El chico abrió los ojos perezosamente en cuanto notó que los rayos del sol comenzaban a calentar sus pies descubiertos, se giró de lado y se encogió sobre sí mismo cerrando los ojos de nuevo en un intento por volver a conciliar el sueño. Sin embargo, un dulce olor llegó a sus fosas nasales, abrió los ojos y se quedó tumbado boca arriba mientras bostezaba ampliamente y miraba al techo con las piernas y los brazos estirados. Volvió a olisquear en un intento de descubrir de dónde procedía ese olor tan exquisito y tentador, tras unos segundos interminables se incorporó apoyando sus brazos en el mullido colchón y observó que las camas de su cuarto estaban vacías, frunció el ceño desconcertado, pero luego recordó que ese día tenían diferentes actividades. Volvió a bostezar una vez más cerrando los ojos mientras se sentaba en el bordillo de la cama, con sus piernas colgando, aunque por su altura llegaban perfectamente al frío parqué oscuro. Alzó los brazos y los estiró sin poder evitar bostezar una vez más, estaba realmente agotado porque la noche anterior se había acostado tarde por estar ensayando en una de las salas de práctica de la empresa mientras los demás ya se habían ido, aunque cuando volvió encontró a su hyung dormido en el sillón. Sonrió al recordar el tranquilo semblante que tenía aquel chico de piel blanquecina mientras dormía y murmuraba en sueños. Por fin se puso en pie y volvió a estirarse dejando ver su bronceada piel y su tonificado abdomen asomar debajo de su suelta camiseta blanca. Caminó hasta la cocina, de donde parecía provenir el sabroso olor, se paró en el salón con los ojos cerrados y sonrió ampliamente. Pollo y ese olor…solo podía significar una cosa.
Avanzó por el pequeño departamento que compartía junto con los otros once miembros hasta llegar al salón, entró a la pequeña sala de estar con una amplia sonrisa y observó de lejos una pequeña figura que estaba delante del fuego en la cocina, lo más probable es que estuviese cocinando esa comida de los dioses que tan bien olía e inundaba el lugar con su exótico y adictivo olor. Caminó suavemente, tratando de no ser escuchado y se posicionó detrás de la pequeña figura mientras deslizaba sus manos suavemente rodeando la estrecha figura del mayor. Este dio un pequeño salto en su sitio, tensando todo su cuerpo, pero luego al notar un cálido aliento en su nuca se relajó y sonrió suavemente, formando una especie de corazón con sus labios.
—Buenos días —susurró el mayor suavemente sin dejar de cocinar el pollo en la sartén, el menor y más alto de los dos no dijo nada tan solo se dedicó a acariciar el cuello ajeno con la punta de su nariz produciendo pequeños escalofríos en el más bajo.
El de piel morena apretó más su abrazo, posando sus manos en las caderas del otro de una forma posesiva y casi salvaje, se pegó más a su cuerpo comenzando a bailar una pequeña melodía que entonaba en un susurro junto al oído del más bajo mientras lo movía de un lado a otro, tambaleándolo suavemente al ritmo de las notas que entonaba con comodidad, pero con timidez a la vez.
—Hyung… ¿sabes qué? Amo cuando me despiertas a besos, pero que me despiertes con el desayuno listo…En serio, cásate conmigo —dijo el moreno con una sonrisa encantadora abrazando más fuerte al pequeño.
—¿Ah? —murmuró el mayor indignado, pisándole un pie al otro—. ¡Solo me quieres por la comida, tsk! —Se deshace de su abrazo y pone los muslos de pollo en un plato junto a otra masa de un color algo extraño.
—Hyung-ah.~ —Se queja el moreno haciendo pucheros mientras se acaricia suavemente el pie.
—Sí, sí. A comer. —Sonríe el mayor y al pasar al lado del chico, besa sus labios castamente.
