Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Voy a hacer que ames. por Duquesa del Pan

[Reviews - 43]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Estoy de regreso :’D

He tenido un poco de tiempo libre y bueno, escribí un poco. Realmente no es mucho pero pensé mientras pueda actualizar supongo que está bien.

Espero que les guste.

El tiempo corría casi tan rápido como Mateo en un entrenamiento, las semanas pasaron y con ellas las responsabilidades matutinas en la universidad, los parciales, entrenamientos y demás ya eran cosas muy comunes para todos.

El nombre de Susana nunca más fue mencionado, ¿La razón? Desapareció de la faz de la tierra, Esteban nunca volvió a verla dentro de la universidad y según Dayana no la había vuelto a ver.

Todo parecía estar  bien, uno de esos tiempos de calma, y aunque normalmente preceden a la tormenta lo mejor sería no pensar en ello.

Solo faltaban 3 semanas para que finalizara el semestre académico y sorpresivamente ese mismo tiempo faltaba para el cumpleaños número 19 de Mateo, a pesar de que aun faltasen 21 días para aquello Esteban quería preparar algo especial, quería demostrarle cuando lo apreciaba, de igual manera algo se le tenía que ocurrir.

Ese mismo día habrían quedado de encontrarse, el tiempo que podían pasar juntos cuando se encontraban tan llenos de quehaceres era poco, aunque fuera solo por una tarde ¡Eso no los mataría!

-Hey tú, estoy del otro lado.

-Veo que aun estas en el uniforme.

-Mi uniforme retrata mi atractivo natural –Menciono Mateo entre risas-L o siento,  te hice esperar, inmediatamente termino la práctica vine a buscarte, no tengo mucho tiempo así que si no te molesta prefiero quedarme así.

-Pero es cierto, estar así solo te hace ver más atractivo, no siempre se te ve lleno de sudor, con las mejillas rojas y con un uniforme lleno de barro.

-Hey, una vez que empezamos a salir debiste ver esa pequeña cláusula que decía “Quiérase aunque este sucio”.

-Tonto –Esteban no pudo evitar reírse- Vamos a comer algo, estoy hambriento.

-Ni que lo digas.

Esteban estaba realmente ansioso por que terminara el semestre, últimamente se había vuelto más apegado a Mateo y le era casi insoportable el hecho de apenas verse una o dos veces por semana, sabía que en las vacaciones podrían estar todo el tiempo que desearan juntos, ¿Pensar de esa manera era malo? El que se enamora primero pierde.

Quizás ese pensamiento era demasiado optimismo pero así es como piensan los jóvenes, Esteban era demasiado obstinado para creer que las cosas no saldrían como el las deseara, si en un principio se propuso que Mateo caería rendido ante él y ahora era así… nada le hacía creer que no sería así para siempre.

Después de comer  decidieron caminar un poco pero el tiempo se fue volando, mucho más rápido de lo que ambos desearían, Mateo debía regresar a su entrenamiento por lo que le era imposible quedarse un poco más, Esteban decidió acercarlo a la cancha de futbol.

-¿Cuándo podremos vernos? Y no hablo de esto, quiero ir a alguna parte.

-Podemos ir a alguna parte después, sabes que me es imposible faltar a mis entrenamientos y a las clases, falta poco tiempo para las vacaciones.

-Entonces dame un beso, justo ahora.

-Tengo que irme.

-¡Ven aquí!

-Aléjate, maldito acosador.                                                          

Los días cada vez eran más y más lentos, el clima era cada vez más frio y lo recomendado era siempre ir con una sombrilla a la mano; sin importar que lloviera las practicas no se cancelaban lo cual era un punto negativo para Esteban, pensaba en lo malo que era pensar tanto en Mateo, aunque quizás todo se debía a que los momentos que podían verse eran cada vez más reducidos, lo mejor sería concentrarse en sus propios estudios y dejar pasar el interminable tiempo.

Y entonces por fin llego este tan esperado día, el día en que saldrían a vacaciones y el día en que Mateo cumpliría un año más de vida, las nubes de color gris cubrían todo el cielo y lo más probable es que lloviera en las horas de la tarde, aun así para Esteban era un día hermoso, con una sombrilla guardada en su bolso y dos vasos de café hirviendo veía como a lo lejos se aceraba Mateo, hoy era el tan esperado día.

-Ese café se ve muy bien, es especial para climas tan fríos.

-En realidad quería comprar solo uno para ti pero estaban en oferta 2x1.

-Dos vasos de café para mi… ha de ser mi día de suerte.

-Tal vez sea eso… o puede que sea por tu cumpleaños.

-O tal vez le agradaste a la chica que vende los cafés –Mateo sonrió mientras tomaba ambos vasos.

