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Voy a hacer que ames. por Duquesa del Pan

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Notas del capitulo:

-Miren quien anda por aquí…
-Lamento haberme ausentado por tanto tiempo TT.TTç
-Creí que nunca regresarías…
-No puedo dejar lo que inicie sin finalizar :’v

Como sea, buen día-tarde-noche, de verdad lamento estar sin subir absolutamente nada por tanta cantidad de tiempo, no hay excusas para eso u.u

Espero que este capítulo sea de su agrado, lo escribí con mucho amor.

PD: No me odien :'(

Y sin saber a dónde Mateo solo pudo seguirlo, no podía sacarse de la cabeza la escena que había acabado de vivir, nunca creyó que pudiera aceptar de tal manera su relación con Esteban pero aun así sabía que estaba lejos de poder aceptarla frente al resto de personas, sin embargo cada vez Mateo aceptaba más su nueva realidad.

-Espera… ¿Vamos en dirección a mi casa?

-Oh, eres muy inteligente.

-Vaya, vamos a divertirnos mucho ahí.

-Tu sarcasmo no funcionara conmigo, ¿alguna vez te he decepcionado?

-Esa es una pregunta muy amplia.

-Por favor, solo mantente en silencio.

Ya era tarde, suficientemente tarde como para que las calles de aquel barrio tan alejado del centro de la ciudad estuviera completamente vacío, solo 2 almas caminando juntas, por la mente de Esteban solo pasaba la idea de tomar la mano de su amante, pensaba que un gesto como ese por más simple que fuera era más especial que cualquier otra cosa ¿Debería hacerlo? Prefirió ahogar aquella  idea en su mente, aun no era el momento de poder caminar tomado de la mano junto a aquella persona especial, pero si no era ahora ¿Entonces cuando?

Prontamente llegaron a la casa de Mateo, este saco las llaves y ambos entraron. No había rastros de su madre por ninguna parte entonces lo comprendió todo.

-¿Sabías que ella no estaría en casa?

-Como podría decirlo, de no ser así no estaríamos aquí en tu casa.

-¿Y que se supone que haremos aquí?

-Algo que las personas no suelen hacer a la vista de las demás, como si los avergonzara se esconden en lo más profundo.

Mateo sonrió, una sonrisa brillante y verdadera, aunque aún estuviera molesto por lo que había pasado Esteban no era el culpable de nada y en ese momento solo trataba de hacer que se sintiera mejor, lo bueno es que lo había logrado.

Se juntaron en un beso que prontamente ganaba más pasión, era uno de esos momentos en los cuales el resto del mundo no importaba, solo estaban ellos dos, siguieron hasta la habitación de Mateo tropezando  con las paredes  y los objetos adyacentes a sus cuerpos, una vez entraron Mateo detuvo las manos de Esteban.

-¿Sucede algo malo?

-No, es que es la primera vez que traigo alguien a mi habitación a hacer el amor y no simplemente a tener sexo.

-Mateo…

-Y créeme que no te digo esto solo por calentarte.

En la entrepierna de Esteban se notaba su evidente erección, como si fuese un experto en eso Mateo la tomo y comenzó a masturbarlo, no solo se trataba de que él se sintiera bien quería que el otro también pudiera disfrutar de todas las caricias besos y abrazos.

Siguió con su labor mientras lo desnudaba, Esteban intento hablar pero Mateo lo callo, no quería oír palabra alguna ni siquiera de él, con una seña le indico que tomara sus dedos y los digiera a su entrada, allí se encontraban de pie, tocándose el uno al otro, mudos.

Mateo tomo a Esteban y lo llevo hasta la cama mientras se despojaba de las últimas prendas de ropa que le quedaban, sus miradas lascivas se encontraron sabiendo que no podrían pasar mucho más tiempo lejos, Mateo se unió al lecho, esta vez quería que las cosas fueran diferentes, no dejo que Esteban se levantara y se puso sobre él, sus miradas no se separaron en ningún momento, tomo la erección del otro y la posiciono en su entrada para sentarse abruptamente en ella, no pudo seguir con sus ojos abiertos después de esto.