Ambos se sientan a la mesa, Kai mira con los ojos brillantes el plato que tiene enfrente, ¿cómo negarse a un kimchi espagueti con pollo? Era perfecto, la unión de su hyung y él en un simple plato. Sonrió ampliamente, agradeció por la comida y llevado por la gula empezó a comer desesperado sin despegar los ojos del plato. KyungSoo, en frente del moreno, sonrió ampliamente apoyando las manos en su rostro y los codos en la mesa. No sabía cómo el menor podía desayunar eso, pero de vez en cuando se permitía el lujo de mimarlo, sobre todo cuando estaban solos y es que el mayor no podía resistirse a esa mirada tan tierna y esa sonrisa tan inocente que el menor hacía cuando estaba emocionado por algo. Suspiró enamorado y lo miró mordiéndose el labio inferior, feliz de poder estar un tiempo a solas con él, echaba de menos el estar relajados sin la presión de sus compañeros por si los pillaban infraganti o notaban algo extraño en su comportamiento o relación hyung-dongsaeng.
—¿Hyung? —preguntó Kai alzando la mirada aun masticando, cuando el mayor le hizo caso, sonrió ampliamente terminando de tragar la comida—. Hyung, amo tu comida, su sabor es…delicioso. —Asintió varias veces y sonrió aún más, lamiéndose los labios.
—¿Quieres saber qué es delicioso para mí…? —preguntó lentamente, alargando las palabras mientras esboza una sonrisa de medio lado y mira al menor lascivamente.
—¿El qué, hyung…? —preguntó Kai tragando saliva algo nervioso, pues notó que el mayor iba a hacer algo…no muy bueno.
KyungSoo no respondió a su pregunta, simplemente apartó los platos de la mesa hacia un lado y se subió al mueble a cuatro patas salvando la distancia entre él y el moreno en dos pasos. Kai abrió los ojos sorprendido, pero luego sonrió siguiéndole el juego al mayor, se separó un poco de la mesa, aún sentado y el mayor aprovechó para darle un pico en sus carnosos labios. Se separó inmediatamente tras morderle el labio inferior y tirar suavemente de él, rio al ver al menor con una tonta sonrisa en los labios y aprovechó el espacio dejado por este para sentarse encima de él, sobre sus piernas y accidentalmente rozó su entrepierna con la del moreno. Kai se sorprendió dando un pequeño salto en el asiento mientras dejaba escapar un pequeño quejido al sentir todo su cuerpo erizarse, sonrió y rodeó la pequeña cintura del mayor con los brazos mientras lo miraba a los ojos intensamente.
—No has respondido, hyung —susurró apretándolo contra su pecho, para sentirlo cerca, más de lo que todas estas semanas atrás había podido hacer.
KyungSoo de nuevo no dijo nada, simplemente coló su cara entre el hombro y el cuello de Kai para depositar suaves besos por su cuello, repartiéndolos por todos lados haciendo que el moreno se estremeciera y soltara un leve suspiro mientras entrecerraba los ojos y echaba atrás el cuello para facilitarle el contacto al mayor. D.O sonrió ampliamente y sacó su lengua para lamer toda la extensión de arriba abajo para luego morder y arrancarle un suave gemido al menor, quien al darse cuenta de la mirada divertida del mayor, se sonrojó. El mayor deslizó sus manos por el torso del moreno, acariciando lentamente su superficie tonificada y cubierta por una camiseta blanca, cansado, decidió meterlas dentro de la prenda y tocar directamente la piel del contrario y cerró los ojos volviendo a acercar su boca al cuello del menor, mordisqueando unas veces suavemente y otras más fuerte, dejando pequeñas marcas rojas en su oscura piel. Sin dejar de mover sus manos las condujo hasta los pezones de Kai comenzando a acariciarlos como si fuese por accidente hasta que empezó a pellizcarlos suavemente mientras el moreno dejaba esperar sonoros suspiros de placer. KyungSoo sonrió al notar que el menor se estaba excitando y suavemente empezó a mover su cadera encima de él, haciendo que sus miembros se rozaran, provocando corrientes por el cuerpo de ambos.