-A lo mejor todo es obra del destino que nos dice que este día es bueno por dos razones, la primera por que finalmente se terminó el semestre académico y la segunda porque es tu cumpleaños.

-No me gusta que sea mi cumpleaños.

-¿De qué hablas?

-No quiero de eso.

-Vamos, no puedes decir justo eso ahora y no contarme el resto de la historia.

-Es sobre… es sobre mi padre, la última vez que lo vi fue durante mi cumpleaños, aún era muy pequeño y es algo que debería de olvidar pero sin importar cuanto lo intente, simplemente no puedo.

-Pero yo creí que… lo siento, no pretendía que te pusieras así.

-Está bien, es algo que hace parte del pasado, simplemente tienes que aprender a vivir con ello.

Caminaron un rato en silencio hasta salir de la universidad, para ambos era una extraña sensación permanecer tanto tiempo en silencio, no podían saber lo que otro estaba pensando; Cuando estaban justo por salir de la universidad ambos se quedaron de frente, mirándose, era una extraña sensación de calidez que los rodeaba en este clima tan frio, comenzó a llover, rodos a su alrededor corran buscando refugio, el agua caía a cantaros pero ellos seguían de pie, sin inmutarse por lo que estaba pasando a su alrededor.

Fue bastante difícil notarlo al principio pero Mateo estaba llorando, pequeñas lágrimas caían por sus mejillas rodeadas de la fuerte lluvia que caía sobre ambos.

-¿Por qué estas llorando?

-Yo… -Mateo dirigió su mano a su rostro, lo toco lentamente para darse cuenta de todo lo que pasaba a su alrededor- No lo sé, no lo entiendo.

-Sabes, esto es algo cliché, lo mejor será buscar un lugar seco, ¿recuerdas nuestro último encuentro debajo de la lluvia?

-Como podría olvidar algo como eso…

Esteban saco su sombrilla, era lo suficientemente grande como para cubrirlos a ambos, mientras caían más y más gotas ambos se sentaron en el paradero; Esteban tomo la mano de Mateo y este no rechazo tal acto, el ambiente era realmente horrible, ninguno de los dos sabía que decir.

-Realmente odio mi cumpleaños.

-¿Y si pensamos que este es un día común y corriente? La única diferencia es que es desde hoy inician las vacaciones.

-Supongo que me gusta esa idea.

-Mateo, sabes que no me gusta verte así y si hay algo que pueda hacer para cambiar esa expresión de tu rostro, solo tienes que decírmelo.

-Solo, nunca me abandones.

-Tu dedo –Esteban puso frente a Mateo su dedo meñique- Dame tu dedo - Mateo puso su dedo meñique frente al de Esteban, este los entrelazo- Te prometo que nunca voy a abandonarte y que haré todo lo posible por siempre estar a tu lado.

Esto solo aumento el llanto de Mateo, aunque este no era un llanto de tristeza, era de felicidad, por primera vez en su vida podría pasar uno de sus cumpleaños feliz.

-¿Que haría sin ti?

-Harías de todo, no me necesitas ya que si llegaste hasta este punto sin mi bien podrías seguir completamente solo, es solo que yo no quiero que estés solo, yo mismo no quiero estar solo, quiero poder estar a tu lado, por siempre.

-Si eso es lo que deseas, y lo que en realidad yo mismo deseo que así sea.

Aunque nuevamente quedaron en un total silencio, esta vez no era para nada incomodo, no era necesario saber lo que el otro estaba pensando. El tiempo transcurrió lentamente y la lluvia se fue disipando, ambos, aun empapados se dirigieron a la casa de Esteban, sería una larga noche para ambos.

-¿Podrías abrir la puerta?

-Podría pero tienes que cerrar los ojos.

-Solo quiero entrar y secarme, no quiero enfermarme justo en estos momentos.

-Podrás usar todas mis toallas si cierras tus ojos.

-Está bien.

Esteban abrió la puerta, poso una de sus manos sobre la cara de Mateo para asegurarse de que el no viera nada, ambos entraron torpemente al pequeño departamento, a su paso el agua que aun cubría sus cuerpos se derramaba sobre el suelo.

-¿Puedo abrir mis malditos ojos?

-No, no puedes…

-Por favor, sabes que no estoy de buen humor, solo déjame ver.

Esteban aparto sus manos, Mateo no podía creer lo que se encontraba frente a él, no había ningún mueble en aquel lugar, por el contrario había un mantel extendido en el suelo con una canasta, era un maldito picnic dentro de una casa, todo estaba tan meticulosamente preparado, los platos perfectamente alineados, velas que aún no se habían encendido, incluso pudo ver una pequeña botella de vino.

-¿Qué  se supone que es eso?

