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Voy a hacer que ames. por Duquesa del Pan

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Notas del capitulo:

 

Hola, feliz martes, no saben lo increíblemente feliz que me encuentro de decir eso, ¡Estoy de regreso!

Los he hecho esperar demasiado tiempo y realmente lo lamento mucho, entre a la universidad hace 2 meses y las cosas no han sido nada fáciles para mí.

Lamento romper mi promesa de publicar semanalmente pero estoy feliz de no romper la promesa se abandonar mis proyectos.

Este es el que será el último capítulo con respecto a William, realmente me gusta muchísimo William así que en un futuro espero subir algo más sobre él.

Muchísimas gracias por estar aquí leyendo esto, espero en el plazo de esta semana y la otra subir el capítulo de Mateo.

Tratare de actualizar lo más seguido que pueda, no los molesto más, aquí les dejo el capítulo.

Me imaginaba un día completamente gris, de esos días en que las nubes determinan tu estado de ánimo, grandes  vientos y para rematar una ligera llovizna, gran sorpresa me lleve al ver que el sol resplandecía entre unas ligeras nubes tan blancas como el algodón.

Me sentía patético, ya era pasado el mediodía pero aun no salía de mi cama, me sentía en todo el derecho del mundo de no levantarme para nada, es solo que simplemente no podía hacerlo; hoy sería el día más miserable de toda mi vida, el día en que mi mejor amigo y enamorado desde hace mucho tiempo se casaría, simplemente, como una cuestión de honor no podía fallarle en uno de los días más felices de toda su vida.

 Aun sin ganas de levantarme mamá toco la puerta de mi habitación para recordarme que al ser el padrino de la boda debía llegar como mínimo una hora de anticipación a la iglesia, debo decir que fue un esfuerzo sobrehumano apartar todas las cobijas que estaban sobre mí ya que querían que me quedara más tiempo en la cama; una vez de pie me dirigí al baño a darme una ducha, tarde más de 30 minutos adentro tratando de olvidar todas las cosas aunque fuera solo por 1 minuto, me fue realmente imposible, por más que quisiera hacerlo Derek no salía de mi cabeza, su mirada, su sonrisa, su voz, todo el estaban dentro de mí y me parecía realmente imposible dejar de quererlo como lo quería en este mismo instante, debía seguir adelante, aunque me costara era lo mejor para los dos.

Una vez fuera de la ducha observe aquel traje negro que había alquilado solo para la ocasión, supongo que me sentiría mejor al ponérmelo y arreglarme un poco, no sé cómo el tiempo se pasó tan rápido pero cuando me percate ya eran pasadas las 3:00 pm, el matrimonio seria a las 5:00pm y 2 horas después la pequeña recepción, lo mejor sería salir inmediatamente a la casa de Derek, él me dijo que nos viéramos allí poco antes de salir.

Nuestras casas quedaban cerca así que salí sin ningún afán, nuevamente el radiante sol que se erguía orgullosamente en el cielo me hacía sentir aún más miserable, debía cambiar mi cara larga por una feliz, aunque realmente no lo estuviera quería que el sintiera que lo apoyaba y que solo quería verlo feliz, toque la puerta de la casa de Derek, su madre me abrió inmediatamente, llevaba un vestido lila hasta las rodillas, sus ojos estaban rojos lo cual denotaba que había estado llorando, pero no precisamente de tristeza.

-Pasa William, Derek te está esperando.

-Gracias señora, ¿En dónde está?

-Está en su habitación, si no estoy mal está terminándose de vestirse.

-Con su permiso.

-Espera –La madre de Derek me entrego sus lentes- Por favor entrégaselos.

-Con gusto.

Subí las escaleras y me dirigí a la habitación de Derek, sin tocar la puerta entre, allí estaba, parado frente a la ventana, parecía pensativo, posiblemente estaba bastante nervioso por todo lo que pasaría el día hoy, después de un momento volteo y me miró fijamente, no podía recordar cuando fue la última vez que lo vi de esa manera, simplemente estaba perfecto.

No pude evitar ruborizarme al verlo, realmente es un alivio que Derek no vea nada sin sus lentes o de lo contrario habría notado inmediatamente mi expresión.

-¿Eres tu mamá?