Siguió sin detenerse aunque le doliera, sabía que prontamente ese dolor se convertiría en placer; Esteban solo podía mirar lo que hacía Mateo, estaba totalmente sorprendido de sus actos ya que nunca se había comportado de tal manera, era diferente a todo lo que él estaba acostumbrado a ver en Mateo.

-Sabes… está bien si solo por esta noche te vienes dentro de mí.

-¿Estás seguro? Estas actuando algo raro.

-Estoy seguro… está bien si eres tú el que lo hace.

Era difícil ver a Esteban sonrojado pero Mateo lo logro, le encantaba ver su rostro de esa manera, ligeramente rojo y todo por su culpa, quería que momentos como estos duraran para siempre.

Mateo siguió moviéndose, su respiración estaba agitada y cada vez se sentía más caliente, seguía que no podría más, Esteban le tomo por las caderas ayudándole en su labor; ambos terminaron y Mateo aún seguía sentado en las caderas, solo se separó para acostarse en su pecho podía sentir como latían sus corazones, era una hermosa canción que se tocaba de forma arrítmica.

-La noche es joven –Menciono Esteban mientras se acomodaba sobre Mateo.

-No podría esperar menos de ti –Menciono Mateo mientras sonreía.

 

Habían cosas que el dinero no podían comprar, había un sentimiento que era muy difícil encontrar, la felicidad no podría ser descrita en palabras pero bien, podrías decir que era lo que te hacia feliz, no era nada del otro mundo, no era nada complicado y la mayoría de las veces podía parecer algo muy estúpido, el simple hecho de despertar y saber que la persona que quieres está a tu lado, bueno, eso es algo que te hace feliz.

No se necesita estar rodeado de muchas personas, solo se necesita estar rodeada de las indicadas.

Mateo y Esteban decidieron que saldrían, no sabían a qué pero saldrían, después de todo estaban de vacaciones. Una vez en la calle Mateo saludaba a cuantas personas se encontraba, era muy conocido en el sector, después de todo estaba en casa, entonces fue como ver un espejismo, una mujer joven estaba sentada al otro lado de la calle, se encontraba sola y parecía que esperaba a alguien, Mateo no lo dudo 2 veces y salió disparado en su dirección, Esteban por otro lado se quedó allí parado, simplemente observando la situación viendo como el otro parecía hipnotizado.

Aunque fuera gay debía admitir que aquella mujer tenía un muy buen cuerpo y una cara muy bonita, en efectiva era una mujer muy atractiva, aun así no dejaba de preguntarse quién era; No es que fuera alguien celoso pero Mateo sonreía como un completo idiota, decidió acercarse a ellos, Mateo pareció molestarse.

-¿No vas a presentarme a tu amiga?

-Claro –Mateo suspiro- Ella es Susana, una vieja amiga.

-Mucho gusto –Susana extendió su mano para tomar la de Esteban mientras sonreía, a él no le hizo ninguna gracia aquella mujer.

-Soy Esteban, estoy en la mima universidad que Mateo y me invito a pasar vacaciones aquí.

-¡Eso es maravilloso! Aunque esta ciudad no sea la más grande del mundo tiene infinitas posibilidades…

Aunque Susana siguió hablando Esteban no la escuchaba, no dejaba de pensar en qué tipo de relación había mantenido precisamente con Mateo ya que eso de “viejos amigos” no lo había convencido para nada; a pesar de no ser una persona supersticiosa ella le daba una mala espina, pero bueno parece ser que lo mejor era no darle más vueltas al asunto o eso fue lo que creyó hasta que escucho de los labios de aquella mujer “Cuando las vacaciones terminen iré a la misma ciudad en la que estás viviendo a buscar trabajo”.

Esteban exageraba, el hecho de que vivieran prontamente en la misma ciudad no quería decir nada; Por el momento Susana se fue dejando solos a aquella pareja, era el momento preciso para sacarle algo de información a Mateo.

-Entonces, ¿Con que una vieja amiga?

-No vieja de edad aclaro.

-Entiendo el punto, solo que no creo que fueran solo amigos.

-Lastimosamente esa es la verdad, nunca pasamos de una amistad.

-Vale, te creo.

-¿Acaso estas celoso?

-Y si así fuera, ¿Hay algún problema con eso?

-No –Mateo comenzó a reír- es solo que nunca creí que te vería así.

-No entiendo que tiene esto de divertido.