-Veras, cuando era niño siempre quise ir de picnic, pero raramente las cosas nunca se alienaron de tal manera, pensé que sería bastante lindo poder ir a uno contigo pero el clima últimamente no es el indicado para estas cosas, aunque sea en mi propia sala no me importa, cuando este viejo y piense en la primera vez que fui a un picnic me agradara recordar que fue contigo.

-Eso es ridículamente cursi, pero a decir verdad me encanta –Menciono Mateo mientras esbozaba una sonrisa.

Esteban saco un par de toallas limpias y algo de ropa seca, ambos se secaron y se quitaron sus prendas aún muy empapadas, como si fueran niños pequeños encendieron las velas, apagaron las luces y se sentaron en el suelo protegidos con una manta, solo los dos, este era su pequeño paraíso.

-Hiciste esto por mi cumpleaños…

-Podemos tomarlo como el inicio de las vacaciones.

-No, es mi cumpleaños y sabes, me gustaría celebrarlo como cuando cumplí mis dieciocho.

-¿Cómo los celebraste?

-Bebí hasta perder el conocimiento y desperté en una cama extraña acompañado de una mujer a la cual no conocía, peo bien, podemos cambiar a esa mujer por un tal Esteban y las cosas estarían bien para los dos, ¿No lo crees?

-Te propongo un trato, sé que no podrás rechazarlo.

-Te escucho.

Las palabras de Mateo provocaron todo tipo de reacciones en Mateo, entre esas se sonrojo como nunca, comenzó a titubear y decidió callarse hasta que estuviese un poco más calmado.

-Entonces ¿Aceptas mi trato?

-Tú no puedes decirme cosas como esa.

-Claro que puedo, acabo de hacerlo y me encuentro ansioso de recibir una respuesta.

-No es que no me llame la atención, más que eso, joder realmente quiero hacerlo pero…

Mateo no podía terminar sus frases sin que una increíble vergüenza se apoderara de él.

-No es tan difícil, solo tienes que decir que sí.

-¿Ambas cosas tienen que ser esta misma noche?

-Te daré algo de ventaja por tus diecinueve años, podemos hacer solo la mitad de las cosas que te dije, tú mismo puedes elegir qué quieres hacer en este preciso instante.

-¡Esta bien! Quiero hacerlo…

Esteban sonrió, se acercó lentamente a Mateo para besarlo, definitivamente esta noche sería diferente a todas las demás.

 

Mateo sintió una fuerte presión sobre su pecho por la cual le era realmente difícil respirar, intento acomodarse para darse cuenta que Esteban estaba sobre él, ambos habían dormido en el piso de la sala sobre aquel mantel en el que habían tenido un picnic la noche anterior; podía sentir su cuerpo más pesado de lo normal, estaba muy agotado y no podía cambiar de posición al tener un peso muerto sobre él.

-Esteban –Dijo casi murmurando- Quítate de encima, necesito ir al baño.

Sin respuesta alguna.

-Por favor… quítate de encima –Tomándolo de los brazos lo aparto lo suficiente como para el mismo hacerse a un lado, después de forzosamente levantarse se dirigió al baño, nuevamente sentía como si su cuerpo fuera más pesado de lo normal.

Mirándose en el espejo diviso casi todo su cuerpo, tenía marcas de mordidas y besas alrededor del cuello y pezones, sonrió, si hubiese esa misma imagen un par de meses atrás no hubiera podido creérsela salir con un hombre era algo que jamás se había atravesado por su mente pero ahora estaba más que feliz por hacerlo.

Mientras lavaba su cara recordó todo lo sucedido la noche anterior y sus mejillas enrojecieron de inmediato, idiota pensó para sí mismo, era uno de esos momentos en los que deseaba tener una jodida máquina del tiempo en su poder ya que le gustaría poder repetirlo todo

Cuando salió del baño Esteban aún se encontraba en el suelo, estaba sentando mirando para el techo con un semblante pensativo.

-¿Qué pasa por tu mente?

-Muchas cosas, por ejemplo no puedo creer que nos hubiéramos quedado en el suelo en lugar de ir a mi cama, por otro lado estoy más adolorido de lo que creí, además siento como si mi cabeza fuera a explotar.

-Después de todo fue idea tuya, así que no me culpes por todos esos efectos secundarios.

-No me arrepiento de nada, por otro lado estoy ansioso por verte cumplir tu parte del trato.

-Dijiste que podía hacerlo después así que no tenemos prisa, mejor levántate, debemos desayunar y limpiar todo este desastre.

-Y si simplemente me quedo aquí por el resto de mi vida, si quieres puedes acompañarme.

-No seas una reina del drama, sabes que no estaré mucho tiempo aquí ya que pasare vacaciones donde mi madre y bueno… le prometiste a la tuya pasar esta época con ella, supongo que no tenemos tiempo que perder.

