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Mi pasado con Aomine por Fullbuster

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Kuroko Tetsuya POV


 


Caminaba delante de Kagami y es que si fuera a su lado me habría puesto aún más rojo de lo que ya lo estaba. Me había besado, me había dejado besar por Kagami y no quise ser irrespetuoso con él porque no tenía la culpa, debía sentirme halagado de que alguien se fijase en mí, de que alguien se enamorase y no podía culparle de nada ni quería que se sintiera mal al ser rechazado, por eso le había dicho que me lo pensaría. Seguramente lo pensaría, yo las cosas que decía las cumplía y es que Aomine jamás se fijaría en mí y lo sabía, quizá era hora de seguir adelante con mi vida, de dejar el pasado atrás.


¿Era mejor dejar a Aomine en mi pasado? Puede que sí fuera lo mejor, él y yo no habíamos estado destinados a estar juntos desde el principio pero aún así quería al menos tener la posibilidad de confesarle todo y quería hacerlo, quería explicarle todo lo que me había pasado, necesitaba hacerlo y sacarme esta espina del corazón, porque la duda que en el futuro me podía plantear sobre qué habría podido suceder si le hubiera dicho todos mis sentimientos, era peor que no tener el valor ahora para decírselo.


- Tetsu – escuché a Kagami tras de mí y es que seguía allí acompañándome a casa – oye lo siento si te ha molestado.


- No es eso – le dije – de verdad que no es eso, me ha cogido por sorpresa pero aún así, te aprecio mucho Kagami, es sólo que necesito tiempo para poner en orden mis sentimientos.


- Tienes que hablar con Aomine, no tendrás claras las cosas nunca si no le cuentas lo que ocurre – me dijo.


- Lo sé, pero es difícil hablar con él.


- Es un egocéntrico – me dijo Kagami – sí es complicado hablar con él, es complicado hasta llevarse bien con él – se quejó – aún sigo sin comprender como pudisteis ser tan amigos.


- Antes no era así – le aclaré – era estupendo, pero desde que se aburre con el baloncesto se ha convertido en eso que ves. Me gustaría que volviera el Aomine de antes, el que me gustaba, al que quería, del que me enamoré.


- Ojala me quisieras sólo la mitad de lo que le quieres a él – me exclamó y yo agaché la cabeza.


- Lo siento Kagami.


- No te pongas así – me sonrió – era sólo un deseo mío egoísta. No puedo mandar en tus sentimientos.


Seguimos caminando hacia mi casa y cuando llegamos, me extrañó que Kagami no se marchase inmediatamente como solía hacer, se había quedado allí esperando, mirándome con detenimiento y cuando me giré hacia él con dudas, me volvió a coger de sorpresa besándome de nuevo y no supe qué hacer. No quería alejarme y que nuestra relación empeorase por haberle tratado mal, pero tampoco quería que creyese que esto podía funcionar cuando yo aún no me había decidido, necesitaba tiempo y me estaba presionando un poco, creo que me presionaba yo mismo para buscar una solución a todo este problema.


- Por favor… dame algo de tiempo – le dije cuando soltó mis labios – necesito tiempo.


- Lo siento Kuroko – me dijo – no puedo evitarlo, cuando te tengo cerca es… no puedo evitar querer besarte.


- Lo comprendo – le dije y era cierto, yo tampoco podía evitar ya querer besar a Aomine cuando le tenía cerca – buenas noches Kagami.


- Nos vemos mañana, Tetsu – me dijo Kagami despidiéndome con la mano mientras yo entraba por casa.


Qué confuso estaba con todo esto… bueno… no con mis sentimientos, eso es lo que más claro tenía, amaba a Aomine Daiki, Kagami Taiga era mi mejor amigo… pero no podía dejar de pensar que me estaba metiendo en un problema, Aomine jamás me amaría, Kagami sí lo hacía y no sabía qué hacer con todo esta situación, no quería ver a nadie sufrir pero era tan complicado que nadie sufriera con estas cosas que no sabía como evitarlo, no podría evitarlo.


- ¿Qué te ocurre cielo? – me preguntó mi madre


- ¿Cómo sabes que decisión tomar cuando sabes que harás daño a alguien tomes la que tomes? – le pregunté.


