierto, todo era su faceta, siempre haciéndose el duro pero realmente, era tal y como lo veía ahora, un chico dulce y atento, un chico estupendo y protector.

- Te quiero Tetsu – me dijo sin abrir los ojos y le vi sonreír.

- ¿Cuánto rato llevas despierto? – le pregunté.

- El suficiente, no quería perderme ninguna de tus caricias.

- Eres imbécil – le sonreí – no puedes perderte mis caricias, siempre son para ti.

- Me gustan tus caricias… pero más tus besos – dijo abriendo los ojos y cogiendo mi muñeca con brusquedad pasándome bajo su cuerpo mientras me besaba.

Me habría gustado poder despertar todas las mañanas de esta forma, viendo su sonrisa, viendo sus ojos y viviendo su vitalidad, porque menuda energía tenía ya por las mañanas. Yo era más dormilón que él supongo, me encantaba la cama pero él en cuanto abría los ojos que tanto me costaba abrir a mí… se ponía las pilas. Dejé que me besase e incluso acabé abriendo mi boca obligándole a él también a abrirla y fui yo el primero en colar mi lengua para jugar con la suya. No siempre iba a ganarme él, eso lo tenía claro.

- ¿Quieres darte una ducha mientras preparo el desayuno? – me preguntó Aomine y me sonrojé.

- Sí por favor.

- No hace falta que seas tan formal Tetsu… estás en mi casa, es como si fuera la tuya, puedes hacer lo que quieras.

- Vale

- Ya sabes dónde está el baño – me dijo sonriendo.

Me levanté y caminé hasta el baño de su habitación cerrando la puerta tras de mí. Me miré unos segundos en el espejo… tenía ojeras pero era normal, no había pegado ojo por entretenerme mirando a Aomine ¡Ni que me lo fueran a robar! Me quité la camisa descubriendo en el espejo alguna pequeña marca de los mordiscos y lametones que Aomine me dio ayer durante nuestro momento de sexo y al girarme… descubrí que tenía algún arañazo en la espalda. Ni siquiera sé cuándo me hizo esto, estaba tan excitado en aquel momento que no podía recordarlo, pero sonreí, eso significaba lo más importante para mí, había disfrutado conmigo y era completamente suyo.

Encendí el grifo con el agua caliente y me metí dentro empezando a ducharme. Me gustaba el agua caliente, podría pegarme todo el día dentro de una ducha pero no podía o más bien… no quería. Hoy quería pasar todo el día con Aomine, quería estar con él todo el tiempo que pudiera y es que no terminaba de creerme que estaba realmente con él ¿éramos novios? ¿Podía considerarme como tal? No habíamos hablado del tema, simplemente… nos habíamos besado, nos habíamos dicho lo que sentíamos y habíamos hecho el amor ¿Eso ya lo podía considerar como que estábamos saliendo?

Ya estaba terminando de aclararme el cabello cuando sentí unas manos tras de mí agarrándose a mi cintura y me sobresalté un poco, pero sólo podía ser una persona… Aomine.

- ¿Ya ibas a salir? – me preguntó.

- Sí.

- No salgas entonces porque te traigo el desayuno – dijo cogiendo mi mano y llevándola hacia su miembro – espero que te guste lo que te he preparado.

- De ti siempre me gusta todo – le dije sonriendo y girándome hacia él para besarle.

Sus labios atraparon los míos y por primera vez, empecé a sentir que cada vez besaba mejor, él era el primer chico al que besé aunque estuviera dormido, él había sido prácticamente el único que me había besado, porque Kagami lo hizo un par de veces y nada profundo. A veces sentía vergüenza por si lo estaba haciendo mal, pero Aomine jamás se quejó, sólo disfrutaba con mi boca siempre que podía.

- Siento lo de las marcas Tetsu – me dijo al ver mi cuello.

- No pasa nada – le comenté.

- Sí que pasa, quizá me pasé un poco, estaba demasiado excitado.

- Me gustó – le dije sonrojándome – me gusta cuando te excitas de esa forma, me hace sentir deseado.

- Tú siempre eres deseado Tetsu, te adoro, mira como consigues ponerme con tan sólo ese sonrojo que se te pone en las mejillas, eres impresionante, jamás pensé que tendría al mejor chico de todos a mi lado.

- Quiero hacerlo contigo – le dije – quiero ser sólo tuyo Aomine.

- Lo serás – me sonrió al ver mi rubor al decirlo.

Sus labios volvieron a hacer contacto pero esta vez mucho más pasionales que antes mientras su mano agarraba mi cintura atrayéndome más hacia él y haciendo que nuestros miembros se rozasen. Gemí al sentirlo, estaba tan cerca de mí… ese roce de mi miembro contra el suyo me excitaba demasiado y sabía que a él también, porque lo buscaba una y otra vez mientras metía su lengua en mi boca acallando mis gemidos.