-Podemos simplemente olvidarnos de todo y sentarnos unos minutos en el piso.

-O podemos comer algo y limpiar todo esto.

-Pero que aburrido eres, por eso no consigues novia y tu cruel destino será permanecer a mi lado por el resto de tu vida.

-Es demasiado cruel para ser verdad, no puedo creer lo dura que ha sido la vida conmigo.

Esteba finalmente se levantó, se dirigió al baño y cerró la puerta con llave, luego se escuchó como el agua de la ducha corría y este simplemente se limitó a decir –Prepara algo de comer- Mateo estaba molesto, aun así hizo lo que le fue encomendado.

Una vez ambos desayunaron se sentaron por un rato a conversar, cosa que no habían hecho hace muchos días.

-¿Qué piensas hacer cuando termines de estudiar?

-Para ese entonces espero ser lo suficientemente bueno como para llamar la atención de algún buen equipo, no me importa su reputación ya que por algo se empieza, espero mejorar cada vez con los años y algún día pasar a las ligas mayores, ese fue mi sueño desde niño, aunque realmente es el sueño de muchos siento como si realmente estuviera un paso más cerca de lograrlo, no sé si es algo muy egoísta de mi parte pensar de esa manera pero a diferencia de todos esos otros chicos que tenían las mismas metas que yo me encuentro favorecido en esta situación, en este lugar estudiando lo necesario para poder salir adelante.

-No me parece algo egoísta que el hecho de que pienses así sobre ti mismo y sobre los demás, muchas veces puede que te guste mucho algo pero bueno, no siempre puedes conseguirlo e incluso puede que deje de agradarte tanto como crearas, el hecho de que estés aquí solo significa que estás dispuesto a hacer todo lo que sea posible para cumplir tus metas.

-Tienes razón.

-Aunque eso signifique ser un futbolista gay.

-Eso no pasara, me voy a casar con alguna modelo que conocí en una noche mientras celebraba algún triunfo, vamos a tener una niña y se llamara Isabela, seremos la pareja perfecta para todo el mundo pero lo que nadie realmente sabrá es que no amo a mi esposa porque –Mateo se quedó callado por un momento- porque realmente amo a aquel chico que conocí durante mi primer semestre en la universidad y aunque mi vida se vea perfecta sufro por dentro por no poder estar a su lado, y no quiero eso, te amo esteban, realmente te amo.

-Mateo eso que acabas de decir es…

-Es lo que es, no puedo evitar sentir lo que siento pero si puedo callar mis sentimientos, es solo que no quiero, lo que realmente quiero es que lo sepas, que sepas todo de mí, estoy cansado de jugar a ser el chico heterosexual cuando quiero gritarle al mundo entero que te amo Esteban, nunca había sentido este tipo de cosas por nadie, es muy confuso para mí porque ambos somos hombres y entre más lo pienso es más difícil para mí tomar una decisión, aunque ahora quiero que te conformes con eso, con que solo tú puedas saber que te amo ¿Puedes vivir con ello?

-Por supuesto que puedo –Esteban lo tomo en sus brazos fuertemente- No me importa que los demás no lo sepan, mientras yo sepa que todo esto es real, que realmente me amas es suficiente para mí, no tienes que esforzarte por decirlo, te quiero así, tal y como eres, aunque algunas veces siento que no puedo contenerte y me dan unas tremendas ganas de tomarte y besarte frente a todo el mundo me contengo y eso es porque también te amo y no me importa lo que tenga que hacer con tal de estar a tu lado.

-Gracias.

-¿Por qué?

-Por corresponderme, por amarme tal y como soy, por estar siempre a mi lado, de verdad muchas gracias.

-Quien lo diría, finalmente pude tenerte tal y como te lo dije cuando nos conocimos.

-Eres demasiado persistente para que las cosas no salgan como quieres.

-Aunque es una lástima que no siempre puedas tenerlo todo me conformo  con lo que ahora tengo.

-Se siente raro ser así de cursi con alguien.

-No es algo que se vea todos los días, menos de tu parte, eso debe ser porque soy especial.

-¿Por qué eres especial?

-Por qué te tengo a mi lado.

Notas finales:

Esta semana fue realmente difícil para mí, como si todos los deberes de la universidad se hubieran acumulado en mi contra, casi no dormí pero todo salió bien.

Aun me siento culpable por no actualizar en mi otro fic pero no consigo tener buenas ideas sobre que debería escribir ahora.
Últimamente no he podido  dejar de pensar en William, quiero realmente escribir muchas cosas sobre el pero no aquí, me gustaría que tuviera su propia historia, es solo que tendría bastantes cambios con lo que realmente sucedió aquí.

Gracias por su lectura, gracias por esas 10mil visitas y por todos sus comentarios :3

Hasta despuesito. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).