Me acerque a Derek para ponerle las gafas, una vez que lo hice me observo y se rio, también sonreí, me sentí bien al hacerlo, no sonreía de manera forzada para hacerle creer que todo estaba bien, en ese pequeño instante me sentí realmente feliz de que la persona a la que tanto amaba confiara tanto en mi para elegirme como su padrino, hasta ahora no había pensado en todas las consecuencias que esto traía.

-¿Te parece que me parezco a tu madre?

-Sabes que no puedo ver nada sin lentes, ahora que te veo claramente noto que no se parecen en nada.

-Por supuesto que no, empecemos por el hecho de que soy hombre.

-Si…

-¿Cómo te sientes?

-Esa es una buena pregunta.

-Puedes decírmelo.

-Nunca antes en toda mi vida me había sentido tan nervioso como ahora, estoy seguro de que es lo que voy a hacer pero aun así no puedo asimilarlo al 100%, ahora creo de verdad soy demasiado joven pero no hay marcha atrás, de verdad quiero a Diana y supongo que eso es todo lo que importa.

-Si eso es lo que piensas entonces las cosas no tendrían porque salir mal.

-Gracias William.

-¿Por qué?

-Por todo.

Ayude a Derek con el nudo de su corbata, sus manos estaban tan llenas de sudor y con un temblor tan constante que realmente le era imposible hacerlo por el mismo; el tiempo paso bastante rápido entre tanto ajetreo, cuando menos pensé se estaba haciendo tarde para ir a la iglesia, todos fuimos en taxi, digo no es para caminar más de 30 cuadras.

Llegamos unos 10 minutos antes de la hora indicada, la iglesia se veía perfecta, nuevamente ese sentimiento de rabia, impotencia, desilusión, tristeza, no sé cuál de todos esos seria exactamente pero en mi garganta había un fuerte nudo que amenazaba con soltarse en un estallido de lágrimas, no importaba cuántas veces me lo repitiera no podía ser lo suficientemente fuerte para observar como la persona a la que tanto amaba la apartaban de mi lado.

Hundido totalmente en mis pensamientos no me di cuenta de que Diana ya había llegado y la marcha nupcial retumbaba en las paredes de la iglesia, la mirada de Derek se ilumino totalmente, ¿Qué hacía en este lugar? Podría estar en mi casa, en mi casa, llorando mientras pensaba en lo que hacía con mi vida, la verdad estoy exagerando pero no me sentía bien, aunque ya había olvidado la última vez que realmente me había sentido bien.

Diana llego, Derek la recibió, entonces nos sentamos, como la costumbre es que el padrino se siente al lado de la novia así lo hice, aquí que me encontraba con la persona que menos quería ver sentada a mi lado en una gran silla llena de adornos con flores de muchos colores, todo era perfecto, todo era hermoso, eso me repugnaba.

La ceremonia se llevó a cabo sin ningún contratiempo, sonreí todo el tiempo, hicieron el intercambio de las argollas y se dieron su primer beso como casados, al final la feliz pareja y los padrinos debíamos firmar un acta para confirmar el matrimonio, firmar esa hoja me dolió ya que técnicamente estaba confirmando que la persona a que tanto quería nunca seria mía.

Todo salió bien, sentía como si todas las fuerzas de la naturaleza y del universo se hubieran puesto en mi contra, si existía algún Dios debía estar del lado de Derek seguramente.

Quise evitar la incómoda sesión de fotos a la salida de la iglesia, así que simplemente me fui a mi casa, después de todo tenía que asistir a la pequeña recepción que habría en la noche, mi tortura aún no había acabado, supongo que dormir un poco me sentaría bien.

El tiempo paso más rápido de lo que pensé, efectivamente fui a casa a recostarme un rato, según mi reloj había estado 2 horas en mi cama pero sentí como si únicamente hubiera parpadeado, me levante, tome mi chaqueta y me dirigí al salón donde sería la recepción, era un lugar realmente lindo, estaba ubicado en un segundo piso frente al parque de la avenida principal, si fuera mi boda también lo hubiera escogido.