Kai afianzó las manos en la cadera del mayor y sonrió mientras lo ayudaba a moverse a un ritmo muy lento, como si fueran ligeras caricias del viento. El más bajo alzó la cabeza, dejando de jugar con el cuello del otro y se acercó a sus carnosos labios, dando ligeros picos varias veces para luego profundizar el beso encajando ambos pares de labios haciendo el beso tierno y necesitado, demostrando su amor hasta que a KyungSoo lo venció su deseo carnal y de lujuria. Mordió con algo de fuerza el labio del moreno e hizo que de la sorpresa abriese la boca, el de piel blanca aprovechó e introdujo su lengua en la cavidad bucal mientras exploraba ese sitio tan bien conocido, pero que siempre le fascinaba. El beso se tornó húmedo, pasional y una continua danza de lenguas, jadeos y dientes chocando entre sí en un acalorado intercambio de sensaciones y corrientes eléctricas que hacían despertar a sus miembros por el continúo roce de sus entrepiernas. KyungSoo se separó en busca de aire de los labios del moreno, los cuales se veían hinchados y rojos del acalorado beso que ambos compartieron hacia unos segundos. Ambos chicos respiraban ajetreados por la falta de aire, KyungSoo no pudo evitarlo y se lamió los labios con una casi dolorosa sensualidad para el menor, quien tragó saliva, haciendo que su nuez se moviera.
El mayor sonrió divertido y paró el choque de caderas, el moreno lo miró desconcertado y casi suplicándole con la mirada que no parece, que lo estaba disfrutando y que lo necesitaba, necesitaba sentir al mayor. Sin embargo, KyungSoo tenía otros planes y no se hizo demorar, cogió las manos de su amante y las deslizó lejos de su cintura, librándose de su agarre. Se levantó de encima del chico y se dejó caer lentamente sin apartar la mirada del moreno hasta quedar entre las piernas de este. Sonrió lascivamente y se lamió los labios mientras sus manos acariciaban las piernas del contrario, quien arqueó ligeramente la espalda al sentir un placentero escalofrío. La mano derecha del mayor siguió avanzando hasta la entrepierna de Kai, quien ya tenía su miembro algo endurecido por la extraña e excitada situación en la que estaba, no entendía qué tenía que ver esto con su pregunta, pero al diablo, debía aprovechar que KyungSoo tomaba la iniciativa por una vez. Kai se acomodó mejor en la silla y eso le hizo gracia al mayor, quien rio suavemente sin dejar de acariciar el bulto del moreno, este se sonrojó avergonzado y desvió la mirada a otro lado. KyungSoo, divertido, no se lo permitió al apretar con algo más de fuerza su entrepierna, gimió algo fuerte y se mordió el labio centrando de nuevo su vista en el mayor. Este sonrió satisfecho y bajó suavemente el pantalón de chándal que traía el menor como pijama. Al bajarlos completamente acercó su cabeza a las piernas morenas del otro y comenzó a depositar suaves besos por toda la superficie, sin dejar de acariciar el pene de Kai sobre la suave tela de su bóxer color negro, el menor se mordía más fuerte los labios intentando no gemir, le daba vergüenza hacerlo.
KyungSoo siguió besando suavemente las piernas del menor hasta llegar a sus muslos, donde comenzó también a lamer su piel dando pequeños mordiscos, Kai no pudo evitarlo y gimió sonoramente dejándose llevar mientras comenzaba, inconscientemente, a mover su cadera al mismo ritmo que el mayor lo acariciaba. D.O sonrió ampliamente y miró al otro, perdiéndose en su mirada café para luego agachar el rostro de nuevo y comenzar a besar sus muslos hasta que, impulsándose un poco, besó el pene de Kai sobre su bóxer. Este volvió a gemir y apretó con algo de fuerza el borde la mesa, KyungSoo sonrió y fijó su mirada en la del menor, sin dejar de observarlo mordió el elástico de la prenda y comenzó a bajarla muy lentamente, haciendo que el menor le rogase con la mirada que no jugase de esa forma, que necesitaba sentir su húmeda boca en su palpitante miembro, que lo estaba apretando de una forma dolorosa y placentera a la vez, entremezclándose ambas sensaciones en un círculo vicioso.