- Ay Tetsu – exclamó mi madre sentándose a mi lado en el suelo y abrazándome con un brazo tras mi cuello para acercarme a su hombro. – tú siempre has sido un chico muy inteligente, seguro que saldrás de esta encrucijada ¿Quieres contarme qué ha ocurrido?


- Amo a Aomine – le dije sin rodeos – pero… jamás se lo he dicho y sé que tengo que aclarar mi situación con él para aclarar la situación en general.


- ¿De qué tienes miedo Tetsu? Tú nunca has tenido miedo a decir las cosas.


- Tengo miedo a perder su amistad – le dije – seguramente no le interesan los chicos, lo conozco demasiado bien y tengo miedo de que cuando sepa lo que siento por él, salga corriendo y no quiera saber nada de mí como hizo tras aquel partido. No quiero perderle – le expliqué – pero por otro lado está Kagami y yo le siento como un gran amigo, un apoyo, me cae muy bien y le quiero, pero no de la forma en que amo a Aomine. Él me ha pedido salir juntos y sé que no puedo pasar página hasta que hable con Aomine y eso le hará daño a Kagami, no quiero hacerle daño.


- Tienes muy claro lo que tienes que hacer cielo – me dijo mi madre – habla con Aomine, si ese chico no quiere volver a ser tu amigo él va a perderse a un chico estupendo, si quiere estar contigo será estupendo y si simplemente no quiere estar contigo pero no rechaza tu amistad, podrás seguir adelante y empezar a plantearte qué puedes llegar a sentir por Kagami. Tienes que hablar con él Tetsu y cuanto antes mejor, no puedes seguir haciendo esperar este asunto porque no podrás quitarlo de tu cabeza y te hace daño, tanto a ti como a Kagami.


- Sí, tienes razón, iré a ver a Aomine – le dije a mi madre sonriendo – volveré enseguida.


- De acuerdo, para cuando vengas tendrás preparada tu comida favorita.


- Gracias – le dije con una sonrisa y me levanté saliendo para ir a buscar a Aomine.


Era hora de arreglar nuestras diferencias, era hora de que supiera la verdad, no podía esperar más, necesitaba contarle todo lo que ocurría y me dirigí a su casa, tenía que estar allí porque él pasaba de los entrenamientos. No paré de correr hasta que llegué y cuando vi la puerta frente a mí, me paré a respirar, estaba agotado y aunque sentía que mi corazón iba a mil por hora, sabía que no todos esos latidos eran por culpa de haber venido tan rápido, era por culpa de lo que Aomine me hacía sentir, me ponía nervioso, me ruborizaba, me hacía temblar cuando estaba a su lado y a la vez me hacía sonreír como un idiota, le amaba y hoy lo sabría.


Toqué a la puerta y volví a tocar a los dos minutos cuando nadie contestó, pero como la primera vez, nadie abrió la puerta y miré por una de las ventanas comprobando que estaba todo a oscuras. Seguramente no estaba en casa. ¿Debía esperarle aquí a que llegase? ¿Debería ir a buscarle al entrenamiento? No estaba seguro pero al final por la impaciencia que llevaba y por el miedo a poder echarme atrás, decidí ir a buscarle, debía estar en el instituto Gakuen entrenando.


Corrí de nuevo por la calle. Escuchaba el ruido de los coches, me choqué contra algún chico en mi carrera apresurada pero me dio igual, tenía que llegar hasta Aomine y contarle todo, rezaba para que no me rechazase y es que Kagami y mi madre me habían dado fuerzas y ánimos para por fin… tener el valor de ir a contarle todo, tenía que hacerlo hoy sin falta.


Sus compañeros estaban saliendo por la puerta del pabellón de deporte y al verme me miraron sorprendidos de verme aquí pero ninguno dijo nada. Pregunté por Aomine y me indicaron todos en dirección a la azotea, decían que siempre estaba allí durmiendo y no iba a los entrenamientos. Les di las gracias y salí corriendo escaleras arriba dibujando una sonrisa en mi rostro, le gritaría que le amaba si era necesario pero cuando llegué y abrí la ruidosa puerta metálica, me quedé paralizado viendo como Momoi y Aomine se estaban besando en la pared del fondo.