Cuando llegue habían muchos automóviles afuera, el lugar no era muy lejos de mi casa así que hice todo el recorrido a pie, subí aquellas escaleras que estaban finamente decoradas con listones blancos y pequeñas flores color rosa pálido, una vez en el segundo piso pude ver todas las mesas, cada una poseía un pequeño arreglo floral que hacia juego con el ramo de Diana.

Pude ver a Derek sentando al fondo al lado de Diana, estaba sonriendo, supongo que algo le hacía mucha gracia, se veía tan apuesto con ese traje que me daban ganas de lanzarme sobre el a besarlo, simplemente debía suprimir esos malditos impulsos que amenazaban con apoderarse de mi cuerpo; mis padres estaban sentados en la misma mesa de los padres de Derek, no quería estar cerca de ninguno de ellos así que me dirigí a una mesa al lado de la ventana que estaba sola, me senté y suspire, sería una larga noche.

La música de fondo se detuvo, no había asistido a muchas bodas en mi vida así que no sabría lo que pasaría, Derek y Diana se levantaron y se dirigieron a la pista de baile, con una suave música de fondo empezaron un vals en el cual sus miradas no se desviaban, todos los presentes los observaban, no había mucho que ver solo dos idiotas dando vueltas, no, el idiota realmente era yo.

Una vez que terminaron de bailar el padre de Diana comenzó a hablar por el micrófono. El verdadero padre de Diana era un alcohólico al cual ella no veía desde que tenía 4 años, almenos eso era lo que Derek me había dicho, por lo tanto el hombre que sostenía el micrófono era su padrastro.

No solo hablo el padre de Diana, hablaron un sinfín de personas, todas esas frases dedicadas al futuro y prosperidad de su relación hacían que me sintiera enfermo y triste, no pude soportarlo más y salí corriendo al baño, saque todo lo que había dentro de mí, no derrame ni una sola lagrima supongo que ya no quedaba ninguna.

Me levante algo mareado, tenía que sentarme de nuevo, quería salir del baño pero algo me lo impidió, frente a mi había un chico de no más de 16 años  con un traje negro como el mío, nunca en mi vida lo había visto así que era realmente extraño que no apartara su mirada de mí.

-¿Puedo ayudarte en algo? –Menciono.

-No lo creo.

-¿Estás seguro?

-Completamente, si me disculpas…

Intente salir del baño pero casi caí en el intento, aquel chico me sostuvo para que no me callera.

-Por favor, déjame llevarte a tu asiento.

-Gracias, supongo.

Y entonces así de mal estaba, bueno lo suficiente como para que un completo extraño me ayudara a llegar a donde estaba sentando, una vez allí me senté y cerré mis ojos por un rato cuando los abrí de nuevo aquel chico aún estaba parado frente a mí.

-¿Necesitas algo?

-No.

Era un chico realmente extraño, me levante y me acerque a una de las grandes ventanas que estaban frente a mí, el parque de enfrente se veía realmente lindo de noche, una ligera brisa me daba a la cara refrescándome un poco.

-Me llago Steven.

-¿Perdón?

-Dije que mi nombre es Steven, ¿Cuál es el tuyo? –Sin que me diera cuenta ese chico extraño estaba a mi lado hablándome, supongo que no tenía nada que perder entablando una conversación con él.

-Me llamo William.

-Es un placer conocerte William.

-Lo que tú digas.

-¿Puedo saber qué te pasa?

-¿De qué hablas?

-Yo te vi cuando llegue y no estabas bien, mis sospechas fueron acertadas cuando te vi entrando el baño, digamos que… la curiosidad me mato y me gustaría saber qué te pasa.

-¿No crees que eres algo entrometido?

-Las personas suelen decir eso de mí.

-Estoy bien chico, gracias por tu preocupación.

-Ya te dije que me llamo Steven y no pareces estar para nada bien.

-Solo no me molestes.

Lo único que me faltaba era tener a un adolecente molestándome en el que consideraba el peor día de mi vida, suspire y me senté, los meseros estaban repartiendo bebidas alcohólicas así que tome algunas, aquel chico se sentó a mi lado.

-¿No piensas decirme?

-No lo creo, solo cállate y bebe.

-Lo siento, no puedo tomar bebidas alcohólicas.

-Perdóname niño.