Se separó de mi apenas unos segundos metiéndose los dedos en la boca lamiéndoselos y no pude evitar sonrojarme al verlo, era excitante verlo hacerlo. Bajó su mano a mi entrada preparándome para lo que íbamos a volver a hacer y yo no podía dejar de pensar que le deseaba dentro de mí como ayer, quería que entrase hasta el fondo y quería disfrutarlo ahora ya sin el miedo de la primera vez. Su miembro seguía rozándose con el mío, Aomine sabía perfectamente moverse para que rozasen y me estaba volviendo completamente loco.

Me moría el cuello con pasión mientras yo me agarraba a su cabello, a su cuello y disfrutaba, me dejaba llevar por el placer más grande que había vivido, él era sorprendente, era increíble. A cada segundo que pasaba con él, a cada caricia que me daba, sabía que era el hombre perfecto para mí, le había deseado durante tantos años y ahora lo tenía aquí frente a mí, todo para mí.

Se separó levemente de mí indicándome que no aguantaba más y me dio la vuelta obligándome a inclinarme un poco y apoyar mis manos en la pared de azulejos de la ducha mientras él golpeaba suavemente mi trasero con su miembro y aquello sí me dio vergüenza, pero tampoco tuve tiempo de pensar mucho cuando sentí que empezaba a entrar.

Dolía más que ayer, supongo que era culpa del agua que caía sobre nosotros, pero él entró muy despacio en mí, tratando de hacerme el menor daño posible y una vez estuvo dentro, le pedí que se moviera al ver que quería quedarse quieto. Yo no lo quería quieto, quería que me dilatase, que se moviera hasta que mi cuerpo se acostumbrase a su grosor, a su longitud y enseguida empecé a gritar y gemir por el placer que ese chico me daba.

- Mas hondo Aomine – le pedí con la voz entrecortada y él sonrió.

Cogió mi pierna elevándola un poco hacia su cintura para quitarla del medio y entró aún más en mí, aquella fue la mejor sensación de todas y ya no hubo forma de poder callar los gritos. Cada movimiento que hacía era placer y más placer, hasta él empezó a gemir y jadear.

- Me encanta lo estrecho que eres Tetsu – me dijo aún moviéndose con un ritmo frenético y ni siquiera pude contestarle, sólo sonrojarme y enorgullecerme de que disfrutase de mí.

Me corrí contra la pared con un grito que fue imposible disimular y Aomine sonrió triunfante saliendo de mí y dándome la vuelta obligándome a agacharme. Me arrodillé frente a él y no podía separar mis ojos de esa enorme erección que tenía ahora tan cerca de mi cara.

- ¿Quieres tu desayuno, Tetsu? – me preguntó sonriendo y le afirmé con la cabeza aún sin poder recuperar mi ritmo normal de respiración por el esfuerzo.

Aomine cogió mi cabello y me comentó con dulzura que abriera la boca metiendo su miembro en ella. Ni siquiera tuve que hacer nada, él agarraba mi cabello y me movía la cabeza diciéndome el ritmo que deseaba y yo disfrutaba con su sabor, sabiendo que gemía por lo que le hacía, sabía que era yo quien le estaba dando ese placer.

Se corrió en mi boca y fue imposible poder tragar todo aquello, de hecho cuando la sacaba de mi boca tras haberme tragado lo que pude, aún me manchó algo la cara. Se agachó frente a mí y me besó con fuerza empujándome contra la pared del fondo mientras metía su lengua en mi boca con una pasión desenfrenada.

- ¿Te ha gustado el desayuno? – me preguntó.

- Sí – le dije

El próximo día… yo también querré que me des mi desayuno – me dijo sonriendo y yo sonreí sonrojándome porque no sé si sería capaz de hacer lo que él hacía, pero lo intentaría, yo siempre intentaría lo que fuera por Aomine.

Tras ducharnos de  nuevo, salimos a desayunar y aquel día… decidimos hacer lo mejor de todo, quedar con todos los de la generación de los milagros más Kagami para ir a jugar un partido todos juntos, como antes de que todos nos separásemos. Creo que fue el mejor día de mi vida, porque por fin… todos nuestros malos roces, todas nuestras discusiones quedaban en el olvido y lo único que podía pensar, es que éramos un gran equipo. Cuando miraba a Kise y a Kagami… también pensé que esos dos, acabarían juntos y me sonrojé al imaginarme a ellos haciendo lo mismo que yo hacía ahora con Aomine porque aunque nadie lo supiera a ciencia cierta, yo sabía que el sexo con Aomine… siempre era tal y como era Aomine, pura pasión y salvajismo y me gustaba, no podría jamás decir lo contrario, me gustaba y amaba a Aomine Daiki y por fin mis sentimientos habían conseguido alcanzarle.

- Tetsu… venga, te estamos esperando – me llamó Aomine que ya corría hacia la cancha. Miré a Kagami a mi lado y ambos sonreímos empezando a correr hacia los demás, porque íbamos a demostrarles… que el Seirin siempre les ganaría aunque Aomine… había conseguido ganar mi corazón.

 

Fin

 ****

 

Notas finales:

Agradezco a todos los lectores y los comentarios que habéis dejado. Espero que os haya gustado la historia, Saludos.

 

Atte: Fullbuster


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