Mi corazón se encogió de golpe, sabía que podía pasar algo así, que Aomine no era como yo, que no le gustaban los chicos pero verlo me partió en dos, mi sonrisa se desdibujó y noté las lágrimas que empezaban a caer. Ni siquiera se habían percatado de que yo estaba allí o quizá sí pero les daba igual. Aomine se separó de Momoi enseguida y me miró.


- ¿Tetsu? – susurró mi nombre y yo traté de ahogar mi sollozo.


- Lo siento… yo no… yo no quise…lo siento – repetí saliendo corriendo sin poder acabar la frase que había comenzado.


Corrí escaleras abajo y sentí los pasos de alguien tras de mí, seguramente los de Aomine, pero no me detuve, quería escapar de él pero… ¿Había alguien capaz de escapar de su velocidad? Si existía esa persona desde luego no era yo, yo sólo era un maldito blandengue, un chico con habilidad cero para el deporte excepto pasar el balón, no tenía resistencia, no tenía altura para dar saltos, no tenía velocidad, no tenía absolutamente nada excepto esta habilidad de ser invisible para todos. Ahora más que nunca quería ser invisible, quería desaparecer como siempre hacía.


Abrí la puerta de la planta baja de un golpe cargando mi cuerpo sobre la barra y salí corriendo viendo como los compañeros de Aomine que aún conversaban en la calle me miraban sorprendidos de verme salir tan rápido. Odiaba esta sensación de importencia pero al menos… ahora tenía las cosas claras, él y yo jamás podríamos haber tenido nada, él no era para mí.


- Para joder – escuché y sentí como agarraba mi muñeca girándome hacia él mientras lloraba sin poder detener mis lágrimas - ¿Qué te ocurre? – me preguntó.


- Nada – le dije en susurro a Aomine – déjame, por favor, quiero volver a casa.


- ¿Por qué me buscabas? – me preguntó.


- Quería hablar contigo – le dije – pero ya da igual.


- ¿Por qué siempre me dices eso? Aquel día que no pude hablar contigo tras el partido que rompió nuestra amistad, aquel día cuando intenté hablar contigo de lo que querías contarme, me dijiste lo mismo ¿Qué ocurre? – me preguntó enfadado - ¿Te he hecho algo malo? ¿Es por Momoi? Sé que ella estaba enamorada de ti y lo lamento, no pretendía…


- Suéltame – le grité – tú no entiendes nada.


- Sí lo entiendo – me dijo – Te he visto con Kagami, creía que te gustaba Momoi y te he visto besando a tu amigo ¿Por qué no me dijiste que te gustaban los chicos? Yo siempre he estado a tu lado, siempre fuimos amigos ¿Por qué no confiabas en mí para contarme esas cosas?


- Tú no sabes nada de mí – le grité – sólo tienes ojos para verte a ti mismo y olvidas que hay gente a tu alrededor, me has olvidado a mí Aomine, para ti sigo siendo ese chico invisible que no vale la pena, ese al que machacarás en el partido.


- Os voy a machacar sí – me dijo agarrándome del cuello con fuerza haciéndome daño - ¿Y sabes por qué? Por Momoi, porque la has hundido cuando se enteró de que estás saliendo con Kagami. ¿Sabes por qué no mejora tu baloncesto Tetsu? Porque estás distraído pensando en cómo tirarte a ese chico en vez de entrenar.


- ¿Es lo que piensas de mí? – pregunté llorando mientras intentaba soltar su mano de mi cuello ¿Porqué estaba tan cabreado?


- Sí – me dijo soltándome del cuello y empujándome al suelo – ve a besarte con Kagami, te estará esperando. Métete en su cama y revuélcate lo que te de la gana. Ya no me importa nada Tetsu, creí que iba a jugar contra un equipo fuerte, pero no sois más que unos chicos estúpidos de colegio que prefieren comerse la boca el uno al otro.



- Te odio – le dije desde el suelo – TE ODIO – le grité con toda mi alma levantándome y saliendo corriendo de allí hacia mi casa.


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