-¡No soy un niño! Cumplí 15 la semana pasada…

No pude evitar reír al escuchar eso, solo que no fue cualquier risa, hacía mucho tiempo que no reía con tantas ganas incluso algunas personas de otras mesas voltearon a mirarme, aquel chico, Steven se había puesto un poco rojo.

-¿Qué es tan gracioso?

-No creí que fueras tan pequeño.

-No soy pequeño.

-Claro que lo eres, apenas tienes 15 e incluso más bajo que yo.

-Que importa mi estatura…

-¿Piensas quedarte aquí?

-Aun no has respondido a mi pregunta.

-Y dudo seriamente en hacerlo, no puedes llegar de la nada a hacer ese tipo de preguntas a los desconocidos Steven.

-Claro que puedo, algo diferente es que las personas no me quieran contestar.

-¿Qué tipo de adolecente eres?

Cuando Steven quiso contestar Diana tomo el micrófono indicando que era el momento de los juegos, estos se dividían en 2, uno en el cual rifaba su ramo entre las mujeres y otro donde rifaba su liguero entre los hombres.

No me levante para ver como alguna soltera ganaba el ramo, cuando llego el momento de rifar el liguero Steven me tomo del brazo para que fuera, ya no importaba nada solo me levante y fui.

Le mecánica del juego era sencilla, los hombres que fueran solteros tenían que quitarse un zapato que posteriormente pondrían debajo del traje de Diana, entonces Derek sacaría los zapatos uno por uno y el dueño del zapato que quedara al final se llevaría el liguero.

Steven y yo nos quitamos los zapatos y los pusieron junto a los demás zapatos dentro de aquel gran vestido blanco. El primer zapato en salir fue el de Steven, Derek se lo lanzo mientras sonreía; los demás zapatos fueron saliendo y no había rastros por ningún lado del mío, me lleve una sorpresa al ver que mi zapato era el último, las personas aplaudieron y me obligaron a pasar adelante.

El liguero no te lo entrega en la mano y ya, tienes que quitárselo de la pierna a la novia mientras tienes los ojos vendados, bueno eso es lo que el ganador cree, realmente el liguero se lo ponen en la pierna al novio, cosa que dudaba mucho tratándose de Diana.

Me vendaron los ojos y luego me sentaron en el suelo, realmente creí que la pierna frente  a mi pertenecía a Diana, es decir era bastante suave y ella no dejaría  que yo me acercara a Derek tan fácilmente, cuando termine de bajar el liguero la venda que cubría mis ojos cayo y frente a mi estaba Derek con las mejillas increíblemente rojas, todo este tiempo había sido su pierna, igualmente yo no pude evitar sonrojarme, todas las personas estaban riéndose de la situación, todas menos Diana a la cual no le causo gracia, tomó el micrófono y nos pidió que no sentáramos para repartir la comida.

-Derek ven conmigo….

No pude ni hablar con él, Diana lo alejo de mi a una velocidad increíble, este tipo de cosas siempre me tenían que pasar a mí, supongo que ya estaba acostumbrado.

-Si ganaste el liguero quiere decir que te vas a casar.

-Steven…

-Ven, vamos a comer.

Me maldecía por estar en este lugar, Derek es mi mejor amigo pero Diana realmente me odia, Seguí a Steven hasta aquella mesa al lado de la ventana en la que estábamos hace un rato.

-¿No tienes nada mejor que hacer que estar al lado de un ebrio como yo?

-Antes que nada, no estas ebrio, solo has bebido un poco además yo quiero estar aquí.

-¿Por qué?

-Bueno, es que…

-William, ¿Me regalas un minuto de tiempo? –Era Derek, sin que me diera cuenta estaba parado frente a mi mesa.

-¡Claro!

Me levante de inmediato, Derek me indico que bajáramos así que lo seguí.

-Hey William ¿Cómo estás?

-Muy bien, nos vimos en la iglesia hace unas horas ¿no lo recuerdas? –Ambos reímos.

-William… no sabes lo mucho que te agradezco tu presencia, yo realmente siento que no sería lo mismo si no estuvieras aquí.

-Claro que si lo seria, me la he pasado sentado en una esquina, además sé que Diana me quiere lejos de ti a toda costa.

-Ah, trata de entenderla, es el día de su boda y bueno sabes lo que piensa sobre ti.