El mayor no lo dudó ni un segundo más y con sus manos bajó la prenda rápidamente hasta el suelo dejándole ver el erecto y duro miembro de Kai, el cual llamaba al mayor como si de un dulce se tratase. Se lamió los labios inconscientemente, haciendo que Kai esperase con ansias que el otro hiciese algún movimiento por mínimo que fuese. El mayor por fin se acercó y agarró el erecto miembro por su base, rosando los testículos del menor, quien arqueó la espalda suspirando sonoramente mientras cerraba los ojos y dejaba reposar su cabeza en el respaldo de la silla, abandonándose a la oleada de placer que pronto ocuparía todo su cuerpo y poros haciéndolo gemir hasta el séptimo cielo.
KyungSoo se acercó respirando por la boca y dejando que su cálido aliento chocase contra el pene, el moreno volvió a tensarse suspirando y soltando luego un sonoro gemido al notar cómo la húmeda y caliente lengua de su amante se deslizaba por su gran extensión, deleitándolo con el simple roce. Este empezó a mover su mano de arriba abajo suavemente comenzando a masturbar al chico con tranquilidad, observando sus expresiones de vez en cuando para comprobar, a parte de los gemidos, si lo estaba haciendo bien y hasta el momento no iba tan mal encaminado ya que notaba cómo esa parte del cuerpo de Kai palpitaba con fuerza. Tras unos minutos masturbándolo de esa forma y notar que el líquido preseminal bajaba entre sus dedos decidió aumentar aún más los gemidos del menor, sin avisar y de una sola vez se metió completamente y hasta el fondo el miembro de Kai. Este gimió fuertemente agarrándose aún más al borde de la mesa temblando debido al placer que recorría en ese preciso momento todo su cuerpo.
KyungSoo movía su cabeza haciendo que el miembro del menor entrase y saliese de su boca a una velocidad normal mientras que con su otra mano acariciaba los testículos del moreno acrecentando así el placer que estaba sintiendo, este no pudo aguantar más y deslizó su mano diestra a la nuca del más bajo, enredando sus finos dedos en el cabello negro azabache del otro. Comenzó a aumentar la velocidad mientras movía también su cadera penetrando salvajemente la boca del otro, quien cerró los ojos con algo de fuerza y seguía acariciando los testículos del menor, en ocasiones, agarrándolos con fuerza, lo que hacía que el menor no dejase de gemir en ningún momento. KyungSoo, con esfuerzo, succionó el miembro del otro, haciendo que su boca fuese más estrecha lo que hizo que el miembro de Kai explotara en su interior dejando que toda la esencia se depositase en esa cavidad tan seductora y complaciente para el moreno.
—A-ah…KyungSoo-ah…—gimió con fuerza cerrando los ojos con fuerza mientras respiraba con fuerza y entrecortadamente.
D.O notó cómo su boca era llenada por toda la esencia de su amante y sonrió mentalmente, abrió los ojos y se encontró con los ojos cafés del chico sobre él, sin dejar de mirarlo tragó todo el semen que había en su boca y una vez hecho, se sacó el miembro de la boca mientras se lamía los labios sin apartar la mirada del otro. Kai tragó saliva, sonrojándose. El mayor sonrió y lamió de nuevo la extensión flácida del menor, limpiándolo del todo sin dejar de mirarlo, una vez que hubo terminado se lamió los labios terminando de tragar la esencia del menor, esa que tanto le encantaba.
—Hmm… eres realmente delicioso, JongIn —susurró con voz aterciopelada y algo entrecortada aún por la falta de aire.
—H-hyung…—susurró el menor avergonzado mientras apartaba su mano del cabello del mayor, este sonrió lascivamente, notando que sus rodillas dolían un poco por la posición, pero no le importó, es más, había disfrutado complaciendo al moreno.
—Shh…—chistó mientras se levantaba y se ponía al mismo nivel que el otro para luego acercar su rostro y besarlo con una dulzura infinita, acariciando el cabello rubio casi blanco del menor.
Y así es como el menor descubrió cuál es el sabor que más amaba KyungSoo en este mundo: sus besos, su piel, su cuerpo, su esencia. KyungSoo amaba saborear completamente a su pequeño dongsaeng Jong In.