Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

In my shelving [KaiSoo - EXO] por Dyo_14

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Vi un fanart y la idea surgió, pero solo necesitaba inspiración. Espero que lo disfruten tanto como yo lo hice al escribirlo.

 

Hermoso fanart aquí

 

La estantería tenía ya varias capas de polvo, quizás un centímetro que decía que aquel lugar no había sido limpiado desde hace al menos 1 año y medio. Todos miraron inquietos al nuevo dueño quitar el seguro a la puerta y entrar a su nueva tienda recién adquirida. D.O. sentía su espalda empapada, pero ahí no corría ni una sola gota de sudor.

 

David, era su nombre; un hombre extranjero de unos 51 años. Se paró justo delante de la estantería y los miró a todos y cada uno de ellos, suspirando luego de un “no puedo desecharlos” muy apesadumbrado. El hombre mayor estiró ambos brazos para tomar a cada uno de ellos y colocarlos sobre la mesa, comenzando entonces su labor. Limpió de polvo a cada uno de ellos y retocó sus facciones.

 

Cuando el turno de D.O. llegó, el adverso quitó el polvo de su cabello y sobre todo llave trasera, entonces comenzó a darle un nuevo peinado y un retoque de rostro. Acomodó sus ropas y reemplazó sus zapatos por otros más elegantes, también colocó un lindo sombrero para que su atuendo quedara perfectos. Luego limpió la estantería y colocó a todos de vuelta.

 

Tras media hora de que D.O. volvió a su punto de partida, el hombre ya había metido varias cajas a la juguetería y había sacado otros cientos de miles de nuevos juguetes. Nuevos. Del año. Usaban pilas, lanzaban agua, incluso podían hablar, ir al baño y comer. Todos en su repisa estaban asustados y aunque no los veía él lo sabía, porque incluso D.O. lo estaba, bastante.

 

Ellos habían sido fabricados hace muchos años, cuando los muñecos eran de trapo y apenas y habían inventado los muñecos lujosos y sofisticados, teniendo cuerda, debías girar su llave que se encontraba en la espalda de cada uno para que pudieran caminar. D.O. era un valioso muñeco de colección, y apreciaba que el nuevo dueño hubiera buscado sus piezas originales para reemplazar las dañadas, pues su valor no había disminuido.

 

Fue entonces que lo vió, el dueño sacó una caja larga pero de anchura pequeña, era rosa y llevaba las letras “Kai” escritas en una linda caligrafía cursiva. Estaba vestido con unos pantalones de mezclilla clara haciendo juego con una camisa blanca y unos tirantes rojos que iban muy bien. La cuerda dentro de D.O. se enredó lentamente hasta que sintió su pecho presionar. David colocó al muñeco moderno en la estantería justo frente al viejo pero renovado muñeco de cuerda, haciendo que inevitablemente sus miradas se cruzaran.

 

La hora de cerrar había llegado, así que apagando las luces y cerrando bien con llave, David se dirigió a casa con la esperanza de que su esposa hubiera preparado una rica cena y sus hijos se hubieran dormido ya. Mientras tanto, en la tienda todos los viejos muñecos se quitaron aquella sensación de pesadez y rigidez. D.O. no podía despegar sus ojos de los del muñeco, y entonces el espacio que los separaba le pareció un mar que estaría dispuesto a cruzar.

 

Se puso de pie y sacudió sus ropas, acomodó su sombrero y sin más, se dedicó a bajar con cuidado del estante. Se encontraba en un piso muy alto, así que no fue fácil, pero en cuanto sus pies tocaron el suelo giró para correr en dirección al otro estante, donde su nuevo juguete favorito se encontraba. Trepó y con ayuda de algunos juguetes modernos, logró llegar al cajón más alto de la repisa. Los engranes en su interior comenzaron a rechinar entre más se acercaba al juguete Kai.

 

Cuando estuvo frente a él, elevó su mirada para posarla sobre la ajena y sonreír. Oh, aquel era el juguete más  perfecto que jamás había visto, el molde con el que fue hecho seguramente fue esculpido por los mismos dioses griegos. Kai había elevado la mano izquierda y la colocó sobre el plástico transparente que los separaba, así que el muñeco de cuerda se apresuró a subir su mano derecha y colocarla sobre la del adverso.

 

— Soy Kai, ¿quién eres tú, muñeco de cuerda?

 

Los engranes que hacen girar la llave en la espalda de D.O. comenzaron a funcionar rápido y feroz, haciendo que sintiera aquel inexistente sudor en su espalda. Sonrió con amplitud, formando un corazón con sus labios para luego presentarse.

 

— Mi nombre es D.O., fui creado en los años 80’s y soy un muñeco de colección.

 

La voz de D.O. era calma y armoniosa, Kai había cerrado los ojos al escuchar apenas la primer palabra. Le sonrió también con amplitud y entonces habló.

 

—Yo también soy un muñeco de colección. D.O., eres muy hermoso.

 

Oh, si los muñecos pudieran sonrojarse, ambos estarían más rojos que un tono carmesí. El resto de la noche, D.O. permaneció de pie frente a Kai y con las manos aún puestas la una sobre la otra, con ese horrible plástico en medio.

 

Al día siguiente las personas comenzaron a llegar, la tienda estaba tan llena como nunca antes la había visto el pobre muñeco viejo. Estaba feliz hasta que una pequeña niña exigió ver de cerca a su adorado Kai, diciendo que era hermoso y le quería. Afortunadamente para ambos, la madre se negó a comprar algo tan caro y decidió llevar un muñeco viejo dos cajones debajo de D.O.