-¡Por supuesto que es divertido! Es algo que no puedes ver todos los días, es como una nueva faceta, un nuevo tú.

Esteban no podía estar molesto, estaba exagerando todo el asunto; Las cosas con Susana quedaron así, Mateo nunca más la volvió a mencionar y mientras estaban de vacaciones no se la volvieron a encontrar nuevamente.

Los días pasaban cada vez más rápido, el ambiente algunas veces se tornaba algo aburrido pero no era algo que ambos no pudieran solucionar, siempre se las ingeniaban con algo nuevo; antes de tener que abandonar la ciudad ante el inminente inicio de clases Mateo se reunió nuevamente con algunos de sus compañeros, claro que Erick no estaba presente en esta ocasión.

Esteban le sacó provecho a esta reunión para hablar con aquella chica de lentes, su nombre era Dayana, incluso llegaron a intercambiar números; las vacaciones llegaron a su final y ambos regresaron a la Universidad.

Los primeros días se pasaron rápidamente, no tenían muchos trabajos y las clases eran fáciles por lo cual ambos lo aprovecharon para estar juntos, eran buenos tiempos, las cosas iban como ambos querían lastimosamente el desastre estaba por desatarse.

En uno de esos momentos en los que Esteban salía de clases y no tenía nada que hacer decidió fumar un poco con tan mala suerte que no tenía cigarros y si quería conseguir su marca preferida debería atravesar casi todo el campus, se despidió de sus compañeros de clase y salió en busca de ellos.

Una vez los consiguió empezó a fumar, de la nada abrió sus labios abruptamente, su cigarrillo cayó al suelo la razón de todo esto tenia nombre, “Susana” era la culpable aunque realmente ¿Que tenía ella que ver en todo esto? Esteban se acercó a ella con una expresión seria.

-¡Hey Susana! –Menciono con una falsa sonrisa en su rostro- ¿Me recuerdas?

-El amigo de Mateo… de verdad me alegra ver una cara familiar.

-Esteban, me llamo Esteban.

-De verdad lo siento, lo había olvidado, después de todo no nos vimos por más de diez minutos.

-¿Por qué te alegra verme?

-Bueno, recuerdo que me habías dicho que estudiabas aquí en la misma universidad que Mateo, la razón por la cual debía mudarme hasta esta ciudad no era para conseguir trabajo, realmente voy a presentar unas clases extras aquí, pero quería darle una sorpresa, lastimosamente me perdí y necesito llegar a mi próxima clase lo más rápido posible.

-Hay algo que no me cuadra en esta historia… ya vamos un mes desde que comenzó el semestre así que ya deberías de haber visto algunas clases ¿Cómo es que estas perdida?

-Veras, el año pasado me gradué de enfermería y ahora me estoy especializando, pero el primer mes de clases fue en un hospital que tiene convenio con esta universidad por eso no conozco nada.

-Ya tienes una carrera encima… ¿Qué edad tienes?

-¡Podemos hablar mientras caminamos! Necesito llegar al edificio 405.

-Bien, es por aquí.

-De verdad te lo agradezco, no sé qué hubiera hecho sin tu ayuda.

-Cómo te decía ¿Qué edad tienes?

-Tengo 24, aunque muchas personas dicen que me veo mucho menor, ¿Tanto te intereso?

-Efectivamente no te ves de 24 años y no, te equivocas de persona la verdad es que no me gustan las chicas y de hecho estoy saliendo con alguien.

-Es una lástima, eres un chico muy lindo.

-De hecho conoces al chico con el que salgo…

Una voz en su cabeza decía “¡Cállate idiota!” pero era opacada por otra que decía “¡Dile con quien estas saliendo!” Esteban dudaba si contarle la verdad sobre su relación, pero pensó que si algunos de los compañeros de Mateo ya lo sabían no había nada de malo en que Susana también lo supiera, realmente solo se decía eso para no sentirse culpable por su inminente decisión.

-No conozco a nadie en esta ciudad.

-Nos conoces a Mateo y a mí.

-Espera… eso quiere decir que él y tu son ¿Novios? –Susana se detuvo- Vale, casi caigo en tu broma es decir ¡Es imposible que Mateo sea gay! Y yo sé por qué te lo digo.

