- Prólogo
Era una agitada mañana en la pequeña escuela, se podía escuchar como la voz de un par de niños se alzaba sobre el resto de sus compañeros. Cerca de los columpios un pequeño grupo se había reunido para mirar como Naruto y Sakura se enfrentaban en una acalorada discusión por la atención del joven Uchiha. Los pequeños ojos de los menores parecían lanzarse pequeñas chispas cada vez que uno tiraba del moreno. El resto de los niños tenían miedo de meterse en medio, todos sabían lo terco y obstinados que eran esos dos.
-¡Sasuke va a jugar contigo! - reclamaba de nuevo el rubio de mirada azul, inflando nuevamente sus mejillas y resaltando ese par de marquitas que parecían bigotitos. No permitiría que su rival o alguien más alejaran a Sasuke de su lado. A pesar de su corta edad el juraba que el Uchiha era el amor de su vida, su príncipe soñado. Siempre lo ayudaba en clases cuando necesitaba ayuda; era amable, inteligente, paciente y porque no guapo. Todo lo que el pequeño rubio había soñado en tantos libros de fantasía que leía.
- ¡Estás loco si crees que Sasuke-kun va irse contigo cara de zorro!- gritó una chica de cabellos rosa clavando su mirada jade al enemigo. Ella a pesar de haber formado parte de al club de fans de Sasuke, no le había gustado como Naruto intentaba acapararlo cada que podía. Sí él lo intentaba, ella también podía entrar en la guerra y así ellos dos habían comenzado una batalla por el amor de Sasuke - Él jamás. ¡Me oyes bien! Jamás de los jamases iría con alguien tan torpe como tú. Además quien usa naranja casi en toda su ropa-
-Con mi ropa no te metas frentuda-
-Shaa! ¿Qué dijiste cara de zorro?-
Los insultos se volvieron a hacer presentes, cosas como “pelo de chicle” o “enano feo” eran algunas de las frases que el par de niños se gritaba tirando de un lado a otro al pobre “premio”. Algunos sus amigos miraban la “pelea” como algo sin sentido, perdían el tiempo haciendo eso pero como les divertía apostar cuanto más aguantaría Sasuke.
Sasuke, por su parte intentaba contar hasta diez, no hasta mil para no explotar. La situación estaba sobrepasando sus límites, aquellos gritos taladraban su cabeza. ¿Por qué se comportaban así?, se preguntaba. Él solo seguía un par de consejos de su madre, “Se educado con las chicas y donceles”, “Ayuda a tus compañeros cuando estén en problemas”, “Un líder debe aprender a lidiar con pequeños altercados”, pero ya era suficiente. Que su madre lo disculpara pero no soportaba un día más de ser utilizado como un premio entre un par de inútiles. El primero, un doncel que no sabía ser absolutamente nada y la segunda, una niña engreída y que apenas si sobresalía por sus aptitudes y no por su cabello.
-¡Basta los dos!- les gritó hecho una furia por primera vez -Ambos son un par de inútiles-
-Pero Sasuke-kun- decía la pequeña niña mirándolo con ojos de corderito - Ha sido su culpa, el empezó a querer monopolizarte- señaló al pequeño rubio que permanecía aun paralizado.
-¿Eh?- Naruto se llevó las manos a su pecho, él no veía lo malo en querer tener la atención de su príncipe - Yo, yo quiero a Sasuke…- Murmuro en un hilo de voz.
-¡No me importa!- se alejó un poco de ambos mirándolos con molestia -Es más, no me importa quien más este enamorado de mí. Dejen de molestarme, dejen de seguirme…. ¡LOS ODIO, LOS ODIO A TODOS!-
Naruto sollozo un poco al escuchar las duras palabras del Uchiha. Debía ser una mentira, su pequeño corazón se oprimía, sentía que el aire le falta y que en cualquier segundo comenzaría a llorar-
- Todo es tu culpa....- siseó Sakura empujándolo un poco -Mira lo que provocaste al quererte llevar a Sasuke-kun… es tu culpa. ¡Es tu culpa que me odie! ¡Que odie a todos!-
-Es cierto, a mí también me gusta Sasuke- decía llevándose las manos al pecho -Pero, pero Naruto siempre anda tras él-
-Cierto- pronunció alguien más.
Sin tiempo de dar replicas, Naruto se encontraba rodeado por varias chicas y donceles. Todos le reclamaban y alegando que él no era la gran cosa para estar cerca del Uchiha, comenzaron a empujarlo hasta tirarlo al suelo “Eres un egoísta”, le decían. “No eres tan lindo”. Naruto ya no podía ponerse de pie sin que otro lo devolviera al suelo de otro empujón.
-Aprende tu lugar Namikaze- Sakura se alejó un poco para no meterse en algún problema.
-Sa…sasuke- llamó asustado con la esperanza de que su príncipe soñado fuera a su rescate.
-N-no…- Sasuke miraba mal lo que sus compañeros hacían aunque no era su problema. Y se auto convenció de que no era asunto suyo -¡No es mi asunto, usoratonkachi!-
Naruto abrió sus ojos de par en par, no era la respuesta que él esperaba. ¿Dónde estaba su amable Sasuke? El chico que lo miraba ahí solo era un cobarde que huía. Que miserable se sentía en esos momentos, ya ni escuchaba las voces que lo insultaban. Simplemente rogaba que alguien fuera a su rescate.
Un par de ojos azules habían visto a lo lejos parte de la discusión pero le basto con ver al rubio en el suelo para salir corriendo a su lado. Se abrió paso entre el circulo que rodeaba al menor y con una actitud desafiante se interpuso entre ellos.
-¡Escúchenme bien fanáticos de cuarta! Al próximo imbécil que habrá la boca o que mueva la mano contra a mi hermano, me encargaré personalmente de romperle la cara sin importarme que sea- sentenció golpeando su puño contra la palma de su mano izquierda dando a entender que iba enserio. Muchos no lo pensaron y retrocedieron dejando a un pequeño rubio sollozando, intentando secar sus pequeñas lágrimas. -Vámonos Naruto-
El menor asintió tomando la mano de su hermano, pasaron de largo junto a Sasuke, quien se sorprendió un poco al ver al rubio llorar. “Eres un idiota Uchiha”, le murmuro Menma pasando de largo junto a su hermano. Naruto llevaba la vista al suelo sin dejar de sollozar, no quería ver al moreno. Sasuke sólo apretó los puños, “No fue mi culpa”, se decía una y otra vez.
Ese lunes ni Naruto ni Menma aparecieron en el salón, los pequeños niños imaginaron que debía ser la pelea de la semana pasada. Nadie preguntó nada. A la mañana siguiente todos se sorprendieron al escuchar que los gemelos se habían mudado.