 

Fue entonces que el miedo de que Kai fuese comprado y alejado de él comenzó a invadirle, haciendo que sus cuerdas y engranes interiores se retorcieran de agonía cada vez que alguien miraba a su adorado muñeco de colección por más de 10 segundos. Fue así que la primer tarde de venta pasó. Las luces se apagaron y la puerta fue echada con seguro. Tan pronto como pudo, bajó de su estantería y corrió para trepar a la de su adorado juguete.

 

Llegó delante de él y no deseó más que abrazarle, pero el plástico se los impedía rotundamente. Kai se negó a ser abierto, porque entonces perdería su valor antes de ser comprado y eso era la ofensa más baja hacia un juguete de colección. D.O. lo entendía, porque él mismo era un viejo juguete de colección.

 

Así, día tras días, a D.O. se le paralizaban los engranes al ver como alguien nuevo se interesaba en su Kai, pero lo rechazaba al conocer el precio. Así, noche tras noche, D.O. bajaba de su estante para correr y escalar a donde su preciado muñeco se encontraba y entonces pasaban juntos toda la noche. Hablando y deseando poder tocarse realmente, sentirse, besarse.

 

Una calurosa tarde de Agosto, una mujer de buen porte y elegante entró al local, demandando saber cuál era el juguete más caro del lugar. Entonces David se movió hasta D.O. y lo tomó en sus manos, luego se dirigió hacia Kai, tomándolo junto a D.O.

 

La mujer frunció sus rojos y abultados labios al ver a D.O., preguntando cuántos años tenía esa “cosa fea”. Negó al escuchar el precio ligeramente más alto que el que Kai tenía y, al ver detenidamente al muñeco moderno, decidió que ese debía llevar a su hija caprichosa.

 

Mientras ambos humanos no miraban, Kai y D.O. se dedicaron una mirada nostálgica y Kai susurró que habría deseado conocerle de una manera diferente. El muñeco de cuerda juntó sus manos separadas por el plástico transparente y murmuró un “te amo” que sonó a promesa para siempre.

 

Kai fue envuelto en papel de regalo y depositado en una bolsa de plástico roja con el logo de la juguetería mientras D.O. fue devuelto a su habitual lugar en la estantería. Esa noche el muñeco de colección bajó y corrió a la estantería opuesta, acostándose en el lugar donde su adorado Kai debía estar pero ya no lo hacía más. Habían sido separados y ellos jamás habían consumado su amor ni con un suave roce de labios. Sus engranes estaban desechos y sentía que sus piernas no andarían nunca más. La mañana siguiente despertó en el lugar donde su muñeco favorito solía estar, y el dueño de la tienda se encogió de hombros mientras decidía que lo dejaría en aquel lugar.

 

D.O. fue comprado 3 meses después por una anciana que coleccionaba los muñecos de la misma línea de la que era D.O. y estuvo destinado a simplemente tomar lugar en una nueva estantería. Sus ojos sin vida y alegría se diferenciaban de los demás de su misma línea de producción, y la gente que solía verle le decían a la anciana que incluso podían sentir la sensación de haber perdido algo realmente amado.

 

————

 

JongIn había salido de casa sumamente apurado, su hermana mayor acababa de dar a luz a una linda niña de mejillas regordetas y él necesitaba el regalo perfecto para darle. Había escuchado sobre esa tienda de juguetes de una familia extranjera, que había pasado de generación en generación. Cruzó la calle y unas cuantas bocinas de los autos sonaron su claxon.

 

El sonido de la campana repiqueteó cuando JongIn empujó la puerta para entrar, lo hizo tan fuerte que le pegó en el trasero a un muchacho bajo y pálido, de ojos grandes y expresivos. Se acercó para disculparse pero al mirarlo a los ojos no pudo evitar que un flechazo de reconocimiento lo invadiera.

 

—Lo lamento mucho, ¿te he golpeado muy fuerte?

 

KyungSoo negó mientras sobaba su trasero con una mano y sus labios formaban un corazón al sonreír. El chico le parecía realmente conocido y sintió las gotas de sudor correr por su espalda y mojar sus prendas, siempre que estaba nervioso le pasaba aquello.

 

—No te preocupes, estoy bien.

 

El bajito le restó importancia y, cuando se dio la vuelta para ir en busca de su traviesa sobrina, la voz del desconocido llamó su atención.

 

—Perdona… ¿Nos conocemos de alguna parte?, siento que ya te he visto en otro lugar.

 

Los ojos de KyungSoo se abrieron de par en par y giró para encarar al desconocido, negando levemente mientras juagaba con la orilla de su camiseta verde limón y sonreía aún más.

 

—No lo creo, me acabo de mudar al lugar.

 

—¿Cuál es tú nombre?

 

JongIn sonó desesperado y ansioso, y por alguna razón sintió una felicidad aplastante invadir su pecho cuando el adverso le dedicó una sonrisa mayor y pasó su peso de un lado a otro.

 

—Me llamo KyungSoo.

 

—KyungSoo… —JongIn probó su nombre en sus labios y se descubrió teniendo una sensación de familiaridad y calma. —Es un nombre hermoso. Yo soy JongIn, ¿dices que te acabas de mudar?, ¿en qué colonia vives?.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, no olviden dejar sus reviews que de eso vivo.

 

XOXO~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).