-Yo estaba hablando de...

-¡Mira! Hemos llegado –Susana lo interrumpió- Muchas gracias por traerme aquí, por favor saluda a Mateo de mi parte, del que quiero verlo cuanto antes.

-No hay problema con eso, adiós.

Por supuesto que no iba a decirle, habían demasiadas cosas que rondaban por la cabeza de Esteban, si antes el misterio de Susana le rondaba en la mente ahora las cosas habían empeorado, Mateo le había dicho que nunca fueron más que amigos y la verdad no parecía que mintiera, pero… ¿Por qué ella había ocultado que estaría en la misma universidad? Y aun peor era la razón que había dado por la cual Mateo NO podía ser gay.

Habían demasiadas preguntas que no podía responder pero sabía a quién podía sacarle esa información, desde que había dejado la ciudad de Mateo había estado manteniendo comunicación con Dayana, podría preguntarle todas las cosas que quisiera a ella, estaba ansioso por llegar a casa para poder sacarle toda la información que tanto deseaba saber… pero bueno ¡Sí que exageraba! Solo era una chica.

Por desgracia de Esteban cuando se acabó su última clase debía quedarse un poco más en la universidad terminando un trabajo con unos compañeros de clase y cuando por fin se dirigía a su caso había un accidente en la vía lo cual retraso todos los autobuses.

Era tarde, él estaba realmente cansado  tenía varias tareas por terminar pero eso no le importó, tomo su teléfono y al fin pudo marcar el número de Dayana.

-¿Esteban eres tú?

-Dayana, me alegra escucharte.

-¿Cómo te encuentras?

-Muy bien gracias, ¿Y tú?

-Algo ajetreado por el estudio y el trabajo pero todo anda muy bien, dime ¿A qué se debe tu llamada?

-No siempre tengo que llamar por algo.

-Vamos, solo dilo.

-Esa bien, ¿Quién es Susana?

-Oh, bueno…

-¿Pasa algo malo con ella?

-Bueno, si me llamas a mí a preguntarme por ella supongo que hablamos de la misma Susana es solo que no sé por dónde empezar.

-Iré al grano, ¿Qué relación mantenía con Mateo?

-¿Quieres escuchar la historia corta o la más larga?

-Bueno… tengo todo el tiempo el tiempo del mundo, eso va es de tu parte.

-Puedo darte un poco de mi tiempo libre.

-Muchas gracias Dayana.

-Bien, Susana es una chica que vive a unas calles de mi casa, yo vivo maso menos cerca de donde vive Mateo, a unos 20 minutos caminando, nunca estudiamos en la misma escuela pero es una mujer muy conocida por toda esta zona, es amable y siempre está rodeada de personas, aun así nunca entable una charla con ella ni nada por el estilo, siempre me pareció que había algo que no estaba del todo bien con ella.

-Creí que ellos podrían haber estudiado juntos, realmente no sé nada.

-No, nunca lo hicieron, además ella se graduó ya hace bastante tiempo, bueno cuando Mateo acababa de cumplir 15 años estaba perdido en Susana, realmente le gustaba mucho pero ella nunca le ponía atención, después de todo era una mujer mayor con muchos pretendientes, todos en nuestra clase sabían los sentimientos de Mateo hacia aquella mujer pero lastimosamente nunca fue correspondido.

-¿Eso es todo? Ellos parecen llevarse muy bien ahora.

-Es que… nadie sabe qué fue lo que realmente paso entre ellos, pero en una ocasión estábamos reunidos  varias personas de nuestra escuela y Mateo se emborracho, estaba realmente mal y como yo no bebo alguien me dijo que lo cuidara un poco, no tenía nada más que hacer así que me senté a su lado a mirar que no se ahogara con su propio vomito.

-Mateo siempre ha sido un bebedor insaciable.

-Bueno, en eso estamos de acuerdo… como te decía él estaba realmente borracho y creo que no sabía ni en donde se encontraba y entonces me pregunto si yo era Susana, le respondí que era Dayana su compañera de clase y me dijo que había algo que lo estaba matando por dentro, algo que tenía que sacarlo al mundo, técnicamente me dijo que confiaba en mí y entonces de la nada comenzó a hablarme de Susana

 -Tú… conoces a Susana ¿Cierto? Creo que vive cerca de tu casa.