-Dile que no se preocupe, que no intentare quitarle a su hombre.

Derek se acercó a mí y me beso, no podía creer que sería yo quien nos separa.

-¿Qué se supone que haces?

-No lo sé William –Derek me miro- no lo entiendo…

Derek me miró fijamente, realmente no comprendía lo que estaba pasando, Derek se estaba acercando a mí pero sabía que todo esto estaba mal, al diablo con todo por primera vez en toda mi vida estaban pasando las cosas que yo realmente deseaba que pasaran y no iba a perder tal oportunidad.

-¿William? –Steven estaba en la puerta, no sé en qué momento llego –Tu comida está arriba en la mesa, si no vas rápido se va a enfriar.

-Voy enseguida…

Steven comenzó a subir las escaleras así que yo lo seguí, Derek me tomo de la muñeca, digirió mi mirada hacia él, si expresión era de confusión, me soltó y yo seguí subiendo; llegue a mi mesa y comencé a comer rápidamente.

-¿Eres amigo del novio?

-No es solo mi amigo… es mi mejor amigo.

-Debes estar feliz por él.

-Lo estoy.

El resto de la comida fue silenciosa, era suficiente para mí, lo mejor sería irme, había demasiadas cosas en mi cabeza, me levante rápidamente pero Steven me lo impidió.

-¿Ya te vas?

-Estoy cansado, solo quiero irme a dormir.

-Por favor no te vayas, quédate solo un poco más.

-¿Por qué deberá quedarme?

-Si te vas me sentiré realmente solo, además papá me dijo que tendrá que quedarme hasta la media noche, acompáñame hasta ese momento.

-Steven… ¿Qué cosas dices?

Steven me estaba mirando fijamente, era solo un chico pero parecía incluso más maduro que yo.

-Está bien –Suspire- Supongo que si me quedo otro momento no moriré por eso.

-Gracias.

¿Qué estaba haciendo? Nada tenía sentido, todo, absolutamente todo lo que estaba ocurriendo este día se salía totalmente de mi control, si antes no podía dejar de pensar en Derek después de lo que ocurro abajo las cosas estaban mucho peor, y ahora este chico que había conocido hace unas horas me miraba de esa manera.

-Podrías darme tu número.

-Podría pero no quiero.

-¿Por qué no?

-¿Para qué quieres mi numero?

-Solo si quieres… podríamos hacer algo algún día –Steven parecía bastante nervioso cuando dijo eso.

-Está bien.

Intercambiamos números de teléfonos, no tenía nada que perder, todo mi mundo estaba hecho un terrible desastre ahora.

A media noche, como Steven me lo haba dicho se fue por orden de su padre, no tenía nada más que hacer en ese lugar, le dije a mis padres que me iría y luego me acerque a Derek para despedirme, no lo vería por lo menos en 2 semanas ya que había preparado un viaje con Diana a no sé qué pueblo, como no tenían mucho dinero se quedaran en casa de su familia en esa pequeña luna de miel.

Baje y tome un taxi, llegue a mi casa a hacer lo único que tenía ganas de hacer, dormir, no quería despertar en un buen tiempo, mi cabeza estaba hecha un completo lio y no se resolvería rápidamente.

Aunque dije que quería dormir hasta tarde, desde hace unos minutos alguien estaba llamándome al celular, ya que no se detenía supuse que era algo importante as que conteste.

-¿Diga… quien habla?

-Hola William, soy Steven ¿Me preguntaba si querías hacer algo esta tarde?

-Ah, por mi estaría bien.

-¡Perfecto!

Steven siguió hablándome por teléfono pero no estaba prestándole atención a lo que me decía, como había mencionado anteriormente no tenía nada que perder…

Notas finales:

Como mencione anteriormente gracias, gracias de verdad por estar aquí leyendo todo esto, de no ser por ustedes yo no estaría aquí publicando nada.

Aunque el tiempo libre que tengo ahora es realmente limitado tratare de sacar espacios para escribir y publicar lo más que pueda.

Puede que después publique algo más sobre William pero no prometo nada.

Sin más que decir espero “leernos pronto”, mies expectativas es que no pasen más de 2 semanas antes de mi próxima publicación.


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