El colegio: para muchos se trata del lugar donde conocemos a nuestros mejores amigos y aunque las clases pueden ser aburridas, vivimos risas y emociones casi todos los días. Pero para Mike Schmidt su vida escolar era mediocre y aburrida, sin nada interesante que hacer ni ver. Odiaba el estar en un salón con profesores que se creen tan sabios cuando en realidad son iguales a todos. Sin nada que hacer, solo se dedicaba a observar a través de la ventana como el viento movía las hojas de un árbol sin prestar ni la más mínima atención a la pizarra. Observaba el cielo, el campo, las rejas, el techo del salón, cualquier cosa estaba bien.
- ¡Schmidt! ¡Dígame su respuesta! – Hablo fuerte el profesor llamando su atención.
Mike parpadeo unas cuantas veces, miro su cuaderno, no tenía ningún apunte. Le lanzo una mirada de ayuda a Scott, la única persona con la que hablaba, pero este pelinegro solo se limito a reír por las reacciones del castaño.
- No se… - Murmuro Mike rindiéndose, haciendo enojar al profesor que daba la clase.
- ¡Tiene un punto menos en mi materia! – Le grito el profesor haciendo la anotación en la lista.
El chico rodo los ojos con fastidio, no era como si le importara eso. La clase pasaba, ahora fingiendo prestar atención. Mientras los demás se dedicaban a anotar los datos en la pizarra, Mike hacia garabatos en su cuaderno. Siguió rayando hasta que una hoja se le fue entregada en su pupitre, era el resultado de un parcial. 0.5, había subido cinco decimas desde el último examen, en los estudios simplemente le iba de la mierda.
- Vaya, ¿Ni el punto? Eso sí que es ir pésimo – Escucho la voz de Scott detrás suyo.
- No te metas en los asuntos de los demás – Dijo Mike con un deje de molestia en su voz.
- Hey, no te pongas así.
- ¿Cuál es tu resultado? – Pregunto Mike.
- 8.7
- Vaya, ¿Qué ha pasado señor “siempre saco 10”? – Pregunto Mike con burla, sabía que era el menos indicado para hablar pero era divertido fastidiar un poco al de lentes.
- No lo sé, señor “cinco decimas”.
- Idiota – Murmuro el castaño sonriendo.
- La verdad es que no estudie lo suficiente – Aclaro Scott sentándose en el pupitre vacio que estaba enfrente de Mike.
- Pero se supone que habías quedado con Vincent – Comento Mike confundido.
- Bueno… la verdad es… que no solo estudiamos – Aclaro Scott un poco sonrojado.
- Eh? – El castaño no entendía la reacción del pelinegro, hasta unos segundos después comprendió el comentario – No puede ser! Te acostaste con Vincent!?
- ¡N-No lo digas tan alto! – Pidió el pelinegro notando que su amigo había llamado la atención de unas cuantas personas.
- Debió ser aterrador – Se burlaba Mike entre risas, pero al notar el rostro serio de Scott decidió parar – Vale, ya me calló.
Las clases continuaron, cada segundo era eterno para Mike. En una clase jugaba a escondidas en una PSP, en otra se quedaba dormido, en otra solo imaginaba cosas sin sentido. Hacía tiempo que quería dejar el colegio pero su padre no se lo había permitido, así que debía seguir asistiendo hasta que los directivos se hartaran de él y lo corrieran de ahí.
Al llegar la hora del receso Mike soltó un suspiro, haría lo de siempre: ir a molestar a algún idiota de primero. Inclusive eso ya le parecía aburrido. Caminaba con gran pesadez por los pasillos, enserio deseaba que algo emocionante ocurriera en ese momento, cualquier cosa. Escuchaba las estúpidas risas de los demás resonando en toda su cabeza de una manera desesperante y molesta. Tarareaba una tonada aburrido cuando una ruidosa escena interrumpió en el apático pasillo. Se trataba de un pelirrojo de ojos color ámbar vestido como pirata haciendo que varios de ahí lo miraran como si de un loco se tratase.
- ¡Eso me importa una mierda! – Le gritaba aquel pelirrojo con furia a otro pelimorado que iba con él.
- ¿¡Por qué no maduras de una puta vez!?
- ¡El único que debe madurar eres tú! ¡Deja de creer que las personas van a cambiar!
La discusión era a base de gritos, nadie decía nada y solo miraban expectantes la situación. Mientras todos estaban atentos a la contestación de cada uno, Mike miraba perdidamente al chico pelirrojo. Había algo en el que le llamaba la atención, y por alguna otra extraña razón su mirada llena de odio y enojo lo hacía aumentar su ritmo cardiaco, lo hacía sentir nervioso, una sensación similar al miedo pero mezclado con adrenalina pura.
- ¡Vete a la mierda de una jodida vez! – Fue lo último que grito el que iba de pirata para después salir de ahí con paso acelerado.
Mike lo miro alejarse y decidió seguirlo por los pasillos. Era algo que ni el mismo podía explicar, todas sus emociones se mezclaban, miedo, admiración, hilaridad, todo. Intentaba alcanzar al pelirrojo y solo cuando estuvo considerablemente cerca de él, lo tomo del brazo llamando la atención de este.
- ¿Qué diablos quieres? – Pregunto bruscamente el chico pirata.
- Emmm… yo… - Mike buscaba una excusa que sirviera, pero no tenía nada. Solo lo había seguido sin pensar – Parece que el otro chico y tu tenían problemas…
Fue lo único que se le ocurrió, ahora Mike se regañaba mentalmente por eso.
- Parece que alguien no tiene nada mejor que hacer más que escuchar las peleas de los demás – El pelirrojo se zafo del agarre - ¿Por qué no te vas a entrometer en los problemas de otros?
- Si no quieres que nadie te escuche no deberías gritar en medio de un pasillo escolar – Respondió Mike frunciendo el ceño claramente molesto por la actitud del chico pirata.
- Vaya ¿Y tienes pretexto para justificar el hecho que no dejabas de verme? – Pregunto el chico con burla.
- Tal vez si no estuvieras vestido de pirata nadie te vería – Contesto el castaño.
El pelirrojo sonrió levemente continuando con su camino, pero esta vez Mike no lo siguió, solo lo observo irse. No estaba sorprendido, era más aburrido de lo que parecía. Se dio la vuelta y se marcho sin rumbo.
Simplemente el chico no sabía que esa “conversación” lo cambiaria todo para el.