-Sí, la conozco.

-Bueno… yo… realmente la quiero sabes, no… más que quererla en estos ultimas días me di cuenta de que realmente la amo pero ya no se ni en que debo creer.

-Perdón que te interrumpa pero tengo entendido que ella y tú nunca han tenido ningún tipo de relación y creo que es tonto que ames a una persona así.

-Te equivocas Dayana, en una ocasión después de tanto pedirle que saliera conmigo ella acepto, no sabes lo feliz que fui, llevaba mucho tiempo pidiéndole lo mismo y entendía que se negara… después de todo ella es 6 años mayor que yo y ya está en la universidad…

-Vaya, yo no sabía eso.

-En realidad aparte de Susana y de mi nadie más sabe esto y te digo que nadie más puede saberlo…

-¿Pero solo salieron una vez y ya?

-Salimos varias veces, ella decía que yo le caía muy bien pero que no dejaba de ser un niño, aun así eso no me importaba, me hacía feliz poder salir con ella besarla y abrazarla… ella creía que yo ya había estado con chicas antes pero todo eso era una mentira, cuando cumplí 15 y empecé a obsesionarme con ella nunca en mi vida había tenido relaciones con nadie, decir lo contrario me hacía sentir mayor hasta que un día le dije la verdad, Susana no podía dejar de reír eso me hizo sentir realmente mal, sabes yo quería que me tragara la tierra pero entonces ella me dijo que fuera a su casa, supongo que era muy inocente, realmente no ha pasado mucho tiempo desde entonces se puede decir que aún lo soy… yo fui a su casa y fue lo mejor que me ha pasado en la vida hasta ahora, Susana fue muy linda y especial conmigo… yo me sentí el hombre más afortunado de la tierra, después de eso creí que seriamos novios, por eso digo que soy muy inocente… ella me dijo que no podíamos serlo, yo no podía creerlo, se supone que eso era lo que hacían los novios… yo estaba muy deprimido, no podía creer que ella estuviera haciendo algo así conmigo, seguimos hablando después de eso pero eso era todo además mientras estábamos saliendo ella estaba saliendo con otro tipo y ahora es su novio… maldición realmente soy un idiota.

-Mateo, de verdad que es lamentable escuchar como Susana fue capaz de hacer algo así contigo, es repugnante como alguien puede jugar con los sentimientos de una persona de tal manera además…

-Y bueno, quería seguir hablándole pero se quedó dormido… luego vomito en mis zapatos.

-Dayana eso es…

-Yo creo que debes sentirte peor a como yo me sentí cuando él me lo confeso todo ya que eres mucho más cercano a el de lo que yo soy, como sea es todo lo que se dé Susana.

-Y créeme que es más que suficiente, no tengo palabras para agradecerte todo lo que me has contado, esta información vale oro.

-Puedo saber ¿Por qué me preguntaste eso?

-Susana está aquí en la misma universidad en la cual estamos Mateo y yo, quería saber un poco más que tipo de mujer era ella.

-Por favor cuida de Mateo, no confió en esa mujer, nunca lo hice y mucho menos después de todo lo que me dijo Mateo.

-Bueno creo que eso es todo por hoy, te llamo luego.

-Igualmente, espero haberte ayudado.

Esteban no tenía una buena impresión de Susana pero después de enterarse de la verdadera naturaleza de aquella mujer  sabía que lo mejor sería que Mareo estuviera alejado de ella, por su reacción cuando la vio unas semanas atrás es como si aún sintiera algo por ella, puede que hayan pasado tres años desde entonces pero sería la primera muer por la cual Mateo mostro real interés y no solo buscaba por el placer del sexo.

¿Esteban lo estaba exagerando todo?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                -

Notas finales:

¿Qué cuando subiré de nuevo? No lo sé, ahora trabajo en un nuevo capítulo para el otro fanfic que subo a mi cuenta.

Tengo muchas ideas sobre proyectos nuevos que quiero compartir con todos ustedes pero pensé que sería mejor terminar lo que empecé.
Gracias por estar aquí leyendo esto, eres la razón por la cual escribo *Aplíquese a a cualquier Fujoshi/Fudanshi que este aquí*

Hasta después. 


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